VEGUET4 Número 1, octubre 1993, (47-54)
Las estelas arcaicas
de Marsella:
Diosa madre focea
o cibeles mistérica.
Pvobleínática en torno
a su identificación.
ROSA MAII~AS IERRDAEL MOLINO*
* Protesora d e Historia Antigua.
Universidad d e Las Palmas d e Grar Canaria
Rosa María Sierra del M o h o
L d poiémica suscitada entre aigunos investigadores
tras el descubrinliento en
Marsella de diversas estelas arcaicas que representan
una <<diosa-madre en ¿in riaislios»
ICCCA, V; 276-3 133, se centra fundamentalmente
en la identificación o no de dicha diosa
con Magna-hlatcr-Cibeles. Los criterios divergentes
que mantienen unos y otros autores,
cstán motivados por problemas de índole
cronológico e iconográfico lo que inmediatarrierite
nos lleva a plantear un tenla que subyace
en el fondo de esta cuestión: la continuidad
o discontinuidad de Cibeles en el ámbito
heleno. es decir, verificar que esta diosa con
león» arcaica es la Cibeles mistérica de época
romana.
Como punto de partida. debemos insistir
inevitablemente en la fundación de blarsella
en el s. VI a. C. por lo foccos. que desde la lonia
lAsin Menor) trajcron consigo a sus dioscs
entre ellos, una. Madrc microasiática que aparece
sentada en un naislios . Esta diosa figura
Ldlltu con u n ieon a su lado, corno con un león
en sus rodillas, aunque principalmente aparece
sentada y sin atributo' Estos documentos
han sido fechados por Clerc en los siglos VI-V
a C mientras que Langlotz precisa aún más
datandolos entre el 550-480 a C '.
Como hemos mencionado, a partir de estos
datos, algunos historiaclores manifiestan
.~ -U -L>. . L U cI ü~ i~~ t ~ d i~i de~~ p x i u di ~ d i h i i t l ~i i k
lico de la Madre focea. Así, Vermaseren defiende
la equivalencia entre esta «Diosa con
león» traída por los foceos y hdayi~a-Matev-Ciheles,
argumentando que cierto? dociimentos
contemporáneos aparecidos en Cime
(cerca de Focea)' -donde la diosa lleva invariablemente
un león en sus rodillas. de ahí
quc sc la idcntifiquc con Cibclcs-, prcscnta
rasgos similares a los halllados en hilarsella:
lo que según este aubr es suficiente pard derriostrdr
la caracterización de la diosa focea
coino Cibeles. Pero ddeirids, eri apoyo de esta
tesis, Vermaserenwa por segura la interpretación
hecha por I-'icard, quien cree reconocer
en uno cie los relieves marselleses. la
presencia de un Attis7.
kn canibio, otros autores como Langlotz y
Turcanx, niegan la identificación entre la Artemis
arcaica de la colonia focea y el culto frigio
de Cibeles mistérica De esta forma. Turcan expone
que aunque se desconozca la primigenia
imagen de la Artemis tfesia -no polymastos-
cuyo culto era practicado en Focea, su
arqiirtipo no srría ~s r n c i a lmr nitd~h tico a la
Dama de Éfeso"; de ahí que, si la representación
de una «diosa con león. as'est dittusée
dans le monde hellénique a partir de I'lonia,
oú elle est attestée a Focea»lo. dicha figura sería
evidentemente aquella que reproduce la
Madre Focea venerada er Marsella, pero no
necesariamente la de una hgna-hlater-Cibeles;
a pesar de que ambas. er, tanto que Diosas-
madres y «Damas con Iconcs» cmparcntadas
entre si por su origen anatolio, tendían
ineludiblemente a confundirse"
Pues bien, niiestro objetivo ahora qerá
comprobar descle el análisis de los elementos
externos e internos que conforman nuestra información
cuál de las dos posturas se verifica,
si rio de forma ioiicluyeii~es, í di ~r~enocosn
ciertos visos de verosimilitud. Así pues. para
demostrar que en efecto, el culto de Cibeles
fue introducido en Marsella en el s VI a C. por
los toceos se deben cumplir los fundamentos
siguiriiies: rii piiiiier lugd~I,i db~idq ue veriíicar
la identidad de la divinidad focea con la
Magrza-Mater-Cibeles, y en segundo lugar, en el
supuesto caso de que ambas diosas sean la
misma divinidad. es decir, Cibeles, habría que
probar que la diosa friqia prerromana es la
misma que la Cibeles mistérica alto-imperial y
que existe una conexion geografica y social
cntrc los adeptos dc ambos períodosi2.
Quisiera comenzar, respecto al primer fundamento,
con un breve esbozo dcerca de las
diferentes representaciones artísticas de las
Diosds-inadre yue se ejecutdrori en Asia Menor;
contexto en el que se desarrollan las primeras
figuraciones de Cibeles En este sentiLas
estelas arcaicas de Marsella: Diosa madre focea o cibeles mistérica ... 49
-
du LicUeirius Úcs~dcar la muitipiiciciaa de formas
iconográficas que presentan estas diosas
matronales, pues aparecen tanto de pie como
sentadas en un trono, al igual que acompañadas
o no por una diversificada fauna. Sin
erribdrgo, según Vermaseren. parece ser que
desde siis supuestas primeras rnanifestaciones
iconográficas, Cibeles figura acompañada
por dos fclinosI3 -de ahí que, posteriormente,
los leones fueran uno de sus
atributos característicos-. Con el tiempo,
hasta la configuración rn5s o menos homogénea
de la Magna-Mater que encontramos en
época griega clásica", cadd cuniuriidad próximo-
oriental introdujo en la primitiva imagen
de una I<uba6~1-Cibeless'u~s peculiares expresiones
artísticasih. Será entre los siglos XII-VI
a C, cuando según Laroche. se difunda desde
Pesinunte -probablemente sea el centro neurálgico
donde se desarrolló cl sincrctismo entre
el culto de la diosa-madre Kuba6a-Cibeles
y una religión extranjera marcada por sil carácter
orgiastico, cuyo origen podría situarse
en el área balcánica17- el nuevo culto de la
diosa Cibeles, cuya irradiación alcanzará las
costas de Asia hilenos y las islas del Egeo
áreas en las que la diosa frigia lleva como signo
distintivo uno o dos leones ;t sii lado1? Durante
este período -al parecer antes del 600
a. C.- fue importado a Frigia el culto de Attis'",
sin cmbaigo, süs iepi-esel-itaiiüi~csiri u sc divulgaron
con la misma intensidad ni al mismo
tiempo que las de Cibeles, pues entre otras razones,
parece ser que la presencia del dios frigio
en Grecia. no se manifiesta hasta el s 1V
a. C.?', rriorrierito en el que su culto -cuyo carácter
«mistérico» es discutido- se introduce
en el áinbito helerio2'.
Con las referencias que acabamos de exponer,
trataremos de vislumbrar cuál de las
dos posturas tiene más base. En primer lugar,
no quisieia ser reduridarite. pero creo que es
imprescindible insistir en la iconografíd que
presenta la diosa aparecida en Marsella pues
es uno de los motivos que suscita la controversia.
La mayor parte de las estelas muestran
a una diosa en postura hierática, sentada cn
un trono y sin atributo (CCCA. VT 277-291, 293-
295, 297-299, 301 -307, 309-3 1 1 y 3 131, rriieritras
que únicamente en seis22a, parece posiblemente
con iin león a su lado o en sus rodillas
y tan sólo en una ocasión, encontramos
una polénlica figura de pie (CCCA. VT 292). que
como ya hemos iinei~iciuiiddu.p drd dlg~1105
autores representaría a Atti~?~.
Pues bien, en mi opinión, si uno -por no
decir casi el único para este período- de los
rasgos más significativos para identificar a
Cibeles, es el león -o leones- que la acompañan>';
no entiendo porqué la mayor parte
de las estelas marsellesas la representan sin
él y no al contrario; pero adcm5s no es seguro
que sea siempre un león el animal que figura
a su lado;' Pero aún hay más, al esbozdr
una breve síntesis de las repieseritarioiies
de diosas de pie o entronizadas, que se rrianifiestan
en el arte arcaico de Asia Menor y
Grecia el propio Vermaseren afirma que -y
cito textual pues el párrafo lo merece-. ~The
seated Goddess of the statues of Miletus and
Cyrne ir1 lonia and at Marseilles. the colony of
Phoecaea is not attended by animals. When
she is, only general title of p o t ~ i a th?rOn, mistress
of the beast can be aplied. As such
bears many names, the most characteristic
Ueirig Arieriiis, iiie vigin iviisrress oí Forest
and Beasts But as soon vas she is flanked by
lions, as on the rock-relief of Asia Minor, she
can safely be called CybeleP; en definitiva,
las «Diosas-madres con o sin leones)) sufren
en su evolución múltiples metamortosis. aunque
todas ellas manifiesten una herencia comün
y compleja; de ahí que ambas. Artemis v
Cibeles, puedan ser calificadas como potnia
tPrin, y por lo mismo. llegar a confundirse o
identificarse; pero únicamente, se podrá estar
spguro de que la representación de una «diosa-
madre» es inequivocamente Cibeles, cuando
dicha diosa aparczca flanqueada por leones.
De esta forma, consideramos que la versión
propuesta por Turcaii inericioriada mis
arriba. puede ser tan válida como la de asué-
Ilos que apuestan por una identiticación con
Cibeles, pues esta «Madre con o sin leones»
Maise!!a aunque pro-j;.im a a Cibclcc, püdirra
ser también una primordial interpretación
focea de la Artemis Efesia En efecto, esta diosa
presenta una iconogratía multiforme pudiendo
ser representada de pie o smtatla y
junto a bóvidos, cénidos o felinos2'. No obstante,
puesto que nos encontramos con dos
tipos de manifestac:ones distintas es decir,
una diosa con o sin leones» no es fácil asegurar
si ambas representan a una misma divinidad28
sin embargo. la crítica reciente no contempla
csta posibilidad, por lo que parccc tratarse
de una íinica diosa
Así pues, los escasos recursos de que disponemos
no son suficientes para esclarecer
definiti~ar~entsei ,l a imagen de la diosa-madre
drcaica de Mdrse!la, represenla ciertamente
d Cibeles2Vor ello, dado que en la niayor
parte de los testimonios, la diosa figiira sin
~ t r i h ~ l tnoa,d a impidr ?ospechar q i i ~lo s focenses
hayan tomado parte de los elementos
que caracterizan la imagen de una Magna-Mater-
Cibeles -cuyo nioclelu se está gestarido
durante este período3"- y los haydri furidiclo
con los rasgos tipicos que simholi7ahan a las
diosas-madres, para q¿ie de esta íntima asociación
surgiera cl arquetipo de una Madre focea
de la que desconocemos con seguridad,
tanto la divinidad que rcprcsenta como el carácter
de su culto, aunque éste parece ser oue
tenia unas cmnotuciones e s p e ~ ~ ~ !memn2t -e
ternales?'
Por otro lado, según las indicaciones de
tstrabón2 los masaiiows diíuridicron ci cui~o
de la Artemis Lfesia -divinidad protectora de
id ciuddd-. Lanto en sus estableciiiiieiitos col~
niales'~co, mo en las áreas donde penetró
su influenciaj4 Esta afirmacióri, podríd servir
como base para intuir que tal vez. los relieves
de la Madre tocea sean una primera tigiiracióii
de la Dama dc Efcso, pues si ciertamente representaran
a Cibeles, no se entiende muy
bien. cómo una diosa que parece recibir un
culto relatimmente importante en Marsella
-a juzgar por el número de estelas encontraclac-,
ni cs m e n ~ i o n ~cnd l~as f ~ ~ nc!tk~i s
cas, ni se propaga su culto cn ninguna de las
fundaciories r~idsaliotds'S~i~n . embargo este
hecho no es suticiente para excluir la posibilidad
de que los relieves representen a Magna-
Mater-Cibeles, pues se puede argumentar que
su culto podría haber sido introducido por un
grupo dc foceos, sin quc haya trascendido los
límites de dicha comunidad
Así pues, en el estado actual de nuestros
conocimientos, no es posible verificar riueslro
primcr fundamento No obstante, 13s últimas
propuestas mencionadas mas arriba, enlazarían
con el segundo de nuestros tundamentos,
comprobar si la Madre focea de hilarsella
es la Magiza-blater-Cibeles dc época imperial
Pues bien, si ambas fueran la diosa frigia mistérica
debería de haber testimonios que manifiesten
su continuidad; sin embargo las estelas
de blarsella presentan una cronologia
delimitada en el tiempo, pues abarcarían desdc
principios o dc 12 segunda mitad del s. VI
a. C. hasta el primer cuarto del s. Va. C. A partir
de este nioiriento, rio eiirontranios iiirigún
testimonio que documente la posible presencia
de Cibeles en Marsella hasta el periodo
helenistico; pero el supuesto «eslabón perdido
» que permitiría mantencr la hipótesis dc
una rclativa continuidad entre !a divinidad arcaica
y la imperial, pvesenta múltiples dificultades
En P!PC!O, se !r-!d & üna e~tnt~~iql~lai e
r~prrsenta a Cibeles [CCCA, V. 31 5) y que, al
parecer, tue hallada en Marsella en la ~Buttes
des Cdrrries~?i"d; ddid~iúiid e Id p i u d bt. ~i túd
en un niomento impreciso dcl período heleiiístico,
por lo que el paréntesis entre las suspuestas
últimas representaciones de Cibeles
y su posible reiriiroducción, abarcaría, como
minimo, casi dos siglos. Por otra parte. una
cronoiogia iclentica se reproduce para un baLas
estelas arc-aicas de Marselh Diosa madre focea o cibeles rnistérica.. 5 1
lorrelieve de Ciheles cuya procedencia exacta
se desconoce (CCCA,\i 3 161, por lo que las posibilidades
de que haya sido utilizado cn la
Antiguedad en Marsella son altamente dudosas;
no obstante, será igualmente analizado.
Asi pues, eri iuiicion de la cronología que
presentan los documentos, creo necesario
destacar el siguiente hccho: curiosamcntc, a
principios del S V a. C., la colonia focca sufrc
un eclipse económico que perdurará hasta
rritradri el i IV a C, períndo cOn e1 711e se inicia.
no solo un relanzamiento del trafico comercial
marsellés -cuya persistencia se manifiesta
hasta la pérdida de su independencia
en el año 49 a. C., tras el asedio de César3'-;
sino también, la aparición de los primeros exponcntcs
comerciales itálicos en la Galia del
sur a través de MarsellaiH. aunque la eritrdda
definitiva de mercaderes romano-~tálicosy~ ~
de intermitentes elementos milita re^'^, no se
produce hasta mediados del s. 11 a. C
Por otra parte, los materiales con quc sc
esculpen las piezas son. respectivamcntc,
mármol de Carrara -estatuilla- y mármol de
Paros-bajorrelieve; dicha pai-ticulai-idad podi-ía
indicar varios supuestos: en primer lugar, que
tanto si Ins mármoles han sido transportados
en bruto, como si lo que llega es la escultura a
Marsella, ambos documentos pudicron habcr
sido encargados para ser utilizados como testinioiiio
de religiosidad metróaca, por individuos
de origen marsell& o residentes en dicha
cilldud -!@ que &rfu cefiz!ar que c;!jiz,$c
el culto de la Maya-Mater se hubiera instalado
en la colonia focea- pero, en segundo lugar,
nada impide sospechar que dichas piezas
hayan sido introducidas en Marsella por algún
comerciante o militar extranjero -romano-itá-
Iico o griego-, que como tiel devoto llevara
consigo una representación de la diosa frigia
En cstc sentido es significativo el hecho
de que la supuesta «rcintroducción» de Cibcles
-pues no hay continuidad-, vaya unida a
un período quc rcprcserita pard Marsella, tanto
una reactivación de sus relaciones comerciales
con el área mediterránea oriental, así
como con la progresiva infiltración de elementos
romano-itálicos cn su tcrritorio4', ambas
circunstancias pudieran ser iiidicio de que, e11
efecto. estemos ante devociones particulares
no necesariamente integradas en el ámbito
marsellés. por lo que probablemente el culto
dc la Cibclcs helenística, no se hubiera aún introducido
pucs dc lo contrario, no se explica
el vacío cultural metróaco que podría haber
durado desde e! s. V a. C hasta fina!es del s. !?i
- principios del s I a C Así pues, no parece
que haya continuidad entre el culto de la diosa-
madre fücea y los dücuiiieiitos de época
helenística, cuya auténtica significación como
testimonios de religiosidad mistérica metróaca
en Marsella es altamente dudosa.
Por otra parte, los escdsos rridteriales relacionados
con los cultos frigios de época romana
que han sido hallados hasta el momento
en hlarsella, no presuponen ninguna vinculación
social entrc los devotos de ambos
períodos. En efecto, dos de los testimonios
consisten en un bajorrelieve de Cibeles
(CCCA, V. 3 17) y una estatuilla de Attis (CCCA,
L: 3 181. ambos de dudosa procedencia, por lo
que difícilmente podremos saber con seguridad
si fueron utilizados o no en la antigüedad
como instrumento dc devoción mistérica, así
como el origen de sus poseedores. En cuanto
a las dos únicas inscripciones aparecidas en
Marsellas (CIL X11,4 1 1 = CCCA, \i 314) o en sus
a ! r e d ~ c ! ~(Cr e!L~ X !! 495 d d p ! 8 !? = CCC;?,
L: 3191, tan sólo en esta última aparece el nombre
del devoto, Navius lanuarius, cuya onomástica
latina, pone cie manifiesto ia desvincuiación
existente entre el culto de la supuesta Cibeles
prerromana y la Cibeles altoimperial,
pues de ser así, debería haberse constatado
una presencia de individuos de origen griego
más significativa.
Dc cualquier forma, serán otras razones de
índole conceptual mucho más sólidas que las
expresadas anteriormente, las que permitan
situar a los cultos mistéricos frigios en su auRosa
hlauía Sicrm dcl Molino
téntica dimensión De esta manera, el hecho
de que el culto de Cibeles en época arcaica
prcscntc cicrtos síntomas dc hcleni7aciónqL.
no supone necesariamente que dicho culto
haya asumido un carácter mistérico, pues las
piirne~asr nanifestacio~iesq u e expiesan esta
naturaleza -como ha demostrado recientemcntc
Sfamcni CacparroL3- no se pcrcibcn
hasta finales del s. IV a C en el mundo griego,
es decir, Tue ~iecesarioq ue el culk Trisio
de Cibeles sufriera una profunda helenización
para que adquiriera connotaciones
mistéricas, de ahí que su estructura iniciática
erti~\jiera inspirada en !os misterios de
Eleusis.
En consecuencia, el carácter mistérico del
culto de Cilseles. es el t-esultado de un clilatado
proceso de helenización que se opera durante
el período helenístico: razón por la cual.
las estclas arcaicas dc blarsella -suponiendo
que representen a Cibeles- no pueden ser
NOTAS
I E I tan s6 o una ocasión aparece u r a f i g ~ r ad e pie
;^p. cp@n afirT2 Pic2vd _ijnc de lec ,j-fpnsi\rps -2
ia tesis continuista-, se tiatar'a de un Attij 3c
acuerdo con este autar, e dios tvizio está represent;
do (de r i ro~n la ¡ mano< Icvarita3;ii y r c clanrente
reconociole por su gorrc frigic, y po- la túiica
corta que dela visibles sus genitales Ver P i c ~ i iCi ~h
1964 uRhea-Cibele et le culte d e i portes sac:Ces.
r... .:. n n .:, .i n n .. .i ii.,,'.
l , > l " ' l , i i i v.ri*i,,ry u, L,"""""" i- 1Y'""y",,"".<"'"' L " ' 1"'-
:ory of Art, Siqdl I 4 Spetial Vduine) New York p 186s y
lam 1, 5-8
2 CLRC. V, 1927 Massalfa dinuis lY~tiauit&dw oriainzs a la
,?ti dc I'Empire romain d'Occident.vol 1, Marsel a, p 121s. y
224-240: E s i ~ t i < ~ ~u.i Ei i i1 907 Recueil ~í;neruld es basrelicf
staiues et biisles dr la Gauie roniaiii, l. París, pp 38-53
y f i g ~(r ecoge 21 de los 4 i relieves), V t ~ ~ l h i t ~ t ~ i l ,
1977 Cybele nnd Attis, Londrcs. p 132, T u n c i ~ 1, 972
R?l;yions d i IAsie, p 48s. idem, 1986 %Les religicns
orientalesu u 459
3 C FRC, 192i op c i t . p 238
una continiiaci6n de! ciilto practicado a la
Magna-blater-Cibeles de época altoimperial,
ciiyas primerx manifestaciones en la colonia
focea quizás se remonten a una etapa anterior
a la conquista romana; aunyue como hemos
teniclci ocasicín de comprobar páginas más
arriba, el carácter de los documentos aparecidos
para dicho período, no permiten asegurar
que el culto mistérico frigio se hubiera introducido
eii ese momento
Abreviaturas
Aufsliey uiid Nii~dergaiigd er. i~orriisclieiWi elt
\ierrnasercii 1\1 1 1986 Corpus cirl!us Cgbcloe Atiici1,
yui. 'tl'liV >U) vol y Leidel1
Corpus lfls;riplioii~ni Lati~iuruni
Etudej préliniiiiaires aiix d ~ i o i zojri entales dans i'Etnpire
rm+iain,c d "vl 1 VLI:L$ASLRCSL, cidcn. 1961
55
4 LANGLOTZE, 1966 Die Kultdn un$ Küi~stlerisciieH ~ l lmi -
.cio. v iimg &u K~?<~e rAiar i hhiltclunonri diivih d o Stndt Phnbnn
Koln-Opladen, p 37, Vt.RM4SEREN 1986 CWpds CUII~S
Cinela? Attidisaue, '4 (tl'120 >O), Leiden, p 1 O2 '1 n"'
176413 íeii ad-lante CCCA Vi
5 RLINKI I, S 1889 <<Statuca~rc haqucs de Cybclc dCcouvertes
a Cyrne)) BCH p 545 cs. Clerc, 1927 op
ci t . p 231 S S . V ~ I <MA S F R1E97~7. Cubelc aiid Atlis,
p 132
6 VI I:MA;IIICN, 1977 Cybek arid Attis, p 132, CCC4 \/: p
105 y n' 292
7 Supra, r 1
8 LPNCLO~I. I Y68 «Eine Kybelestat~etteii n M J S ~ TOo r-
IIJllid\ RRA. pp 66 5, TLIKCIIN, 1972 Rt!i&lii1~d1e5 IA sie. pp
48-50, Iden~1, Y86 ((Les religioiis orientalesu, p 459-60
y 481-2. í1ieri.i. 1989 iulles urirntuuu, pp 64-65
9 TURCAN,1 972 R~!iigitinsd e lA+ p 49. ídavui. 1989 Cinilcc
oripriiinux. p 25 1 , en esta misma obra el historiador
trzncEs dedica un apartado al cu t o de Artemis Efeiia.
ver pp 249-252
Las estelas arcaicas de Marsella: Diosa madre focea o cibeles mistérica .. 53
-
10 TURCAN19,8 9. Clrltps orieiziaux, p 37
I I TIJRCAsNup, ra n 8
12 Una situación similar se reproduce para el i ~ s düe
I Iispania, entre las ma~itestacioneiss íaras de kpucii
prerromana y rnrnana. cuya tema es tratado por ALv4R.
J cr, «Isis prerromana Isis rorranan, en l j i j Nuevas
perspectivas Hornenaie Aliwez de Miranda.. I Mangas
ed . hladr a, 1992
13 Una terracota qiie puede ser fechada aproximadamcntc
cn cl año 6000 a C, fue descubierta en Cata
Hupuk (cerca de Konia trigia) y representa a una diosa
-cuyas extremiaades y senos se exageran considerablemente-
sentad^ cntre dos lcopardos Esta
fieiir- es definida por Vermaseren como la manifestación
más antigua de Cibeles, ver VFIIVIASEREN
1977 Cybele nrd Attis. p : 5 y fig 5 Sin embargo, pxece
demasiado aventurado alirriidr uue fuera el dricestro
más lelaro de Cibelzs, pues iierldrrierite se
nos escapa todo lo referente a su cu to En esta misma
ínea T¿ircan opina de la diosa aqiií represertad3
quc «Nous Isnorons le norn qu'elle avait a ors La
signification exacte nous en reste inconnJeu, e? l U R ~
CAU. 1989 Cultes ~rien!auup, 36.
14 Vermaseren, 1977 Cybsleflnd A¡:¡$, pp 71-73
15 Al parecer, una diosa radre de origen anato1.c deiioiniiiadd
Kuhba. sería tl dxendiente directc de la
futura Cibeles Sobre el tema ber LARXHE, E, 1960
-Kci:h:hr;. i?Ecxc x z t v ! ; c ~ n cc: Ic p;uV!Emc Ves
or ige~e sd e Cyoéleu, en Elivnuvitj crieiituur. h v i , lu religlon
grccqlie ancienne, París pp I 13-1 28. VER:AXSEREU
1977 Cybzle and Attis. pp 21-24. SFAIV'FCNAIS PPIIRO
1985 Sotevidoay p 2 :1 I 7
16 En este sentido habria que destacar entre otras. las
versiones de Kubaba qLe se e'ectuaron en Carchemish
-la diosa leva el pulu, y bujeld w i i su rrinrio
una granada- entre el 1050-850 a C q cn Bogazkoy
-dquí la diosa aparece de oie, Ilebando el pdli sobre
su cabeza P cosienclo una manzan;; con as dos
mancs asimismo, a ambos lados figuran respectivamente,
un flzutista y uri riiüsicu Lucdrido Id lird- entre
tiriales del S VI1 o comienzos del VI a C . veáse
VFPMl5Fi?t U IY/ / Cyáele and t t i s , pp 18-20 y notas
Respecto a la representación de Bogazkay Sfarneiii
Gasparro discrepa sobre la identiticación con Cibe-
IPS ~ I IhPa sida propuesta por a l g~n o sin ies:iga.'i>-
rrc. pie< qegíin esta oiitora a it ,S imposible to be
surc about thc legitimacy of this identification since
the iconographj of :he figure does no contaic an) ot
the e~ementsu ich d~stinguisht i e irnagr of Cyhelr
after the 6t1 century»,c n 1985 Sottr;okJg4p 5
17 L4110~Ht. 3960 art cit pp 113-128, VERFAASERLN
1977 Cybdc nnd Atti;, p 18, S~ALILGUAIS PAWO10, 85
Soterioloag, p 5
18 Para las distintx f guraciones de Cibeles cspccicil
mente aquéllas que se nidriiliesldn en Asia Menor,
las is as del Egeo 4 Grecia- ver VERVAStREN. M 1
1954 «La penetration des cultes orientaux dans les
Pays-Bas romainsu, RAEST 5. pp 116-122, WIL-, E
1960 dspeils du culte a de la Iégende de la Grarde
ivlere ddris le iriuride grecu Elernents orientaux dans
¡a religion grecque ancienne, Colloque de Strasbourg 22-
24 rnai 1958 París, pp 95- 1 1 1 , VERMHSERL19N7,7
Cgbeleand A!tis pp 16-37
19 Parece ser que el culto de Attis f ~ ime p ortado a Frigia
por t r ibx tracias, ver 7~~~4111918,9 Cultes oricntuux,
p 36
20 VERMASLR1E9N66, Lege~zd of Mis. p 2 2 s . SFAMENI
G~IPARR1O98,5 i;ol~rii?hP~ ~64, 57
21 G~ ~ PAR1R98O5, Soteriologg p 25, especialmente
n 24
22 Vermaseren d,ce que en seis ejemplares la diosa
aparece con un aqimsl a su lado y que seguramcntc
se trdte de un león pues este tigura sin duda en una
de las estelas, en VLRMASER1E9N5,3 art cit. p 120,
en el Corpus, sólo reproduce cuatro CCCA, \i nos 296,
300. 308.31 2, lo que seguramente sea debido al mal
estado e n que sc ciii~ciitiaiiü lguiias dc I d s ~ s k l d a ,
quizás no conservadas
23 Supra n 1 y 6
71 lnfra n 26
25 Clcrc oo na quc pa7ccc scr un toro el animal que
acompaiia a la diosa en uno de los relieves, ver.
1927opcit,p2?8vn I
?L 1,. -...7-n-., ,077 ,- ~u V L W V ~ ; ~ C K ~ ~ ~ J~ Y. , , qVc1c 'id Riiis, p 7 i
27 TUkiAU 1989 Cultes arien!auu, p. 35 y 250
28 CLERC1 927 op c i t . pp 236-239
29 Fn este mismo sentido, habría que señalar otros testimmios
del mismo perícdo halladas en el Mediterráneo
occidental y que han sido puestos en relación
COI la difusión del ri.ltn rihPliro r r rl contexto
dr la rolonirarifin griega Concretamente. se trata de
dos terracota5 que representan la imagen Oe una
diosa con un leen en sus rcdiilas, ambas halladas,
rcsnfit varente i.n Cela y S~l i n i i nItS~i rilini e n niveles
arqueológicos dcl s VI s de C, cn SFP,MLNI
G~si~4iiiiGo., 1 973 1 tulti oriín!ali in Siciliii, Leiden
IEPRO 3 11, F: 1 ! 5-1 19, así como una inscripción incisa
er un fragmento de cerámica de finales del s VI1 o
coiriieiizos del VI d C. deicubierto en Locri Epizeferi
(R/i~'giuflqzuJ e lleva el nombre d e cpuflakn; en UIAII-
~.!!cc!,. f !97fi <C!hnlnr . ~ p , ' ~ ~ ~i : C&Z ~~ C dJ i Lo~ri
Epiziferi~,K lio LII. pp 133- 138 VLIR~~ASE19R7E7 U
Cybrlr aizdHttis, p 27
313 WII.L : 958 art. cit, p 96
'31 SFAL'IFGUA SP~RR19O8,5 Soieriologk p 3
32 Str. lV 1, 4
33 5tr. IV. 1 , 4, IV, 1 , 8 y para t.ispznia, 111, 4, 6
34 Str. IV. l . 5
77 No ha aparecido. hasta el momento, ningún testimonio
quc manifieste a presencia de Cibeles en alguna
de sus colonias. ni para el periodo arcaico, TI para el
greco-romano, en cambio. habría que señalar que
OUrvcrsdal <le Las Panias do Ira, Canara i t o e c a Unuestsrs a e m m D g a l e Caniris 2015
Rosa María Sierra dci MO~~MD
Artemis Efesia tuvo santuavios en Mariclla. Olhia y
probdbieriieriie en Sr Blaise, Ler TURCHN1, 986 «Les
rcijgions oricntalesn, pp 469, ns 13- 14-1 5 460 y 481 -
484 Por ello el. dndisls de la contiruidad geográfica
de los testimonios metr6acoi quedará limita& a
MdtVdd
9L r- ------ 1,. & -m-...- ,u UL UL ~ LUHL L Li~a ~c i i i u i i a i a i i i l a a r i i q ú i h i dt-E&-
hi~r taa ~statiiillat an d o p wemos la inforrnaciói
proporcionada por trohner ae que fue hallada en el
lugdr irieriiicriado. i.er F l w ~ ~ i ~M't 1~8i9 7 Catuloque
des an1iqii;tk grecques el roin&iles du h4usk de MnrsL4i?.
n' 229, lJarís
37 CLAL~L-LtvtoMut .1 977 lvlurwlk grecque La dy~iami-
~ M C Ü Ui V~ ~I ~ p ( . r i u ' i ~ ~ ? ~ i ~Pnd~ríu,,r ~p) i ii 2u5~ ? ~ ,
'38 VCóct Siiinn C 1971 1 Rinrnani nela Ga lin meridionale
111 y 1 scc a C ), Bol0qId. pp 69-73
39 CL PV~ML y L t i ' t ~ uP~ 1,9 71 Villes el S1r~i t~c iu-rrb~a i-
I W ~da ris k Oc¿idicit rmaivi. París, p 15
40 Ci FRc'. 1977 (1929) 917 (11 t 11, p 17. Ci AdFI -Li\/FClF.
1977 op cit. 130%
, T i El? c-;ie .o>:into i - , a~i ;ca" e Si iUd ( üna e5tatU;11a de
mármol griego que parece haber s do encontrada en
un lugar inipreciso, denominado <bources du BrescueB,
véase CCCA. v 322
4 2 S IAMEG\III S P ~ R ~1O98 5 S@tr?rioinqgp, 1-5
43 S~~lv' tGhlA ~ P ~ I I1O98 5 op lii bease especialniente.
pp 25,265s 4 9 s ~6. 4 s y 119-125
S I A M G~ ~N?SI I >PI<1I9<8C5 . Sot~rioiog=~ S IAFA:-GNA S~ARRO.
G 1985 Sotmobqy ur7d mysticuspccls iiz [he Cuil cfcybcic
andíittis, (EPRO 103). Lcidcn
TLJRCA19N7,2 Re!igiofis de 1Asit = TIJRCARN ,1 972 Les rcligiouis
de 1;We dmr la vall& du 1ilii)cií. í tlJRCi 301. Leiden
TURCAS1,9 86 <Les religicnes orientaics» - Tiwln. R
1986 .Les religicnes orenta es en C s ~ l eN arbon
naisr et dan< la ~al1E.eil u Rh5ne» 4NR\V 18, 1. pp
436-5 1 O