VEGUETA, Número O, mayo 1992, (215-229) 215
Arquitectum y Masorzería
erz las Islas Canarias
" Profesor Titular de Historia del Arte. Universidad de Las Palmas
de Gran Canaria
216 A Sebastián Hernández Gutiérrez
L os parámetros de la hermandad en
Canarias
Hasta mediados del siglo XVIII, allá por la década
de los 30, no se empieza a oír hablar cn
el archipiélago canario de una organización filantrópica
que responde al nombre dc masonería.
Su aparición fue tímida pero con la suficiente
capacidad de subversión para provocar
a los coléricos representantes del Santo Oficio.
Precisamente fue un proceso inquisitorial
contra el siíhdito inglés Alejandro French,
miembro de la logia Roya1 Exchange de Boston,
lo que dio pie a su conocimiento. A este
caso se Ie süii-miün üt~üsy, cuii siiriiidr procedimiento
se encauzó al francés Pedro Carbonier
(1 790) y al icodense Antonio López de Padrón
(1792) al ser acusados, y con razón, de
pertenecer a la hermandad
Sin embargo, no nos engañemos, a efectos
reales nos encontramos aún con casos aislados
que no pueden ser considerados de facto
. .
cumu proroncia activa dc !u masmcr:a, c incluso
la primera logia que se fundó en Canarias
en 181 7 bajo el nombre de San Juan y Soberano
Capítulo Metropolitano de Cornendadores
del Teidel, no fue más que un conglomerado
de amigos que tenían una exagerada
preocupación filantrópica. Es más, hasta 1870,
es decir hasta el último tercio del siglo XIX, no
se puede hablar con cierto grado de razón que
existió la masonería en el archipiélago atendiendo
que fue en este año cuando la ciudad
de Santa Cruz de Tenerife conoció la apertura
de la logia Tcidc n.O 53, la llamada logia madre.
Esta manifiesta tardanza en la organización de
¡a orden es e¡ inconveniente inicial con que
tropieza una hipotética «estética masónica>,
que se veía así impedida para una correcta difusión
de sus teoremas y símbolos entre los
artistas canarios que empezaban a despertar
ante las voneuardias europeas2. En realidad,
en problema estético no es en absoluto inquietante
para los masones locales, cuando
por otiüs iiiuri~iusi iiuiivus veían con desconfianza
su continuidad como institución. Las
logias morían tan pronto como eran alumbradas,
y la clave de la masonería insular la encontramos
en la multiplicación sin urde11 ni
concierto de logias en las principales poblaciones
insulares Talleres, que por dra parte,
no sobrevivían a las pequeñas guerras intestinales,
y que a la postre han dado la imagen
que su propia realidad: la mediocridad institucionalizada.
Tan sólo en cuatro islas. a saber: Tenerife,
Gran Canaria, La Palma y Lanzarote, se desarrolló
la actividad rnasónica histórica, una actividad
atomizada con ínfima capacidad operariva
quc ieios de practicar el utopismo masónico
del universalismo fraternal. ponía en
funcionamiento el visceral «divide y vencerás).
Pongamos tan sólo un ejemplo; lo ocurrido en
la isla de Tenerife en un período de tiempo
corto. el que va desde 1870 -año (ir la fiindación
de la primera logia- hasta el término del
siglo XIX; tan sólo treinta años que conocieron
el alürnbiamisiito y la Uehiiciói-i de lüs siguientes
talleres: Teide. n.O 53 (1870). Fe Macónica
(1 873). Taoro, n.' 90 (1 874). Caballeros Rosa
Cruces del Teide (1874). Nueva Era n.' 93
(1 874), Hilos del Teide n." Y4 (18751, Caballeros
Kasdosch 11875), Esperanza de Orotava n." 103
[1876), Tinerfe n.O 1 14 (1 8771, Taoro (1879), '11-
nerfe n.O 17 (1887) y Añaza n.O 125 (1895)'
Las evidencia< qiip denotan esta nómina
se transforman en circunstancias que inevitablemente
nos arrastran hacia una segunda
condición más preocupante si cabe que la antecedente,
la falta de operatividad Todas ellas
contaban con capitales de escasa importancia,
lo que naturalmente irripedía maniobrar
con cierta eficacia. Sus trabajos masónicos,
pese a quien pese. quedaban reducidos a lo
que ya en su día generalizó el cronista Francisco
María de León4, es decir las rnanipulaciones
políticas. E incluso eilo con algunos peros
que debemos empezar a considerar, pues si
comparamos los listados de los apolíticos
profesionaies~ que, por elempio, han sido elegidos
por Canarias para representar la región
Arquitectura y masonería en las Islas Canarias 217
I TABLEAU ,,,& ,&&n,u......,
Tabla del Compañero con sus correspondientes atributos
en los Darlamentos e s~añol e sco~n las nóminas
que popularmente manejamos de los masones
canarios más ilustres. nos encontramos
que a excepción de Villalba Hervás o Eufemiano
lurado el resto de los políticos solventes
nada tuvieron que ver con la <fraternidad universaix.
Es ei caso de los hermanos León y
Castillo, luan y Fernando, Feliciano Pérez Zamora,
Antonio Matos, losé López Domínguez,
Pedro Bravo de Laguna, Santiago Verdugo,
Emilio Salazar, Domínguez Afonso ... Sin embargo
ésta, lo debemos reconocer, es una verdad
a medias que no da una idea exacta de la
influencia de la orden en las islas, y no debe-
---- -1..:2-- -1 ---- 1 -..- -- - 1 1 - : ,.----- -,
iiiua viviuai CL papci yuc GIL ciia juppiwii i i i a -
sones del calado de Amaranto Martínez de
Escobar, Ramón E Castañeyra, Antonio López
Botas, Elías Mújica, Patricio Estévanez o los
hermanos Zerolo, Tomás y Elías.
Las tres circunstancias enunciadas -demora
en la presencia, escasa operatividad y
desaveriericias fraternales- fuero11 a nuestro
entender tres factores negativos que incidieron
peyorativamente en el desarrollo de un
aarte masónico, en nuestro archipiélago. Sin
embargo, muy a pesar de ello la masonería es
una organización iconoclasta que se ve imperiosamente
dirigida por la figuración como
medio de expresión de sus ideales. De modo
m , . , 1,- In";," ,,m,,;,, fr\mnntnrr\n ?In!ín tinn
yUL ,u,, lC'6,"O LU,,", 1 - 4 1 " " ' L 1 1 L U L " , I U L 6 U I I L l p "
de actividad artística especialmente arquitectónica
y plástica en clave dogmática.
Con esta idea la masoneria regional retornó
los dictados internacionales en materia
artística encausando sus manifestaciones hacia
los gustos estéticos del momento. Una de
sus principales características de la orden ha
sido su admiración por la vanguardia y no ha
dudado en hacer coincidir su simbología con
las corrientes del momento. Incluso de motus
propio tia ddquirido las famas de avanzadilla
para trastocar a conveniencia las modas del
arte; recordemos que sus afinidades plásticas
empezaron descubriendo antes que nadie los
valores del arte medieval al modernizar el espíritu
de los picapedreros góticos.
Hermanos de talento. Arquitectos en la logia
Con esta denominación la masonería suele
diferenciar a aquellos de sus miembros que se
dedican de una forma profesional o no a las
iabores ariísiicas. Es eri verdad ivdv uri deidlle
que habla en favor de la orden y aclara en
lo posible cuál es el papel que juegan las bellas
artes en la institución. Es la única actividad
que se especifica y diferencia del grueso
de las profesiones que ejecutan los masones.
Tal diferencia pone el dedo en la llaga: la imagen
posee un soporte doctrinal siendo el veh:-..
l, :AA,,, ,,,, 1, ,,,+,,;A, A- -..,..,, iiicuiw i u v i i r w paia ia c a p r a L i u i i ur IIUCYVJ
hermanos, a la vez que refuerza el carácter
moral del iniciado.
218 A Sebastián Hernández Gutiérrez
Arquitectos, pintores, escultores, fotógrafos..
son considerados por estas razones individuos
valiosos que desde el momento de su
ingreso cn la orden son merecedores de un
cargo de responsabilidad relacionado con la
ornamentación de sus edificios.
El origen de este tipo de comportamiento
lo debemos buscar en la esencia misma de la
masonería, pues en los orígenes de lo que conocemos
como masonería especulativa (1 7 17)
se acercaron a ella muchos arquitectos con el
interés de verse contagiados por el prcstigio
de una asociación que hacía gala de ser la heredera
de los consrrucrores ae catedraies. La
palabra francesa maCon significa en primera
acepción ai6añil, toda una declaración que fue
utilizada como reclamo para que los técnicos
que conocían el abc de la arquitectura como
Elías Ashmole, Wren, Iñigo Jones. Soane. Rodríguez,
Lequeu o Langley por poner algunos
nombres, se aproximasen a la orden para algo
-:,. -~.-:--"----..-- -1- L : - ! -
1 1 iaa yuc ~ ~ ~ ~ p ~ c gu~r ipa~irssr~;i giu.
La arquitectura fue tomada por la institución
como el arte entre las artes, como el camino
que recorre la perfección, y todo ello
hasta el punto de que en algunos manuales
de la Epoca (Pochet Compatzion jor Freernasons)
indiquen que ningún hombre debe alcanzar un
puesto elevado en la masonería si no posee, por lo me-
M O S u n bu~nrn nnciwli~~dt~n In gonnwt~íoy 111 nrql~ile~
tura.
Esta singular relación se compendia a partir
de 1723, año en el que ve la luz la edición
príncipe del manual básico de niasonería: Las
Constituciones de Anderson6 Un texto con visos
enciclopedistas que recogía entre sus páginas
la historia, ceremonial y reglamento de lo que
sería la oficialidad de la institución. Entre los
muchos conceptos que baraja este libro a nosotros
nos atañe la interpretación que ofrece
de los instrumentos de la albañilería al despojarlos
de su significado y utilidad como herramienta
y convertirlos en iconos que contienen
en su uso masonico ias virtudes del universo.
Cuando la masonería en Canarias alcanzó
un cierto grado de estabilidad supo captar para
sí a muchos profesiunales del rarrio de la
construcción, arquitectos y maestros de obra,
que en poco podían hacer laboralmente, ya
que las arcas de las logias no estaban para hacer
gastos de edificación, pero qué duda cabe
que contribuían a otorgar legitimidad a esa
supuesta teorización arquitectónica que se le
cree inherente a la orden. El cuadro que a continuación
reproducimos vicnc a ser una nómina
informal que exprese la filiación de los susodichos
técnicos, detallando la logia a la cual
se inscribieron y ei tiempo que en ella permanecieron
como miembros activos:
ARQUITECTO
r Ventura ROnRiGrJEZ (1784)
r Adnlph COOUET Logia Sage de Lyon (1880).
Manuel CÁMRAY CRUZL.o gia Añaza n.O 270
i 1900).
Gtiiiu /\RRÜYÜ EERKEIWLo.g ia iiñaza n." 270
11919-1921).
Nicolás ÁLVAREZC ASANOVLAog. ia Añaza n.O
270 (1914-1920).
Rafael CLAVIAIOR MASL.o gia Teide n.C5 3, Hijos
del Teide ( 1870- 1876).
hAan1.1~1 L O R E T ~P ÉREZ. L~gi aP rincipe de
Gales, Afortunada n." 5 1 190 1 - 1904).
Francisco PEREZC ONZÁLELZo.g ia Añaza n." 1
y n." 270 (1923-19761.
lnocencio PINTADMOA KRERLOo.g ia Añaza
n.O 270 (1920).
Andrés REYES LEÓN. ~Viriato). Logia 'faoro
(1 876- 1886).
Manuel RODR~GI IEPZÉ RFZc.M emphis».L ogia
Teide n." 53 (1873-1878).
JoséR uiz R o ~ ~ í c u«~Tozs.c anov. Logia Añaza
n." 125 (1599-1909).
Vicente TRINIDSAADN TANLAog. ia Luz Marina
n.3 226 (1 895)
luari SITIAu.N oy de las Barraquetas). Logia
Añaza n.O 125 (1900- 1905).
Arquitectura y masonería en las Islas Canarias 219
La nómina de hermanos de talento, como
podemos comprobar es muy amplia, y aunque
todos ellos practicaban, con más o menos
acierto. las bellas artes, hemos de dejar claro
que la calidad de su participación no siempre
supe16 el vislv luuerio de la Historia del Arte. Es
más, solo unos pocos han permanecido en la
memoria histórica canaria en justo reconocimiento
a su valía como artista y no como masones.
Ventura Rodríguez, sin ser un autor canario,
tuvo en su día un encargo que le valió una
presencia teórica en el Archipiélago, pues fue
e! autor en ! 784 de los planos que debia:: hc:
ber sido aplicados para la reconstrucción de
la parroquia de La Concepción de La Orotava7.
Mucho seria decir que esta obra tiene
connotaciones masónicas, por más que nos
empeñemos en atestiguar que su autor perteneció
junto a lovellanos o Mendizábal al Gran
Oriente Español. Recordemos que la corte del
rev Carlos 111, en la que él se movió durante
muchos años, fue especialmente partidaria de
la masonería especulativa y no en vano el
conde de Aranda logró del rey ilustrado un
decreto en 1773 por el que se ponía al margen
de la ley a los jesuitas de España. El caso de
Ventura Rodríguez8, es pues, en nuestro contexto
una mera anécdota ya que están aún por
descubrir las verdaderas relaciones entre sus
proyectos y los ideogramas de la orden.
En aquellos días, en los albores del Ochocientos.
la prcscncia de la simbología masónica
era poca, y cuando lo era lo hacía en forma
de ajuar, de manteles, de tapices .. que tenían a
mdo dc burdado la sano intención de la provocación
anticlerical. Por tanto, aún no se puede
hablar de un arte masónico canario, sino
de una exhibición foránea, importada, de los
jerog@os de la masonería. La historia de Canarias
registra varios acontecimientos como el protagonizado
por Nicolás Massieu de Vandala,
cuya casa de Santa Cruz de La Palma amaneció
un buen día de 1x31 mwrnacian con
símbolos masónicos. Chanza que le costó a
Massieu no pocos disgustos despues de las
denuncias que firmó en su contra Fausto Cathalán
como comandante general de Canarias.
O el no menos escandaloso entierro de
José Medina Esquive19, médico natural del
Puerto de la Cruz, fallecido el 9 de marzo de
1877 que en palabras de losé Agustín Álvarez
Rixo era masón reconocido públicamente, por no recibir
los Auxilios de nuestra Iglesia Católica, por lo cual ...
se le negó sepultura en el Cementerio Católico. Pero sus
consocios le enterraron en el protestante denominado la
Chercha, recitándole las oraciones fúnebres del rito q u ~
usan los protestantes. Y a pesar del escándalo que causó
~ s t Lc5 PCC?RCM!Ie?; : E;: hijo de ;?ue;tm !qair~ i i -
currió mucha gente a presenciar esta novelería. Ei joven
muerto llevaba figurado un triángulo al pie del ataúd y
una cruz con una cifra IME a la cabecera'".
Este asunto, el del masón que no podía
ser enterrado en camposanto, constituyó durante
muchas décadas la clave del combate a
muerte que sostuvieron la Iglesia y la masoneríali.
hasta el punto de desarrollarw alpiinos
pleitos legales que intentaban dilucidar el
lugar adecuado para el enterramiento de un
masón. Con la ley en la mano, con la ley recogida
en los artículos 1.239 y 1.242 del Código
Canónico en su apartado 5P el debate no ha
lugar pues bien claro expresa que son excluidos
de enterramiento eclesiástico los adheridos
u sectas masúnicas o a oiras sociedades de la misma
índole. Pero las circunstancias de la realidad canaria
eran otras bien distintas y las presiones
político-econ6micas qiie podían ejercer los
miembros de la orden lograban que el referido
Código admitiese otras muchas lecturas. A ca-
J.. ..-n l^^& ..-A ua casu, uiia iccuia.
Ésta, y no otra, es la trama en la que se descnvuclve
un modelo de arquitectura funera
ria, la tumba masónica, que tiene en el Archipiélago
dos importantes manifestaciones: el
mausoleo del marqués de la Quinta Roja y el
cementerio Castañeyra. El primero data de
1880, año en el que dan comienzo las obras de
'ina !i_irLrora tumba diseñad. por e! zirquitectn
Adolph Coquet en los iardines de la casa mar-
OUrvcrsdal <le Las Panias do Ira, Canara i t o e c a Unuestsrs a e m m D g a l e Caniris 2015
Arquitectura y masonería en las Islas Candrias 223
y colocación en los mismos depende sólo de
su graduación dentro del rito. Por último sobre
el estrado se colocan dos mesas de forma
sirriéiri~a destiriánduse, la situada a !a derecha.
al secretario de la logia y la de la izquierda
al orador.
En el centro del recinto, conocido como el
patio de los circuncisos, se encuentran las hileras
de bancos que ce destinan a los masones.
Los Aprendices ocupan los bancos próximos
a la pared norte, mientras que los Maestivs
y Compafirros hzcen !S propio con los situados
al sur. Un detalle rriuy interesante del
patio se encuentra en los muros meridional y
septentrional por cuanto sobre su paramento
sc embeben respectivamente cinco columnas.
l a dprnración del patio se completa con un
tapiz, el llamado cuadro de la logia. extendido
sobre el pavimento. Simboliza al estanque
que poseia el templo dc Salomón dedicado a
los circuncisos. De ahí, que este tapiz refleje
de forma esquemática todos los objetos de
uso masónico, desde la escuadra hasta el
triángulo, la estrella o la plomada.
El patio queda delimitado en su parte occidental
por las mesas de formato triangular
224 h Sebastián Hernández Cutiérrez
que usan el tesorero y el limosnero, y el ara
truncada sobre la que se coloca sobre un almohadón
rojo, la Biblia, el triángulo y el compás.
Este último elemento supone un detalle
efectista de calidad dentro de la logia, ya sea
t .nt~p nr SE significadn, e! a!tr de! temp!i salomónico,
como porque es el punto en el que
se elevan los juramentos de los masones.
Situado en ei occidente se ericueritra ei
atrio, cuyo inicio conocemos por estar en él situadas
un par de columnas; en la del mediodía
tiene a su derecha una piedra tallada,
símbolo del masón experto. Le suceden en
esta dirección un estrado y la mesa destinada
al primer vigilante, y una estatua de Hércules.
En sentido opuesto, hacia el norte, y después
de alcanzar la columna encontraremos una
piedra bruta dedicada a lo no-masónico, el
estrado y la mesa del segundo vigilante y la
estatua de Venus. El montale iconográfico del
atrio se completa con la colocación en disposición
triangular de tres bugias, utilizando una
vez más la luz como símbolo de perfección.
Por todo el recinto se pueden encontrar
letreros alusivos a la orden. y muy especialmente
se repite el lema básico de la masonería:
Libertad. Igualdad y Fraternidad".
La composición socia!, y dcsdc luego la
presencia real, de la masonería insular en el
siglo XIX impedía a todas luces poseer una
iogia como manáaban ios canones; un eaiíicio
exclusivamente construido a la administración
de sus asuntos. También es cierto que
las disponibilidades económicas no permitían
ni remotarncnte pensar en destinar un capital
a la adniiuisirión de iin Inral prnpin Y
aunque éste no hubiera sido el problema. la
masonería al no contar con el beneplácito socid¡
I iu iiu'uiese puUiclu liarei gala de ta~-mi agna
ostentación. El cuerpo clerical cstaba en
pie de guerra e impedía desde el púlpito el fomento
libre del pensamiento masónico. De
manera que durante muchas décadas las logias
tuvieron que conformarse con la utilización,
de forma soterrada, de algunas dependencias
de viviendas particulares cedidas o
alquiladas por algún miembro de la logia. No
siempre fue así y hoy sabemos, a modo de
ejemplo, que la logia Tinerfe n." 114 (1879-
1884) tuvo su primera cede en una casa de la
ca!!e de! Cxti!!n de Smta Cruz de TenerifelK
hasta que quedó arruhada por un incendio
en el año 1880, o que Acacia n." 4 (1932-1836)
se reuriíd eri un irirriuebie de ia cdiie de ¿e611y
Castillo registrado con el número 27 1 de la capital
grancanaria después de un largo peregrinaje
por otros edificios de la población Pero
lo frecuente hasta el siglo XX fue la celebración
de la tenida doméstica, en la casa de un
bienpudiente de la comunidad que prestase
algunas habitaciones para las reuniones y ceremonias
de la institucion; o cómo podemos
explicar que la que fuera casa familiar de Diego
Ponte del Castillo (San Agustín, La Orotava)
conserve aún parte del pavimento (blanco y
negro) en el patio que utilizaban para las tenidas
de la logia Taoro.
El caso más significativo lo encontramos
en el domicilio particular de Sánchez Yánez,
una vivienda de Ciudad Jardín (Las Palmas de
Gran Canaria) que fue construido con un supuesto
~Oratorioo en su principal planta. Su
arquitecto, Rafael Massnet F ~ u s(,1 921) dispuso
una habitación semicircular a modo de capilla
incluida su sacristía, espacio que se
transformn con otro uso. El compiemenro dei
conjunto lo ponen las vidrieras que custodian
este espacio, entre las que destaca un significativo
cojo divinoo
Sin embargo tenemos ejemplos que contradicen
nuestras palabras pues en la capital
tinerfeña, donde la presencia de la orden fue
más importante que en ningún otro rincón del
". - L : . : z l - - - -- 1 L ---- A - - -A--&-
~ i U I I ~ l t 2 l d >~=U I ,C V d l l L d l U l I UU3 1UglClS CiUCi tJLadas
a las normas establecidas por la tipologia:
Tinerfe n.O 114 y Añaza n." 125.
De la logia Tinerfe nos quedan sólo noticias.
las que en su día fueron publicadas por
la Ilustración de canaria^'^ en una crónica de Luis
Maffiotte sobre la inauguración de la misma
Arquitectura y masonería en las Islas Canarias 225
Fachada de la logia Añaza ubicada Pn la calle San Lucas de Santa Cruz de Tenerife Plano diseñado por el arquitecto
rriasón Ma n ~ edl e Cámara 1900
en el número 17 de la calle San Felipe Nery cio Estévanez aTinguaro~m, iembro precisa-
Bien poco podemas saber de lo que en reali- rrierite de Tinerfe 11." 1 14. La crónica se concredad
nos interesa pues el articulista, hermano ta en poner de manifiesto el valor de los esplénde
masones, manipula intencionadamente su didos salones donde se rindió culto al dulce y bello sentitrabajo,
no en vano fue publicada en una re- miento de la fraternidad... que no se compone (se refiere
vista de la cual era director otro masón, Patri- a la logia) de mazmorras tenebrosas ni de fúnebres ca226
A Sebastihn Hernández GutiPrr~z
Plantas de la logia Anaza. destaca en ellas la ubicación de la cámara principal destinada a las tenidas rnasónicas
tacumbas ... en medio de un tétrico silencio ... yo temblaba
como un azogado ... gruesas gotas de sudor frío caían por
mi frente. Dejando para la Historia del Arte una
breve descripción de las pinturas que decoraban
los techos y paredes realizadas por el pintor
Ernesto Meléndezzom, asón que utilizaba
el seudónimo de Fortuny
Frente a la pobreza informativa que tenemos
sobre Tinerfe debemos contraponer la
abundancia documental que se conserva sobre
la Logia Añaza; una logia que aún hoy se
mantiene en pie, aunque como dependencia
rniii~ard espués de que se ie apiicara el tanioso
decreto de 15 de septiembre de 1936 firmado
por el general Franco cuando aún ost
e r i b h el cargo de comandante en lefe de la
región militar de Canarias.
La historiografía artística canaria cuenta
en la actualidad con trabajos puntuales que
tratan tanto del autor, Manuel de Cámara2',
como de la logia misma? Ésta, la logia, constituyó
en su momento, 1900, una manifestación
singular en su modalidad ya que en toda
España fue un ejemplo único. El edificio se
encomienda a la arquitectura sirnbolista que
preconizaba su arquitecto por medio de una
identidad ecléctica. Para diseñar su fachada
utiliza un discurso filtrado por la estética fa228
A Sebastián Hernández Gutiérrez
promulgación de la <Ley de Represión del
Comunismo y la Masonería). Dicha ley amparaba
a las de depuración política por la que
los funcionarios del Estado fueron perscguidos
profesionalmente, cuanto menos. e inhabilitado~
e n sus funciones publicas. Canarias,
que no conoció la beligerancia. no quedó al
margen de la represión posbélica que se puso
tan de moda entre las falanges que indiscutían
al régimen. Represión que tuvo sus
principales chivos entre las élites intelectuales:
pintores, poetas, arquitectos, publicistas ...
y todo aquellos bienpensantes que hubieran
destacudo d ü r a n t e !o :: XqGblica Íiieiuri ericausados
como escarmiento brindado a la
sociedad insular Bien conocidos son los casos
de Luis Rodríguez Figueroa, Felo Monzón,
Domingo López Torres, Otilio Arroyo ... o Secundino
Zuazo, quien sin ser canario conoció
nuestras islas gracias al exilio que le impuso
el gobierno franquista.
NOTAS
1 1 Antonio FERREBRE NIMEL<LLIa: p rimera logia masónica
de Canarias: Los Coniendadores del Teyde. Santa
Cruz de Tenerife, 1817-18209. Revista de Histona de
Canarias. La Laguna. n.O 173, 1983. págs 199-2 1 1
2 Fernando CASTROB OR.REGO<P intura> WAA. Historia
de! Aíe i i i Curiuriu> Lds Pdil~idbd e Gran Canaria. 1Y / l .
3 Para conocer los pormenores de estas logiac. y todas
las existentes durante el período histórico es muy recomendable
la consulta de Manuel de PAZ SAVCHFZ
Historia de la Francrnasonería en Canarias 1739-1976 Las
Palmas de Gran Canaria, 1984
4 Francisco Ma dc LEON Apuntes para ia historia de las Islas
Lananas I 776- i 868. Santa Cruz de Tenerife, 1978
5 losé Miguel PEREZG ARCIAE:l ecciones a diputados a Cortes
en Las Palmas durante el siglo XIX Las Palmas de Gran
Canaria. 1990.
6 CON: The Constitutions of the Free-Masons. Williarn Huntes,
London. 1723.
7 lesúc HERN~NDPEEZR CRAa Pianos d e Ventura Rodriguez
para la Concepción de La oro lava^. Revista de
Historia La Laguna. 1950, n.' 90-91.
8 WAA. El Arquitecto D Ventura Rodnguez (1717-1785)
P.yuriidrriicnro. iviaaria, i895.
9 Elias MUIICABi blioteca masonica. Poesías leídas ante el se-
El proceso de Arroyo es particularmente
significativo por cuanto que el arquitecto tinerfeño
(1886-1942) se le aplicó las medidas
de la depuración24p or el solo hecho de haber
pertenecido a ia masonería local. Su arquitectura,
que apenas sí existe como tal pues se
dedicó más al cumplimiento de su labor como
técnico municipal, no se expresa hajn
ideología alguna. Y así el expediente de depuración
que se le abrió el 13 de septiembre
de 1936, y que concluyó cn 1942 con su inhabilitación,
ya fallecido él, comunicada por
medio del Boletín de la Dirección General de Arquilectura
soio tenia en su cargo la tiliación a la
masonería. En efecto, Otilio Arroyo (Cruz) Herrera25c
onsta en las nóminas de la logia Añaza
n.O 270 y Añaza n." l entre los años 1919 y
1927, quedando a partir de 1921 en calidad
de dormido. expresión que le coloca al margen
de la actividad viva de la institución. He aquí
su pecado.
pulcro de José iMedina Esquivel en la instalación de la log Esperanza
de Drntnvo Santa Cruz de Tenerife. 1877
10 losé Agustín ALVAREZR IXO<: Anales del Puerto d e la
Cruz de la Orotava divididos en Décadas. Empezadas
desde el año 1701 Escritas por curiosidad el de
1828 Por su Alcalde Real losé Agustín Álvarez Rixo y
adicionado por el mismo hasta 1850,. Ms
1 1 Felipe CONZALEyZ M iguel Angel CABRERAAC OSTAaA. Igunas
noticias sobre anticlcricanismo rnasónico en
Fuerteventura y Lanzarote a comienzos de la década
de 1880). En Actas de las 11 Jornadas de Historia de Lanzarote
y Fuerteventura Arrecite, 1990, tomo 1. páes. 1 15-1 32.
12 A Sebastián HERNANDEZ GUTIERREDZe la Quinta Roja
al Hotel Taoro. Puerto de la Cruz. 1983.
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