VEGUETA, NCniero 1 , octubre 1993, (9-191 Y
Adaptación y adaptabilidad
de las poblaciones
pveh istóricas canarias.
U na pvirnem aproxirnaciórz.
* Profesor Titular de IJrehistorid Facultad de Geogrdfid e Historia
Univerqidad dr lLa5 Palma5 de Gran Carar a
<La movilidad es /a aduptació~cl~a ve al medio ambiente. Gracias a ella se puedeexpiotar
la variación de la estructum ambiental y los recursos, minimizar el
riesgo y reunir algo d&ivo para una adaptación P X ~ ~ V S11U1 ,i ~ j u r ~ ~ u i i ó n » .
T ntroducción 1 La aproximación al estudio de las culturas
prehistóricas del ArchipiPlago debe ir acompañada
de un exliaustivü roriocirriieri~od e las
especificidades biofísicas dcl medio insular a
fin de alcanzar un nivel de comprensión óptimo.
La mayor partc de los investigadores que
se han ocupado del estudio del poblamiento
prehistórico de medios insulares, señalan factores
tales como el alejamiento rclativo entrc
islas y de éstas en relación a los medios continentales,
la limitación territorial la disponibilidad-
diversidad de recursos y su vulnerabilidad,
los rasgos climáticos, presencia o
ausencia de depredadores, etc., como los
responsables de la fragilidad que caracteriza a
cste tipo dc asentamientos, especialmente
por lo que se refiere a las limitaciones que imponen
sobre los efectivos demográficos, cuyos
efectos se dejan sentir de manera clara
sobre los niveles de producción.
En la ocupación de un nuevo medio es
precepti~vlrau e xistencia de prcc-sos dc ndaptación
a las peculiaridades biofísicas de éste.
que suponen el reconocimiento de aquellas
premisas y la adecuacion a las mismas de su
sistema cultural. De esta manera eritenderemos
como adaptación el proceso que tiende «a
asequrur y Lonsenur el ~ontrodl el medio estubleciendo
un sistenza de relaciones que permita alcanzar u11 punto
h ~qinilihuinP M ~ V Pp nhlorifin y w c ! i u s n s , cowo !Znica víu
para mantener nii;eies productivos ruzonubles y asegurar
un cvecil.iiiento controlado 11 estable de sus efectivos
doimngrcijicos. Mientr~s que idapt3hiIidad se
refiere a la capacidad de una po6la~ión determinada
para realizar los ajustes necesarios en su sistema d t u -
val que permitan y garunticei.1 el proceso de adaptacioiz~.
La adaptación se producirá no sólo en relación
con la mayor o menor disponibilidad
de recursos sino también en relación a los fenómenos
naturales que propician la abundancia
o escasez de afluéllos »e lo ~ I I Pse deduce
que el conocimiento de la potencialidad
de los distintos microambientes es tan importante
como el conocimiento de las leyes naturales
que los rigen, en tanto quc las comunidades
del pasado se interrelacionan espacial,
economica y socialmente con la trama mcdioambiental
donde están integrados adaptativamente
De esta forma, el sistema ambiental
y el sistema cultural que coexisten en una zona
concreta, estan completamente interconectados
a través de cctímulos y respuestas que
propician el equilibrio del conjunto, sirviendo
corrio estabilizadores o reguladores del proccsu
los distintos sübsictemasl(Fig.i ) .
El análisis de estos aspectos en las islas
no ha sido objeto de un tratamiento profundo,
como corresponde a un factor que probableniente
tiene una gran responsabilidad en la
conformación de las peculiaridades culturales
que caracterizan la prehistoria del Archipiélago
del que, paradólicamcntc, rezuman numerosos
e!ementos cemunec que evidencian !a
existencia de un mismo sustrato étnico. La interpretación
del poblamiento insular ha cstaErnesto
Martín Rodvíguez
do demasiado tiempo sumergida en la contemylariñn
etnnhirtóric- y la dercripciñn 2 -
queográfica de estas comunidades, olvidando
los complejos procesos que han tenido lugar
a iu largu de > U a111~1idid ye~iu~iidiis ifiriia.
Como señala un conocido antropólogo2 d nienudo
el concepto de adaptación se utiliza de
una manera impresionista como aquello que
tiene algo que ver con el <entorno natural», vaciándolo
de todo valor analítico, de manera
que en ocasiones sea posible apreciar usos
contradictorios en frases contiguas.
La ausencia por otra parte, de yacimientos
arqueológicos que permitan una visión
diacrónica de la evolución del poblamiento
aborigen desde ids cidpas iriiciales h s i a el
contacto europeo, ha sido y es un importante
escollo en este sentido. En Id dctuaiidad se
ha situado el inicio del poblamiento de las
islas hacia la mitad del primer milenio antes
de la Era, rebajando de esta forma las posturas
que situaban este proccso en momentos
más tardíos, utilizando determinados presupuestos
culturales como elementos de datación
ante la escasez o contradicción de las
dataciones radiocarbrínicas Pero este envejeciriiieiito
no alerta por igual a todas las islas,
al estar basado en lecturas estratigráficas
realizadas en distintos yacimientos de La
Palma y en algunas dataciones obtenidas para
esta isla3 y para Tenerife4,m ientras que para
el resto las dataciones mas antiguas se
mantienen dentro de los parámetros anteriores.
La serie de mediciones radincarbónicas
realizadas en las islas no cuentan cn todos los
casos con el beneplácito general, razón por la
cual e11l a actualidad se e~nsayaini uevas metüdologías
(paleomagnetismo, termoluminiscenciai
a fin de contrastar la validez de aquéllas
Estas reservas y la presencia de determinadas
manifestaciones culturales que tienen
una cronología reciente en el continente africano,
sugieren mantener una actitud prudente,
aunque para niiestros fines apenas tiene
relevancia un margen temporal tan estrecho
cnmc el indiradn
Estos factores y el desconocimiento de la
potencialidad económica de los rccursos insuidre5
y su vdridbiiidad, iia griierddu uiid
irnagen distorsionada de las culturas insulares,
al restar importancia a los procesos de
adaptación y los fenómenos de evolución interna
en la configuración final de un producto
cultural netamente canario5. Para estos autores
el hecho de que estas poblaciones cuenten
con un ubagaje culturab bien desarrollado
3 CuI-I ll0~7ari3a- I.S-Cu ¡.-c.l-a-c, r-n -.n.Yc..tLi ItJ~- ~ vvn..oo v ~ g1 2n>gi arantia
adaptativa que excluye implicitamente
cualquier fenómeno de regresión y/o desarroiio
~ui~uraüiri. rd~oridrriieriiod e esid ~idiuraleza
no nos parece demasiado coherente,
pues para hablar de desarrollo o regresióri
cultural es necesario que exista un elemento
de comparación (aunque de entrada dudamos
de la validez científica del término) v éste
de momcnto no existe, como lo demuestran
los escasos vínculos científicos que unen al
Archipiélago con el continente africano. Por
ello habría que entender estos procesos, tanto
en un medio como en otro, como los causantes
de, al rne~iosu, na parte de tales cliferencias.
Tambien el termino «fosilizaciónu de rasgos
culturales, empleado con trecuencia por
algún investigador, es un tópico que carece de
sentido. cuando hacemos abstracción de su
estricto significado y lo utilizamos para explicar
las peculiaridades de un sistema cultural.
Dc idéntico ramnarnientn participan aqiiellas
otras posiciones quc subrayan el gran valor de
Ids culturas insulares para reconstruir otras
continentales. Es evidente que las diferencias
que separan las culturas insulares de aquellas
otras continentales tiene su razón de ser en
procesos evolutivos distintos, que en el Archipiélago
se traducen en una serie de componentes
culturales rietarrierite caridrios que
borran desfiguran u ocultan deterrniriacios
rasgos originales
Adaptación v adaptabilidad de las poblaciones prehistoricas canarias Una primera aproxirnacion 1 3
En este sentido, resulta paradójico que
hablemos constantmwnte de los efectos que
la insularidad provoca en la sociedad actual y
al mismo tiempo desconozcamos los efectos
,-n,-,,mAnv;n- A,-+- nnnnv- C; -m 1-,- ,-,l+:-n~
, , L L U L , U " L L " J YUL L J L U 6 L l l L L U V. L L I L V - ' U i L L l l l V i l
500 años se ha conformado un fondo cultural
que presenta muchas afinidades pero tambien
profundas diferencias con el resto de los
pueblos del estado, de los que estábamos
aislados sólo en términos geográficos, ¿cuál
sería el resultado de 2.000 años de aislamiento
físico y cultural?
Quizás el wroblema sea que estamos demasiado
habituados a contemplar a estas poblaciones
a través de la visión epigonal que
m-" n 6 w n n n m 1-" G,,nntn,- nr,-",+-,- nm+"ntn,,;A,,
Ll", L I I I L C L I I ,<J., l L l L l l L L J \ , > L l , i U ' , , L l l L l L < L i l l L l l
donos en describir e interpretar los datos históricos
y olvidando los procesos que condujeron
a ellos Con ello no queremos decir que
la adaptación de estas poblaciones al medio
haya comportado cambios radicales en sus
componentes ci~lturales,s ino que toda una
cadena de pequeños ajustes fueron conformando
un modelo cultural propio que progresivamente
se alejaba de los patrones iniciales.
Poi ello creemos que hablar de desarrollo o
regresión> cultural sólo tiene sentido si especificamos
la escala de análisis A escala insular
uno y otro tienen su propio signiticado, pero a
escala coritinerital rio podemos habidr de regresión
con respecto a sus parientes culturales
más próximos. sino de un cambio o evolución
cultural diferenciada que sc alejará m5s
de aquéllos cuanto mayor sea su amplitud
cronológica.
A lo largo de este proceso adaptativo se
adecuarán primero los patrones tecnoeconómicos,
pues garantizarán la mayor o mcnor
efectividad en la captación de recursos, cuvos
resultados serán asirriilados por los subsisterrids
sociales y religiosos que actuarán cuino
reguladores permanentes, sancionando o corrigiendo
sus valores. El exito de estas actividades
de prospección y experimentación favorecerá
un crecimiento demográfico que genera
nuevas necesidades que a su vez se traducirán
en iin aiimentn significativo v una mayor diversificaciGn
de la producción material -cuantitativa
y cualitativamente-, dirigida ahora no sólo
c77hvli.,-v nc\rncirJ.,ilnr t n r n r i l í i , - . i n , ~ r. rlnmírc U LU""' 'U-' . L L L L - " U U U L d L L L 1 L V . " E > I I U . , " U"lllL0
ticas de la población sino también a resolver
otras de carácter colectivo o individuales. La
Constatación arqueoiogica de este hecho puede
ser considerada como sintomática de un
correcto funcionamiento del sistema.
En otras palabras. toda vez que se produce
un ajuste bcneficioso cntrc el hombre y su entorno.
se origina un proceso de feedback negativo
que representa la autorregulación necesaria
para mantener las relaciones estable-
,-:A-,- r T n m n V , m A n An,-,-Io lnr <-hi+r.,- r-,-;ni Y , . ,\'C'.', S"#\ 1 U 1 ' L . L ' . ,.L.'<'\. ,V.' L " , \ U " \ ' . ' .'L'\ ' U 1 y
religioso, tabúes y ordenamientos iurídicos
específicos tendentes a perpetuar los logros
obtenidos y minimizar ios efectos áe ia variabilidad
del ecosistema insular. La ausencia o
ineficacia de estos controles alterarían las relaciones
con el entorno, sobreviniendo etapas
críticas, provocadas bien por alteraciones ambientales
como por la incapacidad del sistema
cultural para ejercer un control adecuado
de sus componentes. Esta informacitn inicial
conduciría posiblemente a relajar o incluso
olvidar modos de comportamiento anteriores,
a reforzar y desarrollar otros o incluso a inven-
Lar soluciories específicds y originales ante
determinados problemas.
Todas las comunidades humanas organizadas
prescntan cicrtas prácticas quc están
estrechamente relacionadas con el control del
volumen demográfico" unas dirigidas a prevenir
el exceso de población mientras otras lo
están a evitar que ésta descienda por debajo
de un mínimo. En el primer caso se trata de
prácticas como el infanticidio, el parricidio, diversos
corilroles sexudles y la migración. Para
alcanzar la seguildd propuesld exisieri larrihién
numerosos mecanismos socioculturales,
aunque quizás nos interesaría destacar la fusión
de grupos. De unos y otros hablaremos
más adelante.
14
-
De igual forma, la sobrexplotación de recursos
en función de un crecimiento incontrolado
del grupo descmbocará en etapas similares
que si no se corrigen introducen elementos
negativos e irreversibles para el
entorno medioambiental cuyos efectos minaran
progresivamente el sistema cultural. La
explotación de recursos por cncima de la capacidad
de sustentación del medio, genera
procesos de degradación ambiental que
condicionan el crecimiento económico y demográfico
del grupo. La desaparición de biotopos
esenciales o su lenta recuperación,
obligarán a estas comunidades a perpptmr
actitudes restrictivas a todos los niveles hasta
corregir sus efectos, situándose el nuevo o
nuevos puntos de equilibrio por debajo del
óptimo inicial.
No cabc duda de que sus efectos dilerirfin,
aunquc no en lo esencial, si la socieddd
que estudiamos tiene una base económica
de caza y recolección que si, en cambio, ejerce
estas actividadcs como complemento a
una economía de tipo agropecuario. Para
una economía de esta riaturaleza, un crecimiento
demográfico descontrolado se traduciría
en una demanda de mayores superficies
de cultivo y/o la ampliación de las áreas forrajeras,
pero al mismo tiempo dispondrá de
,,, u,,L,,u,,i BL,Ld c i i i a i i ; vLv..i -a i--i i a y ~di~ p c ~ ~ ~ iidi i i ~
acumulación de excedentes y actuar sobre
biotopos rnarginales. cuyo bajo nivel de
aprovechamiento permitc incrementar su explotación
a condición de recuperar los niveles
de producción anteriores pues en caso
contrario se entraría en una situación crónica
de progresiva decadencia.
Finalmente dos de los factores señulados
al principio, como son la insiilaridad y la
limitación territorial, contribuirán a reforzar
det&riiiiiddds pdutas de comportamiento y
a desarrollar otras para encauzar las relaciones
intergrupales entre los diferentes colectivos
que pueblan la isla. Los síntomas de
presión demográfica son evidentes en los
Ernesto Marth Rodri
momcntos próximos a la conquista, taritc.
por la existencia de mecanismos de control
(iriíanticidioi, como por la fuerte lerarquización
social o la mayor conflictividad intereriupal
y competitividad económica, que se
traducen en una mavor frccuencia de los enfrentamiento~
armados. inestabilidad política
Ü en Id proLe~ciónd e determinados recursos
esenciales e incluso en la expansión de
las prácticas agrícolas y la consolidación de
modelos de redistribución de excedentes.
Todos estos factores son recogidos en los
textos históricos, aunque éstos quizás confieran
un mayor dramatismo al infanticidio,
como refiere Abreu Calindo7 para Gran Canaria.
<HabíaI M esta ida M ( I C ~ OhS o ~ b ~ ey sm,u chas n k
mujeres, que se dice juntarsecatorce mil kon~bresY.; viendo
cómo iban en crecimiento, y 10s wiantenin~ientos les
faltaban y no secogian frutos que bastasen a suctento,
por no vivir en estre(hura (..)acordaron e hicieron un
estatuto que se matasen todas las hewibras que de allíen
adelanle naciesen, con tal de que no fuesen los primeros
partos que las mujeres hacían, y rnsísinpliesen Ins frutos
que la tierra produjese, y no lec faltasen, como había sucedido
los años a t r b
Un caso concreto: El poblamiento de La
Palma
Hdsra ahora nemos tratado del tema de una
manera general, refiriéndonos a una serie de
pautas de conducta y mecanismos culturales
que podemos observa a nivel del Archipiélago.
Ahora intentaremos aplicar y obscrvar los
fenómenos descrito? en iin medio inriilz
concreto como puede ser la isla de La Palma,
que hemos elegido por razones obvias tanto
dc tipo profe>iunal como, lo que es rriás importante,
por la diversidad y dinamismo cultural
que se advierte en los yacimientos excavados.
Con los datos existcntes procuraremos
reconstruir la secuencia diacrónica ~ P Ipo -
blamiento insular, desde la Ileeada de los primeros
colonos hasta el momento de la conquista.