VEGUETA, Número O. mayo 1992, (37-42) 37

El ajuar de la casa urbana

en las Islas Ca~ariaas fines

de la Edad Media

* Profesora de Histona Medieval. Facultad de Geografía e Histona

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

E ste apartado de la realidad cotidiana de

un grupo de vecinos y estantes en las Islas

a fines del siglo XV y primeras décadas del

XVI, se ha realizado sobre la base de la información

contenida en los inventarios de

secuestros de bienes del Tribunal de la Inquisición.

Sin embargo. su empleo de forma exclusiva

no es válido. El primer problema que se presenta

es que no todos los procesos contienen

el acta de secuestro correspondiente. Inclusi\ie,

no sicmpre se precisan todos los objetos del

hogar, en particular los considerados por alguaciles

y notarios inquisitoriales como ame-

,, iiu,d ,:,,, Liiua2 ~A e c-a-aa-a-, C.-- U-~-U u-1 c- -v q- " 1T i 1 1dby rrienaje.

Estos problemas se han intentado solventar

con la documentación notarial conservada

en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas

para cotejar, comparar y ampliar la información.

A pesar de todo, tanto los inventarios

inquisitoriales como la documentación notarial,

en concreto cartas de dote, de poder para

recuperar objetes, de reccmocimiento UC dmdas,

de venta y de declaración de bienes, permiten

ofrecer información, si bien cualitativa al

no preseritarse de forma seriada, si valida para

obtener una serie de conclusiones que presentamos

al final.

El conjunto de personas a las que pertenecen

los bienes inventariados ya ha sido estudiado'.

Viven en el ámbito urbano v son gentes

del común. artesanos, mercaderes, pequeños

propietarios agrícolas y profesionales liberales.

Por tanto la diferenciación social vendrzí marcada

por el nivel económico. A partir de la información

obtenida analizaremos varios aspectos

reíerrriies al ajuar: mobiliario, elementos textiles.

vestidos, menaje, vajilla y complementos.

Mobiliario

Entre los objetos muebles, los que aparecen

con más frecuencia son la cama, cajas y cofres,

sillas y mesas.

La cama se limitaba a un mueble de made-

:S cübicrtc; cun ün coii-hüii, sáÚd~~yd >ai guna

manta. A veces aparece con el mismo término

la ropa que la cubre, colchas y sábanas2. La

dote de Catalina Fernández, casada con un

sastre, contaba curi «cinco camas de ropa,?

Ésta es descrita en la dote de Ana Bermúdez,

casada con un herrador, como cuna cama de

ropa en que haya tres colchones de presilla

llenos de lana nuevos, cuatro sábanas, cuatro

almohadas, una manta frazada de Val~ncia,

con sus bancos y tablas y colgadura de lienzo

con su cielo y flo~aduras»P~o.r tanto, ropa y

estructura de madera cra la composición de la

cama. Esta última se componía a su vez de

bancos y tablas, o cualquier otro mueble de

maaera habilitado para dormir como las cajas.

El mercader Alonso Álvarez dormía sobre dos

cajas sobre las que situaba el colchón.

Todo ello era la base. A veces se le añadía

una estructura superior para colocar colgaduras

de lienzo Algunas estaban compuestas

por cuatro lienzos con sus randas y un cielo

con sus flocaduras de hilo) o <un rodeou5.

+--L:z- L-..L.l ~ -

Lailiuicii i tm~i iy que sc siiuaba alredeaor de ia

cama y solía estar pintado6.

Otro mueble que aparece con insistencia

es la caja o cofre Pedro de Moralcs, labrador,

disponía de cuatro de distintos tamaños E1

contador de la Catedral, Aionso Hernández. tenia

otros cuatro: una cala grande de cedro con

su cerradura y llave, otra mediana, otra de castaño

y iina de palma en !a cicinz Por su parte,

en casa del verdugo Pedro González, sólo apareció

un cofrecito pequeño para guardar «un

rodeo). Constanza de la Garza, eri La Palma, tenía

cinco: una pequeña de cedro, una caja de

Flandes, dos cajas pequeñas y un cajoncito.

Su función era variada pero casi siempre

se usaron para guardar vestidos, camisas, elementos

textiles del hogar. vajillas. platos y iarras

Las pequeñas solían contener papeles y

escrituras. En fin, servían de ropero, armario,

aparador, joyero o bibiiotccas, como en cualquier

otro ámbito7. Servían tambien de cama,

las mayores, y de asientos? Sus dimensiones

eran variadas en razori de su función: caja, cajuela,

cofre, cofrecito. Varía asimismo el mateEl

ajuar de la casa urbana en las Islas Canarias a fines de la Edad Media 39

rial. nogal, pino. cedro, castaño o palma. En

general se describen según su conservación:

«un cofre viejou, «una caja de pino vieja)

Mesas y sillas completaban el mobiliario.

Las primeras eran de diferentes dimensiones

y en ocasiones iban unidas al banco. Constanza

de la Garza tenía una mesa y un banco de

cadenas. El verdugo una mesilla de cuatro

pies. Para sentarse se usaban bancos, ya sueltos

o adosados a la mesa y de diverso tamaño.

Recordemos que Larribieri servían de estructura

para situar los colchones. Precisamente en

el hogar del verdugo, en una camareta, había

dos bancos de cañas y tres tablas con ese fin.

Hemos de añadir banquillas y sillas; estas últimas

muy pocas por casa, nunca más de dos o

tres excepto en el caso del notario y contador

dc la Catedral que se contabilizaron cuatro.

Por su fisonomía se nombran sillas de palos,

de costillas, de cadenas, de caderas, de espaldas

y hasta de ucaballo)) o de montar.

Como muebles sólo algunos mas: eí vasar

o Xvasarera de palo, donde se situaba la loza.

En la casa de Pedro de Morales aparecen dos

uvargasD, una de pino y otra pequeña, identificables

con las bargas o bargueños. El mueble

que aparece con menos frerijenria es el armario,

tan sólo en una ocasión.

Puede observarse que el mobiliario era

1-:-- - - - - - - - . - . . - A , . --..-- " ....- rl,I,, -1,

vicii c xa>vy y u c ~uduay uzda uL

jetos tenían una función muy concreta. Pese a

las diferencias socioeconórnicas, los muebles

descritos se repetían en todas las casas9.

Elementos textiles

Son los que atenúan la frialdad y sensación de

vacío que nos ha dejado la descripción anterior

1 os más fr~ciienteesr an los que cubrían

la cama: colchones y sábanas. Los primeros

suelen ser blancos, de lana, y no aparecen en

todos los hogares, si bien otros disfrutaban de

más de uno. Las sábanas sí están presentes

en todos los inventarios, en número de dos o

tres cuando se trata de una familia El platero

Juan de Lorca, estante en Tenerife y que vivía

solo, se cubría con un pedazo de lienzo y una

manta.

En general se desconoce el tamaño de las

sábanas. Para complicar aún más el estudio

aparecen amcdias sabanas, o «una pierna de

sabana,. En cuanto al material casi siempre de

lienzo o <lienzo dc presilla)). Las mantas y framdas

aparecen en cinco ocasiones: en una de

ellas era de lana y en otra se dice use villana^.

Las almohadas estaban rellenas de lana, eran

blancas, lisas o labradas en las orillas. <Labradas

de grana», con tira y media de marillo~,

ucon tiras de hilado, o de <orilla de cintas,.

Relacionados con el lecho aparecen otros

elementos textiles coloreados. algunos de difícil

precisión por lo que se refiere a su función:

ucercadura de camau de lienzo pintado,

<tres paños y un paramento de lienzos pintad

o s ~c,o lgaduras de cama con cuatro paños

de lienzo con sus randas y un cielo con su flocadura

de hilo)), un «rodeo> y «un cañizo». En

estos casos la cama estaba ~apaday cubierta,

por tanto separada del resto de la estancia. En

otra ocasión, como aporte de dote, la cama tenía

una delantera y un cielol"La colcha sólo

consta en un caso, blanca, perteneciente al

notario-contador quien también cubría su cama

con una estera. Inclusive era el íinico que

disponía de sobrebancal junto a la cama.

. * T , r,,.,,+, n7,, 1, A.1,,.,",,.,, ,,.,,a uLL,,uL.,, , U, ,uLLdes, ce

mo para separación de piezas de habitación

se utilizaban los <paños de paredes)) pintados

de figuras, de lienzo o lana, y los paramentos

de lienzo pintado. Su empleo fue más frecuente

de lo que aparece en los inventarios, sólo

en dos hogares. Abundan en aquéllos los

manteles, siempre uno por hogar, de lienzo.

Son de distintas dimensiones. sin aclarar y calidades:

«manteles alimanicos grandes,, ualimanicos

menores», etc. Los «paños,, en general,

o especificando su función, eran textiles

muy utilizados. paños de mesa, de rostro, de

manos, de narices, pañuelos Podían ser lisos

o labrados de hilados. Se muestran también

con cierta frecuencia las «tovajas)>e mpleadas

40 Manuela Ro~auilloR ubio

a veces como toallas, de lienzo blanco, lisas o

adornadas con acabos de hilo, o aflecos de

hilo,. Su tamaño se describe: uuna tovaja de

lienzo angosta>,c una de vara y media>,a sí como

sus calidades, aunas de conglo gruesas>.

En el inventario realizado a Constanza de

la Garza se citan además piezas de tela sin

confeccionar. Era normal disponer de estos

textiles, pero en su casa se inventarían bastantes

tres pedazos de Rouen delgado de cuatro

varas, dos varas de lienzo de Rouen nuevo,

una tela de licnzo curado delgado de ocho varas

Otros ya bordados para ser utilizados como

adornos ae almohabas o panos de mesa.

Como podemos observar, los textiles exclusivos

para decoración son pocos. Todos tenían

una función práctica. Entre los decorativos

mencionar una estera de esparto y aunas

tiras labradas de corredor" Y por último. se

anotan paños viejos, de lana, de figuras. de seda

o de lienzo, o rotos. Todos estos elementos

eran i-dativamente abüindaíntcs eii ~iieiiur u

mayor grado y en proporción al nivel económico.

Gran parte de ellos, por no decir todos,

habían llegado a la casa formando parte de la

dote en una proporción que va del 6% (si se

aporta además inmuebles y ganado), a casi el

40 % (caso de acompañarse de vajilla y ropas

de vestir]. Con ser los primeros objetos que

llegahan al hngar eran tamhiEn los prim~rnr

en salir en caso de deudas o de consecución

de dinero rápido por una eventualidad. Solían

venderse inmediatamente en estos casos. o se

dejaban en prenda, junto a vestidos femeninos

aunque la deuda era del maridot2E. n caso

de muerte salían de la casa para pagar el

entierroi3.

Vestidos

Las prendas de vestir suponen un renglón importante

en la fortuna familiar Son muy frecuentes

las de mujer, aunque se esté inventariando

el patrimonio del marido. La única

mención a ropa interior femenina es la camisa,

más de una por inventario o carta dotal, lisas o

labradas de seda. El ajuar de Mencia Lopez,

única dote donde se da el valor de cada prenda,

se componía de ocho camisas, tres bordadas,

montando 4.000 mrs. Las faldillas solían

ser lisas aunque aparezca con adornos de terciopelo

negro o de raso <fresado morado), y

otra plisada de 3.000 mrs. Encima usaban las

sayas, de colores (rojas. amarillas o negras), lisas

o con tiras de terciopelo o seda. Eran una

especie de casaca con mangas anchas: cuna

saya serrana amarilla guarnecida con mangas

de raso morada y cintas negras). El material

era paño de aperpiñan) o afranceso, apaño

negro fino), de ccontraiu, de cvalencia~ o de

cestañax

Sayos y sayuelos completan el vestido femenino;

no se menciona el color y sólo una

vez se aclara el material, paño de Valencia o

terciopelo. Otros elementos de vestir asoman

más raramente en la documentación procesal.

Las falderas o especie de faldellines o refajus!?,

id5 íajds de aesiaña moradas) que poseía

la mujer de Pedro de Morales, un amongil

de chamelote~y las alobas) o casacas de paño

y que costaban 3.000 mrs. Para cubrirse la

cabeza usaban apaños de tocar), mantos (uno

costaba 3.000 mrs), tocas, mantillas, atocas de

camino) de lienzo blanco y hasta aun amarradero

de cabeza de algodon traido~.

La ron,-2 -. -m - ..rru!ina se com.penia en primer

lugar de camisones sobre los que iban los sayos,

jubones y lobas Los camisones y camisas

ei-an normalmeiite de lieii~uP drd a s o s especiales

de hilo bordados. Los jubones de lienzo

o cañamazo, y para las grandes ocasiones de

utornasol~o terciopelo, como los del contador

de la Catedral o el de Gonzalo de Segura, propietario

de un ingenio. Éste, correspondiendo

a la calidad de su persona, se atavió el Jueves

Santo de 1505 con asayo de metades una turquesado

de palmilla desmangada fino fresado,

un jubon de terciopelo, unas calzas bigarradas

de rodilla arriba grana. una gorra de

grana y una camisa de hilo labrada de oro y

seda azul>. Sin embargo, cuando iba a trabalar

OUrvcrsdal <le Las Panias do Ira, Canara i t o e c a Unuestsrs a e m m D g a l e Caniris 2015

El ajuar de la casa urbana en las Islas Canarias a fines de la Edad Media 4 1

a los cañaverales sólo llevaba un sayo y unos

zapatos <por chancas.uI5S. obre estos vestidos

llevaban hábitos o ulobas)~n egras, y sayos de

colores, azul o rojo, lisos o con adornos como

uno «morado con cintas blancas y amarillas

de manga blanca ancha). Este último pertenecía

al regidor Cristóbal Vivas y lo tenía cen

prenda? el verdugo Pedro González cuando le

inventariaron sus bienes'! Del confitero Francisco

López era un <sayo azul desmangado

con dos vivos de paño>. El material, paño de

Valencia o de sarga. Para cubrirse gorras de

pafio negras o de grana, de terciopelo. Capuces

ufrisados guarnecidos de terciopelo)) o de

paño de clondres pardillo» Paños de tocar,

cofias de seda negra o bonetes completan este

renglón. En el del calzado tenemos ucalzas~

blancas o negras <atacadas con hilos» y uservillas

» o zapatillas, y zapatos. Por último algunas

prendas para ocasiones especiales, como

las del criado Pedro Fernández Germán que

partia de viale cuando lo prendieron y Ilevaba

gorgera, capa y guantes17.

Menaje. Vajilla. Varios

Seguidamente trataremos los objetos dedicados

a la cocción o asado de alimentos, los útiles

para su conservación y consumo, o para la

iluminación de la casa, junto a otros más esca-

SUS.

Los primeros no abundaban aunque se

disponía de los precisos: calderas de cobre,

sartenes de hierro, asadores, parrillas, pailas

o pailetas (sartenes grandes) y las trébedes

de hierro. son lo más rnencionado18 Completan

el menaje lebrillos, verdes o pintados

de bdrro, tallas para el agua ccon su tapadon,

jarros y jarrillos, cántaras de agua,

picheles de estaño, almarrazas. saleros de

estaño, un almirez, una salserita de estaño y

c edd~osp drd cerller ~ldí l l ld ~ U I I L O d ello5 Y

quizás en la cocina unas tijeras de cortar y

otra de cdespavelar~e, steras de luncos, espuertas,

escobas y tablas de cortar carne o

taladores

Para la conservación y guarda de alimentos

se usaban, tinajas, algunas vidriadas, cántaros,

cántaras para el agua, cajas de palma en

la cocina. una «cala de tener carne de membril

l o ~y textiles: talegos, serones y costales. Por

supuesto dependía del alimento a conservar.

el verdugo oreaba sus quesos en unas tablas

colgadas en la carnara).

La vajilla era muy escasa: algunos platos

de peltre de distintos tamaños, escudillas de

peltre, pocas cucharas de hierro y alguna cucharita

de madera. En la casa del contador se

enumeran tres cuchillos, tres puñales y un tenedor

En la de Constanza de la Garza un jarro

y dos copas doradas «vidriadas», y el pan se

guardaba en una cazuela pequeña con rnanteles.

Esta partida suponía poco en la dote o en

el inventario, por ello no suele relacionarse todo.

En la dote se hace como ajoyas y preseas

de casa> o «cosas menudas de casa>, que en

el caso de hlencia López representaba un 2,78

de lo aportado (1 5.000 mrs).

Las joyas se muestran en casos contados.

El notario y contador tenía dos anillos pequeños,

uno de turquesa. En la dote de Mencia

sólo unas manillas de plata y ucosas de oro),

un 3,6 %. El joyero, en función de su oficio, tenía

oro y plata en valor de tres doblas. El dinero

en metilico aparece poco. El mercader DiegÜ

Ú'Z ~ d l i ~ ~ d ~ i i l~iCl ili~iddU C, S dbiilid, i¡C~dbd

en su poder una dobla. real y medio y ciertas

blancas. Un registro más exhaustivo arrojó 8

doblas y un cruzadow. En las dotes es poco el

dinero en comparación con el resto de lo

aportado.

Las armas aparecen en tres casos. Constanza

de la Garza disponía de una lanzd acon

su hierro) y una daga con su vaina. El contador

consiguió hacerse con una ballesta de

atrece tiros con su gafa^, y el carpintero conservaba

eri su casa una espada vieja, un broquel

y una escopeta de cuerno20.

Imágenes de la Virgen y hasta un retablo

<con crucifijo dorado). de Pedro de Morales,

indican otros modos de vida. No sólo en casa

4 2 Manuela Ronquillo Rubio

de cristianos viejos, precisamente algunos judeoconversos

tenían imágenes de bulto2I.

Se riieriiiuridri pvcvs instrumentos de trabajo:

una azada, azadón y una barrena de torno

delgadito. Por lo que respecta a los artesanos,

sus útiles no se iriventariarori pero sí se

embargaron como <muestras de su oficio».

Podemos aproximarnos a ellos a través de la

documentación notarial publicada22.

Como instrumentos de ocio: una vihuela,

jaulas de pslaros, y libros2'.

Como conclusiones finales resaltar la similitud

de objetos en todos los hogares, independientemente

del status económico del propietario.

Éstos se caracterizan por su parquedad,

buscándose ante todo la funcionalidad,

lo que da a la casa cierta frialdad atenuada sólo

por los pocos elementos tcxtiles Y por último.

fenómeno ya constatado en otros ámbitos2",

e l iniportante papel de la mujer en la formación

del ajuar hasta aquí tratado.

NOTAS

Ro ~ o uLL O, M. Oríqeim de lu I~?qui>i c id~ent Ca~~ariu,,

1488-1 526, Cabildo Insular de G C. Las Palmas de

Gran Canaria. 1991, p 284

BENNZTO ~ E PChy llis Hictoria dibujada del niueble OLLIdenlul

ed Heriridri Blur:ie, hlddrid, 1984, pp 15 a 76

AHPLP (Archivo Histórico Provincial de Las Palmas),

PN (Protocolos Notariales) 736, f 250 v 11523.8 septiembre~

AHPLP PN, 715, t 680 ( 1 522 7 octubre)

Ibiderr. f. 288 r

AMC IArchivo Miisro Canarin) Inrliii?iciAn, Cnlerrinn

Bute, Volumen V: f 92 v

DUBYG EORCESH istoria de la vida privnda De la E~tropafeuda1

al Renaciiniento, Ed Tauru;, 1990, p 187

AMC, Inquisición, C Bute, Vol l. t 1 I v

Este 'eriúriierio persisle eri épocas posteriores Vid

VARIOS La vida Cotidianii en la España de Vddzqucz, dir

por !os+ hfi nlriiá Zarn?r;, Ed Temas do Ucy h4-drid,

1989, p 66

AHI'LIJ ¡?N, 796 B, f. 172 y 173 (1 524)

lbidem,f 124 y 125v(15231

Ibidcm, no 735. f 408 y 409 11 522) lcrnando ?. que esta

preso debe a luan Cornela 23 269 marv y el da en

prenda unz loba de carga guarnecida de terciopelo.

--..L,,- 2- 2- 2- L...

uii i i i o i i ~ i i i vu r poi i r i ur \ . i>i i i i ini giir;iiiriiiii> iic iciciopclo,

un camisón de lienzo !abraso de seda, una

frezada, un sayo de muler de manga ancha y un colchon

Ibídcm, f. 288-289. Scbastian Gonzalcz wndc por 12

doblas a Fernando de Bejar, zapatero, para pagar el

entierro de su hemano Berna1 Gonzalez dos coichones

de lana. una colgadura de cama de cuatro panos

dc licnzo. con randas y cielo dc Cocadura dc hilo, m

paño de rostro labrado de negro, cuatro sábanas de

presilla. una manta ce lienzo de presilla, un candelero

pequeño ce azofar, un paramento ae lienzo pintado

de figuras, una silla de czderds i, un pdño viqo de

lana de figuras

14 AMC, C Bute, Vol. l. f 43 r En ellas guardaba el dinero

que hacía en la tienda la niujer de Juan Crespo en

I >U->

15 Iliídem, f 19 r, 25 r y 52 v

Ih Ihidem. \'dumen V f 3 r

17 XMC. CXXX-7. f 491 r

18 AMC, CXXX-8, f 506 r Inventario de bieres del contador

Alonso Hernandez. único donde consta la situacien

de los objetos en la cocina. una tresden, unas

parrillas, una sartén dc hicrro dos asadores. ur plato

de peltre > un lebrillo

19 AMC, CM-2. f 171 r, 180 :y 197 r

2C Ah.4C. CXW! -?, i 0% ii

21 AMC, C BUTE Vd 1, f 85 r En 1499, ludiid Dídz, mujer

de un alguacil, con10 ella judecconverso, menciona

la. imág~r??q iie tiene en i i i casa en la pared También

la mujer de luan Crespo tenía ura Virgen cor,

Niño en sc casa Y asimismo en la casa de Pedro Dorador

nabía hornacina con imagen

2 2 LO?O C A ~ F E A!V, IF x i , ü c t o ~d f Í v x r i b u r ~A, k v t x Gui i&w~

(1520-21)I.E C, La Laguna, 1979, n' 12 y 53

23 LOBO CABRERhlA ,a Libros y Lectcres en Canarias en

el s XVlo, en AEA, no 28. Madrid-l as Palma< de Gran

Canaria, Patrorato Casa Colón 1982 p 20-2 1

24 BORIIEROFE RNPNDEL, M. atl aluar de la casa campecina

sevillana a fines de la Edad Mediao. en .Actas de! 111

Coloquio d~ Hictoria ivl~di~i4~1a1iC ali~zJna. Pn. 1982 p 2 1 I -

223