VEGUETA, Número O, mayo 1992, (67-78) 67
La población de Vegueta
(Las Palmas de Gv a~C anaria)
a finales del siglo XVII
* Profesora Titular de Historia Medieval.
Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Las Palmas
de Gran Canaria.
68 Benedicta Rivero Suárez
E n las últimas décadas, los estudios de
demografía histórica han experimentado
un notable desarrollo, fundamentalmente,
aquellos que versan sobre la problemática de
las fuentes demográficas e interpretación de
las mismas1 En la actualidad existen importantes
estudios de demografía histórica referentes
al ámbito del Archipiélago Canario,
bien centrados en un espacio determinado,
bien en un grupo social concreto2, pero. con
frpriimria PI hiitnriador ha r l e~nf r ent a r~ar la
problemática que entraña las distintas fuentes.
para realizar un adecuado análisis de los
. l L - - -..&..-:A-- -1- 1 - - --! ----- 2
UCILU~ CALI~IUU> uc La> L L L L ~ L L L ~ D ~ .
Fuente y metodología
Para el siglo XVII, Canarias cuenta con varios
tipos de recuentos de población, entre los
que caben destacar. el realizado por el obispo
Murga sobre las parroquias de las islas, aunque
de él quedan excluidos los habitantes de
Las Palmas, el recuento elaborado por Núñez
de la Peña en 1689, sobre los distintos municipios
del Archipiélago; pero quizá haya que
destacar el trabajo realizado por Sánchez Herrero
sobre la población de Canarias a finales
del siglo XVII, por tratarse de un trabajo más
detallado que los anteriormente mencionados4.
El presente trabajo se encuadra cronológicamente
en la época del episcopado de Don
Bartolome García liménez. quien ocupó dicho
cxgo en Canxias desde !M5 2 !@O5. SU interés
por conocer a los feligreses dependientes
de cada parroquia de las Islas ha permitido
que en la acrualidad poseamos datos ae gran
valor para conocer la población de los rnunicipios
que componen el Archipiélago Canario.
Este obispo ordenó que cada párroco realizara
un padrón o amatrícula> de la población,
según la normativa de las constituciones sinodales
de 1629? La puesta en práctica de estos
padrones conIesionales permitieron paliar la
deficiencia que existió por parte de la corona.
desde 1589 a 1775 para el conocimiento de
sus súbditos7; por otro lado, con toda probabilidad
estos recuentos pobla'-ionaies presenta
m& fiabilidad que las de carácter regio.
Sin embargo, al parecer, son escasos los hallazgos
de estos padrones referentes a los siglos
XVll y XVIII. por ello consideramos de importancia
la presentación del que constituye
el objeto de este trabajo.
La fuente que hemos utilizado es un padrón
confesional realizado cn 1679 por don
Iiiari d e Armas Cahr~/asa, l a sazón cura de la
Iglesia del Sagrario. En él se recoge la población
que habita en el núcleo de Vegueta, así
como los bai-iios aneno; a: xi i sm~r,i scos y
cuevas que la población marginal adecuaban para
su residencia8, y quedan excluidos del mismo
los residentes en Triana. Dicho padrón se
conserva en el Archivo de la Catedral de La
Laguna9, hecho explicable por haber residido
Don Bartolomé García durante bastante tiempo
en la casa que el episcopado poseía en
Santa Cruz de Tenerife, a donde con toda probabilidad
le fue enviado para su conocimiento.
El padrón se presenta en un cuaderriillu
de 3 i cm. de largo y 1 O cm de ancho. se compone
34 folios escritos en su anverso y reverso.
Comienza con el preámbulo del cura, especificando
que se trata del padrón perteneciente
a los feligreses del Sagrario en el año
1679 y a continuación anota las casas que
existen en cada una de las calles, callejones y
p!azac de! núc!eo de Vegwta, asi cnmo !os
edificios y lugares empleados como residencia
de los cuales destacamos. e! Hospital de
San ivíartín, ia ermka de ios Reyes y la de San
Antonio Abad. Finaliza el padrón con la descripción
de las casas que componen el barrio
de San Juan, camino de San Roque, risco de
Santo Domingo, cueva del Drago y término de
Tafira. De cada una de las casas o lugares de
residencia describe las personas que en ella
habita. así de los matrimonios y las personas
independientes del núcleo paterno se especifica
el nombre y apellido. Por el contrario sólo
La wobiación de Veeueta (Las Palmas de Gran Canaria1 a finales del sieloXVl1 69
se recoge el nombre cuando se refiere a los hijos,
independientemente de su edad, así como
de los criados y esclavos. De cada persona
sc indica su edad, aunque sean menores de 7
anos, por tanto no quedan excluidos la población
que no está obligada al precepto pascual'!
Sin embargo, la deficiencia de esta
fiiente viene Ya& poryiie no recoge !a @!ación
flotante, ni las personas pertenecientes al
clero, pero respecto a este último grupo podemos
rener conocimiento cie aigunos miembros
de la jerarquía eclesiástica, pues en el
padron se recogen las personas que habitan
en sus casas.
El <memoriab finaliza con el recuento confesional
realizado por el párroco del Sagrario.
así señala que del total de la población faltan
por confirmar 53 personas, los que confiesan
y comulgan son 2.100, los que sólo tienen capacidad
de confesión son 31 2, los bautizados
desde primero de enero al 26 de diciembre
son 258 y los difuntos enterrados en la parroquia
y fuera de ella, tanto adultos como menores,
desde el 1 de enero hasta el 25 de diciembre
son 216. El documento está fechado el 4
de junio de 1680 y está firmado por el cura. E!
padrón se encuentra en buen estado de conservación,
aunque el paso del tiempo ha sido
el factor de la desaparición del nombre o la
- -1 - -1 -1 - - 1 -. . .- - - -1 - 1 - - . .- .: - -1.1 l.. .. - . cuau uc aiguiiua uc ius vcciiius uci iugai, pciu
estos son casos excepcionales con respecto al
conjunto.
Varios son los puntos que nos henios propuesto
abordar tras el análisis de la documentación:
1. El dato que nos permitirá conocer si
nos encontramos ante un tipo de estructura
fami!iir n~&zr 0 por e! contrario t.c. f~c-ente
la convivencia de varios matrimonios en un
mismo hogar.
2. La eslruclurd de Id población por
edad, intentando adaptarla a la situación socio-
económica que afecta a la Isla durante el
siglo XVII, para comprender los dirererites
sesgos y sex ratio que presenta la pirámide.
3 Por último, aunque este tipo de fuente
no nos permite conocer las profesiones desempeñadas
por el conjunto de la población,
sí nos aporta datos que nos permiten acceder
al conocimiento de la población de servicio:
amas, criados, esclavos, así como de aquéllos
que desempeñan actividades relacionadas
con 1 , , ! ncnorifirilrc-o- e!
que son soldados. De cada uno de ellos presentamos
su correspondiente pirámide dc
eaaci.
Estructura familiar
El padron da un total de 2 829 personas, pues
no hemos incluido a los altos cargos eclesiásticos
y civiles, de los ciiales no se especifica
nombre ni apellido, sólo se les mencionan a la
hora de contabilizar las personas que habitan
en sus casas, así consta en e! padron. la casa
del obispo. del arcediano, del oidor, etc. Según
el aDocumento BaseoH Las Palmas contaba
en 1679 con un total de 6.270 personas, por
tanto, los residentes en Vegueta y barrios anexos
representan el 45'1 por ciento respecto al
total de la población. Las 2.829 personas habitan
en 560 lugares, pues aunque !a mayoría residen
en casas también hay que incluir a los
residentes en el Hospital de San Martín, en ermitas,
mesones, molinos y cuevas. tras el aná-
1 ' . 1
iisis ur csius 7úG i ~ u ~ dP~Ur~s~ I I ~dUkiJi~ tgui~
varios grupos a la hora de tratar la estructura
familiar.
A través del cuadro i presentado podemos
comprobar que las familias nucleares torrnan
el porcentaje más alto de las diferentes estructuras
familiares. En él hemos incluido a
los matrimonios y a los viudos o viudas que
-r')nvj\jen cc\n lis hijor o pzrte de e!!or,
embargo no hemos analizado la procreación
de estos matrimonios por no ser el padrón la
fuente más adecuada para ello, pues pueden
tratarse de matrimonios o viudos que hayan
concebido más hijos y en el momento del recuento
se han independizado todos o parte
de ellos. también puede tratarse de matrimoLa
población de Vcgueta (Las Palmas de Gran Canaria] a finales del siglo XVIl 7 1
Por último, incluimos en una sexta división
a las instituciones, fundamentalmente eclesiásticas,
que recogen a personas que no
cuentan con un lugar para vivir, como por
ejemplo e! Hospital de San hnartín, donde en
el momento de realizar el padrón existen 24
personas en edades comprendidas entre 1
iiies hasta ÍUS 80 dlius. PrubaUÍeimeiitc Íab personas
de corta edad son niños abandonados
y depositados en dicho lugar, pues en este
hospital fue creada la cuna de expósito en el
año 1647 por el provisor don Pablo Gutiérrez
dc Sotomayor, durante cl mandato cpiscopal
de don Francisco Sánchez de Villanueva y Vega'"
y estaban a cargo de los curas del Sagrario.
En el momento del recuento existían en
dicho hospital 3 niños, uno de 1 mes. otro de 3
meses y uno de 1 año, pero también hay que
contabilizar a aquellos que eran recogidos en
casas particulares para su crianza En el padrón
se constata la existencia de 7 niños de la
cuna que vivían en diferentes casas de Vegueta
y la mayor parte de ellos habitan con persona
de buena condición económica. Don Antonio
Bandama, Don Luis Romero, el Licenciado
luan Conzdcz, otro fue recogido por una mujer
viuda y por últin~ou,n niño de la cuna recogido
por una mujer de 35 aiios que vive sola,
en este caso podemos pensar, como se ha senalado.
en el caracter de picaresca que podia
tener la exposición, en el sentido de ser luego
recuperado por sus madres como camas de
cría» para así tener asegurado un salarid5. Las
edades de estos niños oscila entre los 4 meses
y 2 afios. aunque también hay una niña de
7 años que con probabilidad fue sacada de la
casa de cuna con corta edad, pero continuó
..:..:--A- -- 1 - --m" -- 1" m..- c..,. -----:?l..
v i v i c i i u v cii ia Laaa c i i ia yuc iuc icLvaiua.
También habitan en dicho hospital personas
de las que se dicen que proceden de distintos
municipios de Gran Canaria, como Guía y Cáldar
e incluso de otras islas. en especial de Tenerife,
posiblemente. son personas que han
emigrado a Gran Canaria y han sido recogidas
en dicho centro. Al frente del hospital se encucntra
una mujer de la que se dice que es
cama>, que sería la encargada de la organización
del centro.
También hemos incluido en este último
grupo a aqiiellos feligrrres qiie viven m las
ermitas o en casa de alguna lerarquía eclesiástica,
como la casa del obispo donde habita
f,üiil?niep "loic, y las vivier-rdcllaia ?oitadas
por varias personas, pero que no se especifica
el parentesco que les une, pues a pesar de
que constan sus apellidos, éstos no coinciden,
por lo que desconocemos las razones que les
llevan a la mutua convivencia, aunque en algunos
casos puedc tratarse de mujeres cuyos
maridos han emigrado, o quizás viudas cuyos
hijos se han independizado, y comparten la vivienda
con otras personas en su misma situación.
Estructura de la población
La pirámide de edad de la población total de
Vegueta Ifiq. 1) nos permite observar una base
estrecha, que no coincide con las caracteristicas
propias de un régimen demográfico antiguo
caracterizado por una alta natalidad, pero
esta situción sc pucde explicar si tenemos en
cuenta la csex ratio~q ue presenta la pirámide
en perjuicio de la población masculina entre
los 20 y 40 años, esta situación posiblemente
se deba tanto a las levas organizadas entre
1662 y 1669, a lo que hay que unir la emigración
a América agravada en las últimas décadas
del siglo XVll como consecuencia de la
crisis del vino que afectó a las islas en general'h.
Por el contrario el escalón correspondiente
a la población comprendida entre los 5
y 10 años alcanza un porcentaje más elevado,
hecho explicabk si teneiiiús en cuenta la
abundancia de mano de obra de servicio, tanto
dc criados como esclavos que cuentan con
dicha edad. Dcl mismo modo, para comprender
la base estrecha de la población hay que
tener en cuenta las sequías que afectaron a la
Isla en los años 1674,1675 y 1677 a lo que hay
que añadir la plaga de langosta de 1676".
72 Benedicta Rivero Suárez
Figura 1
Pirámide de población de Vegueta, 1679
Edades
80 70 60 50 40 30 20 10 10 20 30 40 50 60 70 80
%O Efectivos "60 Quinquenaies
Todos estos fenómenos naturales no sólo influyeron
en la población infantil de la época sino
que también explica el estrechamiento de
la pirámide en su cúspide, pues indudablemente
tuvo que repercutir en la población que
en PI terrpr ~i.iartn de! c i g !X~ l !! superabur!! es
50 años, a lo que hay que añadir, asimismo, la
falta de higiene en la sociedad española de los
siglos XVíI y XVIII. Uri dato esclarecedor de la
gran mortalidad que afecta a la población objeto
de nuestro estudio es la declaración del
cura cuando indica que en un solo ano han tallecido
216 personas entre grandes y pequeños.
Aunque como podemos observar en la pirámide,
la mortalidad en edad avanzada atañe
especialmente a la población masculina no
superando ésta los 80 años, mientras que existen
3 mujeres que alcanzan los 82 años.
La población en estado de viudez (fig. 11)
representa ei 2'11 por ciento respecto a la población
total. Sin embargo de las 80 personas
en dicho estado, da sex ratio~s e inclina en
favor de la mujer, pues hay que tener en
cuenta que sólo existen 4 viudos mientras
que se contabilizan la presencia de 76 viudas
en edades comprendidas entre los 24 a
!as 70 oF,:,os. Creemos que debc esidi reidciunado
con los factores negativos que afectan
a la Isla en este período: sequías, plagas, levas,
emigración, pues esta última en no pocas
ocasiones provoca el fallecimiento del
marido, bien en el trayecto del viaie, bien en
el territorio a donde emigraba. El porcentaje
de viudas entre los 20 a 30 anos, con respecto
al tntal, no es muy elevado, sin embargo
éste se va incrementando a partir de los 45
años relacionado con la mayor edad del marido
y con la mayor esperanza de vida por
parte de la mujer. Por su parte, la viudez en
los hombres entre los 30 a 40 años debe estar
relacionado con la mortalidad de la mujer
en el momento del parto.
Ld población de Vegueta (Las Palmas de Gran Canaria) a finales del siglo XVII 73
Figura IJ
Pirámide de población de viudos de Vegueta, 1679
O 1 0 20 30 40 50 60 70 75
tll Viudos Edades
I Viudas
Actividades
Como hemos señalado, el padrón no nos permite
realizar una separación de la población
atendiendo a sus diferentes profesiones, pero
hay que tener en cuenta que en Vegueta se
cuncentru !a pc?b!ación ci~ii! y nC!oriáctiCa y familiares
relacionadas con ella. También Vegueta
es el lugar de residencia de los grandes
posecdorcs ac tierras cic ia isla, como ia familia
del Castiilo o los Huesterlín, relacionados
por lazos familiares con aquélla, en Vegueta
residen Don Agustin. Don Juan y Don Antonio
Huesterlín. También debió ser el lugar elegido
para su residencia por parte de algunos
miembros de la burguesía mercantil de la
época, corno es el caso de Don Antonio Vandama
que habita en la plaza de las vendederas
y que posiblemente esté relacionado con
el comerciante flamenco Daniel Vandamala.
Por último, señalar que de las 2.829 personas
84 de ellas llevan el apelativo de Don o Doña
como diferenciación social, y no hemos incluido
dentro de esta última cifra a los hijos que
de igual modo le acompaña dicha categoría,
por tanto podemos señalar que en esta zona
de Las Palmas reside un alto porcentaje de la
pblución reiuci~naduc Gn !=c. :snga-, m5s S!
tos de la sociedad.
Sin embargo existe un grupo significativo
dei cual podemos aporrar aigunos datos para
su conocimiento: la población de servicio y
los soldados.
Población de servicio
Dentro de este grupo tenemos que incluir a
las amas, criados y esclavos.
d. El grupo de las amas es muy reducido,
sólo existen 10, cuyas cdadcs están comprendidas
entre los 36 a los 5 1 años, siendo mayoritaria
las de esta última edad, pues suman un
total de 4. En general prestan sus servicios cn
la casa de algún alto cargo de la jerarquía
71 Benedicta Rivero Suám
Figura 111
Pirámide de población de criados de Vegueta, 1679
Edades
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
%O Efectivos %O Quinqucridlrb
eclesiástica y civil, como por ejemplo la que
sirve en la casa del corregidor y en la del Licenciado
Masías. Como ya hemos indicado,
una de ellas lleva la organización del Hospital
de San Martín. En general deben tratarse de
Dersonas que desde antiguo han prestado sus
servicios en la casa y teniendo en cuenta sus
dotes de mando se ha confiado en ellas para
ponrr!x 2! frente de !2 ~rg.niz2ción de !os difercntcs
trabajos que rcqucría cl mantenimiento
de las grandes casas de Vegueta.
P. Los criaaos que prestan sus servicios
en las diferentes casas de Vegueta surnan un
total de 103 que representa el 3'6 por ciento
de la población total.
Como podemos apreciar a través de la pirámide
de edad (fig 111). la mayor parte de los
criados se concentran en edades comprendidas
entre los 5 a 25 años. Deben tratarse de
personas emigradas a la ciudad desde los distintos
municipios de la Isla, y debido a las carencias
que se sufren en los campos, por esta
misma fecha. se ven obligados, tanto el hombre
como la mujer, a encontrar un medio de
subsistencia en la urbc. Entre los 5 a 10 años
no existen grandes diferencias entre el hombre
la mujer, pero si se ~roductu: na csex rat
i o ~a favor del hombre en edades compredidas
entre los IO y 20 anos. posiblemente porque
la p..u;=r fuerza Un! 7j3rSn ]e era %Sc. útil 2
los señores para hacer frente a los múltiples y
pesados trabajos de la casa, por otro lado, como
posteriormente veremos, buena parte de
los servicios domésticos eran realizados por
la muler esclava. El primer sesgo importante
en la pirámide se observa a partir de los 20 a
25 años en la que la qsex ratio» se inclina a favor
de la mujer dicha sitmción debe estar relacioriado
con el mayor interés por parte del
hombre en mejorar su situación con la húsqueda
de otros mercados de trabajo fuera de
la Isla. Por su parte, la mujer permanece en la
C Unwrsdad ce a s Pamis de Crin :mara B b o e c a U n w n t a r a amma I g t a de Canirlas :0W
La población de Vegueta (Las Palmas de Gran Canaria) a finales del siglo XVll 75
ciudad dedicada al servicio doméstico para el
sostenimiento de la familia, sobre todo ante la
ausencia de remesas del marido emigrado.
A partir de los 30 años se produce un estrechamiento
en la pirámide en tanto que no
interesa a los señores los criados de avanzada
edad, sustituyéndolos por la mano de obra
esclava, la excepción viene dada por la existencia
de algunas criadas que superan los 65
anos y que deben ser personas que desde
miicho t i emp ~at rSs han prestado slis senicios
en la casa, permaneciendo en la misma
ante el fallecimiento de sus familiares más
cercanos.
c La presencia de esclavos en Canarias
en el siglo XVII queda constatada por las sinodales
de 162919, hecho que podemos confirmar
tras el análisis del padrón. La mano de
obra esclava suma 281 que representa el 9'9
por ciento respecto al total de la población.
Hay que tener en cuenta que Las Palmas se
convirtió en centro esclavista de primer orden
en el Atlántico desde el siglo XV120, tónica que
se mantiene a lo largo del XVI12'. Estos esclavos
eran empleados para diversos menestcres,
incluyendo las labores de la casa, pero
también hay que tener en cuenta que Id sociedad
de esta época empleaba al esclavo como
un elemento de o~t ent a c ióny~ p~o.s iblemente
parte de ellos no se utilizaba como mano de
obra útil en la producción.
Respecto a su origen hay quc distintiguir
entre aquéllos de los que sólo se menciona
que son esclavos y los bozales. Del primer
grupo. probablemente tengan un origen africano,
aunque también una cantidad importante
de los cautivos habían nacido en la Isla.
Por otro lado tcncmos a los bozales que son
aquellos cautivos traídos recientemente de
África y no conocen nuestra lengua, en total
suman 37 y que representa el 13'1 por ciento
respecto al conliinto de esclavos, lo que permite
afirmar que a finales del siglo XVIl la entrada
de esclavos a !a Isla sigue siendo importante.
También señalar que en el padrón se
menciona la cxistcncia dc un mulato, aunque
no lo hemos incluido en este grupo por espe-
~ificarseq ue es libre.
Como se puede observar en la pirámide
de edad del conjunto de los esclavos (fig 1V)
existe una csex ratio» favorable a los hombres
cn cdadcs comprendidas entre los 5 a 15
años, debido, posiblemente, a que al propietario
le interesaba más la rndno de obra esclava
masciilina, adquiriéndolos incluso con corta
edad pues repercutia en e! preci~ de !a
<pieza) por incluirse en el mismo los gastos
dc crianza
Sin erribargo, cnrrc los 30 a 45 años la csex
ratiou es favorable a las esclavas. quienes eran
utilizadas, con frecuencia, para el servicio doméstico
e incluso para la procreación, lo que
permitía al dueño elevar su número de cautivos.
A partir de los 45 años se produce un estrechamiento
de la pirámide aunque sigue
siendo importante el porcentaje de esclavos
entre los 60 y 65 arios. que puede estar relacionado,
cómo indicábamos anteriormente, con la
emigración a otras tierras de los criados.
En general, las personas solían posecr entre
1 y 3 esclavos, a partir de esta cantidad disminuye
el número de propietarios, aunque no
hay que desdeñar a los propietarios que poseen
entre 5 y 7 esclavos que hacen un total
de 18 y están concentrados en 7 personas. Sin
embargo destacamos a aquéllos que poseen
entre 8 y 11 esclavos: Don Dicgo Ponce, 8 esclavos,
Magdalena Batista, 9 esclavos; Don Miguel
Arigulo. 9 y el canónigo Puertas, 1 1 esclavos.
E11 relación a lcis esclavos bozales, a través
de la pirámide de edad ( f i g . V) podemos apreciar
quc el mayor porcentaje sc concentra en
las mujeres cuya edad oscila cntrc los 20 y 35
años, es decir, la edad que más beneficio reporta
a sus dueños en cuanto a fortaleza y fertilidad
A partir de esta edad la pirámide se extrecha
no sobrepasando la edad de 55 años,
en realidad entre los 4 5 a 55 años sólo existe 1
esclavo bozal y 3 esclavas bozales.
La población de Veaueta [Las Palmas de Gran Canaria) a finales del siglo XVIl 77
Figura V
Pirámide de población de esclavos bazales
de Vegueta, 1679
O 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55
Mbjeres Edadcs
m Varcnes
Figura VI
Pirámide de población de soldados de Vegueta, 1679
5 10 ?O 70 40 50 60 70 80 90
%, Cfccii,,os Edades b, Ou~ncuenalec
78 Benedicta Rivero Suárez
Los soldados
La presencia de la Infantería en Canarias data
de 1590. y al año siguiente Felipe 11 mandó por
R.C. que estos soldados tueran alojados en
casas de los naturales de la Isla para evitar los
desórdenes que cometían por no habérseles
designado alojamiento a su llegada. Al parecer,
al principio del siglo XViIi ya existía gente
de guerra en la Isla por lo que se solicita por el
Cabildo que la dehesa de Tamaraceite. que se
había entregado en propios para el soctenimiento
de los soldados del presidio, repercutiera
en dicha institución2?. Esta situación ya
se prirlwfa desde fina!es de! siglo m!! pues a
través del padrón hemos podido comprobar
NOTAS
I HFNRYL, Manual L ~ Pd emografía histnrita Rarcelona.
1981, WRIGLEEY A. . Historia y poblacicin. Introducción a la
demoqrafia histórica Barcelona. 1985
2 SÁNCHEFZ4L CON E . a Evolución demográfica de Las Palmasn,
AM, no 1011967) pp 299-416; M/\RTiN Ruiz, 1 E El
N.W de Gran Canana, un ejtudio de denzografía histórica ( i 485-
1860) Las Palmas de Gran Canaria, 1978. Lmo CUJK~W,
M y Dinr HE~N. ~DRE Z<,L a población esclava de Las
Palmas dcrante el siglo XVIln. AEA no 30, pp 157- 160
3 MAC~HHSE RI~ANDAZ. Z<F. uentes y principales problemas
metodológicos de la demogratía histórica de
Canariayo AFA. no '34. pp 5 1 - 1 58
4 Constituciones Sinodales del Obispado dc Gran Canaria
por ei doctor Don CristoDal ae ia Larnara y
Murga. Madrid. 1634. Nü i z z DE LA PENAl . Noticias de la
población de las siete Islas Canariasde ¡os años I 689 Archivo
Osuna (La Laguna, Leg. 90, n' 167, 130 fciiios.
SÁNCHEHZE RRERJO.: ,< La población de las Islas Canarias
en la segunda mitad del siglo XVll i 1676-1688)~.
AEA, ri" 21, pp. 237-417
5 VIERACYL AVCI. 1. Noticias de la Historia General de las lslas
Canarias T 11, pp. 535-537.
6 A D : Disposiciones pastorales y mnndatos de! obispo BiirtolotriéGairíu
Jinii'nez Lcgaju siii cldsificdr
7 I,MENEZ DE GREGORIEO. ,< La pob:ación de las Islas
Canarias en la segunda mitad del siglo XVilla A E A
n" 14.p 127
8 HL ~ ~KEP IKOAU A~ ,. La) PaIrnus de Graii Cuuariu Mddrid.
1984
9 Archivo de la Catedral de La Laguna. documentación
sin cias~t~car
que de los 47 soldados que habitan en Vegueta
38 de ellos residen en su propia casa, mientras
que los 5 restantes lo hacen en casas particulares
e incluso uno de ellos en casa de
otro soldado, sin que exista ningún tipo de indicios
de que les una alguna relación familiar.
En la pirámide de edad correspondiente a
los soldados (fig.VI), podemos comprobar que
el mayor porcentaje de los mismos se encuentran
concentrados entre los 30 y 65 años, aunque
cómo se puede observar el hombre ingresa
en la milicia a partir de los 20 años continuando
en dicha actividad hasta su fallecimiente,
pues en e! par'rsn cenrta !2 presencia
de un soldado de 80 años.
I 0 DnMlNcliF7 nRTi7, A . La sotiedod e5pañfl!a en ci siglo XVII
Madrid, i 963, pp 59-60
1 1 SANChEZ HERRERO, I OP Cit. P. 46
1 2 Ruivi~uD E ARM4s. A,. Piratería y ataques navales toiztra las
lslas Canarias. CS.[ C Madrid 1950 T 111, pp 86-688
13 PEFAZ4 DE AYALA1 , aEl regimen comercial de Canarias
con las inaias en los siglos XVI XVii y XVlli~ RH
no 90 íl95O1, p 210
14 B o s c ~M ILLARE1 S,E l hospital de San Martin. Las Palmas
de Gran Canaria. 1940. p. 262
15 LOBO CABRERMA ,y SEDILGEAS RC~MA. ,1 <Expósitose
:Ir&ítimos en Las Palma5 en el siglo XVIlo A F A . no
24, pp. 159-203
16 BETHENCOURT MASSIEU. H <Canarias y el comercio de
vinos (siglo XVllin En Historia General de las Islas Canarias
T 3 pp 266-273
17 H t r i u t a ~P iouL. A #Lluvias, sequías y plagas en la
histor:a de Gran Canarian Rzvista Aguayro no. 107 Las
Palmas de Gran Canaria, 1970
18 TORK%LN ~ TANA, E LU6 urgue)íu nlertuntii de iaj Canarias
Orienteles 1 I 600- i 62 5). Las Palmas de Gran Canaria,
1991, pp 115-141
19 Constituciones del obispo Murga, op cit. pp 253-254
20 Loso C A B K ~ hRl ~L~a, e jclavitud en Im Cmni(1.10~r~:e rilaies
en el siglo XVl (negros, moros y ~noric~osL)a s Palmas de
Gran Canaria 1982
2 1 LOBOC ABRERMA ,y D~AHZE RNÁNDERZ.a, rt cit. p 157
2 2 LoBu CABiitW, hl y Dhz H~K~ÁNER z ,a rt cil., p 159.
23 SUÁREZG RIMOVN., aPropios ). realengos en Gran Canaria
en el siglo XVllla 111 Coloquio Canario Amuricano,
pp 123-LLY