VEGUETA, Número O, mayo 1992. (95- 109) 95
Aproximación a
hetevodoxa sobre
el Antiguo Régimen
* Profesor de Historia Moderna. Facultad de Geografía e Historia
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
** Profesora Titular de Historia Moderna. Universidad de La Laguna.
96 Juan Manuel Santana Pérez / María Eugenia Monzón Perdomo
C on este estudio pretendemos acercarnos
a la epistemología de la historia de las
últimas tendencias maxiams So!amentc
planteamos unas líneas que pueden y deben
ser desarrolladas en estudios más amplios.
Cada uno de los puntos en los que sintetizamos
esa aportación teórica, pueden ser objeto
de profundos estudios y esperamos alentar
a hituros doctorandos por este camino, principalmente
analizando esos problemas en el
espacio concreto de las islas Canarias
Frente al marxismo ortodoxo, muy apegado
a la Academia de Ciencias Sociales de la
URSS y a historiadores yuc hacen una lectura
de Marx dogmática y poco reflexiva, tenemos
un amplio grupo que trabajan y repiensan la
ieuría marxiana, en practicamente todos los
países del mundo, aunque quizás los más conocidos
son aquellos que trabajan en los centros
universitarios de los paises desarrollados,
sin embargo, no forman una escuela
propiamente dicha, nprn sí i m í l corriente de
pensamiento que por oposición con los ortodoxos,
pensamos que se podría calificar como
heterodoxa.
Preferimos hablar de marxiano para referirnos
al pensamiento de Marx en lugar de
marxisra que creemos sería una traducción
más propia para los seguidores políticos de
Marx, igual que sucede con otras corrientes
de pensamiento que utilizan la terminación
asno, y los movimientos políticos que toman
el sufijo uistan
Actualmente existe una tendencia a denominarlos
neomarxistas. pero pensamos
que "o es müy upropiado, psique parecería
indicar que hay una ruptura entre Marx y estos
teóricos que ahora revisan el pensamiento
marxiano. Sin embargo, esta tradición,
parte desde la propia muerte de Engels.
Creemos que son más afortunados los términos
de renovación o heterodoxo, como
hemos escogido nosotros para poner el énfasis
en la flexibilidad y dinamismo de cste
pensamiento.
No compartimos la diferencia de matiz,
que establece Olábarri Cortázar entre los dos
+LA".L...-. i i i i ; i iJ~- -s-,I - 1 - - UVIIU~: I V ~l l l d ~ ~ i sde~rlal n~ a~q uellos
que no creen que los modos de producción
determinan el conflicto, mientras que los
marxistas sí
La teoría materialista de la historia está en
constante formación como afirma Pierre Vilar.
no podemos hacer de esta filosofía una doctrina
que siga fielmente un catecismo, previamente
elaborado por Marx, no se trata de un
torpus cerrado y acabado, sino que al ser aplicado
al análisis de la realidad concreta está en
coristrucción y transformación dialéctica1. En
este sentido, Dhoquois trata de encontrar el
camino hacia la constitución de esa ciencia,
en el hallazgo de la ley del valor', aunque para
Pierre Vilar no parece que tenga especial importancia
el hallar la vía para esa formación.
Creemos que todos estos historiadores
tienen unos presupuestos comunes (aunque
con cüctanciaies difei~ein~iqdu e sueien corresponderse
con los distintos ámbitos espaciales),
generalmente heredados de la tradicion
de un marxismo meditado y alejado de la
desnaturalización finisecular y la dogmática
estaliniana. En ocasiones tal vez han llegado a
conclusiones similares tras haber hecho los
mismos razonamientos de las lecturas más
desconocidas de Marx, principalmente los
Grundrisse3, que habían permanecido inéditos
hasta 1939-1940 en que aparece cn Moscú,
pXC! C V ! ? ~ Ú X ? ~icíidop iácti~aiiiel~Útte: bcunocidos
en el resto del mundo hasta la edición
de Berlín en 1953 Aquí critica a los
economistas politicos de presentar a la
producción regida por las leyes eternas de la
naturaleza, independientes de la historia, entiende,
por tanto, la pariencia de eternidad,
como el efecto ideológico de un modo de
producción determinado4.
Ya el propio Marx intentó en su momento
acabar con las categorías de la que denominaba
economía política burguesa, pero en
cambio dio origen a otra economía política,
Aproximación a la historiografia marxiana heterodoxa sobre el Antiguo Régimen 97
con sus categorías (conceptos). Engels en sus
últimos años trató de liberar al materialismo
histórico de las categorías de la economía política,
es decir, la separación del proceso y la
estructura.
Esta teoría defiende q ~el i de~sar rollo de
las sociedades no se explica simplemente a
partir de la dinámica de las estructuras, o, dicliu
de üLru riiüdu que exige pala sri- explicado
la inclusión de factores que parecen ajenos
a esa dinámica estructural5.
No obstante, debemos precisar, que esta
teoría marxiana que calificamos de heterodoxa,
no es una corriente nueva dentro del marxismo,
tiene una larga historia aunque con trabajos
poco conocidos y menos reflexionados.
En opinión de J. Fontana, existen dos obras
que abren la perspectiva de lo que él denomina
corno tendencia renovadora del marxismo,
que son. El desarrolla del capiiulisrno en Ru,iu6 escrita
por Lenin que no es exdctamente un libro
de historia e idealismo y materialisino en la concepción
de la historia donde admite de forma eclectica
que las Fuerzas económicas constituyen el
motor del cambio histórico7
Tras la primera guerra mundial, hallamos
un grupo que se opone a las interpretaciones
históricas cientificistas de la socialdemocracia
alemana y a la desnaturalización economicista
de la Unión Soviética, nos estamos refirien-
Uü d id Ueiiuiriiiiada Esiuela de Raiikhi-t, en
torno al Instituto de Investigación Social, fundado
en 1923, aunque posteriormente, dirigido
por Horkheimer derivó hacia el academicismo
de la llamada sociología críticap8.
También es imprescindible señalar en ese
período cronológico a Georg LIJKACS (1885-
1971), Karl KORSCH (1886-1961) y Antonio
GRAMSC(I1 891 - 1 937)9,q iie lucharon contra la
fosilización marxista y que, a nuestro luicio,
han tenido una gran influencia en la teoría
mamiana heterodoxa actual.
Luckács destaca por su teoría de la estética,
según la cual pretende sustituir la envejecida
concepción idealista de la belleza por un
concepto dialéctico del arte, en estrecha conexión
con las contradicciones de la sociedad.
La obra más destacable de su producción
teórica es Historia y coizciencia de clasei0 donde
sostiene que el conocimiento que un ser
tiene de sí mismo no es ciencia sino conciencia,
posteriormente sus aportaciones se centraron
en cuestiones estrictamente filosóficas
y cultui-ales.
En los foros científicos de los antiguamente
denominados países socialistas [en Moscú,
Praga, Berlín, Leipzig, Hanoi Dubrovnik, Lpblana,
Korculal. Liikács ha sido valorado como
uno de los teóricos más grandes de nuestro
siglo En las revistas de primera línea de la actividad
filosófica soviética, en publicaciones
búlgaras y polacas especialmente dedicadas
a la memoria de Lukács. en el Neues Deutschland
de la antigua República Democrática
Aleiiiaiia, eii el periódico cliiiio Hung-Chirii,
han sido publicados importantes trabajos relacionados
con él.
Korsch intentó revalorizar la teoría marxiana
manteniendo una dura lucha contra
Kautsky, trató de extender el ámbito europeo
a todo el planeta y adaptar el marxismo a los
cambios producidos en la sociedad capitalista
y en el avance de la ciencia1'. Aunque a
este autor es objetable su concepción dualista-
interaccionista. que entiende de forma
siiiiétiiiia y bidiiecrioiial ia rü~iespui~~de~~cia
estructural, con una posición tendente al
idealism~'~.
Gramsci es uno de los teóricos que mayor
influencia han ejercido sobre la teoría marxiana
heterodoxa. Su obra con mayor relevancia
historiogrática fue escrita en la cárcel (donde
estuvo desde 1926 hasta su muerte en 1937) y
no fue piiblicada hasta 1948-1 951 phstiimamente13.
Aquí analiza el binomio Oriente-Occidcnte
para referir a países con sistemas sociopolíticos
distintos, mostrando una gran
preocupación por reflexionar sobre las características
del proceso histórico en el contexto
de un Estado capital~sta~~.
98 Juan Manuel Santana Pérez / María Eugenía Monzón Perdomo
Suele destacarse la definición de historia
que hace Gramsci en una carta que le envía a
su hijo poco antes de morir en 1937:'
«Pienso que b historia debe gustarte, como me gustaba
a mícuando tenía tu edad, porque trata con hombres
iGiios, y todo lo qwco~ciernae los hombres. a tantos
hombres como sea posible, a todos los hombres del mundo
en tanto en cuantofornzan una sociedad, y trabajan y
luchan y apuestan pur una vidu mejor, ludu aiu liet~e
que gustarte más que nada. ¿No es así!
El análisis gramsciano se desarrolla en
contra de cualquier concepción reduccionista
y mecánica de la estructura social.
Gramsci dedica numerosas páginas al
análisis del papel de las ideologías y de los intelectuales,
del Estado y de las complejas rea-
!idadcs r,cc:u!cs y su ev..'=!ucióhni stórica, con
un deseo y una esperanza que él rnjsrno explicó:
<Hay que elaborar una doctrina en la cual todas
esas relaciones sean activas y en movimiento, dejando en
claro que iu sede de esa actividad es la consciencia del
hombre individual que conoce, quiere, adrnira, etc., y se
concibe no aislado. sino nco en posibilidades que le oJrecen
los demás hombres y la sociedad de las cosas. de la
cual no puede dejar de tener cierto conocimientoo' >.
Con posterioridad a la segunda guerra
mundial, esta corriente historiográfica ha tenido
un notable dcsarrollo basada fundamentalmente
en:
.u- r ia vuei~a d 105 prii~~ipiuib~ id~xisids,
reafirmando los presupuestos fundacionales.
tras relecturas exhaustivas de la obra de Marx. - El establecimiento de un necesario e
imprescindible contacto con todas las ciencias
sociales. - Llegan a sus formulaciones tras estudios
empíricos de los diversos problemas hiscórices
ny=e se resC?!~Jeesr, decir,q ye
todos ellos han elaborado trabajas de investigación
histórica documentada y, posteriormente,
han sacado sus conclusiones teóricas.
Uno de los ámbitos espaciales más destacados.
tanto por sus sugestivas propuestas
como por las posibilidades de transmitirse,
será el anglosajón. La historia social que fue
introducida en el mundo francófono desde los
años veinte, no se había introducido en sus
universidades aún en la década de los cincuenta,
todavía se seguía enseñando la historia
de las instituciones y de los acontwimimtos
políticos.
Surge vinculado a una revista aparecida
pul piiinera vez ein 1952, Pust und Presevit, que
en sus primeros años se subtituló <Una revista
de historia científica) y, posteriormente. dJna
revista de estudios históricos~p. oniendo especial
énfasis en las experiencias de resistencia
y rebelión de las clases desposeídas
También los hallamos en los Estados Unidos,
bajo la denominación de «historiadores
de izqllier&si o <hjsteriadorpr radicz!ec>, con
Genovese, Gutman. Montgomery. Dawley, Wilentz,
Stern, etc l6
En los cambios que se van a producir a este
nivel, influyen las transformaciones rnundiales
en las estructuras socioeconómicas y políticas
y en las actitudes intelectudles. aunque
se produce precisamente en un área que es
paradigma para muchos de estabilidad politica
y social17.
Los antecedentes inmediatos de esta historiografía
se encuentra en Gran Bretaña en la
versión liberal-radical de la denominada ahistoria
popular> que emerge como práctica ini
c i e i i u d i CI I i u d~ í ~ >ue~> widy S c i e ~ ~dt edl S¡ -
glo XIX.
Además, hay una influencia directa de la izquierda
científica inglesa de los años 30 y 40,
destacando cinco figuras importantes: 1. B.
Haldane, J. D. Bernal, loseph Needham, Launcelot
Hogben y Hyman Levy, los cuatro primeros
formados en Cambrigde, poco después de
11 Primera G~erraM Gndi2!y , e! fi!tim.o, se decidió
voluntariamente a no estiidiar allí, según
él «por razones de clase».
La mayor pdrte de estus LeBricus del marxismo
heterodoxo comparten como característica
común, una actividad política en los
Partidos Comunistas de sus distintos países.
Aproximación a la historiografía rnarxiana heterodoxa sobre el Antiguo Régimen 99
Generala-irrite, perteriecicntes a füriiihs acomodadas.
estudiaron en las universidades
centrales.
Frente a la decadencia del viejo orden imperante
tras la segunda guerra mundial, defenderán,
en un primer momento, el modelo
soviético, como único bastión del comunismo.
Por tanto, en principio, verán en el marxismo
un. nue1.e ortodmia q w ser& de hndera
del librepensamiento en la lucha ideológica
contra la reacción y el mundo burgués, en favor
de ala tradición racionalistao.
Toman postura al lado de la ciencia como
profesionales del método marxiano, lo que les
enfrentó a las posiciones uanti-científicasu irnperantes
en los centros académicos del momento
Defender a Marx en aquellos momentos,
suponía condenarse al silencio, renunciar a
obtener un lugar digno en los escalafones
universitarios. Desde 1948, las universidades
británicas dejaron de contratar a marxianos,
aunque nunca lo dijeron abiertamente.
En general, admiten que Marx no es ala
máquina que lo soluciona todo>, ni es el único
que lleva a cabo la lucha, porque todas aquellas
personas que afirman que las mujeres y
los hombres son los que hacen su futuro al
elegir y buscar la obtención de los valores deseados,
también están ejerciendo esa lucha.
La invasión soviética de Hungría en 1956,
supuso una ruptura con las estrechas vinculaciones
que mantenían con los partidos comunistas
dependientes de la URSS, aunque no
todos éstos permanecieron como militantes
(sí E J Hobsbawm y M. Dobb), pero, en general,
estos intelectuales tornaron la misma decisión
frente al partido, el abandono de la militancia
dio paso a un periodo de mzjor reflexión
y debate donde pudieron sacarse a la luz
temas y cuestiones que hasta ese momento
estaban vedadas, por cuestionar presupuestos
del modelo ~oviético'~.
En Francia sucedió algo similar, en relación
con el destino de la historia marxiana. Ésta,
--&:..:.J-J -:--L<c-- - . , K L Z J +-
CULILV a L u v 1 u a u C I C L I L I I I C ~ SUIILU uulallir LIIU+
cho tiempo, la fuerte influencia del Partido
Coniunista Francés, para el que, entonces, atoma
de posición de partido) y aobjetividad
científica^ iban unidas, hasta el final de la década
de los cincuenta. Posteriormente se produjo
una evolución sin interferencias orgánicas.
Ahora se debate entre la necesidad de
.rCea-f..i.r.m..la-r. C I I C nr inr ininc T I cnhro Iac innnvar in, u--,- Llll.....-.--."
nes meto~iol~gicas'~.
Los que abandonaron el Partido Comunista
britanico. fundaron la revista New Reasonev,
órgano de la nueva izquierda, y, paralelamente,
un grupo de estudiantes de Oxford
creó una revista socialista titulada Universities
and Left Revieu; que pronto, en 1959, se fusionó
con la anterior dando Iiigar a la NPW
Left Revieul, cuya redacción incluía a Michel
Barrat Brown. Norrnan Doris Lessing, Ralph
Miliband, Ronald Meek, k l p h Samuel, ]ohn
Saville, Dorothy Thompson, Edward P.
Thompson, Raymond Williams, Peter Worsley.
E. P Thompson calificó esta experiencia
como:
<...el intenio más serio que se había h e ~ h oa lo largo
de toda la historia del socialismo británico por quienes se
han comprometido activaamente en la producción de
ideas e intentan organizar su distribución y propagac
i ó n ~ ~ " .
Este mismo autor, posteriormente, cuando
publicó su crítica al estructuralismo de Althusser
en Miseria de ia teoría, la responsabilizaba
de la idealización de la vida y políticas francesas,
así como de la introducción masiva de
productos de la escuela althusscriana por banales
que fueran2' Antes había asumido la dirección,
provocando discusiones con Perry
Anderson y T. Nair sobre la explicación histórica
sistemjticn de la configuración dc la cstrutura
de clases en la sociedad inglesa y de la
naturaleza de la crisis del capitalismo británicoZi.
Serán debates muy tructiteros que se desarrollarán
en el seno de las revistas citadas, a
las que habría que anadir Socialist Register,
Science and Society, Marxism Today y cn los últi1
O0 luan Manuel Saiitana Pércz María Eugenia Monzóui Perdomo
nos tiemp~rO, m! Histoq Flitorg \A!wkbnp A
Journal of Socialist Hislorians y Social History.
Por su parte, en Estados Unidos, destaca
otra revista Movithly Review que es en si misma
una institución de la izquierda norteamericana,
editada por Paul Sweezy quien destaca por
sus análisis económicos. Durante los últimos
veinticinco años ha publicado análisis marxianos
de todo el mundo con una regularidad y
calidad que la han convertido en una de las
más influyentes publicaciones socialistas del
mundo. Además, La Monthlg Review Press ha traducido
al inglés algunos trabajos de autores
marxianos como Louis Althusser, Samir Amin.
Cnaries Bettcincim, Henri Leiebrve, trnesr
Mandel. etc
En Francia destaca sobre manera Pierre Vilar
con la economía como aspecto fundamental
pero no único, abogando por una historia
total leios de la ortodoxia niarxiana. Su libro
Introducción al vocabuhrio del análisis histórico, significó
un verdadero acontecimiento para los his-
+-V.- --A" -6-,.- /:,...+:c--,. n,.-,nl-n -- L U l ; a d U L C i ) y U L I W u L I C I I L I I I L V D 3 V L ; a l C J C I I general.
de tendencia rnar~iana*Y~ a.d emás, Guy
Bois, Albert Soboul, lean Cheneaux, Charles
Parain, George Lefebvre. Michel Vovelle. e incluso,
tal vez, podríamos incluir a Ernest Labrousse
centrado en la evolución de las relaciones
de las clases y los mecanismos de esta
evolución. Algunos de estos autores se acercan
mucho a la Escuela de Annales. por lo que
se les ubica en uno u otro lugar según diversos
teóricos.
En Italia, tras la segunda guerra mundial,
siguiendo la teoría Gramsciana, tenemos los
trabajos de Procacci, Zangheri. Caracciolo.
Mori, l<osario y Pasquaie Viliani, entre otros.
Sus principales aportaciones continúan en la
conceptualización de clase y dominación, así
como en la transición del feudalismo al capitalismo
de Giuliano Pro~acci?P~ub lican algunas
artículos en revistas corno Sotiet6 o Studi
Storici, donde contribuyen al debate sobre los
diversos temas que preocupan a esta teoría
l l l d l A l d l i d
E! cim ecpano! merece Ir? tritamientc
más pormenorizado en el que no vamos a entrar
pero baste decir, destaca el área catalana,
que iiradia gran influencia Iiacia otras cüriiuriidades,
aparte de otros contemporaneistas de
Madrid y Euskadi fundamentalmente. La mayoría
de estos historiadores de estas tendencias
también han tenido en algún momento
niilitancia en el Partido Comunista de España
u otras organizaciones aparecidas tras la transición
democrática.
La Europa del Este en los últimos años ha
destacado en estudios quc tambien debcmos
incluir en una teoría marxiana heterodoxa. con
granaes diferencias ae las iíneas marcadas
por la Academia de Ciencias Sociales de la
URSS. El grupo de Leipzig (Kuttler, Kossok,
Brendler y Zeuske) en la antigua Alemania Democrática,
se han dedicado a la historia comparada
de las revoluciones burguesas25, así
como Lewin que ha estudiado las relaciones
precapitaiistas en Asid Orier~taiE~n~ P. oioriia,
:-n,.n..-:-A.n --- 1" L:-+-":- ".."-+:+-+:.." ., A -
i i i i i u r i i c i a u v a yvi ia ~ L I U L V L IL ~U ~ ~ L L I L ~ LyI nVi !~ -
nales, con Witold Kula y su construcción de
modelos económicos para el Antiguo Régimen;
lerzy 'ltopolsky de la escuela de Poznan, y.
en cierta medida, Bronislaw Geremek, aunque
últimamente no es marxista, pero si marxiano
(según la distinción que hemos hecho anteriormente],
es decir, que en sus estudios recoge
los planteamientos de análisis de Marx.
con publicaciones en Francia en Revue d'histoire
vnoderne et contevnporaine. En Checoslovaquia, Kalivoda,
Graus, Macek, Skalnik y Pokora2'. En !a
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,
son especialmente antidogmáticos Lublinskaya,
Koveichenco y Ado.
lapón que nos resulta bastante desconocido,
una vez superado el aislamiento tras la
segunda guerra mundial, tiene un destacado
representante en esta corriente, Kohachiro
Takahashi, dedicado fundamentalmente a estudios
económicos sobre la transición del
feudalismo al capitalismo, aportando interesmtes
cüiiside~aiiüiies 11-~etüdüiügicas~~.
Aproximación a la historiografía marxiana heterodoxa sobre el Antiguo Régimen 101
tn el tercer mundo existen prestigiosos
historiadores, cuyos estudios probablemente
son menos conocidos debido a las dificultades
de distribución editorial
En África, el ejemplo del egipcio, profesor
en Senegal, Samir Amín, qiip sirnd» ec-oncimista.
sus trabajos se caracterizan por unos
lúcidos análisis históricos, universalizables
pdi.a e]e riteii~iiniciitü del í-,iui-,duq,u e
podemos resumir en:
1. La historia universal puede ser coniprendida.
2. Siempre es la historia de desarrollos
desiguales.
3. Las clases se encuentran insertas en
unas sociedades definidas.
4 A!$unas sociedudes conutituycn slstz
mas de formaciories sociales cuando las relaciones
que mantienen entre ellas son tan densas
como para que las oposiciones y alianzas
de clases no puedan ser analizadas limitándose
al nivel de cada una de ellas.
5. La reproducción social no puede ser
comprendida sólo en el nivel de funcionamiento
~conómi c r ?in terno.
6. La existencia de las naciones da una
agudeza particular en el desenvolvimiento de
las luclias.
7. La ideología de la acultura universalu
debe ser reexaminada continuamente en sus
evoluciones y modalidades s~cesivas~~.
El continente asiático nos resulta muy
desconocido, pero por algunas de sus publicaciones
en revistas europeas, sabemos que
existen historiadores marxianos trabajando
ale$dos de la o r t ~ ~ d o x icai,m n Ken Manivanna
de Laos y Nguyen Long Bich de Vietnam,
con planteamientos no detcrministas y utili-
~ m codnce~ptos propios de un marxismo
heterodox~?~.
Los ejemplos de este tipo en América Latina
deben incluir al brasileño Ciro Flamarión
Santana Cardoso y al costarricense Héctor Pérez
Brignoli. que han formado escuela en si15
estancias en México y Costa Rica. En México
la obra de Enrique Semo. para el Antiguo liégimen
cs e~tigmática?E~n . las Antillas tenemos
al cubano Manuel Moreno Fraginals que
busca y encuentra sentido a la historia en su
país? al jamaicano de tendencia trotskista lanies??
o, al haitiario Etienne D. Charlier, uno de
los principales dirigentes del movimiento comunista
de su país, quien ha analizado el papel
de ias au'ulev~~iuiidese escidvus, dspectos
sociales e ideológicos de la formación de
la nación, sin caer en el determinismo economi~
i s t aT~o~do. esto, excluyendo a los sociólogos
que trabajan temas de esta área aunque
desde centros de Estados Unidos.
Una característica de esta teoría historiográfica,
es la relación simbiótica entre la histo-
, .. 1- r n r ; n l n m : - . ..A --- --e--+- -- y 1 - iu . , u u u i u g i r r , ~ u c a. r hncr p o L : i i L c c i i ia
historia social y la sociología histórica, con la
consiguiente transformación radical en la
practica de estas dos disciplinas y. especialmente,
en las relaciones entre ellas. Algunos
autores sostienen que la sociología y la historia
adecuadamente concebidas, no son dos
materias independientes sino una sola35. La
.h iqtnria socia! en genera!, y cobre todo !a bistoria
social marxiana no puede consentir las
imposiciones ideológicas mecánicas y rnanipulddoras,
rio ubstdnte, no puede evitar el verse
influenciada por alguna ideología36.A juicio
de Pelai Pages, es en el terreno de la historia
social, donde la historiografia marxiana británica
ha realizado los mayores avances3'.
La sociologia suele ser considerada como
fuentes de método y teorías, y la historia como
fuente de datos, sin embargo, para esta
cirrientc, -?mhz c!iccip!in~c SIR ig~~!mnntn
teóricas.
Los presupuestos renovadores de esta
teoría marxiana heterodoxa podemos sintetizarlos
básicamente en seis puntos que han
constituido un foco de debates común en casi
todos ellos:
1) Han tratado de cuestionar el problema
siisritado cnn la r~lacián base-supraestructura
que ha dominado al marxismo desde
102 Juan Manuel Santana Pérez / María Eugenia Monzón Perdomo
sus inicios. En muchas ocasiones se planteó
esta relación de forma mecanicista, partiendo
de una noción estrictamente económica de
clase, se llegaba a un determinismo económico
en el que la totalidad social se basaba en el
modelo, de la infraestructura y la supraestructura,
donde la primera quedaría definida como
las dimensiones económicas y/o tecnológicas
determinantes y la segunda como las
dimensiones política, jurídica, cultural e ideo-
!ógicas determinadas. Esta cmcepciSri se
centraba en una lectura superficial de Marx
del Prólogo de la contribución de /a Economía Política,
una de las pocas veces que se refiere a este
concepto tratando de sus estudios de jurisprudencia,
dirá que al cambiar la base económica,
se revoluciona, mas o menos rápidamente,
toda la inmensa supraestructura
erigida sobre ella38
También pensamos que la traducción de
supraestructura es más correcta, que la de superestructura
o sobreestructura, poi-que vendría
a ser justamente lo opuesto a infraestructura,
es decir, lo contrario al prefijo ainfra~q, ue
proviene del latín, mientras que <super> es un
prefijo proveniente del griego.
En los últimos años, la noción de supraestructura,
lejos de desaparecer como parecía
su destino. ha emergido de nuevo en algunos
ámbitos de la teoría social, sobrellevando
(aunque a duras penas) los embates recibidos
tanto desde el marxismo naturalista finisecuiar
curriu desde id dugrriAiicd esiaiiriiana, ianto
desde su abandono lukacsiano como desde
los mismos excesos estructuralistas de la
concepción althesseriana y otras afines39
En Gramsci las supraestructuras se hacen
inteligibles, pierden abstracción y adquieren
toda su importancia en la lucha de clases.
Aquí la lucha ideológica no sólo se materializa
sino que cuenta con agentes concretos.
Estos marxianos habiendo reconocido esa
tendencia señalada, se han esforzado en desarrollar
una historiografía alejada del determinismo
económico, aunque manifiestan que
un marxismo carente de todo concepto de determinación,
no tiene sentido, es decir, que
hay que entender esta cuestión como un proceso
complejo y dinámico.
Piensan que el aspecto económico es sólo
un aspecto más dentro de los estudios
históricos, desigualmente decisivo en función
de las coyunturas económicas; pero
nunca capaz de producir, por sí solo, efectos
revolucionarios, aunque cualquier período
de c!uses pueda esta: Uetermi~udc par !u
economía40.
Nos sirve la definición de Cohen que considera
a la supraestructura como un conlunto
de instituciones no económicas entre las que
destacan el sistema legal y el Estado, pero al
mismo tiempo es explicada por la estructura
económica4'. Aunque nos parece una conceptualización
algo insuficiente tanto por la exclusión
de la ciencia y de la ideología. como por
su definición institucional o su relación con lo
económico. sin erribargu, resulLa de g r a ~uti li+
dad trabajar con este esquema. Estamos en
un terreno difícil porque el Estado no puede
deducirse de forma conceptual, pero el propósito
fundamental ha de ser el de hallar un
camino intermedio frente a las concepciones
vulgares, que lo conciben como un mero instrumento
del poder, y el paradigma reformista,
y su concepción como institución neutra, separada
y por encima de la dinámica histórica".
Nos parece bastante acertado ci pensamiento
de Gramsci a este respecto, cuando
afirmaba que las estructuras y las supraestructuras
forman un <bloque históricox, esto
es. el conjunto complejo, contradictorio y discorde
de las supraestriictiiras e5 el arefleiob
del coniiinto de las relaciones sociales de
producción, aunque el término reflejo debe
ser entendido aquí de foima metaf61ica"~D.e
esto se puede inferir que sólo el sistema total
de ideologías, es decir, lo que puede llamarse
formación ideológica de la sociedad expresa
la contradicción de la estructura y representa
Aproximación a !a historiogrdfía rriarxiana heterodoxa sobre e! Antiguo Régimen 1 03
la existencia de las condiciones objetivas para
la posible inversión de la praxis social.
2) Han debatido con profusión el tema
de ios origenes, el desarroiio y, ¡a expansion
del capitalismo, entendido no el sentido limitado
del cambio económico, sjno como una
transformación social. Cencralmcntc se ha
dedicado a lo que se ha dado en llamar la
transición de! feuda!ismn a! apit-!icmn, con
Maurice Dobb, Cristopher Hill, Edward Palrner
Thornpson, Eric Hobsbawm, Rodney Hilton,
Paul Sweezy, Perry Anderson, lohn Merrington,
Peter Kriedte, A. D. Lublinskaya, Pórshnev, etc.
El replanteamiento de este problema se
inicia a partir de 1946, con Maurice Dobb,
cuando publicó Studies in the developnzent ofcapitaliswi.
tratando de explicar la forma en que se
produjo la gestación de la sociedad capitalista44
Comprobaba y ampliaba el análjsis propuesio
por ivídrx eri reidci6ri LUII ivs orígeries
del capitalismo como modelo de producción
históricamente específico.
Este debate ha incluido la economía, la
sociología y los estudios históricos, lo que ha
impulsado el desarrollo de contentos tales
como modelo y relaciones de producción,
estructura y lucha de clases y totalidad.
No podemos decir que entre todos hayan
llegado a conclusiones finales para entender
este proceso, lo cierto es que ocupa un punto
importante en sus reflexiones teóricas y que la
han debatido y continúan haciéndolo, con
grandes polémicas entre ellos que enriquecen
en gran medida el panorama historiográfico.
Algunos ponen el énfasis en las cuestiones
pditic-is y otros en !os -?spcctos socia!cs En
lo que sí coinciden es en rechazar los argumentos
tradicionales que pecaban de deterministas
del medio.
Las consecuencias prácticas de esas interpretaciones
tienen significación política, por
las relaciones que se pueden establecer con
el desarrollo económico del Tercer Mundo.
3) Formulan una aproximación al estudio
del análisis de la lucha de clases. desde la
proposición histórica dc Marx cn E[ Manifiesto
Comunista, donde dice que:
c... la historia de toda la sociedad ha sido la historia
de ia ~ U L d~ eU cl ases»".
Han desplazado el estudio de la experiencia
de clases desde el análisis de clases hasta
el análisis de la lucha de clases, mayormente
como resultado de su reconocimiento de la
experiencia de !as clases hrjas como m proceso
activo, aunque también estruct~rado~~.
Los estudios de la divisi6n social, se basaron
durante mucho tiempo en una estratificación,
caracterizada por análisis de clases estáticos
y ahistóricos. El tratamiento de las clases
como estratos estadísticos y jerárquicamente
organizados, han ignorado las relaciones temporales
y sociales.
Como afirma E. P. Thompson, la clase en sí
no es una cosa. sino un suceso. Vendría a ser
uria formación sociai y cuiwrai que con irecuencia
encuentra una expresión institucional
y que no puede ser definida en abstracto o
aisladamente, sino únicamente en términos
de las relaciones con las otras clases; y por
tanto 19 riefinicihn snlammte es nnrihle tomando
el tiempo como medio, es decir, acción
y reacción, cambio y c~nflicto~~.
La constiucrión de versiones esláticds y
ahistóricas de clase también han sido comunes
en estudios marxianos, debido, fundamentalmente,
a que han estado más interesados
en las posiciones de las clases abstractamente
definidas quc en las fracturas sociales
cualitativas expresadas en !a dinámica de las
relaciones y los conflictos de clase. Esto se ha
dade m.ayormente en !es r?.anxianos estructuralistas
que han realizado análisis de clases
basándose en el modo de producción, con lo
que han convertido el debate sobre las clases
en una batalla de la clasificación, más bien
una revisión de la topografía de las fronteras
de las clases en lugar de un estudio de los
procesos de la formación de clases.
En la teoría marxiana heterodoxa (sobre
todo los anglosa~oness)e examinan las clases
O Ilnvers<lad l e Las Panias l e Grar Crnarla B b o e c i Unveritara lAemora D g t a de Canaras 2105
1 04 luan Manuel Santana Pérez / María Eugenia Mon~ón Perdomo
cuino reidciories y procesos nisróricos, es aecir,
que en determinadas circunstancias, la clase
ha surgido. Sin embargo, no niegan la existencia
de clasc en auscncia de la conciencia
de clase.
4) Han contribuido significativamente al
desarrollo de la perspectiva histórica denominada
historia desde abajo, en oposición a la histo-
-:- ---- :*- J,.-J- 1- L:. J- 1-- -1
iia c 3 c i i L a u c a u c ia p c i > p c c u v a u c iau ciasEu
dirigentes o de élite.
El documento escrito (que es principalmente
el del Estado y los grupos constituidos)
cede el paso a documentos que revelan directamente
la vida de las masas, la civilización
material, los usos y costumbres, los comportamientos
y las actividades.
Cornv e~rtinnn Chesneuux, es he&=
constatable que la historia funciona en interés
del poder, que la pretendida objetividad de
los historiadores oficiales. es por lo tanto, parcial.
La elección de temas, la índole y el uso de
las fuentes, la definición de los mecanismos,
el lenguaje e incluso las exclusiones, significan
la opresión ideológica de los menos pudiente<
Snn piies. esos wctnrec. los fl~uen ~cesitan
liberarse, no confiando en la llegada de uhéroes),
ya que éstos. si bien pueden influir considerablemente,
acelerando o retrasando, no
pueden actuar más que sobre el ritmo de la
evolución de ésta48.
No obstante, esta visión historiográfica, no
es exclusiva del marxismo, aunque probablemente
es una influencia de Marx, pero recogida
en otras corrientes, incluso en ocasiones antimarxistas,
como los Annales o los estudios sobre
las estructuras dc podcr dc Nortcamérica.
El problema está en que por lo común,
historiadores y científicos sociales, confunden
objetividad y neutralidad.
La neutralidad es imposible de conseguir,
porque cualquier afirmación tiene consecuencias
políticas y, por ello, beneficia a un grupo
de intereses en perjuicio de otros, por eso, hay
~ L IaPpr nximarse lo más posible a la objetividad,
como recomienda Moore:
R.. para todos Íos estudiosus Me iu sociedad nurnunu,
la simpatía por las víctimas del proceso histórico y el escepticismo
respecto a las demandas de los triunfadores
proporcionan salvaguardas esenciales para no serenga-
Mados por la mitología dominartte. Une studioso ~ U trPata
de ser 06jetivo necesita eso5 s~ntirni~nIoco<m o porte
de su bagaje ordinario^^^.
En estos momentos se exalta la meutralidad
cientificau, la falsa ~l~ipa~cialideal de,s tatus
udesapasionado~d e los historiadores como
si fuéramos hijos de ninguna parte y de
ningún tiempo. Pensamos que de esta forma
habremos perdido la riqueza más grande que
poseemos como portadores de una serie de
conocimientos que se han extraído de una
realidad que no sólo a nosotros pertenece, es
AA,-;,. h-hvn-,,~ --..J;J- --+-..p-- l e &....AAU
L b l A , , L U " , L , L , " O pL,u.L,u L , , L " , , L L a ,', 'L,,,LiU',
social de la historia, su parte esencial, trascendente.
En palabras de Samir Amín:
<...la calidad de las reflexiones de los que quieren cambiar
lu sociedad es necesariamente mejor que la de los que
quieren inrnovilizarla. La razón de esto es que la sociedad
cambia. Aquellos que quieren detener su movimiento se
ven asípues 06ligados a negar la evidencia...^^^.
En e! caro de la teorra marxian.2 heteridoxa.
no estudian la experiencia de los campesinos
y las clases trabajadoras por separado,
entienden las i-elaciunes de clase con cará~ter
político, es decir, que siempre suponen dominación
y subordinación, lucha y acomodación.
Sin embargo, esta aproximación historiográfica
no impide prestar atención a las clases dirigentes,
aunque bien es verdad, que no aparecen
tratadas de forma adecuada las prácticas
mas conservadoras.
5) Han desarrollado el marxismo como
teoría para la determinación de clases, cuyo
postulado fundamental es que la lucha de clases
ha sido de gran importancia en el proceso
histórico, centrándose en las afirmaciones de
Marx del Manifiesto Comunista que ya hemos citado.
El marxismo político será concebido como
una extensión de esta teoría.
En oposición a los estructualistas que
piensan que el ser social determina la conAproximación
a la historiografía marxiana heterodoxa sobre el Antiguo Régimen 105
ciencia social, donde el nivel económico, es
sólo determinante en última instancia, cstos
historiadores tratan de dilucidar la presión del
ser social sobre la conciencia social. Los honibres
y mujeres reaparecen en este marco como
personas que experimeritari sus situaciones
y relaciones productivas determinadas,
con necesidades. intereses y antagonismos,
integrando esta experiencia dentro de su conciencia
y después actuando.
Las relaciones dc producción afectan a las
fuerzas productivas y las supraestructuras
condicionan profundamente las bases. En este
sentido, tanto Gerald A. Cohen como tiuibo
D. Neri, han atribuido un cierto carácter funcional
a Marx".
La lucha de clases es el concepto quc hace
posible la transición del nivel de abstracción
de Ins conceptos de FI Capital a sil aplicación
histórica al mundo real La lucha
de clases es la que media entre el análisis
d~s&,ciu de la r e p i ü ~ U c i i ~ i - i ispiid;isia e;
concepto de Estado. La forma de Estado de la
lucha de clases es meraniente un momento
de la lucha de clases, complementario a otros
momentos de esa lucha.
La historia del marxismo no viene definida
por el modo de producción, sino que es la historia
de la formación social (lucha de clases),
la que determina iin mncln de prnriiicriñn <obre
el que se desarrolla y transforma. El objeto
de estudio del materialismo histórico es, precisamente,
definir el proceso de transformación
de las formaciones sociales, su desarrollo,
y las consecuencias del mismo.
Ponen radicalmente en cuestión las estructuras
de explotación y dominación existentes,
es decir, dan al traste con las relaciones
sociales dominantes y destruyen las condiciones
de su reproducción Éstas son Iiichas revolucionarias.
Surgen en condiciones históricas
concretas; suponen la existencia de una
clase revolucionaria y engendran a esta clase
ivíarx admire que ei prvicidridv iiv es espuiitáneamente
revoiucionario, pero piensa que
el movimiento histórico del capitalismo le Ileva
a scrlo, y que seguirá siéndolo hasta que
realice su tniisióii hislóricax la construcción
de una sociedad sin
6) Han contribuido a la cultura política
contemporánea, especialmente en el mundo
anglosajón, pero también en pequeños grupos
radicales del resto de Europa y, algo menos,
en los países del Tercer Mundo.
Por medio de sus escritos, han participado
en la formación de una conciencia histórica
socialista y dcmocrática.
Con esa cultura histcirica del marxismo heterodoxo,
auguran un progreso sociaiism quc
toma como pilares básicos a la razón y a la libertad
en la elección de valores y no la inexistencia
de la moral del estalinismo que sitúa
como moral acertada la que concrete los intereses
de clases, si bien, éstos so11 fijados por
el partido. La moral que según ellos se corresponde
con el materialismo histórico y cultural
-- iiv es iii mücho inenos ésa, sino el dc !a vida
de las personas y de sus relaciones productivas
familiares
Con respecto a los marxismos opinan que
todos dicen ostentar la verdad y que algunos
no son reaccionarios y otros sí
Aunque no han sido estrategas de la politica,
han desarrollado una estrategia quc puede
w- deqcrita como iina cestétican nolítica.
No se trata de que el conocimiento histórico
puede decir qué hay que hacer en este momento
concreto, específicamcntc, porque cn
el mejor de los casos el conocimiento
del pasado es un aviso, no una prueba científica,
pero da forma a nuestro entendimiento
de la experiencia histórica, de la que el presente
es una parte tan importante como el pasado.
Han aceptado que la formación de un
socialismo verdaderamente democrático requiere
algo más que cnecesidadu y algo ni+,
que organización, ha de haber una <previa
educación del
Este iiiateiialismü l.,istíiicü ~-,etei.ü<lono
habría que entenderlo como Historia Total
1 06 luan Manuel Santana Pérez / María Eugpnia Monzón Perdomo
o u r v c r s d a l <le as Palniai do (re, canara i t o e c a unuestsrs a e m m D g a l e Caniris 2015
que señalaría las sectoriales y que aun no
siendo una ciencia redonda, si sigue unos
procedimientos de lógica histórica, podría
alcanzar conocimientos humanos y todo ello
con una demostración propia
Se configura una tradición marxista donde
es posible la investigación y la crítica sin trabas.
Como afirma Thompson, la historia no se
entiende como proceso y acontecimiento y sí
con la presencia de una lógica racional y con
ejercicio de presiones con las que las categorías
históricas son sucesivamente refijadasj4
¿d iriiluericia cie la hisroriograiia marxiana
heterodoxa ha tenido un gran impacto en el
mundo intelectual contemporBneo, no sólo
marxista. Podemos sintetizarla con Cardoso y
Pérez Brignoli en tres puntos fundamentales:
a) El estímulo por los estudios de procesos
económicos y sociales a largo plazo, incluyendo
un análisis de las consecuencias sociales
de las transformaciones.
b) Un interés renovado de la investigación
de las clases sociales y el papel de los
movimientos de masas en la historia.
c) Una preocupación creciente por los
problemas de interpretación, y cn especial por
el estudio de las leyes o de los mecanismos
de evolución de las sociedades y por su compara~
ión~~.
Hay un marxismo que vive. en la medida
en que sigue evolucionando, adaptándose a
su tiempo y tratando de encontrar las razones
que io expiican. La teoría de la Historia niarxiana
no ha muerto, de hecho, la realidad acaba
enterrando siempre a los funebreros que
no son de estos últimos tiempos, sino que comenzaron
a proclamar victoria en el siglo XIX,
desde Hrgel
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