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ISSN 1133-598X · Vegueta·11/09-10 · página 11
La Hermandad de Santiago de Gáldar,
Ejemplo de Fundación Ilustrada
Francisco Héctor Alemán González
Resumen
El siglo XVIII, fue clave en el desarrollo
de la estructura social que regiría los destinos
de las islas en las centurias siguientes.
La aparición de la Ilustración, no sólo motivo
la confrontación entre lo religioso y lo racional
(si acudimos a los extremos del debate
nacido en la época) sino que hizo posible el
nacimiento de un movimiento intermedio mediante
el cual la propia iglesia sería promotora
de muchos cambios. Para ello fue preciso
y necesario reestructurar sus sistemas de
intervención social. Debido a ello, fueron las
cofradías y las hermandades las primeras
afectadas, acabando con sus costumbres inmemoriales
y dándoles valores mas acorde
con la mentalidad que se quería imponer. La
hermandad de Santiago de Gáldar se convierte
en un testigo conciso y claro de aquella
laboriosa tarea, el obispo Tavira y Almazán
en el principal protagonista y Gáldar en el escenario
de experimentación.
Palabras clave
Gáldar, Tavira y Almazan, Hermandad,
Ilustración, Mentalidades.
Abstract
The 18th century, was key in the development
of the social structure that would
govern the destinies of the Islands in the following
centuries. The emergence of the Enlightenment,
not only reason the confrontation
between the religious and the rational (if we
went to the ends of the debate born at the
time) but which made possible the birth of an
intermediate movement through which own
church would be many changes promoter.
This was precise and need to restructure their
systems of social intervention. For this reason,
the guilds and the Guild were the affected first,
busting their immemorial customs and giving
them values more consistent with the mentality
that was intended to impose. The brotherhood
of Santiago Gáldar becomes a concise and
clear witness that laborious task, Bishop Tavira
and Almazán in the main protagonist and
Gáldar on the stage of experimentation.
Key-words
Gáldar, Tavira y Almazan, Brotherhood,
Enlightenment, Mentalities
Vegueta. Número 11. Año 2009 - 2010
Anuario de la Facultad de Geografía e Historia
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
ISSN 1133-598X. Páginas 11 a 22
Agradecimiento
A mis padres, hermana y novia por el apoyo que me
dan para la realización de la presente investigación.
ISSN 1133-598X · Vegueta·11/09-10 · página 12 1. Introducción
Durante el Antiguo Régimen, la institución de asociaciones piadosas, bien bajo el modelo cofrade bien bajo la forma más restrictiva de la hermandad, fue una las mayores preocupaciones de los rectores sociales. Con ellas no sólo se conseguía unos fines muy numerosos y variados sino que se podía controlar el movimiento social mediante la utilización del comportamiento moral que los estatutos exigían.
Desde el costo del culto de una determinada advocación bien mariana bien hagiogenésica hasta la búsqueda de control de social, los objetivos por los que se fundaban este tipo de asociaciones pudieron ser muy variados. Consecuentemente, partiendo del fin al que se pretendía llegar encontramos la naturaleza de los fundadores. Éstos podían ser el común del pueblo (en las cofradías más antiguas), de origen privado y por último promovidas por los beneficiados de las distintas parroquiales que las instituían para la ayuda del culto.
Sin embargo, en los tres casos que hemos mencionado, se repite la constante de apoyar la fundación en conceptos espirituales tales como la caridad, la misericordia o la propia defensa y expansión de la devoción, siendo un fuerte justificante ante las autoridades religiosas que las aprobaban en última instancia. Este comportamiento va diluyéndose poco a poco a medida que avanzamos en las décadas del siglo XVIII, pues la pérdida de representación y de justificación social que este tipo de asociaciones comienzan a sufrir por un lado y la sustitución por entes de carácter regalista y civil por otro1 .
Es en esta coyuntura en la que se produce la erección de la hermandad que nos ocupa. Desde el punto de vista contextual y formal, estamos ante una hermandad atípica. Así ésta nacía mientras las cofradías centenarias comenzaban su declive, su conformación interna es atípica pues si en los estatutos se define como una cofradía abierta el poder estaba depositado en un grupo minoritario que conformaba el poder. Desde las formas de elección de los cargos hasta los propios objetivos que se pretendían conseguir hacen de esta asociación un ente anormal, mezclándose en el conceptos ilustrados con intereses religiosos, la funcionalidad material con la apoyatura conceptual que solo la religión podía dar.
Es en esta confrontación y mezcolanza donde reside la curiosidad del investigador. Pues no sólo es importante la existencia de la misma, sino el legado documental que de ella ha quedado. Así no sólo nos ha que dado las conformaciones estatutarias, sino que además existe en ellos una serie de valoraciones morales y espirituales que sirvieron para justificar la fundación.
Con todo, la hermandad de Santiago fue una asociación que no tuvo parangón ni en la villa de Gáldar ni en sus alrededores, legando a la posteridad un modelo de hermandad transitoria y declarando un uso de estas asociaciones que hasta el momento no habíamos corroborado en la isla. Veámoslo detenidamente.
2. El Comienzo
El nacimiento de la hermandad que nos ocupa es tan ilustre como lo fue su instigador. Nacida en una ciudad que congregaba en su territorio a gran parte de los linajes principales de la isla y que se preciaba de ser lugar principal por su historia e importancia, fue por tanto en Gáldar donde se hizo patente la necesidad de la creación de una hermandad que los reuniese en torno a sí. Sin embargo no fue esta hermandad pionera en la ciudad, existiendo en ella la Hermandad del Rosario y la del Santísimo Sacramento que se dedicaban a la preparación de los respectivos cultos.
Afirmamos la necesidad de esta creación basándonos en dos realidades muy patentes. La primera era la inexistencia de asociación alguna que se hiciera cargo del culto a Santiago, patrono del beneficio. La segunda, la construcción del nuevo templo dedicado al mismo y encargado a los hermanos Eduardo. El retraso de las obras, se había comenzado en 1778, hacía cada vez más evidente la necesidad de una institución que apoyase y buscase el capital y las materias primas para tal fin.
Estos dos factores ya se hacían insoportables por la década de los noventa y la solución viene dada con la visita del obispo D. Antonio Tavira y Almazán, verdadero fundador e instigador de la misma. Podemos decir que es la hermandad de Santiago, la única que fue fundada directamente por el obispo, de hecho no existe entre sus instrumentos aprobación alguna de sus estatutos al ser estos otorgados directamente en “santa y general visita”.
Con estas pinceladas se nos hace irresistible comentar algunas reseñas sobre el mencionado obispo, pues éstas serán claves para entender la creación de la misma. El obispo Tavira perteneció al modelo de aquellos eclesiásticos que entendieron muy pronto
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las directrices marcada por la Ilustración y
como éstas podían ser trasladadas al ámbito
religioso sin que existiera una confrontación
plena. Nacido en Jaén, su carrera es meteórica,
ya no solo por la velocidad con la que
asciende en la escala eclesiástica, sino por
la diversidad de lugares que visita por su formación.
Bachiller en Teología en 1760, doctor
en 1764 y catedrático de la universidad de
Salamanca antes de 1789, hicieron del obispo
una fuerte formación y lo convirtieron en toda
una autoridad en el momento. Así pasó a ser
confesor del rey que a la sazón era Carlos III
y predicador de la Casa Real de Castilla, lo
que implicaba su presencia en la Corte cada
Semana Santa. Este ascendiente y cercanía
al monarca es algo a tener en cuenta, pues en
su momento le permitió ingresar en la Real
Orden de Santiago. Y es en este punto donde
se cruza la vida de este insigne obispo con la
ciudad de Gáldar.
Trasladado a la sede canariensis en
1791 tras abandonar el priorato de Santiago
en Uclés, era Canarias su primer destino
como obispo. Llegado a las islas lo primero
que realiza es una “santa y general visita” por
los pueblos de su diócesis, tocándole a Gáldar
en el verano de 1793. Es en esa visita donde
se produce la fundación el 17 de julio, manteniéndose
activa la hermandad hasta 1911.
Como podemos apreciar la trayectoria
de Tavira antes de ser nombrado obispo
se caracterizó por la defensa y extensión del
culto a Santiago, santo patrón de la orden de
caballería a la cual pertenecía, política que
seguirá en las islas y de la cual Gáldar es un
claro ejemplo. Por otro lado es en este momento
cuando se retoma por parte del estado
la importancia del culto al patrón de España y
a la advocación de la Virgen del Pilar que a
aquél se le apareció. Con lo que comienzan
a reforzarse las instituciones encaminadas a
tal fin y dentro de esta política encontramos
la actuación del obispo. Diez años antes de
la llegada del obispo Tavira se había fundado
en la ciudad de Gáldar una cofradía bajo
la advocación del Pilar, con lo que el tándem
mencionado estuvo incompleto hasta la llegada
del prelado.
Es en éste momento cuando debemos
preguntarnos el porqué de esta fundación.
¿Por qué eligió el obispo el modelo
de la hermandad para la fundación de este
nuevo ente? Con respecto a esta cuestión
debemos exponer que el sistema cofrade
estaba decayendo en estos momentos y el
propio obispo aclara2: La piedad religiosa de
nuestros monarcas y de su sabio gobierno ha
dado en los últimos tiempos erigiendo tantas
juntas de caridad con tal felices sucesos y
mandando que se promuevan en todos sus
dominios o aun habiendo abolir o refundir en
estas innumerables cofradías y hermandades
que reducidas todas a gastos inútiles y cuando
más a algunas funciones de la de que ningún
provecho espiritual.
Pues si bien la decadencia era patente,
tal y como podemos entender del fragmento
anterior, éste decaimiento venía dado
por lo las administraciones que se llevaban
a cabo, no por su sistema de aglutinamiento
social, que se había consolidado como una de
las formas más simples y eficaces para la organización
social. Este hecho fue entendido
por el obispo que sabía que la mejor forma
que podía tener a su alcance para implicar a
los vecinos en el culto a Santiago y para la terminación
del templo era la practicada por las
hermandades, pues el riguroso cumplimiento
de sus estatutos podía servir para atar bien a
los vecinos con respecto a los fines descritos.
El hecho de que no se eligiese el modelo
de cofradía, entendemos que pudo venir
dado por la organización interna de cada una
de ellas. Donde la cofradía solamente necesitaba
de una mayordomo para su gobierno,
las hermandades componían sus directivas
con un número mayor de componentes oscilando
de cinco a siete personas. Este es el
primer interés del obispo. La obra del templo
necesitaba de muchas manos que se implicaran
en los trabajos de responsabilidad, el
crear una cofradía era por tanto cerrar el paso
a mucha gente con lo que opta por el modelo
de la hermandad, si bien lo modificará a su
gusto como veremos a posteriori.
El segundo elemento que pudo hacerlo
decidirse a este modelo, nos lo da la
manifiesta ausencia de referencias a las procesiones
y culto público en los estatutos de
la misma. Posiblemente éstos ya estuvieran a
cargo de la fábrica parroquial, con lo que tan
sólo se necesitaba una institución que reforzase
lo referente a lo espiritual y el culto intra
muros, con lo que ambas opciones válidas a
la hora de entender la decisión del prelado.
Comentábamos ut supra que el obispo
Tavira utiliza como base el modelo de la
hermandad, sin embargo a éste lo reforma de
una forma drástica, creando un ente bebe de
las hermandades, de las Juntas de Caridad y
de la propia administración eclesiástica.
Los logros que se querían tener con
esta fundación eran diversos. Primeramente
que el culto a Santiago fuese ejemplarizante
para el resto de la isla, es por ello por lo que
capacita a la hermandad para que promueva
la construcción del templo pues el culto a dicho
santo debía tener su similitud en una gran
obra que resumiese la importancia del culto
ISSN 1133-598X · Vegueta·11/09-10 · página 14 y el fervor de los vecinos. En esta idea debió estar situado el obispo cuando afirma que nos ha merecido la mayor atención la conclusión del templo que se está construyendo para la iglesia parroquial y que por el buen gusto de arquitectura que en todo el se echa de ver, será a caso después de nuestra santa iglesia catedral el mejor de todas las islas…3 Asistimos por tanto a la búsqueda en la plasticidad del arte lo que se defendía con la fe.
Por otro lado se permitía a la clase dominante galdense tener un papel predominante en la fábrica del nuevo edificio, sustrayendo a los encargados parroquiales de las tareas de control para darlas por comisión y utilizando a la hermandad como instrumento a las principales personalidades de la ciudad. De igual manera se buscaba la mayor participación del pueblo llano, que ya participaba, en las obras, pues la pertenencia a la hermandad se pagaba con servicios en el solar de la fábrica.
Un último logro, que queda recogido en un artículo es el fin que nos acerca con las Juntas de Caridad ilustradas, pues la hermandad siempre que lo permitiera su caudal y una vez acabado el proyecto principal del templo, debía financiar obras que repercutieran en el bien común en campos como la enseñanza, la acogida y la pobreza.
3. Los Estatutos
La composición estatutaria de la hermandad consta de 23 artículos en los que se reparte toda la programática que se quería conseguir con la fundación de la misma. La amplia mayoría de los mismos están destinados a la organización y funcionamiento de la asociación, sin embargo denotamos la falta del articulado común para estas fundaciones, tales como las cuotas mensuales, la reglamentación de los oficios o los contenidos referentes al articulo mortis.
El cuerpo articular podemos dividirlo en cinco grandes apartados, en los que se recoge lo relacionado con la entrada, la administración, el sistema recaudatorio, lo fines caritativos y el sufragio pro remedio anima.
Como se puede apreciar el ordenamiento racional de los artículos, nos enmarca de nuevo en el contexto ilustrado en que se crean. Nada queda ya de aquellos estatutos en los que los artículos se van sucediendo sin orden ni concierto, y que respondían a lo que fuese deliberando la asamblea constituyente o el interés del fundador en el caso que fuera de fundación privada. Ahora nos encontramos ante una forma orgánica, pues se comienza con la pertenencia o entrada a la hermandad, luego se regula la administración de la misma y por último con un solo artículo se hacen cargo de las almas de los muertos.
Precisando sobre el primer bloque mencionado, podemos decir que éste está formado por los siete artículos primeros. Mediante ellos se reglamentaba principalmente la entrada y el vestuario de los hermanos, no por ello el obispo olvida la inclusión de los dos objetivos fundamentales de la fundación y una disposición unificadora de las hermandades principales del municipio.
Así, antes de comenzar a legislar sobre el funcionamiento de la entidad creada, el prelado vio conveniente recoger en los dos primeros artículos del corpus, los fines para los que se creaba tal hermandad. Con ello se le da otro rango a tales objetivos, pues se supera con esta acción la simple justificación de motivos para la creación de la entidad. Con la inclusión de los fines, lo que se perseguía era el obligado cumplimiento de los fines expuestos. Debemos exponer, que esta es una característica de las fundaciones del XVIII, no existiendo tal comportamiento en documentos estatutarios anteriores.
Así el fin primero que no es otro que la caridad queda expuesto y definido en el artículo primero donde se afirma que la caridad cristiana y el ejercicio de todas las obras de misericordia serán el objeto de esta piadosa asociación4, con esta afirmación no sólo se justifica el fin para el que se quiere crear la institución, sino que se pasa a disertar, siendo esta la joya del artículo en cuestión, sobre los motivos que habían movido siempre a este tipo de fundaciones. Es en esa argumentación donde el obispo hace un análisis retrospectivo en relación al comportamiento general de estas asociaciones.
En la justificación de su existencia se basa en que históricamente los hermanos se ayudaban mutuamente y la envidiosa atención con que se ayudaban y socorrían como que se conocía mejor entonces el espíritu de la religión y estaban más arraigadas en los fieles aquellas altas máximas del evangelio5.
Vemos como el obispo en el momento de la exposición tan sólo hacía memoria para exponer los fines asistenciales, no incluyendo en el discurso las utilidades que las hermandades tenían con respecto a la sociedad que las rodea. Por otro lado en tal afirmación se puede entrever la ignorancia que se tenía sobre las hermandades creadas en la isla. En ninguna de estas instituciones desde las más antiguas hasta las coetáneas a la que estudiamos, encontramos en sus ordenamientos disposiciones asistenciales que obligaran por un lado a la comunidad a prestar auxilio ni que por otro garantizase al individuo
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que lo recibiría. Lo mas cerca que podemos
estar de estas acciones es al auxilio espiritual,
elemento común a todas las asociaciones
fuesen de la advocación que fuesen.
Es por ello por lo que figuramos que
el obispo afirma y defiende esa única razón
fundacional, llevado posiblemente por el conocimiento
que tenía de las hermandades
erigidas en la península. Para el momento
de la visita, Tavira sólo llevaba dos años de
permanencia en las islas y durante estos no
había podido tener un conocimiento pleno de
los motivos e intereses que regían las fundaciones
en las islas.
Lo que si conoce con gran exactitud
es el proceso que se estaba llevando a cabo
con respecto a las disoluciones de las mismas.
Su cercanía al monarca y su carácter
ilustrado le ayudan a afirmar lo justo y necesario
que era acabar con aquellos modelos
de asociación, pues parte de la idea de que
el modelo de caridad y de asistencia que
defiende no se cumple al existir cofradías y
hermandades que no haciendo mención en
sus estatutos de la caridad y misericordia que
fue lo que en los principios motivo solamente
esta institución de hermandades solo servían
ya de un gravamen insoportable a los pueblos6.
Es en esta idea donde se defiende la
reacción de su amigo el rey Carlos III al cual
alaba en los siguientes términos: … que la
piedad religiosa de nuestros monarcas y de su
sabio gobierno ha dado en los últimos tiempos
erigiendo tantas juntas de caridad con tal felices
sucesos y mandando que se promuevan
en todos sus dominios o aun habiendo abolir
o refundir en estas innumerables cofradías y
hermandades que reducidas todas a gastos
inútiles y cuando mas a algunas funciones de
la de que ningún provecho espiritual.
Con toda esta exposición lo que el
obispo Tavira justifica es una fundación de
nuevo cuño, intenta que no se compare esta
nueva creación con lo existente, además de
facilitar la aprobación por parte del ramo civil
que en los momentos que nos ocupa ya eran
responsables de controlar estas fundaciones.
Sin embargo la idea parece ser que estaba
en crear una macro fundación que aglutinara
en si a los componentes de las dos hermandades
existentes en el momento en la ciudad. La
táctica era sencilla, mediante el cumplimiento
de los fines caritativos y de la construcción
del templo, el obispo aprovecha para ir debilitando
o cuanto menos para ir asimilando las
dos antiguas hermandades a la nueva, con lo
que andado el tiempo tan solo existiría una
fortalecida, la de Santiago.
Esta estrategia parece funcionó, pues
no quedo a posteriori hermandad alguna que
coexistiera con ella. Estas disposiciones la
toma en el artículo 6º en el que manda que los
hermanos de la hermandad del Santísimo y de
la del Rosario que harán un cuerpo con esta
que se fundara ahora quedando incorporados
en ella todos los hermanos de ambas para
mayor unión sin tocar en sus constituciones
ni prácticas8. Muy pronto se demostrará que
aunque no se tocara las constituciones, la fortaleza
de la hermandad naciente, proveniente
del fortalecimiento social y la actividad económica
que la obra del templo proporcionaba,
pudo arrastrar tras de si a las otras instituciones
que ya por inercia tendían al declive.
El segundo fin al que hacíamos referencia
ut supra es al de la construcción del
templo. Éste aparece reseñado en el artículo
segundo, pero no en vano, era el motivo fundamental
de la fundación así se declara que9:
Atendiendo a la urgente necesidad de concluir
el templo comenzado por ahora y hasta
que se consiga dedicará a este fin todas sus
miras la hermandad y no se apartarán de su
instituto en dedicar al culto del señor las primicias
de su celo y en proporcionar por este
medio ocupación a muchos pobres para que
ganen su sustento.
Como podemos apreciar, se instituía
como núcleo de control, sin embargo lo mas
llamativo es que sea el órgano de contratación
de los obreros que debían trabajar en
el solar. La obra se esperaba que fuese un revulsivo
para la economía galdense y era a la
hermandad a la que tocaba administrar.
La preferencia de la contratación de
pobres para que se ganasen su jornal es patente,
sin embargo no debemos olvidar que
para que se efectuase tal hecho era necesario
estar afiliado a la hermandad. El articulo 3º
afirma que entraran por hermanos todos los
que quisieren del pueblo y aun de fuera de
él sin diferencia alguna por la calidad o nacimiento
ni por los bienes de fortuna pues la
caridad cristiana a todos los abraza igualmente10
. La entrada de hermano no conllevaba el
pago mensual de cuotas ni el pago de cera
siquiera. Lo que si recogía las disposiciones
era el pago de la entrada que no se realizaba
con dinero, sino que debía ser mediante el
trabajo11: Por ahora y hasta tanto que se
concluya la obra de la iglesia se obligará
cada uno que entre a concurrir tres días con
una yunta para la conducción de materiales y
sino la tuviere concurrirá a trabajar tres días
de peón o de oficial si lo fuere, o pondrá quien
concurra por él.
Se recurre por tanto a un sistema de
trabajo medieval, donde el trabajo de arriero
era la parecer el más apreciado. Sin embargo
lo llamativo es la utilización de la figura del
ISSN 1133-598X · Vegueta·11/09-10 · página 16 “mandado”, irremediablemente no podemos dejar de pensar que esta hermandad fue hecha con el apoyo explícito de la aristocracia galdense y era a ella a la que se le hacía el guiño con la segunda parte del artículo. Existió por tanto la figura del jornalero pagado y la del hacendado cumplidor con sus obligaciones.
Es quizás ésta la disposición más rigurosa y clara. La inexistencia de otras disposiciones que obligasen a ciertas a acciones a los hermanos, nos describe que una laxitud impropia de este tipo de organizaciones. Ello pasa incluso por la descripción y ordenamiento del vestuario recogido en el artículo quinto. En él se recoge la coexistencia de dos tipos de vestuario ordenando el prelado que usaran de hopas encarnadas o blancas según la elección de cada uno y convendrá que en cuanto sea posible estén unas y otras en igual número con poca diferencias12 . Este ordenamiento respondía a la unión de las hermandades existentes. No sabemos de color eran las hopas de la Hermandad del Rosario, sin embargo para las hermandades del Santísimo, sabemos que eran moradas o rojas en el resto de a isla, con lo que esta disposición buscaba el consenso de las hopas existentes con respecto a los colores que debía tener la hermandad fundada ex novo.
Este argumento se recoge en el comienzo del artículo siguiente donde se expone que podrán servir las hopas que hoy usan los hermanos de la hermandad del Santísimo y de la del Rosario que harán un cuerpo con esta…13.
Con la existencia de las hopas blancas y rojas, la modificación venía dada por los atributos característicos de la hermandad. Así toda representación de la misma pasaba por llevar un distintivo, y la insignia será la figura de una concha marina bordada pendiente del pecho la cual será encarnada en la hopa blanca, y blanca en la encarnada14.
Sin embargo como ya hemos mencionado anteriormente el interés de unión y de conformar una gran asociación era tal, que la laxitud se imponía de nuevo en lo relacionado con la vestimenta. Pues si bien quedaba reglamentada como debía ser aquella, también se determinaba como se debía de actuar si por cualquier cuestión no podía ser adquirida por algún hermano15: Como no todos los hermanos podrán tener proporción ni medios para hacerse las hopas declaramos que podrán ser también los que no las tuvieren cumpliendo con la carga que se les ha impuesto de entrada y podrán sentarse en la hermandad también las mujeres y llevar al pecho si quieren la insignia de la hermandad y en cuanto a estas quedará a su arbitrio dar una limosna según les inspire su devoción y a proporción de sus facultades las que se asentara en las listas de la Diputación con expresión de que fue por la admisión o entrada.
Si el fin principal era la conclusión del templo, es comprensible la existencia de este artículo. Por un lado entendemos como no se quería apartar a nadie de la entrada a la hermandad. Históricamente era la entrada lo mas costoso, para un nuevo hermano, sin embargo a la par estaba los gastos ocasionados por el vestuario, la ornamentación y la cera, pues debido a la importancia que estos elementos tenían en el rito se convertían en un gasto que debía ser efectuado, si ello no era así podía significar el arresto o la expulsión de la asociación en cuestión. Con este antecedente el obispo Tavira pretendió tranquilizar los ánimos de aquellos centenares de labradores, peones y demás oficios que si bien si podría hacer frente con su trabajo a la entrada se iban a ver apretados con los gastos posteriores.
Se facilitaba por tanto la entrada de cualquier clase y condición. Lo que sería interesante estudiar es como debió ser la interacción de los que podía pagarse todo el vestuario, con respecto a los que no. Sería interesante saber los lugares que ocupaban y la relación de ambos bandos dentro de la hermandad.
El otro punto a destacar es que la cofradía si bien era abierta, estaba pensada fundamentalmente para hombres. La existencia de una entrada basada en el trabajo físico o en un patrimonio que permitiera pagar la sustitución, cerraba categóricamente el cumplimiento a las mujeres. Tan sólo las acomodadas, pagarían para que trabajasen por ellas. Esta contradicción es lo que lleva a escribir el artículo que nos ocupa en el que la mujer debido a no poder cumplir con los artículos anteriores, entraba en la hermandad a su arbitrio, bien pagando bien gratis.
4. La Administración
El segundo apartado al que hacíamos referencia es el que comprende la administración de la hermandad. Compuesto de cinco artículos, con él el obispo Tavira quiso dejar bien sentado que no esperaba una organización igual ni siquiera parecida a las de aquellas hermandades caducas que intentaba combatir.
Ni en la organización de las juntas, ni en la forma indirecta de nombrar los cargos, se parecía esta nueva hermandad a lo conocido. La forma de gobierno, no deja de ser llamativa al parecerse a la utilizada en la política civil. Así existiría una Junta General que
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gobernaría la asociación, de ella saldría una
diputación que sería la que elegiría los cargos.
El mantenimiento de este organismo, heredado
de las formas electivas más antiguas,
confirma la voluntad existente en el obispo de
dejar la elección de los cargos en manos de
los hermanos, imponiendo tan solo su autoridad
(o la de sus sucesores) en la confirmación
de los cargos.
Esta disposición, es anormal en el
momento que nos ocupa y creemos que debe
ser tenida como una gracia del obispo hacia la
población. Pues la tendencia en el momento
pasaba por imponer a la persona que iba a
ocupar el cargo de hermano mayor. La concesión
del poder electivo permitió el desahogo
de la clase dirigente dentro de la cofradía,
permitiéndole tener control en las elecciones
y participar conjuntamente del gobierno de la
misma. De hecho la única disposición que se
recoge al respecto es el momento de la celebración
y el número de diputados a elegir16: En
cada un año al día siguiente de la festividad
del Santo Apóstol se tendrá una Junta General
la cual nombrara trece diputados y estos
elegirán un hermano mayor precisamente entre
ellos al cual con acuerdo de la Hermandad
tocara el gobierno de ellas y convocar y presidir
sus juntas.
Era en la Diputación donde recaía la
auto elección y gobierno de la hermandad.
Ésta estaba compuesta por trece miembros,
número mágico al recordar la composición de
la Santa Cena. Como ya hemos afirmado era
entre ellos donde recaía los cargos, pues aparte
del hermano mayor, la diputación de la hermandad
nombrará dos de sus individuos cada
dos meses los cuales juntos o alternativamente17.
A éstos se les obliga a que:…lleven cuenta
con los salarios de oficiales y peones y velen
sobre su trabajo y avisen a los que deben
concurrir con sus yuntas o a dar sus jornales
ya por la obligación que hicieren de entrada ya
por la que se impondrá para lo sucesivo18.
Sin contar con las tres figuras ya descritas
debían ser elegidos de entre los diputados
dos cargos más. El primero consistía en
un depositario, persona a la que correspondía
el atesoramiento de las cantidades recaudadas
por los hermanos bimestrales. La elección
de este cargo debía hacerse mediante
el sopeso de “de la mayor confianza e integridad”
19. A él correspondía una de las tres llaves
que abría el cajón de caudales, como después
podremos apreciar.
La quinta figura a elegir era la del
secretario cargo bastante restrictivo debido a
que el acceso solo correspondía a letrados,
a la vez de poseer un cierto poder, pues a él
correspondía sentar las juntas y elecciones y
cuanto se acordare en libro que se comprará
a este fin…20.
Así la junta formada estaba formada
por cinco miembros de los cuales dos de ellos
se rotaban seis veces a lo largo del año natural.
La gestión de la misma estaba a cargo del
hermano mayor, si bien no podemos olvidar la
importancia que la junta general tenía sobre
la diputación. Así la residencia de las cuentas
se hacía al año siguiente, cuando la junta general
elegía una nueva diputación que antes
de entrar fiscalizaba a la junta saliente. En
este proceso era el párroco, con voto en junta,
como representante eclesiástico el que debía
velar por la pureza del proceso21: …con asistencia
del venerable beneficiado que a tendrá
siempre que sus ocupaciones se lo permitan
a las demás que se tengan entre año, un voto
en ellas como que debe ser el más interesado
en esta obra y que no dudamos concurrirá
con el mayor esmero a la ejecución de cuento
llevamos ordenado y a excitar el celo del vecindario...
Sin embargo la participación del párroco
en la diputación y la ocupación consecutiva
de la depositaría, no definía su papel
como independiente. Por el contrario la participación
del párroco en la las gestiones de la
misma fue determinante.
Con todo el obispo Tavira, no olvidó
dejar una clausula en las constituciones que
permitiera la intromisión de las autoridades
eclesiásticas. Si bien decíamos anteriormente
que el prelado hizo gracia de una serie
de usos electivos ya en desuso, también es
verdad que no renunciará a dejar recogido el
derecho a supervisar, ratificar o sancionar las
elecciones o acciones llevadas a cabo por la
diputación. Todo ello lo recoge en los siguientes
términos …cuanto pertenezca a esta hermandad
a nos o a nuestros sucesores u otros
visitadores eclesiásticos en las visitas que hiciéremos
o hicieren de esta parroquia22.
Con este artículo el obispo dejaba liquidada
la reglamentación concerniente a los
órganos rectores de la hermandad. Como podemos
apreciar asistimos ante una atipicidad
en lo referente al sistema ejecutivo de la hermandad.
Ello refleja las nuevas formas que se
estaban llevando a cabo con las fundaciones
ilustradas además de las ya descritas concesiones
que se hace por parte del obispo a la
terratenencia galdense para el control y desarrollo
de las obras del templo. Podemos decir
que esta fue una hermandad condicionada por
la sociedad y el objetivo por el que se crea.
5. La Recaudación
Es el tercer gran apartado recogido
por el obispo Tavira. Para que la hermandad
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Sobre esta última, recogida en el artículo decimoséptimo, debemos comentar que el fin último era recaudatorio si bien éste no se recogió en el cuerpo de la misma. La gracia que se ofrecía por parte del obispo era la de una indulgencia plenaria23, que duraría durante su pontificado a todo aquel que se asociase a la hermandad y que por tanto contribuyese a los fines de la misma. Para ganarla era necesario entrar en la hermandad y confesar y comulgar en las vísperas de Santiago.
Con este atractivo, muchos terminaron asociándose por miedo a las repercusiones que sus pecados pudieran traer sobre sus vidas, lo que propiciaba una mayor fuente de ingresos a la vez que proporcionaba un mayor número de mano de obra para la obra.
El mayor anhelo de los fundadores pasaba por la mayor adscripción de vecinos que validara que la obra que se estaba llevando a cabo. Así se justificaba la caridad del pueblo que la acogía. Para una efectiva recaudación, no se duda en plasmar en los estatutos la formas en que debían ser recogidas. Así sin contar con las aportadas por los hermanos, la asociación tenía la obligación de recaudar entre el vecindario y las pedanías. Para ello el obispo Tavira deja dispuesto como debía ser administrado el municipio para tal fin: Se formalizara la división de cuarteles de todo el pueblo y en cada uno se examinará la voluntad de cada vecino…24 . Con este sistema existía un mayor control de los administradores y de los administrados, si bien la aportación debía ser voluntaria, …no ha de haber coacción ni violencia ni respeto humano y cada uno ha de ofrecer espontánea y libremente aquello que podrá cumplir mirando a Dios…25, no dejaba de tener un punto coercitivo debido a que la existencia de unidades pequeñas, como era los cuarteles mencionados, dejaba al descubierto al que se negase a pagar frente al resto de la comunidad.
Por si ello fuera poco en el mismo artículo se recoge un función primordial de los cuestores, … y se matriculará si quiere para alternar con sus convecinos con yuntas o jornales los cuales no les tocara frecuentemente…26, la de la matriculación o registro de los que daban. Como podemos apreciar el registro era voluntario por parte del contribuyente, sin embargo debemos entender la mentalidad de la época, donde el esfuerzo económico o físico que se hacía pasaba por la permanencia del recuerdo a la familia que lo hacía. Las grandes listas de contribuyentes, nos atestiguan que el comportamiento era éste. Esta preocupación de controlar a los contribuyentes hace que el obispo Tavira vuelva a exponer la importancia de las listas en el artículo siguiente.
Es en este apartado, donde ya no describe la adscripción de forma voluntaria, sino que se impone la obligación de llevarla a cabo, Se formara por ella una lista exacta de todos los que han contribuido con yuntas o jornales o con limosnas en dinero o grano u otros efectos…27, ni siquiera los que contribuían de forma anónima se escapaban del registro, …y aun de los que se hayan dado condición de que no se exprese el nombre guardando esta condición y de lo que se haya reunido en común en las peticiones28.
El registro era por tanto una forma de asegurar la colaboración de todo el vecindario y si bien esta se justificaba en que, Para inflamar mas la devoción y causar esta edificación al público y para el buen nombre y digna memoria de de los que concurren a tan santa obra…29, lo cierto es que estos registros permitían saber con cuanta mano de obra se contaba por cada acuartelamiento, además de poderse prever de una año a otro las cantidades a ingresar.
La última forma de recolección que se permiten en los estatutos, era la practicada en los oficios divinos mediante el pasado de los platillos, así Se pedirá cada día en la iglesia con platillo a tiempo que haya concurrencia de pueblo una o muchas veces sin dirigirse a nadie determinadamente…30. La recaudación correspondía a los hermanos diputados u otros de quienes la diputación confíe.
Esta era pues las maneras mediante las cuales la hermandad se autoabastecía a la vez que recaudaba para la obra. Con estas disposiciones se cerraba el paso a cualquier otra forma lucrativa, tales como la venta de material o de bienes pertenecientes a la propia hermandad.
6. Los Fines Caritativos
Como hemos mencionado al comienzo del artículo, tras el fin principal del templo, el obispo Tavira inspirándose en las Juntas de Caridad ilustradas y es por ello por lo que no olvida en dejar registro de las actividades a las que se debía atender. Todas las que menciona el obispo portan un amplio carácter social. Es por ello por lo que se quiere actuar sobre las capas de población mas desfavorecidas. Esta preocupación ya la habíamos visto cuando instituía que los puestos de trabajo
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en la obra del templo debía ser dados a los
desempleados de la villa.
En al artículo decimoctavo, el prelado
vuelve a hacer referencia sobre la importancia
de actuar sobre las personas que lo pasaban
mal en el pueblo, así afirmaba que los componentes
de la hermandad debían estar …socorriendo
algunas necesidades de las más graves
y no olvidando que los templos vivos del
Señor [fieles] son antes que le templo material
y que las obras de misericordia tienen preferencia…
31.
Bajo esta premisa se imponen los
tres artículos siguientes, en los que se detalla
cómo debía ser el comportamiento de los
hermanos y las necesidades principales que
debían ser cubiertas por los mismos una vez
hubiese capacidad para ello.
El haber situado la entrada de la cofradía
en los servicios físicos en la obra del
templo, necesitó que en el artículo siguiente
se previese por parte del obispo una cláusula
en la que se detallase como debía ser ésta
cuando los trabajos acabasen …los hermanos
darán a su entrada lo que su caridad les inspire
y permitan sus facultades y se pedirá
en la misma forma…32. De la misma forma
se prevé con el mencionado artículo cuales
debían ser los fines de la hermandad cuando
se cerraran las obras.
Bajo esta preocupación se registra el
artículo decimonoveno, en el que se suma
una obligación mas a los diputados, siendo
del cuidado de los diputados informarse de
las necesidades más urgentes para remediarlas
y dar cuenta a la diputación de lo que en
esto hubiesen invertido33. , con esta obligación
por parte de los diputados se institucionaliza
la ayuda que debía ser prestada a los
más necesitados.
Ahora bien, ¿qué necesidades son
las que, según el prelado debían ser cubiertas
con prontitud?, la respuesta viene dada en
el artículos siguiente que debido a su importancia
reproducimos en su integridad34. Serán
preferibles las obras de misericordia con los
enfermos desvalidos , con los ancianos y los
que por lesión en sus miembros no pueden
trabajar y ganar su sustento con los huérfanos
y que viven en un total desamparo y sobre
todo con aquellas personas a quienes la limosna
podrá sacar del mal estado en que viven
o preservarlas del peligro como son las
mujeres mozas a quienes convendrían proporcionar
ocupación y trabajo y dar socorro
cuando este no alcance como a las pobres
que sus maridos han abandonado , yéndose
a otras islas o a la América como se ve no sin
dolor frecuentemente en este país.
Estos fines debían ser ampliados,
una vez cubiertos los descritos, y para tal
ampliación el obispo pensó en una preocupación
que también desvelaba a las autoridades
civiles, la educación.
Confiando en la futura buena marcha
de la asociación, el prelado insiste en que
habiendo capacidad económica se plantease
por parte de los hermanos mayores el ocupar
los huecos inexistentes en la instrucción.
Ésta no debemos concebirla sólo en su carácter
cultural y docente, sino también en lo
espiritual, …y junto con las primeras letras y
labores aprendan las doctrinas cristianas y el
santo temor del señor el cual establecimiento
es de absoluta necesidad…35.
En la justificación de esta doble enseñanza,
el obispo Tavira nos lega un pensamiento
de origen religioso extendido en el
momento, basado en la corruptividad que el
hombre sufre desde que nace. Basada en
esta idea la iglesia afirmaba la famosa tríada
de enemigos naturales del hombre36. Sin embargo
no es tan importante esta idea como la
crítica hecha contra la dejadez de la educación
de los hijos por parte de los padres, …la
corrupción empieza desde la más tierna edad
y en que por lo común los padres viven en
esta parte tan olvidados de su obligación37.
La enseñanza pretendida por el obispo
pasaba por una educación diferenciada
tal y como se entiende de las instrucciones
dadas a los hermanos, …pensar en dar una
pensión a un maestro de escuela y a una
maestra de niñas para que los niños y las niñas
se críen con recogimiento…38.
La preocupación ilustrada del obispo
se extiende una vez más al pueblo constituido
en hermandad. No nos queda constancia de
si la asociación pudo crear y mantener las
descritas escuelas o si bien éstas fueron financiadas
por otros organismos. En lo espiritual
bien es verdad que se terminó creando los
grupos de doctrina cristiana por parte de los
beneficiados de la iglesia como es el caso de
las demás parroquias.
Con la misma línea ilustrada, acaba
las constituciones del obispo Tavira, requiriendo
cordura a las prácticas cofrades y populares
del momento. La masiva celebración
de exequias por los difuntos era alarmante
para el clero de finales del XVIII. El número
de misas impuestas, ya bastante crecido, se
veía aumentado con las celebraciones puntuales
de aniversarios y los oficios semanales
de cada cofradía. Así en una parroquia de
la talla de Gáldar, podemos imaginar cómo
podían ser los cuadrantes semanales de los
beneficiados, capellanes y frailes de los distintos
centros de culto.
A esta problemática se une la crecienISSN
1133-598X · Vegueta·11/09-10 · página 20 te deuda que las asociaciones van teniendo con las distintitas fábricas pues el cobro de los tributos era cada vez mas penoso a los mayordomos. Bajo esta situación se crea por tanto esta situación doble que intentamos describir, en la que por un lado se masifican los oficios y por otro no se cobran los estipendios. […] en todos los pueblos de estas islas de mandar decir en vida y en muerte tan crecido número de misas de grabar tan enormemente todas las heredades y fincas de dejar por herederas a sus almas siendo así que atendido el corto número de sacerdotes que hay en este obispado no se pueden celebrar la mitad de las impuestas y siendo más lastimoso este desorden…39.
Bajo este contexto el obispo Tavira sitúa un tiempo concreto para la celebración de un oficio general Después de la octava del santo apóstol se harán unas exequias con la posible solemnidad por el descanso de las almas de todos los hermanos difuntos40.Se imponía por tanto un oficio general a la semana siguiente de las fiestas del patrón. De la misma forma se prohíbe taxativamente que manden a decir cualquier otro oficio que no se recojan en este mandato, […]prohibimos expresamente que en esta parte se aumente y acrezca otro gravamen con pretexto de mas sufragios porque es la puerta por donde estos institutos degeneran[…]41.
Por otro lado, desde el punto de vista teológico, el prelado intentaba reconducir el significado religioso del sacrificio de la misa, pues al parecer se estaba concurriendo en imposiciones de tipo costumbrista, utilizando la capacidad de imponerlas como forma de distinción social.
En este punto el obispo no deja lugar a dudas, […] y empiezan a apartarse de sus fines teniendo gran parte en esto las ideas torcidas que se tienen del santo sacrificio de la misa…42 .
Esta es la base sobre la cual el obispo diserta en el artículo 22º y lo hace mediante el siguiente párrafo43: Y no persuadiéndose a que pueda alcanzar lo que se ofrece en común como si no fuera este indigno y bastardo modo de pensar opuesto a la misma naturaleza del sacrificio tan universal como el de la cruz y tan suficiente y aun superabundante como aquel y como si no fuera tan repugnante al verdadero espíritu de la religión y a cuanto en esta parte ha enseñado siempre la más sana y solida teología, cuya doctrina no podrán borrar ni desfigurar jamás todos los esfuerzos del interés y de la codicia venenosas fuentes de donde han manado cuantos errores han cundidos en el sencillo vulgo sobre este punto.
Esta severa rectitud a la hora de reconducir las prácticas religiosas de la población en general y de las cofradías en particular obliga al obispo, en cierto modo, a excusarse ante la contradicción de lo que a ojos del pueblo encarnaba y en lo que la práctica intentaba hacer44. No pudiendo dejar de advertir que no crean por esto que desaprobamos que se manden decir misas ni que se procuren tales sufragio, antes les exhortamos a hacerlo a los que cómodamente pudieren con tal que entiendan solamente que la limosna que dan para la manutención de de los ministros del altar…
Con esta última disposición se cierra las constituciones de la presente cofradía, se cierra por tanto un documento en el que se demuestra el devenir de las cofradías en las postrimerías del XVIII. Pues la misma suerte de correcciones y disposiciones que hemos referido para la cofradía de Santiago, fueron tomadas para el resto de asociaciones de la isla que pronto vieron como la adaptación hecha por los poderes civiles del reino, estaban secundados de forma precisa por los religiosos del obispado.
7. Conclusiones
Podemos afirmar que el presente documento es un claro indicio de los cambios que las cofradías sufrieron en el solar canario a finales del XVIII. La importancia del mismo no sólo radica en el ordenamiento que contiene sino que de aquella participa las claves que el obispo Tavira deja registradas en lo referente a la ilustración que estaba imponiéndose en las islas.
Las continuas referencias a las políticas regias y la defensa dialéctica que de ellas hace a la hora de exponer los motivos de la instauración de la cofradía. Con esta exposición se nos muestra como la connivencia entre os poderes civiles y religiosos en las determinaciones que con respecto a las cofradías se fueron tomando en las islas. La búsqueda de fundaciones de carácter caritativo, como las que nos ocupa, que tuviesen una organización mas maleable y fácil de controlar así como el desarraigo que se pretendía con las asociaciones que pese a los constantes obstáculos puestos, seguían en pié fue la constante en el siglo XVIII, muestra de ello es la propia asunción de las hermandades del Rosario y del Santísimo por parte de la recién creada, produciéndose una unificación de culto y por tanto un mayor control social.
Tradicionalmente se ha afirmado que el responsable directo de la caída de las instituciones cofrades fue el proceso desamortizador del siglo XIX, sin embargo se nos suele
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ocultar realidades como la política regia iniciada
con Carlos III en el que los obstáculos
legales para la fundación o continuación de
cofradías y hermandades era cada vez mayor.
O como es el caso que nos ocupa, la propia
política religiosa de finales de la centuria
que si bien se caracteriza por una apertura a
lo social , propio del humanismo extendido en
el momento, fue devastadora en lo referente
a los colectivos que estudiamos, debido a que
se acaba poco a poco con ellas, bien socavando
el poder de elección del cabildo cofrade,
bien prohibiendo algunos de sus actos,
limitando el gastos en actividades representativas
de la misma o intercediendo en sus
fondos , hechos que bien por separado o en
combinación iban debilitando el fuero interno
de las asociaciones. Si a ello sumamos la
problemática del ordenamiento civil ya citado
o la coyuntura económica del momento podemos
imaginar como la desaparición de las
mismas era cuestión de tiempo.
Es en el momento de la visita pastoral
que origina este documento, cuando se
produce la primera gran brecha jurídica y social
que las cofradías debían salvar quedando
aun al menos dos más en la centuria siguiente
para sufrir la última a comienzos del siglo
XX, lo que produce la desaparición definitiva
de muchas asociaciones de origen moderno
para crearse otras nacidas al socaire de la
problemática social del a contemporaneidad y
que duran hasta nuestros días.
En lo referente a lo que este documento
nos menciona con respecto a la historia
de Gáldar, debemos tener en cuenta
que estamos ante la promoción de la erección
de unos de los templos más hermosos
de Canarias y que nos detalla como fue el
comienzo de su construcción, los promotores
y la forma organizativa que para tal fin se
utilizó. Pero además, y es éste el punto que
nos interesa, nos describe la relación que las
cofradías tenían con su entorno más inmediato.
En otros artículos hemos mencionado la
importancia que estas asociaciones tenían a
la hora de importar obras de arte a las islas,
siendo en muchos casos los responsables de
la existencia de nuestro patrimonio artístico y
cultural. Esta afirmación viene avalada por
este documento donde, como ya hemos podido
ver, era a la cofradía a la que se le
encargaba la gestión de las obras del templo
obviándose a las comisiones municipales o al
mayordomo de la fábrica eclesiástica.
Queremos finalizar estas conclusiones,
afirmando la importancia social que el
obispo Tavira dio a esta hermandad en concreto,
impregnándola de su política humanística,
pues sin ser la construcción del templo a
ella se le encargaba la instauración de escuelas
públicas y el ocuparse de las mujeres más
desamparadas de la población, con lo que se
establecía con la fundación de la misma un
nuevo canal entre las esferas de poder de
la isla y la población de Gáldar mediante
el cual se debía actuar para procurar el beneficio
del pueblo así como para reforzar la
autoridad de los gobernantes por el otro. La
cofradía pasaba a ser un instrumento dentro
de la política ilustrada.
V
Notas
1 A medida que fue avanzando las décadas del siglo XVIII, encontramos como el esta do fue interviniendo cada
vez mas en las parcelas de actuación de las cofradías. Con Carlos III, se llega al culmen estableciéndose las Juntas
de Caridad y los Montepíos haciéndose cada vez mas imposible la creación de cofradías así como el mantenimiento
de las ya existentes que con mucha dificultad podían homologarse a las nuevas condiciones legales.
2 A.P.S.G. Sección cofradías. Cofradía de Santiago libro de constituciones. Folio 3 recto.
3 Ibídem. 2 recto.
4 Íbidem. Artículo 1º. 3 recto
5 Íbidem.
6 Ibídem. Artículo 1º. Folio 3 vuelto.
7 Ibídem Articulo 1º. Folio 3 recto.
8 Ibídem Artículo 6º. Folio 4 recto.
9 Ibídem Articulo 2º. Folio 3 vuelto.
10 Ibídem. Articulo 3º. Folio 3 vuelto
11 Ibídem. Artículo 4º. Folio 3 vuelto
ISSN 1133-598X · Vegueta·11/09-10 · página 22 12 Ibídem. Articulo 5º folio 3º vuelto.
13 Ibídem. Articulo 6º folio 4 recto.
14 Ibídem. Articulo 5º. Folio 3º vuelto.
15 Ibídem. Articulo 7º. Folio 4 recto.
16 Ibídem. Artículo 8º. Folio 4 recto.
17 Ibídem. Artículo 9º. Folio 4 recto.
18 Ibídem. Artículo 9º folio 4 vuelto.
19 Ibídem. Artículo 10º folio 4 vuelto.
20 Ibídem. Articulo 11 folio 4 vuelto.
21 Ibídem. Artículo 12º folio 4 vuelto.
22 Ibídem. Artículo 13º folio 5 recto.
23 La indulgencia plenaria es el perdón total que la Iglesia concede con respecto a la subsanación de la pena temporal. En teología todo pecado acarrea una doble consecuencia que se manifiesta en la pena eterna ( mediante el pecado se rompe la comunión con Dios, que puede ser restablecida mediante la confesión y comunión) y la pena temporal que se manifiesta en la reparación en el tiempo del daño causado (la penitencia). La concesión de indulgencia podía reducir o cancelar la pena temporal en el caso de que la naturaleza de ésta fuera parcial o plenaria. El ganarse una u otra respondía al sacrificio o acciones recogidas en la carta de concesiones.
En el caso de la dispensa que nos ocupa el obispo Tavira deja bien claro la separación de de ambas penas cuando afirma: …que no se engañen a cerca de esta gracia persuadiéndose vanamente a que les trae exención y libertad de hacer penitencia por sus culpas y lo que es aun mucho mas detestable imaginándose que con motivo de tal remisión pueden suplirse alguna o algunas de las disposiciones esenciales y que los confesores deben tener más condescendencia en absolver a pesar de los malos hábitos y costumbres de la permanencia en las ocasiones próximas y de no verse enmienda cierta y segura de vida.”
24 Ibídem. Articulo 14º. Folio 5 recto.
25 Ibídem.
26 Ibídem.
27 Ibídem. Artículo 15º folio 5 recto.
28 Ibídem.
29 Ibídem.
30 Ibídem. Artículo 16º 5 vuelto.
31 Ibídem. Artículo 18º 6 recto.
32 Ibídem. Artículo 19º. Folio 6 recto .
33 Ibídem.
34 Ibídem. Articulo 20º 6 recto.
35 Ibídem. Articulo 21º 6 vuelto .
36 Mundo, demonio y carne.
37 Ibídem. Articulo 21º. 6 vuelto
38 Ibídem.
39 Ibídem. Artículo 22º. 7 recto.
40 Ibídem. Artículo 22º. 6 vuelto.
41 Ibídem.
42 Ibidem.
43 Ibídem.
44 Ibídem.
Bibliografía
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