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BIBLID 1133-598X (2006) p. 175-192
EL ISTMO DE SANTA CATALINA EN LAS PALMAS DE
GRAN CANARIA: UN ESPACIO SINGULAR CON UN
CONTROVERTIDO PROYECTO URBANÍSTICO
ALEJANDRO GONZÁLEZ MORALES
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Departamento de Geografía
agonzales@dgeo.ulpgc.es
MATILDE ARMENGOL MARTÍN
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Departamento de Geografía
marmengol@dgeo.ulpgc.es
Fecha de recepción: junio de 2006
Resumen
La zona del istmo constituye un espacio de gran atractivo económico por su proximidad al puerto
y por ser puente entre la parte de la ciudad con mayor dinamismo económico, zona comprendida
entre la avenida Mesa y López, el parque de Santa Catalina y la mencionada zona portuaria. Se
plantea el análisis de la propuesta de intervención en el Istmo desde la perspectiva de lo que supone
la intervención urbanística en el territorio, de los nuevos usos propuestos, pero también desde la
perspectiva del papel del ciudadano en la configuración de la ciudad como parte que interviene.
Palabras clave: Istmo, territorio, intervención urbanística.
Abstract
The area of the isthmus is highly attractive from an economic point of view, because of its proximity
to the port and because it is a bridge between the most dynamic area of the city, between
Avenida Mesa y Lopez and Parque Santa Catalina, and the aforesaid port. This article is an analysis
of the plans proposed for the isthmus from the point of view of what this urban development
will do to the region and the new uses proposed for the area, but also from the point of view of the
role of the city resident in the layout of the city as a stakeholder.
Key words: Isthmus, territory, urban development intervention.
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1. INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo pretendemos abordar
el futuro proyecto urbano propuesto
para el istmo de Santa Catalina en la ciudad
de Las Palmas de Gran Canaria,
denominado La Gran Marina, por la
Comisión mixta Puerto - Ciudad1.(Véase
foto y mapa de situación). Para ello realizamos
una primera aproximación al objeto
de estudio, destacando sus características
naturales y sus usos humanos tradicionales
y actuales. En una segunda fase
nos ocupamos de estudiar los posibles
mecanismos especulativos y las maniobras
tendentes a privatizar el uso de un
espacio originalmente público.
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Figura 1. Istmo de Santa Catalina
Fuente: Trabajo de campo. Elaboración propia.
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El estudio parte de una serie de premisas
a modo de hipótesis que pretendemos
demostrar a través del análisis de los
datos y del trabajo de campo. Estas son: la
zona del istmo constituye un espacio de
gran atractivo económico por su proximidad
al puerto y por ser puente entre la
parte de la ciudad con mayor dinamismo
económico, zona comprendida entre la
avenida Mesa y López y el parque de
Santa Catalina y la mencionada zona portuaria.
Esta intervención realizada de
forma parcial contribuirá a acrecentar el
carácter marginal del barrio de La Isleta.
La idea de levantar un hotel y oficinas, en
una zona con abundante oferta alojativa y
comercial puede originar competencias a
los negocios ya establecidos y originar
problemas para su normal desenvolvimiento.
Todo el espacio de uso privado
supondrá una disminución en el disfrute
de la colectividad ciudadana de una zona
que originalmente fue mayormente
pública, no olvidemos que está levantada
sobre una zona de dominio marítimo
terrestre, una playa (El Refugio) que
según la ley de costa al perder su función
portuaria debería revertir en uso público.
Planteamos como premisa de trabajo que
esta operación urbanística, se ha llevado a
cabo sin el consenso de la población de la
ciudad. Se propone realizando un concurso
restrictivo de ideas2 a sólo seis
equipos de arquitectos, cuando lo lógico
y deseable hubiera sido abrirlo a una participación
más heterogénea. La información
que se ha dado sobre el mencionado
concurso ha sido escasa hasta el momento,
por ello tampoco la ciudadanía no se
ha podido pronunciar sobre algo que no
conoce en su conjunto.
La metodología seguida consiste en
recabar información de tipo cuantitativo
y cualitativo y darle un tratamiento holístico.
Para ello realizamos una primera
aproximación al objeto de estudio, destacando
sus características naturales y sus
usos humanos tradicionales y actuales.
En una segunda fase, nos ocupamos de
estudiar los mecanismos especulativos y
los procesos tendentes a privatizar el uso
de un espacio originalmente público.
Todo ello nos permitirá deducir una serie
de conclusiones, al tiempo que realizar
unas recomendaciones para el uso más
adecuado de esta zona en un proyecto de
ciudad sostenible.
Por lo que respecta a las fuentes
hemos consultado la información de:
• La Autoridad Portuaria de Las Palmas.
http://www.palmasport.es/00000/p
aginas/html/default.htm.).
• El Plan General de ordenación Municipal
de la ciudad. http://www.laspalmasgc.
es/lpgc/idcplg?IdcService=
SS_GET_PAGE&nodeId=25.
• El Plan Insular del Territorio de la isla
de Gran Canaria.
(http://www.fundicotex.org/Comunicaciones/
Presentacion/SOBRAL.pd
f.).
• La ley de Puertos del Estado y de la
Marina Mercante 27/92, de 24 de
noviembre de 1992.
(http://www.carreteros.org/puertos/
ley27_92/ley27_92.htm.).
• La ley de Costas 22/88 de 28 de julio
de 1988.
http://www.carreteros.org/costas/
ley/cronologia.htm.).
• Censo de población y padrones municipales.
• Prensa Local: Canarias 7, La Provincia,
www.Canariasahora.com.
• Revistas y libros especializados.
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2. EL MEDIO NATURAL
El waterfront o frente marítimo comprendido
entre el castillo de La Luz y el muelle
de Santa Catalina, denominado genéricamente
el istmo, conforma una parte
muy significativa —tanto por su orografía,
morfología y clima, como por los usos
económicos y sociales tradicionales que
ha tenido— de la ciudad de Las Palmas
de Gran Canaria. (Véase foto antigua del
istmo y de La Isleta de la ciudad de Las
Palmas antigua).
Foto 1. Al fondo se observa el conjunto de volcanes de La Isleta y delante el área del Istmo o falso
tómbola de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
Fuente: © FEDAC.
En efecto, este espacio constituye una
porción de territorio de apenas unos 2
km² de superficie que se forma gracias a
la existencia del volcanismo holoceno que
tuvo lugar en el vecino espacio de La Isleta.
Estos aparatos volcánicos, que constituyen
el conjunto volcánico de La Isleta,
son de tipo estromboliano, de ellos no
sólo surgen los piroclastos (picón o lapillis
y cenizas y escorias basálticas), que es
lo que mayoritariamente se observa hoy,
sino también coladas de lavas del mismo
material básico que los antes mencionados,
que permiten unir bajo la superficie
del mar La Isleta con el resto de la isla, en
concreto con la zona que hoy ocupan los
barrios de Guanarteme y Arenales. En tal
sentido que el primer barrio (Guanarteme)
constituye el límite suroccidental;
mientras que el de Arenales cierra esta
porción de terreno por su parte suroriental;
al oeste linda con la playa de Las Canteras,
mientras por el este está ubicado el
puerto de La Luz y de Las Palmas,
infraestructura portuaria construida sobre
la original playa de El Refugio que cerraba
esta zona a naciente del istmo. Esta
colada de lava, que constituye el basamento
del istmo, se dirige desde La Isleta
hacia la isla Gran Canaria, y junto a la
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barra —barra de la playa de Las Canteras—
de arenas organógenas que se forman en el
frente occidental o de poniente de la mencionada
playa de Las Canteras propician
la existencia de un falso tómbolo —manga
de arena que cubre la colada de lava—
que permite la unión física sobre el nivel
del mar actual de la isla de Gran Canaria,
con el conjunto volcánico de La Isleta.
Todo ello ocurrió hace aproximadamente
unos 800.000 años antes del presente. Formado
el tómbolo, el mar en ocasiones,
cuando había sobre todo temporales, cruzaba
de una parte a la otra de este espacio
del istmo, es decir de oeste a este, durante
el resto del tiempo en este espacio se acumulan
arenas organógenas formando playas
arenosas y dunas de tipo nebka — quilla
de barco—. La vegetación de esta zona
era fundamentalmente de plantas psanmófilas
y halófilas (lechuga de mar, salados,…),
es decir amantes de la arena y de
la sal, productos del tipo de suelo y también
de las características climáticas, que
consisten básicamente en las de un clima
desértico, es decir precipitaciones inferiores
a los 125 mm. anuales y temperaturas
suaves todo el año, gracias al papel atemperador
del mar y a la corriente fría de
Canarias. Esta es una breve descripción
de las características físicas de esta zona.
A continuación, vamos a proceder a señalar
los principales hitos del uso humano.
Foto 2. Istmo de Sta. Catalina. Las Palmas de Gran Canaria a principios del siglo XX. Dunas y
plantas (halófilas y psanmófilas).
Fuente: © FEDAC.
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3. LOS USOS HUMANOS, EL CRECIMIENTO
DEMOGRÁFICO Y EL DESARROLLO
URBANO
El espacio en la actualidad presenta
una gran antropización, pero ello es producto
de los fenómenos ocurridos durante
el siglo XX, pues en los siglos anteriores
conservó bien buena parte de su
fisonomía natural3. En efecto, en la época
prehispánica apenas hubo transformación
de este espacio, salvo la utilización
de algunas cuevas en la zona del Confital,
y el marisqueo de baja densidad. Tras la
conquista 1478, comienzan las primeras
transformaciones que inciden en el cambio
de su fisonomía, tales como la construcción
del Castillo de La Luz (final del
siglo XV, año 1474). A finales del siglo
XVI (1587) la ciudad tan sólo contaba con
3.150 habitantes, viviendo en su mayoría
en la zona de Vegueta – Triana, y estando
por tanto esta parte del istmo casi desierta.
En el siglo XVII y XVIII se fueron construyendo
algunas casas de pescadores y
carpinteros de ribera mayormente sobre
el istmo y junto a la línea de costa oriental
(Playa del Refugio, de Alcaravaneras y
de Arenales, es decir entre el centro de la
ciudad amurallada y el conjunto de conos
volcánicos de La Isleta, también en esta
zona comenzó a proliferar algunas plantaciones
de cultivos, allí donde se extraía
la arena y se aprovechaba el suelo vegetal,
asociada a pozos de agua salobre. En
esta época todavía no se superan los
10.000 habitantes, así en 1779 en el censo
de Aranda, tan sólo habían unos 9435
almas en la ciudad.
En el siglo XIX se van a producir grandes
cambios en la ciudad, entre los más
notables están la aprobación de los Puertos
Francos (1858) debido a la ley de
Bravo Murillo, la desamortizaciones civil
y eclesiástica (Madoz y Mendizábal, de
1836 y 1855, respectivamente) y sobre
todo el inicio de las obras del puerto de
La Luz y de Las Palmas y su declaración
como puerto de refugio de interés nacional
en 1881. Todo ello propició que la
zona de La Isleta y el frente marítimo del
muelle de Las Palmas a Santa Catalina
empezara a poblarse de forma importante,
tanto de casas para alojamiento de la
población trabajadora como de comercios
y almacenes de mercancías relacionadas
con el puerto, sobre todo esto último se
localizaría en la zona de El Refugio, es
decir en pleno istmo. (ver cuadro de evolución
de la población) En esta ocupación
intervienen no sólo habitantes del interior
de Gran Canaria, sino también de Lanzarote
y Fuerteventura4. El puerto así,
adquiere una gran importancia durante
la primera mitad del siglo XX en relación
a la exportación de cultivos —tomates y
plátanos— y se convertirá además en el
gran motor de desarrollo de la isla en
general, y de esta zona en particular, hasta
bien entrado el siglo XX (años sesenta) en
que la actividad turística del sur de la isla
irá desplazando el centro de actividad
económica hacia esa zona.
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Cuadro 1. Evolución de la población de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. (1510 -2003)
Fuente: Censos y padrones de habitantes. INE e ISTAC. Elaboración propia.
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No obstante la actividad comercial
derivada de los negocios y del propio
puerto seguirá siendo importante, ello se
ratifica con la aprobación del Régimen
Económico y Fiscal de 1972 que seguirá
revitalizando el comercio en la zona. Tras
la inclusión del Archipiélago en la Unión
Europea, la situación no cambia sustancialmente,
pues el protocolo dos —protocolo
de adhesión diferencial al del resto
del país— nos permitía seguir negociando
con terceros países, pues quedamos
fuera de la Unión aduanera, fuera de la
Política Agraria Comunitaria (PAC) y
exentos del pago del IVA5, por tanto el
régimen comercial, económico y financiero
de Canarias no se había modificado
sustancialmente con respecto a años anteriores.
En cambio esta situación cambia
en 1991, cuando modificamos nuestro
status en Europa, sustituyendo el protocolo
dos por el Poseican. Esta nueva figura
nos obliga a ser más europeos, integrándonos
en la Unión Aduanera y en la PAC,
al tiempo que obliga también a un cambio
en nuestro Régimen Económico y Fiscal,
desapareciendo parte de nuestras ventajas
comerciales con terceros países e instituyendo
nuevas figuras como el REA
(Régimen de Especial de Abastecimiento),
las zonas ZEC (Zona Especial Canaria),
la zona franca, y la RIC (Reserva de
Inversiones Canarias). Todo esto va a ser
decisivo en los cambios recientes de nuestra
economía y sociedad. En efecto, las
zonas ZEC y franca permiten unas nuevas
oportunidades para el comercio y el
puerto, por tanto contribuyen a su desarrollo
actual, la captura del tráfico de contenedores
entre África, América, Asia y
Europa empieza a ser decisiva para el
incremento de los tráficos y sobre todo de
las Teus en el puerto, contribuyendo ello
a su desarrollo económico a pesar de la
pérdida de la pesca y de las exportaciones
de frutas y hortalizas de exportación. La
RIC también permite a las empresas canarias
acumular grandes cantidades de
capitales, debido a la exención del pago
de impuestos por trabajar en las islas,
estos dineros se van a invertir sobre todo
en nuevas promociones inmobiliarias y
ello se reflejará en la ciudad.
4. LA INTERVENCIÓN URBANÍSTICA
ACTUAL: ENTRE LA ESPECULACIÓN
Y EL DESARROLLO ARMÓNICO
DE LA CIUDAD.
Como se ha demostrado en el apartado
anterior la ciudad en los últimos años
del siglo XX estuvo perdiendo población,
debido a la crisis económica que por ese
entonces azotaba a la isla y a la ciudad,
así se pasó de 358.877 habitantes en 1991
a 354.863 en 2001, esta etapa estuvo marcada
por la baja actividad, sobre todo
turística y comercial. En cambio desde el
inicio del siglo XXI la ciudad ha vuelto a
incrementar sus efectivos. En particular
esta zona del istmo está sufriendo cambios
notables, tanto desde el punto de
vista espacial por las nuevas edificaciones
(Woermann), entre otras, como por una
cierta revitalización de la actividad portuaria
(tráfico de contenedores). Esta
nueva actividad del puerto se está desplazando
hacia la ampliación del puerto
de La Luz, al dique Reina Sofía, la península
del Nido y el nuevo muelle de La
Esfinge, en estos últimos emplazamientos
se asientan las nuevas empresas de la
ZEC y la zona franca, por lo cual la zona
del istmo, en concreto el barrio del Refugio,
ha perdido interés portuario, no así
urbanístico, precisamente este escaso uso
o pérdida de funciones portuarias es lo
que ha propiciado, a nuestro juicio, que la
zona esté entrando en un proceso especulativo
para nuevas funciones urbanas con
propuestas residenciales y de negocios
innovadoras. En este sentido afirmar que
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la comisión puerto – ciudad pretende
crear un nuevo espacio urbano sobre
estos antiguos tinglados y muelles (muelle
de Sanapú y Sovisphan) con una serie
de actuaciones como son: soterrar la próxima
avenida marítima que une la plaza
Belén María con el intercambiador del
Muelle de Santa Catalina, con ello se
ganarían unos 400.000 m² de superficie
sobre la avenida, al mismo tiempo que
uniría esta parte del puerto con la ciudad
y la playa de Las Canteras. Asimismo, se
piensa construir un hotel de lujo de al
menos unas 30 plantas de altura; un parking
para 3.000 vehículos y donde estaba
el antiguo muelle de Sanapú, el muelle
pesquero y el pantalán anexo, se localizaría
ahora un muelle deportivo de al
menos unos 1.500 atraques, todo ello no
puede sobrepasar, según la idea de la
comisión mixta Puerto – Ciudad el 30%
del total de la superficie. El restante 70%
del suelo quedaría para equipamientos
diversos de oficinas, ocio y espacios
públicos abiertos entre parques y jardines.
La Autoridad Portuaria, Ayuntamiento
y Cabildo ( Comisión mixta puerto
– ciudad) pretende que esta actuación
se financie con dinero privado, es decir
que sean compañías y empresas privadas
las que construyan, otorgándosele una
concesión administrativa para su explotación,
sobre todo el hotel, las oficinas y el
parking, pues el puerto deportivo quedaría
dentro de la Autoridad Portuaria.
Aquí surge un primer problema, y es que
con la actual ley de Puertos del Estado y
de la Marina Mercante 27/92, de 24 de
noviembre de 1992, y la ley de Costas
22/88 de 28 de julio de 1988, no se puede
enajenar espacio público portuario para
uso privado y su consiguiente especulación
para obtener plusvalías y beneficios
individuales. Según Federico Rivero6: La
ley de Puertos en su artículo 31.2 establece:
Los bienes estatales que se adscriban al
ente público y estén afectos a su servicio
conservarán su calificación jurídica originaria,
debiendo utilizarlos exclusivamente
para el cumplimiento de los fines determinantes
de su afección o adscripción.
Continúa más adelante en el artículo
31.4 señalando el propio autor lo siguiente:
Los bienes de dominio público que no
sean precisos para el cumplimiento de sus
fines serán desafectados por el Ministerio
de Obras Públicas y Transportes, previa
declaración de innecesariedad por el Consejo
Rector de Puertos del Estado y se
incorporará al patrimonio del mismo,
quien podrá proceder a su enajenación o
permuta. Si el valor fuera superior a
3.000.000 de pesetas su enajenación deberá
además, ser autorizada por el Gobierno,
a propuesta del Ministerio de Obras
Públicas y Transportes.
Según el propio autor si esto ocurriera,
al desafectarse el muelle de su función
original —la del transporte marítimo— el
espacio debería revertir en su totalidad al
patrimonio público y ser de nuevo aprovechado
como playa, pues la Ley de Costas
en este sentido señala en su artículo
31.1 que:
La utilización del dominio público
marítimo-terrestre y, en todo caso, del mar
y su ribera será libre, pública y gratuita
para los usos comunes y acordes con la
naturaleza de aquél, tales como pasear,
estar, bañarse, navegar, embarcar y desembarcar,
varar, pescar, coger plantas y
mariscos y otros actos semejantes que no
requieran obras de instalaciones de ningún
tipo…
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En el siguiente artículo (32.2) la misma
ley sólo establece una excepción a esta
norma y es la siguiente:
Únicamente se podrá permitir la ocupación
del dominio público marítimoterrestre
para aquellas actividades o instalaciones
que, por su naturaleza, no puedan
tener otra ubicación.
Con todo esto queda de manifiesto
que en esta zona no es posible la especulación
ni el disfrute privado del suelo o
las infraestructuras. Sin embargo, esto es
lo que pretende mayormente la Comisión
Puerto-ciudad, es decir reconvertir una
zona pública para el uso compartido de
colectivo y privado, donde los beneficios
de este último sector —el privado— son
muy significativos por la importante
especulación que desata el proyecto en
esta zona de alto valor urbanístico. Para
ello han encargado un concurso de ideas
restringido, sólo participarán seis arquitectos
internacionales y nacionales7,
mientras los del Colegio Oficial de Arquitectos
de Canarias, y en particular los de
la demarcación de Las Palmas no tienen
acceso al concurso, ahora se comenta que
para el resto de la planificación del litoral
de la ciudad si participaran los arquitectos
locales8. Es la Autoridad Portuaria,
quien tiene capacidad jurídica para contratar
los trabajos a realizar, asimismo es
la que corre con los gastos del mencionado
concurso que ascienden a 643.000 €9,
no obstante el tribunal del concurso estará
compuesto además de la Autoridad
Portuaria de Las Palmas, por el Cabildo
de la isla de Gran Canaria y por el Ayuntamiento
de Las Palmas de Gran Canaria10.
La demarcación de Las Palmas del
COAC11 denunció este concurso por su
carácter restringido, denunciándolo al tribunal
superior de justicia de Canarias y a
la Unión Europea, concretamente a la
Dirección General de Mercado Interior de
la U.E. Esta última institución, al igual
que el Ministerio de Fomento han solicitado
la paralización del concurso; mientras
el Tribunal Superior de Justicia de
Canarias todavía no se ha pronunciado
sobre el particular. Las razones de la
paralización estriban en que se conculca
el derecho de la libre competencia. Por
todo ello, esta operación urbanística del
Istmo tiene pocas probabilidades de prosperar,
pues la financiación Europea y del
Ministerio de Fomento a través de la
Autoridad Portuaria no están garantizadas.
5. UNA INTERVENCIÓN URBANÍSTICA
EN ZONA PÚBLICA SIN EL CONSENSO
DE LA CIUDADANÍA
El paisaje12 de un territorio se construye
en función de unas necesidades tangibles
y materiales que el ciudadano puede
observar, pero también entran en lisa en
la construcción de los espacios antrópicos,
no así en los naturales, factores no
tangibles que sólo benefician a determinados
sectores de esa sociedad, por regla
general a las clases pudientes, que son las
que detentan el poder, a veces de forma
institucional, por formar parte de los
equipos de gobierno de la propia institución,
o en otras ocasiones de forma fáctica,
a través de grupos o lobbys de presión
como los medios de comunicación o
empresas económicas que dirigen. Por
ello Gómez Aguilera señala que:
El paisaje del Archipiélago está desprovisto
de políticas positivas que lo construyan.
Surge por defecto de planificación, en
desorden espontáneamente, de espaldas a
una ordenación y planeamiento del territorio
planteadas con voluntad de hacer
paisaje13.
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El istmo de Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria: un espacio singular...
Este desorden al que alude el citado
autor es más aparente que real, pues es
precisamente en la falta de reglamentos y
de leyes, o a veces incluso existiendo
éstos, cuando las clases dominantes ejercen
su labor de configurar el territorio en
función de sus antojos y propios intereses.
En otras palabras, los agentes económicos
y sociales pueden influir en la no
aplicación de la legislación, o en la reinterpretación
de la misma, para poder realizar
intervenciones en el paisaje que
garanticen sus intereses. Ello lo pueden
hacer directamente, con actuaciones concretas
sobre el territorio, o de forma más
sutil a través de intervenciones de los
representantes políticos que defienden
sus intereses y no los de la colectividad, a
la que se suponen que se deben y representan.
Ello es así, en una sociedad como
la nuestra donde lo que se persigue es la
maximización de las tasas de beneficios a
través de la consecución de elevadas
plusvalías en los negocios inmobiliarios.
En este sentido, a nuestro juicio, la actuación
en el istmo de Santa Catalina constituye
un magnífico ejemplo de este tipo de
actuaciones. Este no es un mal endémico
o exclusivo de la ciudad de Las Palmas de
Gran Canaria, sino de todo espacio urbano
que se construye con criterios mercantilistas
y capitalista, siempre se sigue el
mismo modelo como bien señala José
Manuel Naredo:
Un modelo urbanístico que recibe su
energía del sistema económico hegemónico:
el capitalismo, la economía de mercado,
cuya primera y última finalidad es el beneficio.
Las ciudades y los tejidos territoriales
son expresión del orden económico y
social neoliberal, que entiende el desarrollo
en términos de producción, distribución y
consumos masivos, y convierte el suelo en
un recurso especulativo – productivo de
primer orden14.
Sigue el propio autor señalando:
Su funcionalismos higienista….ha
fabricado inhóspitos espacios abiertos
entre las construcciones arquitectónicas,
que, por lo general, rechazan el ejercicio de
los valores cívicos y las funciones sociales15.
En efecto, al primar los intereses de
una determinada capa social sobre el conjunto
de los habitantes del lugar, pues
todo aquello que no es rentable o posible
objeto de negocio, sufre una minusvaloración
y se reduce a su mínima expresión,
pasando parte del espacio público a convertirse
en privado. En este sentido la
actuación del istmo de Santa Catalina
vuelve a ser paradigmática, pues toda la
superficie sobre la que se actúa es pública
—infraestructura viaria y portuaria—
una parte de ella —al menos el 30— será
objeto de enajenación para beneficios privados.
En esta ciudad de Las Palmas de
Gran Canaria, este fenómeno de la construcción
se ha vuelto a disparar en los
últimos años, no tanto por un crecimiento
de la población, que como hemos visto
con anterioridad no ocurre, sino por la
acumulación de capital en muchas
empresas, gracias sobre todo a la figura
de la RIC (Reserva de Inversiones del
nuevo sistema fiscal canario, tras la aprobación
del POSEICAN en 1991). Estos
capitales al no poder reinvertirse en construcciones
obsoletas para mejorar las
infraestructuras preexistentes, se están
invirtiendo en nuevas construcciones,
tanto turísticas como urbanas, dando
lugar a una sobreoferta alojativa importante
en el primer caso y a una especulación
notable en el tejido urbano. Todo ello
está incrementando el territorio construido
en Canarias en detrimento del espacio
natural y del patrimonio histórico de nuestra
comunidad como bien señala Gómez
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El istmo de Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria: un espacio singular...
Aguilera:
La Reserva de Inversiones del sistema
fiscal canario (RIC) acentúa la actividad
inmobiliaria y, por consiguiente, incide
notablemente en la transformación del
paisaje, aumentando la presión sobre la
ocupación del territorio16.
En definitiva, la RIC, como puede
observarse constituye un poderoso factor
para “ordenar el territorio”. Este tipo de
crecimiento, que no desarrollo, termina
configurándose como una fórmula inarmónica
y poco sostenible, pues, insistimos,
sólo beneficia a una parte de la
sociedad. Por el contrario, parece más
ético y saludable que las instituciones
actúen en el territorio primando únicamente
los intereses colectivos, para ello es
necesario que se le de al ciudadano una
mayor capacidad de participación. En
realidad deben ser las organizaciones ciudadanas
las que tienen que propiciar
estos cambios de fondo, pues de lo contrario
sólo se modifican los continentes
pero nunca los contenidos como bien
señala Lampedusa en su famosa obra el
Gatopardo: Hay que cambiarlo todo para que
no cambie absolutamente nada. Esto es lo
que suele ocurrir generalmente, cuando
se agudizan las contradicciones en un
sector, propician una serie de cambios en
aspectos superficiales para que la esencia
del fenómeno siga intacta. Por todo ello,
consideramos que esta renovación que
precisan nuestras ciudades, y por ende
nuestro territorio, necesita que se realice
desde la propia ciudadanía, proponiendo
la población sus verdaderos intereses.
Así, suscribimos las afirmaciones de
Gómez Aguilera cuando dice:
La reclamada renovación de la ciudad
debe ser solidaria con la renovación del
paisaje urbano y la recuperación actualizada
y antinostálgica del espacio público
como lugar de expresión, de identidad y de
pluralidad de las formas de la ciudadanía
democrática contemporánea. Un cúmulo
de opresiones que, de una manera u otra,
no puedan desestimar de nuevo la condición
básicamente humana y social del protagonista
urbano: el ciudadano, frente al
banquero, el mercader y el administrador17.
En definitiva, las ciudades las tienen
que construir los ciudadanos con sus propuestas
y acciones, es necesario un planeamiento
participativo como señala el propio
Gómez Aguilera:
Un aspecto clave en esta dirección lo
constituye el replanteamiento de la participación
en el proceso de planificación, de
modo que se incorporen mecanismos colectivos
de construcción de la ciudad y de
ordenación del territorio: el planeamiento
participativo.
En este mismo sentido se pronuncia
Patsy Healy, siguiendo el pensamiento de
Habermas, y señalando que el planeamiento
urbanístico se debe entender
como un proceso basado en la colectividad.
Todo esto no es fácil de conseguir,
por la falta de participación de los ciudadanos
como colectivo. Este camino de la
participación no es fácil, ya que a nadie se
le esconde que existen numerosos obstáculos,
según Shrader – Frechette, éstos
son de tres tipos:
1. el público tiene poco control económico
sobre los límites de la responsabilidad
que amenazan a los ciudadanos y
que, a su vez, protegen las industrias que
imponen riesgos sociales significativos.
2. El Público tiene poco control político
sobre la evaluación y gestión de riesgos,
tareas que se han dejado casi siempre
en manos de los científicos y de las industrias.
188 VEGUETA 9 (2006), ISSN: 1133-598X
Alejandro González Morales y Matilde Armengol Martín
El istmo de Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria: un espacio singular...
3. El público tiene poco control ético
sobre las decisiones acerca de los riesgos,
pese a su derecho al consentimiento libre e
informado de los peligros socialmente
impuestos.
Estos obstáculos se pueden combatir
de la siguiente manera:
1. Con el principio de precaución.
2. Con el principio de la responsabilidad.
3. Con el principio de la participación
ciudadana.
Es decir se debe apostar por una
mayor democracia que dinamice los valores
sociales para que la participación
pueda ser efectiva, y de esta manera conseguir
que las propuestas y acciones que
se realicen en la ciudad sean consentidas
y aceptadas por la inmensa mayoría de
los ciudadanos. Esta necesidad de participación
ciudadana es señalada por Jacobs
cuando señala:
La democracia requiere la existencia de
un debate: el sufragio se ejerce sólo después
de que los ciudadanos hayan escuchado
todas las caras de un argumento y lo
hayan discutido….Cuando se trata de
bienes públicos, la institución adecuada
para articular los valores en juego no consiste
en una encuesta individual sino en
algún tipo de foro público en el que la
gente reunida pueda debatir antes de realizar
sus juicios18.
Estos conflictos entre ciudadanía e
instituciones no siempre son provocados
intencionalmente, en muchas de las ocasiones
son debido a la manera de actuar
de las propias instituciones, en las que se
encargan los trabajos a los técnicos, y
sobre la documentación que éstos aportan
se toman las decisiones, pero estos
trabajos oficiales algunas veces, casi siempre,
pecan de parciales, pues son encargados
con una serie de condicionantes previos
que mediatizan de alguna manera
las conclusiones o recomendaciones que
se hacen en los mismos, ya que las instituciones
tienen unos intereses apriorísticos
que determinan el tipo de propuesta
que generalmente se hace sobre el particular.
Por ello, como bien señala Aguilera
Klink:
Lo habitual es que las decisiones se
tomen de manera opaca, condicionada por
intereses ocultos, y, por lo tanto, resulten
viciadas por argumentos de mala calidad19.
No siempre hay una predisposición a
ir contra los intereses de los ciudadanos,
lo lógico es que éstos estén protegidos
por la acción de los políticos, pero también
no es menos cierto que en ocasiones
se puede producir un desfase entre el
interés colectivo y el del grupo con más
poder e influencia, que obviamente no
tienen por que ser los mismos, es más en
muchas ocasiones son contrapuestos. De
ahí que existan numerosas afirmaciones
demagógicas sobre este particular, intentando
convencer a la ciudadanía de determinados
aspectos como si de buena moneda
se tratasen, cuando en realidad sólo
benefician a un sector de la sociedad.
6. CONCLUSIONES
Las administraciones públicas deberían
ser más respetuosas con la legalidad
vigente, pues los proyectos de promoción
y remozamiento de áreas urbanas y portuarias
que se han quedado obsoletas
corren el peligro de no obtener financiación
para materializar mejoras en dichos
espacios si sólo atienden a leyes de mercado
y a intereses privados, quedando los
intereses públicos relegados. Por ello, se
VEGUETA 9 (2006), ISSN: 1133-598X 189
Alejandro González Morales y Matilde Armengol Martín
El istmo de Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria: un espacio singular...
hace necesario que las administraciones
conduzcan los dineros públicos de forma
más racional en generar infraestructuras
para el uso y disfrute del conjunto de los
ciudadanos. Otra de las conclusiones que
se puede obtener de este proceso, es que
los grandes proyectos urbanísticos deben
estar convenientemente consensuados
entre todas las partes administraciones,
intereses privados y administrados públicos,
invitando a la población a una participación
más activa y directa en el futuro de sus
espacios urbanos. Con ello, conseguiríamos
una ciudad más racional y más armónica,
interiorizada por la inmensa mayoría
de los ciudadanos que viven en ella.
Foto 3. Vista de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y del Puerto de La Luz, tomada desde
La Isleta.
En definitiva, que la democracia directa
y participativa también tiene que incidir
en la construcción de los espacios
habitados, pues son las gentes de esos
lugares los que van a disfrutar y padecer
tales infraestructuras. La participación
ciudadana se hace absolutamente necesaria
para que la ciudad sea el reflejo de
todas las clases sociales que en ella habitan,
no puede ser sólo el exponente de
una parte. El negocio inmobiliario y la
especulación del suelo, no pueden subvertir
este principio. La colectividad y el
territorio no deben estar sometidos al
imperio de los negocios, del mercado y
del beneficio. Estas plusvalías y ganancias
que se generan de la construcción
urbana están para proporcionar bienestar
al conjunto de la colectividad que habita
en ese territorio. El espacio vivido o habitado
debe ser un compromiso o contrato
entre todas las partes que conforman ese
territorio, y nunca la expresión de los
núcleos económicamente más poderosos.
Fuente: © FEDAC.
190 VEGUETA 9 (2006), ISSN: 1133-598X
Alejandro González Morales y Matilde Armengol Martín
El istmo de Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria: un espacio singular...
Por último, señalar que las ciudades
deben facilitar la convivencia pacífica y
culturalmente enriquecedora para el conjunto
de la sociedad, nunca deben marginar
a una parte de ese colectivo para facilitar
la maximización del beneficio de
unos pocos. Por ello es necesario que la
ciudadanía plantee y proponga que tipo
de ciudad, de infraestructuras y servicios
son los que quieren, y sus representantes
políticos deben velar para que estos anhelos
del pueblo puedan hacerse realidad,
sólo así, desde una comunión factible
entre los habitantes y las instituciones, es
como se puede construir una ciudad
armónica y sostenible.
NOTAS
1 La Comisión mixta Puerto - ciudad está
compuesta por el Cabildo de Gran Canaria,
por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran
Canaria y por La Autoridad de Puertos de
Las Palmas, aunque no tiene entidad jurídica
propia. Fue constituida el 29 de diciembre
de 2003.
2 El día 17 de mayo de 2004 se aprobó el pliego
de bases del concurso restringido para
esta actuación en el Istmo de Santa Catalina,
con posterioridad —20 de mayo de 2004—
se invita a los seis equipos de arquitectos. El
COAC (Colegio Oficial de Arquitectos de
Canarias) interpone un recurso de reposición
ante La Autoridad Portuaria en la que
se solicita que se anule el Pliego de Bases (23
de agosto de 2004)El día 19 de octubre de
este mismo año la Dirección General de
Mercado Interior insta al Ministerio de
Fomento a que pare el Concurso por posible
conculcación de derechos a la libre competencia.
La Comisión Puerto-Ciudad y la
Autoridad Portuaria hacen caso omiso y el
día 1 de diciembre comienzan las exposiciones
de los 6 equipos de arquitectos sobre sus
propuestas sobre el istmo de Santa Catalina.
3 Martín Galán, F. (1984): La formación de la
ciudad de Las Palmas de Gran Canaria: ciudad y
Foto 4. Vista de la trasera del parque Santa Catalina y comienzo del muelle del mismo nombre,
foto tomada desde el Centro Comercial El Muelle.
VEGUETA 9 (2006), ISSN: 1133-598X 191
Alejandro González Morales y Matilde Armengol Martín
El istmo de Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria: un espacio singular...
puerto. Junta del Puerto de la Luz y de Las
Palmas y otros. Sta. Cruz de Tenerife.
4 Martín Ruiz, J.F.( 1985): Dinámica y Estructura
de la población de las Canarias Orientales
(Siglos XIX y XX). Excmo. Cabildo Insular
de Gran Canaria. 2 tomos. Las Palmas de
Gran Canaria.
5 González Morales, A. et ál. (2000): Integración
de Canarias y Madeira en la Unión Europea.
1986 – 1996. Cabildos de Lanzarote,
Fuerteventura y Gran Canaria. Las Palmas
de Gran Canaria.
6 Federico Rivero (2004): “La Playa del Istmo
I y II. La Provincia 18 y 19 de noviembre de
2004. Las Palmas de Gran Canaria. Páginas
38 y 40.
7 Estos arquitectos son: César Pelli (Argentina);
Ben Van Berkel (Holanda); Nicholas
Grimshaw (Reino Unido); Kasuyo Sejima
(Japón); y los nacionales Carlos Ferrater y
Rafael Moneo.
8 Manifestaciones realizadas en los medios de
comunicación por el Consejero de Economía
y Hacienda del Gobierno Autónomo de
Canarias, miembro del Consejo de la Autoridad
Portuaria.
9 Estos gastos de desglosan de la siguiente
manera: cada equipo cobrará 61.094€ , más
unos 35.000 € para gastos y viajes. Por último
el ganador del concurso de ideas cobrará
otros 61.094€.
10 El jurado del concurso está compuesto por
los siguientes miembros: alcaldesa –presidenta;
Presidente del Cabildo; Presidente de
la Autoridad Portuaria; Concejal de urbanismo
y 3 expertos, uno puesto por cada
institución.
11 Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias.
12 Conjunto de elementos y factores de tipo
natural y antrópicos que configuran un territorio.
13 Gómez Aguilera, F. (2002): Paisaje de las
visitadas. Islas, turismo y territorio. Cuadernos
del Sureste nº10. Arrecife.
14 Naredo, J. M. (2000): Ciudades y crisis de
civilización en Ciudades habitables y solidarias.
Documentación Social. Revista de
Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, Abril
- Junio nº119; p. 24.
15 Ibidem
16 Gómez Aguilera, F.(2002): Op. Cit; pág 95.
17 Ibidem; pág. 98.
18 Jacobs, M. (1997): Environmental valuation,
deliberative democracy and publicdecision
- making institutions en Valuing Nature?
Ethics, economics and the environment de J.
Foster. Routledge. Londres; pág. 220.
19 Aguilera Klink, F.( 2002): Cambios para la
gestión ambiental. Cuadernos del Sureste
nº10. Arrecife; p.118.
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