VECUETA, Número O, mayo 1992, (319-330) 319

Crecimiento urbano y

desequilibrios territoriales

en Las Palmas de

* Profesor de Geografía Humana. Facultad de Geografía e Historia

Universidad de Las Palmas de Gran Canana.

320 Gerardo Delaado Aquiar

C uestiones preliminares

El discurso reflexivo y sintético que el

lector ~ncontrará en las siguientes páginas

trata de abordar el crecimiento urbano en la

ciudad de Las Palmas, incidiendo de manera

particular eri las formas de autoconstruccion y

urbanización marginal. Aquí el problema de la

vivienda se ha convertido en una cuestión social,

política, económica y urbana a resolver.

Estos procesos están presentes en la mayoría

de las ciudadcs y, por tanto, no son una

manifestación reciente. Al contrario, responden

a un mecanismo complelo y concreto

2sociudG ~ ~ ~ ~ j lasm ciiijda~des ~pos:- ~

industriales de finales del siglo XIX.

Se trata, fundamentalmcnte. de espacios

construidos en las periterias de los núcleos urbanos

consolidados (a veces en torno a la ciudad

vieja), que poseen características singulares:

a) Una peculiar configuración morfológica

en la que predominan formas de autoconstriircifin

como recpiiest- a !a eccicez de viviendas

y a la ineficacia o inexistencia de políticas

de alojamiento por parte de las entidades

públicas.

b) Es una realidad inherente a las contradicciones

del capitalismo y de sus específicas

relaciones sociales y de producción y, por

consiguiente, no debe explicarse como un

proceso espontáneo.

c) Dentro de estos núcleos se detectan

graves deficiencias en equipamientos básicos

que han generado diferenciaciones espaciales

importantes y, sobre todo, elementos de segregación

y marginación que han supuesto

UI M disgregación urbana.

d) Se han convertido en conjuntos revalorizadores

del territorio, creando plusvalias

que suponen en definitiva (DE SOLÁ MORALES,

1974, p. 378):

«(..) el modo óptimo d~ u t i h r 11n contingente menor

de la residencia proletaria que ni dpbilite la demanda

sobre el respectivo mercado instituciorzalizado, ni compyGiiiet

¿i rij-idúiuieiiic Iü i ~ ~ u r ~ i ~ u i juu~iuirúa nd e ias

áreas sobre las que se introduce^.

Se plantea, por consiguiente, estudiar los

aspectos significativos del crecimiento de éstos

cn el contorno urbano de Las Palriids de

Gran Canaria, puesto que adquieren una dimensión

espacial laberíntica que repercute

notoriamente en la estructura urbana de

aqiiélla. integrándose en la ciudad convencional

(DE SOLA MORALES, 1974, P. 3661. Se agregan

paulatinamente, sin pausa, como dibujos

disonantes en el tejido urbano.

Expresa, además, una movilidad de la población

a escala intrainsular c interinsular de

importancia, así como la presencia de un mer-

C ~ U iVie especuiación aei sueio. No constituye

dentro del ámbito del Archipiélago un caso

único. También hallamos este fenómeno en

otras ciudades y municipios insulares como

en Santa Cruz de Tenerife (véase GARC~HAFRRERA

)r PULIDOM ANES1, 982).

Sin embargo, aquí el elemento distintivo

del fenómeno de urbanización marginal es

A-+- nn -- L A ---- "-11-A

CJ LC J~ I C Eu r x u i u ~ i a u Ot.i 7 üil espdCiv

industrializado conio así ha sucedido en algunas

ciudades capitalistas europeas y norteamericanas;

si, en cambio, como en las saciedades

capitalistas no industrializadas del centro

y sur de América, sin que llegue, por otra

parte, a presentar las características del

squatter, ya quc como bien apunta GARC~HAE -

RRERA 11989) la adqiiisiciñn ríe la tiprra por !.

clase trabajadora de las Islas se efectúa mediante

la compra de suelo y siempre a bajo

precio.

Rasgos distintivos del crecimiento urbano

«El mapa no es el terrilorio. En primer lugar; comentemos,

pues, por contemplar el territorio. Y contemplar el

territorio no es cosa fácil, aunque aparenteinente pueda

parecerlo) (DEMORGO1N98, 3, p. 651.

Sigamos, entonces, este consejo. Tracemos

nuestro camino por la historia (ticmpo)

y recorramos el territorio (espacio) para

aprehender de ellos los elementos de comprension

e interpretacion geográfica de la

ciudad.

Crecimiento urbano y deseciuilibrios territoriales en Las Palmas de Gran Canaria 32 1

Tal y como hemos apuntado en el apartado

anterior, Las Palmas de Gran Canaria es un

ejemplo rriás de las ciudades posindustriales

que han crecido al abrigo del capitalismo cn

sociedades con estructuras económicas típicamente

no industriales, marcada por el carácter

insular y la dependencia exterior de su

economía.

La consolidación del primigenio asentamiento

11478) en torno a la desembocadura

dcl barranco Guiniguada y su posterior expansión

durante las siguientes tres centurias

se debió al desarrollo de una actividad comercial

que se sustentó cn la peculiar coridición

geográfica insiilar como punto de escala

en el derrotero de los buques -veleros- que

hacían el trayecto desde los puertos europeos

(España, Portugal, Inglaterra, Holanda, ... 1 hacia

América.

En este sentido, podemos afirmar que este

hecho como consecuencia de la expansión

corriercidi ~iiaiiíirna e n el Atlántico, se manifiesta

igualmente en otros puntos de las Islas

como en Santa C r u ~de Tenerife y en otros lugares

que posteriormente perdieron su protagonismo

(La Orotava, Carachicoi para pasar a

depender de los núcleos capitalinos en formación.

Del mismo modo, esta situación se

refleja, aunque en menor medida, en otros archipi6!

agoc próximos m m n e! de I\Aadeira

(Funchal).

En estos cuatro siglos ya se atisban en la

ciudad las prirrieras áreas marginales. I lallamos

en los límites con el casco antiguo, en la

zona conocida como los Riscos (San Nicolás,

San Juan, San Roque y San losél, algunas viviendas

autoconstruidas adaptadas a cuevas

natiirales y en escarpes leios de la pequeña

vega en la que se asentó el núcleo histórico y

señorial de Vegueta

Ya en cl siglo XIX la función comercial de la

ciudad se consolidó una vez que se decidió

construir un puerto de gran magnitud que

fuera la alternativa segura a la desaíortunaaa

localización del muelle de Las Palmas. continuamente

castigado por los elementos naturales.

desprotegido de los fuertes oleajes y

vicntos del E. y SE. que con relativa frecuencia

azotaban las costas del levante insular El

acierto en la elección de la bahía de la Isleta

para las operaciones comerciales tia quedado

suficientemente demostrado y narrado en distintos

trabajos de investigación y publicaciones

(libros, revistas).

El desarrollo de la actividad portuaria y su

expansión a lo largo de la presente centuria

ha dado carácter a este rincón de la ciudad,

conformando un conjunto urbano-portuario

de g l a i eintidad como coiiespond~o Un cüpitalismo

activo que se sustenta en un comercio

marítimo de gran porte.

En efecto, el puerto de I>a Luz y Las Palmas,

que surgió en 1883 y fue operativo hacid

1902, comenzó a articular el crecimiento de la

actividad mercantil que se apoyaba en el comercio

con la Península, el exterior (países eu-

:~p c o sy xmericnur) y e! cuminictrc? de vitua-

Ilas y carbón a los navíos (principalmente ingleses)

que iban de paso hacia las colonias.

Fueron esto5 los que aportaron un mayor dinamismo

a la ciudad, creando una serie de

instalaciones (almacenes, oficinas y talleres) y

actuando como consignatarias (Elder Dernpster,

Miller G Cía). Asimismo, levantaron resid~

nciasd e tipo hotelero v fincas mivadas que

dieron acogida a una serie de personajes ingleses

(JonesM, iller, Pavillard. ...) que han dejado

huella cn la historia de la ciudad y de la 1sla'.

En lugares próximos al puerto se asentó

un grupo ciinamico ac población, en rápido

crecimiento F,stos pobladores estaban constituidos

por inmigrantes de la misma Isla, de

Lanzarote y Fucrtevcntura, que con el tiempo

se convertiría en el segundo punto de crecimiento

urbano de la ciiitlacl Ffrc~iivarnente.

ésta presentaba en 19 15 dos áreas de expansión:

en primer lugar el espacio urbanizado

del casco driiiguo de Wgueta-Tiiana junto a1

barranco, limitado por el mar y los Riscos, con

324 Cerurdo Delgado Ayuiiir

gando. por el contrario. un papel ciertamente

de mediador en la compraventa de suelo

La ciudad continuó creciendo en las siguientes

décadas presentando una disposición

lineal de norte a sur. desde el puerto de

La Luz a Vegueta, incluyendo los barrios de Alcaravaneras,

Santa Catalina, Lugo, Arenales y

Triana Pero, ni el Plan de Ordenación IJrbana

de Miguel Martín Fernández de la Torre de

1922 ni el Plan propuesto por el arquitecto Secundino

Suazo en 1944 fueron capaces de

crear unos criterios alternativos y coherentes

con la estructura social de la ciudad y sus singulares

condiciones naturales (arenales, playas),

de tal forma que ordenara un territorio

complejo y en continua expansión colonizadora.

La inexistencia de unas directrices claras

en lo qiic3 respecta a la construcción d~ la ciudad

permitió entre 1946 y 1950 la diseminación

de urbanizaciones y polígonos de vivicndas

de promoción cstatal Surgcn. así, las barriadas

en la zona alta de la ciudad: Patronatos

García Escámez en Escaleritas y General Franco'

en Schamann; asimismo, logran anidar en

otros puntos del interior de la ciudad De esta

forma se intentó dar salida al problema de la

vivienda, colonizándose una extensa superficie

de parcelas que conformarían posteriormente

el primer cinturón urbano de la ciudad,

pues el litoral ya no ofrecía nuevos espacios.

En el segundo lustro de los años sesenta

se pudo obtener, invx!iendo e! mar nuevos terrenos

para urbanizar, tal y como apuntan cl

Plan Parcial de Ciudad del Mar de 1963 y el

Piar1 Pdr~idld e la Averiida Marítima del Nuite

de 1965; que dieron paso posteriormente a

construcciones dc viviendas en forma de

cuerpos homogéneos de bloques individualizados

Éstos marcan la fachada marítima por

su disposición volumétrica de gran altura, irnpregnando

en la ciudad el carácter de aquellas

grandes urbes metropolitanas -mutatis

m~ctandis- de Europa (París, Londres. Madrid)

y EE.UU.(N ueva York, Chicago, Detroit) y que

siempre tenemos presentes en nuestra imagen

mental inmediata con el deseo de que

esos esquemas no se utilicen y, por tanto, no

repitan los desaciertos de semejantes ejemplos

en nuestros espacios

La explosión demográfica de la ciudad,

provocada por el aporte de inmigrantes poco

cualificados (jornaleros-agrícolas) que acuden

alentados por el desarrollo del sector terciario

[construcción y servicios) fue inducida por la

implantación de la actividad turística en la

ciudad (Di~HzE R'\IÁNDEZ. 1990, p. 335): así como

por la permanencia tardía del alto índice

de natalidad (22 ó 28 por mil] que se mantuvo

casi invariable hasta 1969 (véase I\/IARTiN RUIZ.

1985, pp. 289 a 3 19). Esta expansión inusitada

proyectó sobre la ciudad un contingente considerable

de población que demandaba más

viviendas Comenzá en ese instante el desequilibrio

entre demanda y oferta que perdura

hoy en día.

La actual población dc la ciudad se carac

teriza la la espera de los resultados definitivos

del Censo de 199 1) por un crecimiento sostenido,

pero distribuido espacialmente hacia

los áreas exteriores. El Toscón, Las Mesas, Tenoya.

Los Giles, Tamaraceite, Almatriche, San

Lorenzo, Tafira, La Montañeta y Marzagan; en

contraposici¿m al estancamiento en algunos

sectores de los distritos interiores próximos a

la costa: Triana, Canalejas, Lugo, Ciudad Jardín,

Alcarovaneras. Santa Catalina, Las Canteras

y Gi-lanarteme

Los procesos recientes de expansión temtonal

La situación que de forma sucinta se describe

en las líneas precedentes determinó dos tipos

de improntas reconocibles en la trama urbana:

a) La proliferación de barriadas o poligonos

de viviendas protegidas entre 1958 y

1975, generalmente de protección oficial (CASARIECO,

1987, pp. 70-711, que continuarán extendiéndose

hacia el sur, pero sin alcanzar la

Crecimiento urbano y desequilibrios territoriales en Las Palmas de Gran Canaria 325

dinámica de antaño, traspasando los límites

que marcan el paso al municipio de Telde (Tinamar.

en 19781. Ya sean de promoción oliiial,

mixta o privada, éstas se cdracterizan por el

pobre diseño, la escasa superficie disponible

y la poca calidad de los materiales empleados

en la construcción, tratando de reducir los

cnstes generales de la obra.

b) La agudización de los procesos de

urbanización marginal que aparecen con mayor

vigor en torno a este frentc dc barriadas.

Estos suburbios marginales se intercalan

precisamente en el área de expansión de la

ciudad, disemináridose en todas direcciones

hacia los municipios próximos (Arucas y Telde);

conformando, de esta forma, una incipiente

área metropolitana diversa e irregular

que comienza a absorber a otros núcleos urbanos.

Sin duda, esta circunstancia se refleja continuamente

en la estructura urbana de Las

Palmas y en un Íururo inmediato Uis~orcioiidrA

aún más el crecimiento de ésta, generando

fuertes desajustes sociales y urbanísticos.

También hallamos, junto o próximas a éstos,

ocupaciones ilegales de suelo que reflejan

típicas formas de chabolismo ya tradicionales

en la ciudad (El Rinchn, El Confital)

La ciudad se manifiesta en esta última décüda

con ünu mo:f~!ogfu caótica, hetersdcxa,

una acentuada carencia de equipamientos colectivos

y una infraestructura desigual, hallándose

profundamente marcada por la fiisióri

de capitales financieros e inmobiliarios que

intervienen agresivamente cn el mercado del

suelo y la promoción de viviendas (LOIKINE,

1973), fomentando rentas diferenciales propia?

del capitalismo. pues tal y como nos

apunta en la siguiente cita DE SOLÁ A~ORALES

(1974, p. 377).

<S(..d.)o vide no hay extensión de infraestruitums ex

teriores que valoricen las coronas externas ni hay opemcionesde

reestructuración interioq~u e provoquen nuevas

rekitas diferenciales, la presión periférica de las Urbunizaciones

Marginales puede resultar decisiva para mantener

en expansión el me~unismode forrización y explotación

capitalista de las piusvalías»

Y en palabras de 1 IHRVEY ( 1979, p. 189):

«La renta diferencialcobra significadoen un espacio

relativo que ~ s t áes tructurado por diferencias de capacidad

prodltctivaj en diferenteserilplazamientos y queesta

espacialmente estructurado a tmvPs de relaciones de costos

de traizsporte».

Para el caso dc Las Palmas de Gran Canaria,

y en general para las Islas donde estos

costes de transportes adquieren una especial

trascendencia, esta renta diferencial ha provocado

en los últimos dos decenios una evidente

aceleración de las formas de dUtoCVli5ir~cción

como alternativa de alojamiento barato

que posibilita el acceso de uri sector amplio

dc la población a una vivienda sin la presión

de los sistemas de financiación ~GARCH~EARKk

KA. 1989. p. 185).

4 ) con la peculiaridad de que el terreno se pague a

plazos y de que el usuario comtruya según sus posibilidude5

e~üri6rr~~¿(.ü..Siu

y fundamentalmente:

«(..)facilital a a~umuluciónya queel tiempo que tarda

el dinero en regresar a la circulación del capital se reduceu.

En la ciudad hay una serie de núcleos con

perfiles propios de las urbanizaciones marginales.

Éstas han tenido una diferente evolucian

en e! tiempn y en el ~sp;irin,p Prn ~ i dnii -

da se han inscrito en el plano de la ciudad

desde el siglo XIX, que nos descubre, por otra

parte, constaiites y significativas mutaciones

en la fisonomía urbana de esta centuria (MART

~ NGA LÁN, 1984).

La distribución espacial de las urbanizaciones

marginales presenta la siguiente estructura:

al Primeramente, aparecen aquellos

conjuntos residenciales homogéneos que se

encuentran inscritos en la malla urbana de la

ciudad interior. Así, tenemos las urbanizaciones

de autoconstrucción de Mata, Don Zoilo,

Las Coioradas, San Cristóbai y ios Riscos. Esta

última manifestación perenne es en palabras

326 Gerardo Delgado Aguiar

Playa de Las Canteras

--

Vrbanizac~ones Áreui ac

marginales C O ~ F ~ C I O S v m Barriadas Ciudad vela

(VegUeldI

GRAh CAhARIA 0 Área c 11x05 agrícolas

resderclal

a E .p.,.p " " d . " -fg industria

de CACEREMS ORALES( 1980. p. 1 12) un auténtico

quiste que-

«( ...) desde el punto de vista del deterioro social y del

tejido urbano interior; constituyen todavía importantes

problemas a resolver-o a no resolver- dentro de la ciudad).

b) En segundo orden tenernnq iin rnnsiderable

número de núcleos que forman un anillo

exterior que representa el límite de la ciudad

en dirccción al centro-norte del municipio.

Son los casos de Lomo Blanco, el Fondillo, Pedro

Hidalgo. Las Torres, Aimatriche, Los Frailes,

Los Giles, Hoya Andrea, Piletas, La Galera, Las

Filipinas, Casa Ayala y El Toscón entre otras. Su

diseno es diverso y en todas hallamos la misma

dinámica que determina el desarrollo de

las urbanizaciones marginales de las sociedades

subdesarrolladas (CASARIE1~9O87,) .

A modo de reflexión final

Es~osp rocesos estan siendo estudiados con

exhaustividad, si bien sólo son una parte (aunque

ciertamente requiere un seguimiento especial)

de los problemas que contaminan a

Las Palmas de Gran Canaria.

La ciudad ya tiene un nuevo instrumento

de ordenación y planificación urbana para los

próximos años (Plan General de 19881 en sustiti-!

ri6ri de! ?!a" pieneri do ! 962, pnm e! hts

ro es incierto. Todavía no se han evaluado, en

las postrimerías del siglo XX, las necesidades

svciales de Id población que se asienta aqui

para proyectar equilibradamente los recursos

a través de un plan de acción urgente, de tal

forma que las disparidades y disonancias espaciales

y sociodemográficas perceptibles en

esta ciudad puedan tener una respuesta adecuada.

Asistimos a una agudización de los

problemas urbanos y a una progresiva asfixia

urbanística que amenaza con generar un colapso

-quizás ya haya comenzado- en la

construcción de la ciudad.

La gestión urbanística, el planeamiento y

la ordenación urbana no se adecúan a esas

Gráfico 1 : VRO. de promoción privada

Años

O Las Palmas (inic ) I Las Palmas (ter)

O CCAA. (inic ) O CC.AA. (term)

Fuente: A.E C de Las Palmas. Elaboración propia

Gráfico 2: VP.0. de promoción pública

3000 1

1985 1986 1987 1988 1989 1990

Años

0 Las Palmas (inic ) I Las Palmas (ter)

O CCAA (inic) O CCAA (term l

7

Fuente A E.C de Las Palmas Elaboración propia

Crecimiento urbano y desequilibrios territoriales en Las Palmas de Gran Canaria 329

otra parte, el juego de subveiiciones y i~entujasfi scales g

jurídicus concedidas a la cooperación entre las diferentes

partes del proceso de producrióm.

b) El gran distanciamiento entre los niveles

adquisitivos de la población, observándose

precipitadamente una degradación de

los índices de pobreza que han ido ¡vi rr~scendo

en el último decenio Aparecen varios estadios

sobresaliendo aquél que apenas alcanza

el umbral del S M 1 (salario mínimo interprofe-

~i o n a l )le~j,o s de aquellos otros que rebasan

en tres o cuatro puntos la línea marcada por el

S M 1 o de los qiie apenas logran multiplicar

por dos veces dicho salario. Ello consdruye,

pues, uno de los principales impedimentos

para el acceso a una vivienda de primera residencia

digna y de calidad en igualdad de condiciones

C! l .a inexistencia de una política activa

dirigida prioritariamente a equipar y mejorar

las infraestructuras en los barrios periféricos,

c - 1 -1 .. ---1- ---&:A- A- ---..---^ I ICI I LC CII UCI IUI I LC y lllala g c a ~ i v i iu c i c i u i i v a

económicos hacia otras áreas consolidadas

de la ciudad.

d) Los insuficientes e inadecuados espacios

de ocio y recreación. que indica el abandono

y la poca preocupación por mejorar o

ampliar los aislados rincones verdes y de esparcimiento.

e! E! anquilmamientn dp 10s wniirin~

sociales e ineficaz promoción de actividades

Iúdicas y dc ocio, con un escaso interés por revi~

dli~alar cuestión cultural entre la población.

-

NOTAS

1 Vease Victor MORAL&L LLCANO(1 9861 La, ingleses

en Canarias Edirca Las Palmas de Gran Canaria

143 pp.

2 Aquí todavía podemos haiidr alguras parcelas de

uso agrícols. dcstinadv al cultivo del plátano Sin ernbargo.

en los Úitimos años la superficie cultbada ha

dismir,uido bastante, quedando de forma testimon~

al las infraestructuras agrarias en unos Lerrei-os

que esperan -en barbecho especulativo- una pronta

revalorización como suelo urbano

f) La atrofia de las comunicaciones y del

tráfico intraurbano Asimismo, la demanda

creciente de transportes públicos se corresponde

con una deficiente y caótica gestión de

la empresa municipal de guaguas.

Un porccntale elevado de la población del

Archipiélago agoniza desorientada en la maraña

de un capitalismo agresivo que ha generado

altos niveles de competitividad, pérdida del poder

adquisitivo y profundas contradicciones y

penurias sociales. económicas y rultiirales Este

fenómeno se detecta especialmente en el mundo

urbano, como así constatamos en esta ciudad,

UoriUe lds íurrrids de pruciucciíii existeintes

coartan cualquier alternativa novedosa, eficaz

y coherente que no se ajuste a los intereses

del modo de producción capitalista dominante.

Acometer una política social y urbana

comprometida requiere previamente de un

debate y discusión en la que se planteen los

criterios de acción urbana, libre de la interpo-

si.c .io*n diccUrcira-c cpcculuti.".n y cnvo!\.e"te

de determinados grupos sociales, económicos

y políticos.

Asimismo, en el último quinquenio, los

cambios de manos en el poder municipal han

provocado una profunda crisis y deterioro de

la vida en la ciudad de Las Palmas de Gran

Canaria. Ilay que regenerar en la población

a ~ t i t l ~drei r~nm~ promim y ronfianza nor el

quehacer de la ciudad Cualquier otra orientación

del discurso urbano tendría consecuencias

a todas luces no deseables.

S Estas viviendas serán rehabilitadas en 1992 Su grado

de deterioro es alto, de ah! que el Gobierno de la

Nación (508) el Gobierno Canario (3081. el Ayiintamiento

(10%) y el Cabildo Insular (10%) hayan alcanzado

un acuerdo para actuar prioritariamerte en estos

patronatos aportando cada institución a los presupuestos

los porcentajes que se indican

4 Fuente NAVARRCOAS AUOVAM. anuel il988) Déficit y demanda

de viviendas en los munkipics de las Islas Cananas VISOCAN.

5 En 1091 el S M 1 era de 53 250 peqpta.;

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