EL DESPLAZAMIENTO DEL PODER DE LA FACCION
MESISTA DURANTE LA DICTADURA
DE PRIMO DE RIVERA. LAS GESTIONES PARA
I K A h T ' P F h T l 7 T l P T T T h T F T T T P I T P T A P F P T T T n A P A 'PTl A T T ~ P
1VllilU 1 ClUCl\ 3U 11ur LUClULlli, 3 C L J U l U A 3 li 1 l\liV C3
DE LA CORRESPONDENCIA
208 MYuisa Monteiro Quintana
OUnversdad de a s Fanas d? (,ran Canara i t o e c a Unuestsri Memmi Dgta le Caniris 20815
Resumen: La Dictadura de Primo de
Rivera supuso para las nuevas generaciones
del bloque oligárquico, y, más
concretamente, para el sector que lideraba
el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria,
JosC Mesa y López, el apartamiento
temporal de la actividad política. Sin
embargo, en este trabajo analizamos cómo
este repliegue inicial de muchos de
los politicos procedentes de los viejos
partidos dinásticos, fue algo máq aparente
que real, y que sólo hacía referencia
al ejercicio de la política activa, estudiando
a través de la correspondencia
mantenida, durante los años de la Dictadlura,
entre Mes2 57 Ló~ezy z!pnos de
sus allegados, las gestiones realizadas
por éste para seguir manteniendo su influencia
a través de personas interpuestas
en las distintas corporaciones locales,
y no perder así los resortes de poder que
habían controlado durante la Restauración.
Palabras clave: Dictadura, Mesa y
López, Leopoldo Matos, apartamiento,
poiitica activa, correspundencia, intluencia,
persecución, alcalde, ayuntamiento,
resortes de poder.
Abstract: The Dictatorship of Primo
de Rivera means for the new generations
of the sector oligarquico , and, more concretely,
for the sector that political leader
head of Las Palmas de Gran Canaria, José
Mesa y López, he separation ternporary
of the active politic. However in this
work we analyse how this initial fold of
many of the many head polities from the
old dinastics party, it was come apparent
that real, and only make referency to
exercise of the active politic studying th- --..- L ,.L LL,. "-,.-A -..:-L..:--A
LVUa" V' L"L C " " C 0 y " ' L U C L L C ' L l l u l l l L u l l l r U
during the years of the Dictatorship between
Mesa y López and some of yours
collaboratnres, the negotiations realined
for he for follow mainteining your influence
through of persons interposed in
the different locales corporations, and no
lose so the spring of the power during
the Restauration has been controled.
Key-words: Dictatorship, Mesa y López,
Leopoldo Matos, separation, active
politic, correspondence, influence, persecution,
mayor, municipal council,
spring, power.
El golpe de estado dc scpticmbre de
1923, encabezado por Miguel Primo de Rivera,
supuso para España el inicio de una
Dictadura militar, que llevo a la destitución
de las autoridadcs localcs y provinciales,
que fueron sustituidas por Juntas gestoras
con la intervención de la autoridad militar.
En Canarias, concretamente en 1,as Palmas,
este proceso significó para las nuevas
generaciones del bloque oligárquico, herederas
de León y Castillo, el apartamiento
te?rLpGru!& la act;.v,i&:! po!iiiíci.AUb!i cs.
Sin embargo, van a seguir controlando e irifluyendo
en las decisiones de manera indirecta,
tal y como se deinueslra en las numerosas
comisiones de "notables" que
ambas islas envían a Madrid para que los
gobiernos de la Dictadura cedan a sus más
variadas pretensiones. (ALCARAZ, 1995:
509) Entre estas comisiones estuvo la integrada
por los representantes de las Cámaras
Agrícola y de Comercio de Gran Canaria
y los de la Real Sociedad Económica de
Amigos del País y del Cabildo Insular, que
viajaron a Madrid con el objetivo de obtener
del Directorio la garantía de conservación
y fortalecimiento de los Cabildos insulares,
a través de la supresión de la
Diputación Provincial. Con la mediación de
Leopoldo Matos, sc entrevistaron con Primo
de Rivera que les prometió que mantendría
los Cabildos. (PÉREZ, 1997: 166)
Entre los integrantes de esta comisión
estaba José Mesa y López, alcalde de la ciur
l d de Lns Pn!mnc de Gr3n Cx x ? r i ~ha sta
el golpe de estado de septiembre de 1923,
y reorganizador del Partido Liberal Canario
tras el fraccionamiento a que dio lugar
la muerte de su fundador, Fernando León
y Castillo, convirtiéndose Mesa en el continuador
de su obra política en la provincia
de Las Palmas, mientras que Leopoldo
Matos ejercía como tal en Madrid.
Con la llegada de la Dictadura el sector
que lidera Mesa y López será desplazado
El desplazdmiento del poder de la facción inesistd durante la Dictadura de ... 209
del poder y no podrá siquiera mantener su
influencia a través de personas interpuestas
como de hecho intentó en los primeros
meses del nuevo régimen. (PÉREZ, 1997:
170) Ejemplo de ello lo tenemos en la interesante
correspondencia quc, cntrc scptiembre
de 1923 y abril de 1924, mantienen
José Mesa y Leopoldo Matos, y que en el
yreseri~e L~abajo L~-aLa~emudse exponer,
junto a otros ejemplos posteriores, para
analizar así como el apartamiento y retraimiento
inicial de muchos de los hombres
procedentes de lo que se denominaba "viejo
régimen", no era sino algo aparente y
que sólo hacía referencia al ejercicio de ia
política activa.
*****
La destitución del Ayuntamiento de las
Palmas de Gran Canaria y su sustitucih
por un ayuntamiento formado por los mayores
contribuyentes, en septiembre de
1923, nos los describe el propio Mesa y López
en sus Memorias inéditas, manifestando
q u ~d, e los nuevos concejales designados,
la única persona que él creía
capacitada para el desempeño de la alcaldía
de la ciudad era Federico León y García,
describiendo Mesa en sus Memorias
cómo a fin de evitar que no concurriese y
la alcaldía recayera entonces en persona
inepta, envió recado a Federico León ro-
"~ á n d n l eq iir nn faltase a tnmar pnsesicín
del cargo de concejal. Describe las reticencias
de éste último a participar en política,
recpiritndule Mesa lo contrario hasta lograr
convencerlo de la necesidad de que
aceptara la alcaldía, afirrndridu Mesa y López
"1"" ~ c fli2 cGn&ción de nl io 69- -1"- --
te fuera su guía y consejero, algo quc Mcsa
no aceptó, a pesar de lo cual Federico
León le expresó: "Ilágnse Usted la cuertfa de
q1.w l l s t ~ ds i g u ~si pndo pl alcalde. Yo no podré
u ~ u p 1ru u l ~ u l d ís~ir! su coiistvm.''
Sobre Iris sucesivüs inknlos de Mesa y
López de situar en el Ayuntamiento de la
ciudad a concejales afines a su persona en
ios meses siguientes ai golpe de estado, mda
dice en sus Memorias que, sin embargo,
se extienden en describir la inspección d la
que fue sometido para investigar acerca de
determinados acuerdos tomados durante
su alcaldía y que se denunciaran como 1esivos
para los intereses municipales, siendo
cstas denuncias finalmente sobreseídas.
Sin embargo, en la corrcspondcncia
consultada si que queda constancia que, a
pesar del aparente retraimiento de la vida
pública, los hombres de la vieja política,
heredervs del leonismo que habían sido
desplazadus de los puestus del poder político
local por parte de la Dictadura, no se
van a resignar a perder los resortes de poder
que han controiado desde hace unos
cincuenta años, gracias a la eficacia y buen
funcionamiento de una maquinaria electoral
basada en el clientelismo y caciquismo,
que tan buenvs resultados había propiciado
al Partido Liberal Canario desde los
tiempos de León y Castillo.
En un principio, la preocupación que
Mesa y López le traslada a Matos a través
de la correspondencia, se centra en la cuestión
sobre el régimen administrativo de
Canarias y la posibilidad de que éste sea
mvdificado por el nuevu régimen, escribiendo
a Matos sobre la necesidad de reclamar
el respeto a la autonomía insular
proporcionada por la Ley de Cabildos de
1912, así como la supresión de la Diputación
provincial.
Pero será la situación en que queda el
Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria
lo que más inqliietiid prnvoqiie en e1
antiguo alcalde de la ciudad, en estos meses
iniciales de la Dictadura, en los que intentará
per t d n s !es mcdins slistit~irñ !ns
conccjalcs nombrados por otros dc su cntorno
más afín, como veremos a continuación.
A pesar de considerar al nuevo alcalde
de la ciudad, Federico León, "un arrligo del
que riada tirrierr que terrzer-"', a partir de 110-
viembre de 1923 Mesa y López manifiesta
a Matos que el alcalde de la ciudad se ha
puesto en manos de "io que aquí se iiarnan
jeps socialistas, cuyos puophsifos e intenciones
210 M" Luisa Monteiro Quintana
me callo, por que tu los conocesfr3. Mesa opina,
y así lo describe con gran tremendismo
y alarmismo, qiic en T as Palmas se está
destruyendo la organización monárquica
para sustituirla por una república social,
creciendo, dice, día a día los socialistas y
compañía, lo que considera algo funesto
para todos. La única solución que ve a estc
"desastuc" cs la dc nombrar nuevo alcalde
de Real Orden, planteando incluso que
este nombramiento recayera en un militar,
como ya se había I-iecl-io en otras poblaciones,
pues entiende que hacerlo en un civil
sería difícil y muy discutido, apuntando inciuso
sus preferencias ai respecto cn ias
personas de Ramón León, Teniente Coronel
de Artillería, Luis Carcía, Capitán de Caballería
y Álvaro Galán, Comandante de
Infantería. Le recuerda a Matos que los resortes
a tocar ya los conoce mejor que él,
dejando el asunto en sus manos.
Es evidente que Mesa y López se resiste
a perder la influencia sobre uno de los
resortes de poder más importante, y pieza
clave en el sistema dc la Restauración: los
ayuntamientos, instrumento decisivo de
control y poder en la España oligárquica y
caciquil, siendo el control de los municipios
fundamental porque permitía muchas
posibilidades de actuación. (NORENA,
1991: 793)
Desde el caso concreto que nos ocupa,
Mesa ve escapar de su control, con la nueva
situación política, estas posibilidades de
actuación que el ayuntamiento de Las Palmas
de Gran Canaria había proporcionado
a las huestes leoninas en el campo políticn
y ecnnrímicn en el ámhitn lorsl.
licencias de obras, concesiones a determinadas
empresas de la infraestructura urbana,
imposición de contribucioncc, ctc.
Sin embargo, esta práctica, tan frecuente
durante la Restauración, de insistir y
presionar sobre el político en Madrid, para
que logre con sus influencias determinadas
cuestiones para la localidad o la isid,
riu v d d i c ~ ~uerrid respuesta iavvrabie
por parte de Leopoldo Matos, que había
ejercido hasta el momento este papel de
mediador en Madrid, desde la tribuna que
le brindaba su condición de diputado por
Gran Canaria en siete ocasiones (1910,
1914, 1916, 1918, 1919, 1920 y 1929), intentando
ejercer en estos años, como antcs había
hecho León y Castillo, dc benefactor de
las cuestiones canarias en Madrid.
La respuesta de Matos a las peticiones
de Mesa y López, solicitándole que utilizara
los resortes por él conocidos para conseguir
en Madrid rl riornbrdmiento de un
nuevo alcalde para Las Palmas de Gran
Canaria, no será favorable a las mismas,
maniiestanao ia inutiiidaa ae cuaiquier acción
en ese sentido.
Pero Mesa no se va a resignar a aceptar
la nueva situación y sigue alentando a Matos,
en diciembre de 1923, a buscar un candidato
a la alcaldía de la ciudad, utilizando
los mismos argumentos alarmistas sobre la
grave situación del ayuntamiento, la destrucción
y persecución de todo cuanto significa
Monarquía y orden, hasta el extremo
de afirmar con rotundidad que "Las Palmas
es hoy el recuerdo de un soviet". Así, y amparándose
en la errónea constitución del
ayuntamiento, que tenía que estar formado
por los mayores contribuyentes, y que parece
demostrado documentalmente que
muchos de los concejales no lo son, Mesa,
ante la posibilidad que por ello dicho ayuntamiento
quede suspcndido, vuelve a rogar
a Matos para que lo ayude a buscar un alcalde
de confianza, proponiéndole a su
propio primo, Nicolás Massieu Matos.
La exasperación de Mesa en las vísperas
de 1934 no es compartida por Matos,
que, con un tono de reproche, lamenta la
falta de "serenidad patriótica necesaria para
hacerfrente a las difíciles circumtarzcias que se
han creado y que la pasión desbordada lo está
enueneizatzdo todo, perjudicarldo los intereses
que con tanto enzpeiio Izemos defendido", manifestando,
pucs, su amargura y pesar por
la forma en que se está afrontando la nueva
situación en Las Paimas: " ... nasta el extremo
de exteriorizar discordias y pedir interEl
despla~ainiento del poder de la facción mesista durante la Dictadura de ... 211
zwnciones militures. El fruto que estu du ya lo
estamos recogiendo: delegados qur actuarán,
ayuntamientos que serún p r ~ ~ e s a d oys ,d esmoralización
de las gentes y acohardnrnienfo de los
que no se desmornlicen. Todo lo preciso puru
que izo se nos gunrdc considcración alguiia.
Muestra de lo que acontece es la orden que
ya ha salido del Ministerio de la Gobernación
para que la Dipirtaciórl prooir~cial sc reunn como
sea y con el número de diputados que asista
cot~ ericurecimiento de que torrm los acuerdos
que erfin7en oportunos y qur dios sr izi4gun
ejecutivos. Asípues tendremos dentro de pocos
días si Dios no lo remedio n 1111 Delegado militar
que iizteiztara cobrar el contingente y ?~ierzdo
por tierra toda la innzensa lalmr que llernos
realizado para asegurar a i~uc7strCo ~zbildo"~.
Estas afirmaciones de Matos impulsar
á a~ M~esa a redactar una extensa carta, en
un tono de desagravio, que creemos interesante
comentar. Considera injustos los
reproches del primero sobre la falta de
unión, afirmando que fue él el único que
públicamente, antes de acudir a Madrid
con la comisión que hemos comentado,
aconsejó la unión el apoyo al nuevo alcalde
Federico León, pensando en retirarse
de la vida pública y centrarse en sil profesión
de abogado. Pero que, a su regreso de
Madrid, se encontró con que Tomás Quevedo,
Nicolás Manrique y Josf Bcthcncourt.
constituidos. según Mesa. en comité
secreto inauguraron una campaña de difamación
contra su persona, recordando tamhiPn
las denuncias que dieron lugar a la
investigación a la que fue sometido Mesa
por diversas actuaciones durante su etapa
d e a!ca!de, así c nmn e! ~ncarcelami~nitnnfundado
dc su hermano Diego.
Arremete contra el General Gobernador
al que acusa de sostener una época de terror
y llenar las cárceles a toda costa e incoar
procesos como sea, afirmando que éste
sostiene que exterminará a los políticos
"y procura hacerlo, pero entiende por lo visto,
que aquísolo hay un político que soy yo, y entrega
todos los resortes dei poder a ;os amigos
de Guerra del Río".'
La enemistad de Mesa y López con dos
de las personas nombradas, Tomás Quevedo
y Rafael Guerra del Río, parece algo
consustancial a la trayectoria política de
Mesa y Ló p e ~N. o es la primera vez, ni ser&
la última, en que afloren las diferencias
entre Mesa y los dos políticos grancanarios,
a los que el primero acusará en más de una
ocasión de ejercer, junto a otros, una política
de persecución contra su persona durante
los anos de la Dictadura. Entrar en
este dsurlto 110's apartaría del objetivco marcado
en este trabajo, pero si que debíamos
comentar a modo de hipótesis, en la línea
ae trabajo seguiaa en este asunto por José
Miguel Pérez García, que tales enfrentamientos,
aparte de un conflicto por el control
del poder político, esconderían la competencia
de intereses econón-iicos que
ambos representaban, (PEREZ, 1997: 170)
marcando estas difercncias las luchas por
el poder en Las Palmas hasta el fin de la 11
República.
Siguiendo con el contenido de la carta
de Mesa y López a Leopoldo Matos, éste
concluye solicitando consejo a éste último
sobre el camino a seguir con respecto al
anuncio de elecciones municipales para
dentro de unos meses, si deben ir a la abstención
y facilitar así el triunfo de los socialistas
y cncmigos de la Monarquía, o
participar, aún sabiendo que no tienen garantías
de neutralidad en quienes gobiernan
en Las Palmas. Informa a Matos que
los partidarios de la abstención son mayoría,
dado los agravios recibidos de las autoridades
militares, preguntándole sobre
las garantías q 1 p~nd rían nht~nerd esde
Madrid, en caso de optar por la participación,
y con que amigos de Matos deberá
cntenderce para ir acordes con los mismos.
La correspondencia que seguirán manteniendo
José Mesa y Leopoldo Matos en
los meses siguientes, entre febrero y abril
de 1924, reproduce lo comentado hasta
ahora: descripción por parte de Mesa de la
situación política en Las Palmas, requerimientos
y peticiones para que Matos ejerza
sus influencias cerca de quien estime
oportuno para nombrar un nuevo alcalde o
un nuevo delegado del gobierno, reticencias
de Matos, por considerar imposible llevar
a cabo tales acciones en esos momentos,
llamada a la calma a Mesa, etc.
Vcamos varios cjcmplos dc cllo.
El 2 de marzo de 1924 Mesa vuelve a
exhortar a Matos con la pretensión de que
logre el nombramiento de alcalde en la persona
de Manuel Martínez de la Vega, General
de reserva d~ prestigio, wgúri indica
Mesa y López. Los argunientos para esta
solicitud, los mismos de hace meses: persecución
contra ios políticos ae ios viejos
partidos y seguidores de él mismo y de
Matos, aversión a la Monarquía, nombramiento
de concejales antidinásticos, el desprestigio
en el que ha caído el Ayuntamiento,
a los que ahora une la necesidad
dc quc no sorprenda la aplicación dc la
nueva Ley municipal con el alcalde actual.
Incluso manifiesta que si a Matos no le
convence la persona propuesta, pues que
sea cualquier otro, "todo, menos que sigui1 las
cosas como has ta hoy ".
Pero esta vez !a petición alcanza tambien
a la figura del Delegado del Gobierno,
tras producirse la sustitución del que lo liabía
sido hasta ese momento, el General
Monteverde, a! quc Mesa acusa de ser cl
autor de las persecuciones v vejaciones que
han sufrido los hombres dcl "antiguo régimen".
Lo que Mesa pide a Matos es que "se
le hable al oído" al nuevo Delegado para que
cuando llegue a Las Palmas no se le deje "11
rnerced de los uieritos", y así Matos lo preveng-.
de todo antes de !!egar. L2 connivencia
dc los Delegados dc Gobierno y Gobernadores
civiles con las autoridades
locales, fuc un factor clavc dentro del sistenia
de la Restauración, por cuanto aseguraba
el buen funcionamiento del turno
de partidos, garantizando los resultados
electorales propicios para dichas autoridades.
En este sentido, la labor de los delegados
gubernativos seguía siendo muy importante
para Mesa y su entorno político,
aspirando a que la presencia en Las Palmas
de un delegado más proclive a este entorno,
se tradujera en el nombramiento de un
alcalde y unos concejales más afines a Mesa
y López y sus seguidores políticos, estimándolo,
ademis, indispensable para el
éxito elcctoral dc los candidatos ficlcs a
Mesa y a Matos, caso de celebrarse elecciones
municipales o generales. En este
sentido, hasta el momento, el General
Monteverde, sienipre según las versiones
que Mesa trasmite a Matos, se había entendidv
con los amigvs de Guerra del Río,
que según el primero era quien mandaba,
y con este panorama manifestaba que no
intervendría para nada en la cosa pública.
Las respuestas a Matos aconsejan un
apartamiento transitorio de la actividad
política: "Me parece tarnbiin que estos sorr irist
a n t ~ sd e rnargull~p ara los que formarnos, y a
mucha honra, €11 los antiguos partidos ". Para
éste en la nueva situación política "domina
un poder personal, y ese poder personal irradia
hoy en toda la nación, comtituyendo aquél goberliadores,
Delegados, etc. Una suriia de poderes
personales, y por consi,?uiente de criterios
iildiuiduales, y nnturalrnerlte la conducta ha de
depender en gran parte de la que ohsernen los
dictadores prooirrciules o rnuriicipales ...
... A mí me parece que cri los actuaies moincntos
iio pucdc hacerse nada en el orderi político
y que sólo debe aguardar a conocer los
medios que el Gobierno otorguc pava ir a las representaciones
a firi de adopfar entonces la línea
de coriducta que fuera mei~ester"~.
Ciertamente Mesa y López se apartó de
la política activa hasta su regreso a la ala!&
de !2 cilid-l' en wtiihre de 1929, -.
propuesta del Cobcrnador Civil de la provincia,
Mariano de Cáceres. Sin embargo,
este apartamiento se limitó a la vida pública,
lo que no le impidió seguir intentando
por los medios ya conocidos colocar a personas
de su confianza en los lugares más
apetecibles desde el punto de vista político.
Así, a lo largo de los seis años de Dictadura,
éste siguió manteniendo una correspondencia
constante con Matos en los
212 M" Luisa Moizteiro Quiritaiza
OUnversdad de a s Fanas d? (,ran Canara i t o e c a Unuestsri Memmi Dgta le Caniris 20815
mismos términos que hemos expuesto en
el presente trabajo. Cada vez que la ocasión
lo requería, nombramientos de delegados
gubernativos, de alcaldes, Mesa se movilizaba
en pro de conseguir su objetivo, sin
aparecer él cn primera Iínca, aludiendo
siempre a su incompatibilidad con un rfgimen
y con unos hombres que lo habían
perseguido y difamado, si bien hay constancia
que éste en más de una ocasión pensó
en salir de este retraimiento político, como
le manifiesta a Beriitc~P trei. Amias en
febrero de 1.927 7. El motivo principal que
argumentaba Mesa para que él y los suyos
optaran por cambiar su actitud, es que no
tenían derecho, "por LUZ exagerado amor propio"
a dejar a Gran Canaria en manos de
"estas gentes; y aurique izucstras simpatías de
liberales no estén con lo actual, algo hemos de
sacrificar". Sin embargo, Mesa vinculaba su
regreso a la política a la sustitución del Delegado
del Gobierno, con quien se declaraba
incompatible por sus procedimientos,
prcguntandosc al rcspccto si no había en
España una persona digna y de sentido común
que q~~i s iersae r Dclcgndo del Cnbierno
en Gran Canaria. También estimaba
necesaria la completa transformación de la
Unión Patriótica, partido único que en
Gran Canaria estaba en manos de dos de
los enemigos políticos de Mesa, Gustavo
Navarro TJ Ter.& Qi e ~ r o d!~!e, : ril?d~2 e!!->
a personas independientes y "cobre todo con
decencia", en clara alusión a los arriba mencionados,
así como el cambio de rumbo en
la administración de las corporaciones locales.
A pesar de estas intenciones lo cier-
L,.l c, es qür F? regreso dc M c s j~: L 6pi.z U !a
política activa no se va a producir hasta octubre
de 1929, lo que nos hace pensar que
rio se daban las condiciones que este estimaba
idóneas para su salida del aislamiento
político, si bien en julio de 1927 éste
acepta la invitación hecha por el alcalde
de Las Palmas de Gran Canaria, Salvador
Manrique de Lara, para colaborar en la reorganización
del Ayuntamiento proponiendo
nombres para su designación como concejdles.
Así te~ieniosc onstancia de los contactos
de Mesa con Pedro Juan Barber Jorro,
que había sido consejero del Cabildo
que Mesa había presidido entre 1916 y
1918. Éste último escribe a Mesa congratuliíndosc
dc que fuera saliendo del retraimiento
a que le había obligado las circunstancias,
pero rechazaba el ofrecimiento de
éste para que formara parte de la nueva
Corporación municipal, lo que evidencia
que Mesa eslaba tanteando a sus antiguos
colaboradores políticvs para forrriar partr
del Ayuntamiento presidido pur Salvador
Manrique de Lara, lo que suponía que si
bien Mesa no estaria hsicamente en ia Corporación,
si lo iban a estar algunos de sus
seguidores políticos, siendo esto una garantía
y seguridad para Éste y sus partidarios.
Sin embargo, y atendieridu a las manifestaciones
que en enero de 1929 hace al
Gobernador Civil, Mariano de Cáceres, la
experiencia resultó frustrante para Mesa,
va que después de esta colaboración, los
hombres de sil confianza que fueron designados
concejales, resultaron destituidos
"del modo mis drsatento" a los pocos meses,
lo que le hizo abandonar su intención de
salir de su aislamiento y cooperar con las
autoridades locales, avivándose, aun más,
el convencimiento de Mesa de ser víctima
de una persecución por parte de Tomás
Qi i ~ v ~ d nm, .i ~mh r nd mtacado t.n Gran Canaria
de la Unión Patriótica, y el que consideraba
su adlátere, el Delegado del Gobierno,
Cipriano Fernáncier de Ang~ilo, al
que ya reprobaba en carta a Benito Pérez
Armas.
En este sentirle, y pzrz fina!izz, no f ~ e
Mesa el único que durante la Dictadura denunció
la persecución contra su persona y
otros seguidores, por parte de determinados
elementos de Unión Patriótica, así como
del propio Delegado gubernativo. Una
figura destacada del leoriismo en Gran Canaria,
como Francisco Gourié, manifestaba
a Matos haber sufrido también tales persecuciones,
expresándose en ios siguientes
términos: "Durante los tres auios tvanscurri-
El Jespldzarnit.nLo del poder de la facción inesista durante la Dictadura de ... 213
OUnversdad de a s Fanai d? Gran Canara i L o e c a Unuestsri aem<,ri Dgta le caniris 20815
214 M" Luisa Mo11teii.o Quinta~ia
dos a partir del 13 de septiembre de 1323, la política
de agraz~ios y de percecuciones tenazm
c n t ~m strnida EM rsfa isln, hn dirigido s u esfuerzo
principalmente a destruir y aniquilar a
cuarztos en esta ciudad de Arucas seguíatnos lealmente
la política de don Fernando de León y
Castillo primero, y después a la de quienes en
Madrid y en Gran Canaria entendíamos que
evan garantía de prosecución de aquella politica
y sostenimiento de los ideales por los que tan
dcsintcrcsadarncntc luchó siempre aquel patricio""
IJor esta razón alude que siempre
apoyaron la candidatura de Matos en cuantas
elecciones se presentó, pues él representaba
uiia gdldniíd de ~ u ~ ~ i i ~ ~duei ida d d
obra del Marqués del Muni, León y Castillo.
Sin embargo, le comunica que, desde
que Cipriano Fernández de Angulo fue
nombrado Delegado del Gobierno, el nombre
de Matos ha tomado distinto significado,
pues el primero, además de llamarse
amigo de éste, declara estar sirviendo su
política, según afirmaciones de Francisco
Gourié, agravando la situación 'Iomás Quevedo
cuando manifiesta estar en contacto
con Matos para el desarrollo de su gestión
política, así como la presencia en la Unión
patriótica de personas que dicen identificarse
personal y políticamente con Matos,
mientras persiguen a sus más fieles y leales
seguidores en Las Palmas, como el caso de
Mesa o del propio Gourié.
Asimismo, acusa a Tomás Quevedo de
odiar él y su familia a Fernando León y
Castillo, odio que han guardado, según
Francisco Go ~ ~ r ideu,r ante treinta años, cebándose,
ahora que controlan el poder, en
los que siempre estuvieron al lado del Marqués
del Muni, y colocando a Matos de su
parte, por lo que Francisco Gourié le solicita
una rectificación de estas afirmaciones
realizadas por destacados miembros de la
Unión Patriótica, y deshacer así este equívoco
que juzga como lamentable.
La respuesta de Matos es contur-idente:
"~Vadie con razón ni fundamento puede dwjr
que sigue iildicaciones mías, ni yue representen
mi deseo cuanto hay de acfual en la política de
Canarias realizando actos detnostrativos dc influencia
oficial con posierioridad al adveniinicizto
del réginicii actual, con e1 que izo feizgo
coriexión ni contacto alguno"."
En definitiva hemos visto, a través de
una persona en concreto, cómo durante la
Dictadura de Primo de Rivera, el avartamiento
de la política de muchos de los dirigentes
locales de la Restauración, fue algo
meramente aparente y circunstancial,
pues estvs hombres no se van a resignar a
perder los resortes de poder que habían
controlado desde haría medio siglo, actuando
y moviendo los hilos en la sombra,
utilizando para ello todos los recursos dispnihles,
como hemos viste en !2 correspondencia
mantenida entre José Mesa y
Leopoldo Matos, para mantener la influencia
y el control sobre determinadas corporaciones
y organismos. Sin embargo, muchos
de los antiguos caciques si que
optaron por colaborar con el régimen de
Primo de Rivera a través de la incorporación
a la Unión Patriótica que los aceptó
sin -.,-h-- ----...,-.- e..- C:I-- lo -..- " L u L r r u i i ILuLiruu cii u u u L L i U d , Y "'
permitió la creación de nuevos cacicazgos
(TUSELL, 1990: 236), quc controlaron a través
del partido único las corporaciones 10-
cales, lo que en modo alguno supuso la desaparición
de determinadas prácticas
idriyuiles y dlgu~id5d e iudu iipw p r d ivgrar
los propósitos que nos llevarían una
vez más a cuestiones de poder e intereses
económicos.
*****
E1 desplazamiento del poder de la faccibn mesisla durante la Dictadura de ... 215
NOTAS
1 MESA Y LOPEZ, J.: Memorias de un cacique, 5 AHN, Títulos y Familias, 3114/140.
p.34. 6 AHN, Títulos y Familias, 3114/142.
2 Archivo HistUrico Nacional (en adelante 7 Archivo Mesa y López, sin catalogar.
AHN), Fondo documental Títulos y Fami- 8 Archivo Histórico Provincial de Las Palmas,
lias, Legajo 31141126. Fondo Documental Leopoldo Matos (en
3 AHN, Títulos y familias, Lcgajo 3114/131. adelante AHPLP-FDLM),legajo 7.
4 AHN, 1 itulos y Familias, 3114/ 136. 9 AHPLP-FDLM, legajo 7.
BIBLIOGRAF~A
ALCARAZ, José y MILLARES, Scrgio, (1995):
"El marco político e institucional (siglos XIX
y XX)". En Historia de Canarias. Cabildo Insular
de Gran Canaria, pp. 489-532.
NOREÑA, Teresa, (1991): "[,a R~=stñiiraciCin:
oligarquía y caciquismo". En Historia de
M' Luisa Monteiro Quintana
Cuizurias. Editorial Prensa Ibérica, pp. 785-
800.
P ~ R E ZG ARCÍA,J . M. (1997): Cainairi~is.d e los Cabildos
a la división provincial. CIES, Las Palmas
de Gran Canaria.
TUSEI.T., Javier, (1990): Mnnirnl de Hisforin de España.
Siglo X X . Historia 16, Madrid.