VEGUETA, Número 5, 2000 71
LA NORMATIVA NACIONAL E INTERNACIONAL
EN MATERIA DE APROVECHAMIENTO
SOCIAL DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
JosÉ ALBERTBOA CHILLERG IL
]osé Allwto Bncizillrr Gil
Resumen: Este artículo supone un
acercamiento a la Normativa Internacional
y a la Legislacidn Nacional desde
el punto de vista de la puesta en uso social
del Patrimonio Arqueológico. Hemos
de ser conscientes de que la única
forma de proteger y conservar el legado
arqueológico es arrrrándolo de forma inteligible
a la sociedad, de tal manera que
ésta lo sienta y lo viva como parte irrenunciable
de su propia historia e idioqin- . -
crasia. Si los restos arqueológicos no se
contemplan bajo este prisma y sc adop
tan medidas en este sentido de acercamiento
a la sociedad, toda nurrndiva legal
de wlvagtiarda y conservación del
patrimonio r ~ t áab ocada al fracaso
Palabras clave: Norniativa Intcrnacional,
Legislación Nacioiial, Uso Social.
Abstract: This article is an approach
to the International Normative arid [he
National Laws rcgarding thc social use
of the Archarnlogical Patrimony. We
sliould be conscius that the only way
for protecting and preserving our
archaeological heritage is to facilitate
the society uur feeling and experience
as a maningful part of our history and
identity. Outside this principle any laws
would be u5eless.
Key-words: International Normatibe,
Ndlional Lt'gisiation, social Use.
T-1 *- ~i yicar l i r r ~3:Udioc s ~n i ~ t ~ U~t? t a
acercamiento a uno de los aspectos que
apenas aparecen tratados cn la normativa
iiiterriacional, nacional y autonómica, cs el
relativo a la puesta en uso social del Patrimonio
Arqueológico. Es más, cabría decir
que, aunque pudieran subreeriieiide~se1, 0s
aspectos relacionados con el aprovechamiento
social sc quedan, simplemente, en
una mera declaración formulista de principios
globales y generalizados que, y valga
la reiteración, aunque no carentes de sentido,
no arbitran apenas ninguna fórmula
para que esta declaración pueda ser articulada
de forma concreta.
En el momento presente, a nadie escapa
que la Arqueología o el Patrimonio Arqueológico
están presentes, muchas veces
de forma interesada y otras testimonial, en
los inás diversos foros de discusión: políticos,
sociales, económicos, etc.
Sin embargo, un primer aspecto que Ilama
la atención sobre I d N~rnlal ivae n niateria
arqueológica es su inclusión en textos
legales más amplios, normalmente sobre
Patrimonio Histórico que, a veces, vienen
a dificultar su aplicación en el campo específico
de la Arqueología.
Los textos internacionales sobre Patrimonio
Arqueológico son escasos y bastante
desconocidos, a lo que cabe añadir la doble
vertiente que presentan a nivel jurídico:
orientativos y obligatorios /vinculantes.
Por otro lado, a pesar de tener una visi611
progresista y de futuro, sin embargo, siielen
tener un carácter poco concreto, a lo
que se añade la complejidad de los procesos
de adhesión a los misinos.
El primer texto que nos interesa emana
de la Unesco bajo el título "PRINCIPIOS
INTERNACIONALES QUE DEBERAN
APLICARSE A LAS EXCAVACIONES ARQUEOL~
GICAS" (Nueva Delhi, 5-diciembre-
1956). En el Preámbulo se realizaban
una serie de declaraciones en las que se iitilizaban
expresiones como "contemplación y
conocimiento de las obras del pasado" y
desarrollo de una "misión social" que correqpnnde
a Ins restos arqueológicos. Para
poder desarrollar esta misión social propone
algunas recomendaciones como la creación,
cerca de los lugares arqiieológicos, de
pequeños establecimientos -en algunos casos
museos- de carácter didáctico para una
--.-- . , 11IL V I LnV-.mI L y-..L.InI Vi7L "0L.Lr \" rlo UC lnc 1"" lrroYCcYe" nc ; /\T &T l .1A1A 1, , ;.E Stando
a los Estados Miembros a emprender
una labor educativa para despertar y desarrollar
el respeto público por los mismos.
Quizás, ésta sea una de las pocas reglamentaciones
que propone fórmulas concretas
como la enseñanza de la liisloria, yarticipación
de estudiantes en excavaciones arqueológicas,
ditusión en prensa de noticias
e informaciones aryueoiogicas serias, organización
de viajes turísticos a lugares ar-
OUnversdad de a s Fanai d? Gran Canara i t o e c a Unuestsri aem<,ri Dgta le caniris 20815
La normativa nacional e internacional en materia de aprovechamiento social ... 73
qucológicos, exposiciones y conferencias
que expliquen los nlétodos y resultados y,
también, la publicación "a precios razonables"
de moriografías y guías "redactadas
en estilo sencillo" (11.12). Asimismo, se reconoce
la labor científica y educativa que
dcbcn dcscmpcñar los museos.
Este mismo organismo redactó en 1990
uno de los textos m& complejos que existen
sobre la gestión del Patrimonio Arqueológico,
la "CARTA PARA LA PROTECCIÓN
Y LA CESTIÓN DEL PATRIMONIO
ARQUGOLÓGICO" (Icomos, Lausanile),
publicado en España en 1993 en el Boletín
de la Asociación de Arqueólogos de Castilla
y León. Se insiste en la importancia de
la concienciación; educación y puesta al
servicio del gran público del patrimonio
arqueológico, propugnando la parkicipaciíi!
i arti\;a de la p.&laricíii lnrñl en las
tareas de protección, manteriirriie~itoy conservación
como modelo de "conservdción
integrada" (Art. 2 y 6). La presentación al
gran público debe consistir en una divulgación
comprensible de los conocimientos
científicos, realizando reconstrucciones con
fines de investigación experimental y pedagógica.
Resulta interesante su recomendación
sobre la precaucih que debe presidir
estas reconstrucciones, respetando las
evidencias arqueológicas y su autenticidad,
por lo que aconseja que no se lleven
a cabo sobre los propios yacimientos arqueológicos
y deben identificarse como tales
(Art. 7).
Por su parte el Consejo de Europa ha
emitido diversos textos que, en su mayoría,
poco aportan al tema que nos ocupa. E1
"CONVENIO EUROPEO PARA LA PROTECCIÓN
DEI. PATRTMONTO ARQUEOLÓGICO"
(Londres, 6-mayo-1969, revisado
Malta, 1992) fue el primer convenio que ha
pasado a formar parte de la legislación interna
de Espana. El aspecto de la difusión
está bastante bien tratado en ambos Convenios
(1969,1992), así como los aspectos
relacionados con la pronioción educativa y
la concienciación de la opinión pública sobre
el valor de los bienes arqueológicos y
del peligro que corren (1969, Art. 5b; 1992,
Art. 9i). Se recomienda a cada parte firmante
el facilitar el acceso del público a los
vestigios, mediante exposiciones, visitas a
yacimientos arqueológicos, tomando medidas
que eviten su deterioro por el gran número
de visitantes (1992, Art. 5v y 9ii) o facilitando
la circulación de bienes arqueológicos
para Fines científicos, culturales y
educativos (1969, Ast. 5). En el campo de la
difusión sc contempla como necesaria la
publicación de síntesis científicas, su difusión
integral bqio dislintos soportes destinados
a diversos niveles de la sociedad,
para conseguir una valoración popular de
los bienes arqurológicos. Estamos de
acuerdo con Querol y Martínez en que la
adhesión de Espalia al C«nveiiio de Malta,
n o iiipmie "m5s que I-~neCicip~asr a la ronservación
y coiisideracióri social del Patrinivniu
Asqueulógico" (QUEROL y MARTINEZ,
1996: 83).
Algunos aspectos más aparecen reflejados,
en este sentido, en la Recomendación
872 sobre "ARQUEOLOG~A INDUSTRIAL"
(Estrasburgo, 28-junio-1979). Al
margen de la utilización de expresiones, a
nuestro juicio pocn afortunadas, como "interés
estético y sociol6gico", se propugna
que el estudio del patrimonio industrial
sirva para una mejor comprensión de muchos
de los problemas sociales e industriales
actuales y contribuya a que el individuo
vea su papel en un mundo industrializado
como algo más que un simple engranaje.
Por ello recomienda fomentar la pseparacion
de iuatcrial educativo en esk caiiiyo
para la gente joven.
Dentro de este misnio ámbito pedagógico
y de concienciacidn social puede incluirsc
la Recomendación 921 relativa a
"DkTECTOKES DE METALES Y ARQUEOLOG~
A" (Estrasburgo, 3-]ulio-1981), desarrollada
en parte en diversas reglamentaciones
de las Comunidades Autónomas Españolas.
Entre otros aspectos, se incluye la
necesidad de iniciar una campaña para in74
Jose Albel.to Backillrr Gil
cluir la enseñanza de la Arqueología en las
escuelas, para conseguir una actitud más
responsable de las nuevas generaciones
frente a los restos del pasado.
De especial interés en la línea de limar
asperezas entre Arqueología y diversos
sectores económicos y sociales, cuyos intereses
han estado y están trecuentemente
encontrados, resulta la Recomendación 22
del Consejo de Europa acerca de la "PROTECCIOK
Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO
ARQUEOLÓGICO EN EL
CONTEXTO DE LAS OPERACIONES URBANÍSTICAS
DE ÁMBITO URBANO Y
RURAL" (Estrasburgo, 15-abril-1989). Se
insiste en permitir la incorporación de
constructores a las iniciativas arqueológicas
y a sus rcsultados, redactados para su
piiblicación por un cquipo restringido de
investigadores, "en In convicción de que la
experiencia demuestra que los constructores
aceptan la idea de que una intervcnción
arqueológica de gran envergadura tiene
que incluir dentro de su programación el
resultado de sus investigaciones". Asimismo,
se propone Idrizar una política de sensibilización
hacia el público y, cspccinlmente,
hacia los jóvenes aclarando los sigriificados
de su estudio, conservación,
puesta en valor y animación del Patrimonio
Arqueológico. Los resultados de las cxcdvd~
iü~idecsb el-~d ai-STa iüiiocCr a! pÚb!ico
lo más rápidamente posible. Esta "vulgarización
científica" puede llevarse a cabo
de diversas formas: driícuius eii I d pltwsa,
jornadas de puertas abiertas, exposición
con catálogo, folletos de sensibilización,
conferencias, etc. (Árt. v j .
En el ámbito económico, resulta sumamente
interesante la Resolución de la
Unión Europea sobre la "CON5EKVACIÓN
DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
Y ARQUEOLÓGICO DE LA
COMUNIDAD EUROPEA" (5-diciembre-
1988). Siguiendo la tesis del Parlaiiiento
Europeo respecto a la importancia histórica,
cultural, económica (turismo) y social
(mantenimiento y creación de empleo),
propone fomentar la conservación del Patrimonio
Arquitectónico y Arqueológico,
apoyando economlcamente la disposicicin
de itinerarios transnacionales de turismo
cultural y poniendo en marcha y apoyando
talleres de jovenes voluntarios para restauración,
consolidación y conservación de
los Bienes Culturales. Asimismo, pide a la
Comisión Europea la asignación de créditos
y encarga al Instituto para Bienes Artísticos
y Naturales de Bolonia y al Centro
para la Conservación del Patrimonio de
Lovaina que observen, permanentemente,
la evolución de la rentabilidad económica
y social de la conservación en los países de
la Comunidad y, a la vez, que asuman una
función dc documentación, información y
asesoramiento respecto a la determinación
del coste previsto y de las ventajas -teniendo
en cuenta el punto de vista de la lucha
contra el desempleo y el ámbito de las
recaudaciones fiscales- de cada una de las
actuacioncs previstas.
Adentrándonos en el campo de la legislación
nacional, tanto la vigente Ley
16/ 1955 de Patrimonio Histhrico Artístico
como los textos legales desarrollados por
las Comunidades Autónomas incurren en
las t;cncrdizcicioncs y declaraciones formul
i s ta~g lobales de principios en este terreno.
hlcrcce la pena destacar algunas de
!os cxprcsiv:;cs üti!iz~dus cr. c! Prcdn?b~!o
de la Ley, como la puesta en marcha de una
política que complcmentc la acción vigiiailte
coi-, e! es;fii -,.u lo e&Gca&o, $&nicv
financiero, en el convcncimicnto de que el
Patrimonio se acrecienta y se defiende mejor
cuanio más io estimari las perscrrids yue
conviven con él, pero también cuantas más
ayudas se establezcan para atenderlo, con
las "logicas coniraprestaciones hacia ia sociedad".
SeÍidld, a contiiiuación, que los bienes se
han convertido en patrin~oniales debido
exclusivamei~te a la acción social que cumplen,
directamente derivada del aprecio
con que los misrnvs ciudadarios los 11ai-1 ido
revalorizando.
La normativa nacional e internacional en materia de aprovechamiento social ... 75
El Preámbulo concluye con la declaración
de que todas las medidas que esta Ley
arbitra cobran sentido si conducen a que
un número cada vez mayor de ciudadanos
pueda "contemplar y disfrutar" las obras
que son herencia iie ia capacidad de un
pueblo, porque ectos bienes deben estar
"puestos al servicio de la colectividad" en
el convenciniiento de que con su distrute
se facilita el acceso a la cultura y ésta es el
camino seguro hacia la libertad de los pueblos.
No obstante, en el resto del articulado
apenas si se llega a hacer mínima referencia
a estos temas y de forma escueta, caso
del Título Preliminar (Art. Segundo. 1),
donde se afirma que son deberes y atribuciones
de la Administraci6n del Estado
"fomentar y tutelar el acceso de todos los
ciudadanos a los bienes del Patrimonio",
elemento que aparece reiterado en el Título
VI (Cap. 11, Art. 62).
Finalmente, hallamos una somera referencia
a este tenia al tratar de los Museos
(Título VII, Cap. 11, Art. 59,3), entendidos
como las Instituciones de carácter permanente
que adquieren, conservan, investigan,
"comunican y exhiben" para fines de
estudio, educación y contemplación conjuntos
y colecciones de valor histórico, artístico,
científico y técnico 0 de cualquier
dr-. nnfura!ez-i cu!t~!ri!.
Sin embargo, nada se regula en cuanto
a la difusión y puesta en uso social del Patrimonie
Arque~!6gico. 5, c! Tit=!cr V, dcí
tinado en su totalidad a este capítulo, todos
los artículos se refieren a la reglamentación
",?- ..:-- 1 - " ,,.,--.- A: -..". .-- "6' lA.*: --,. L "L " ' 2 ' *"'C<.C'C"LLJ ' . I I ~ L < C \ l l l l ~ l C ' I a ,
prospecciones y demás hallazgos, indicando
que el destino final de tales descubrii
i i i~l i iussu ii 10s hfuseus PÚbiicvs. Cd k buponer
que éstos últimos son los encargados
de cumplir esa labor social.
No quisiera pasar por alto este Titulo V
sin realizar una serie de consideraciones
que me parecen de sumo interés. La rigidez
que presenta esta reglamentación, por otro
lado necesaria, y la intcrprctación de la
misma que se ha realizado por parte de la
Administración Central y Administraciones
HutOnomas, han generado un estado
de la Arqueología más ligada a la protección
y conservación de los bienes arqueoiógicos
que a la investigación científica, caso
por ejemplo de la llamada "Arqueología
de Gestión".
Por otra parte, deseo hacer mía la frase
de R. Casal al afirmar que "la Arqueología
se encuentra hoy más que nunca en nuestro
país bajo el juego de los intereses políticos".
Nuestra dependencia en materia de
autorizaciones, permisos, concesiones, financiaciones,
etc. con respecto a las administraciones
públicas, por un lado; la
"priorización" de las historias locales bajo
el juego político, por otro, y la necesidad
política de rentabilizar las inversiones arqueológicas
bajo un interés socio-económico-
turístico han conseguido, en buena parte,
que queden relegadas a un segundo plano
muchas actuaciones de gran intcr6s
científico (CASAL, 1995: 239).
En relación con estos últimos aspectos,
rmtahilidaci social y económica, mcrccc la
pena plantear una serie de interrogantes.
Resulta extremadamente difícil tratar de
discernir cuáles son los mecanismos quc ri
gen la mentalidad de los grupos sociales a
la hora de "acercarse o cnfrentarsc" con los
!!amados Rirics, c.-pcciu!mcr,tc inmüci;!~~,
del Patrimonio Histórico, en general, y del
Arqueológico, en particular. Dcsde nuestro
**.*&,. A,. --:"L- ..- --L.- J..L
krriiiili c L c rlaici , iiu CLIL,C u u u a c1 u = !a ackividad
arqueológica ha sido objeto de análisis
dispares pero profundamente arraigados
eii e! seno de iiüestia aücirdad. Fui uii iddo,
ha sido vista desde una perspectiva
"exótica", "romántica", de "aventureros en
Luscd Uc tcsorw", etc. que ha generaao
una perspectiva errónea de la labor
arqueológica, más ligada a personas "desocupadas"
o "con sus facultades mentales
parcialmente perturbadas" que con investigadores
que, siguiendo métodos científicos,
intentan reconstruir el pasado histórico
de un pueblo. A quienes nos ha tocado
76 ]osé Alberto Bachiller Gil
en suerte llevar a cabo estas actividades arqueológicas,
otrora denominada Arqueología
de Campo, no nos cabe la más mínima
duda de este tipo de concepciones.
Por otra parte, los bienes inmuebles han
propiciado el surgirnientu c k otro riiloque,
no menos arraigado que el anterior, que es
considerar al yacimiento arqueológico como
algo molesto y perjudicial para los intereses
económicos de determinados sectores
o personas. Este enfoque o, peor aún,
convencimiento está plenamente vigente
en comunidades tanto del ámbito urbano
como rural.
Partiendo de estas premisas tan desalentadoras,
resulta complejo realizar planteamientos
acerca del aprovechamiento social.
Además, nos encontramos con una labor
sumamente dificil que consiste en
compaginar la necesidad de la conservación
del Patrimonio Arqueológico y la de
rentabilizar social y económicamente el
mismo. No es objeto de esta reflexión el establecer
planteamientos de protección y
conservación, acerca de los cuales se han
publicado recientes estudios (BARBI y CARRERA,
1995), sino el llamado aprovechamiento
social de los bienes arqueológicos
o, dicho de otra manera, la rentabilidad social
y económica (BEN~TEZ, 1992). Sobre
ambos aspectos nos iremos centrando a lo
!ñrgn d e l p r p ~ e n t et r a b a j o , señalando algunas
posibilidades, poco puestas en práctica
en la actualidad, y proponiendo vías alternativas.
En primer lugar, conviene matizar que,
habida cuenta de la situación de partida de
~ a 2 r "~-L-m" . .,~r.fiL-rL;X,m~". "~A,n l Pratr;mnnin Av.. u... . -...AL." -..- -
queolí,gico, la labor que se pretende ha de
resultar ardua y enfocada a medio y largo
plazo. No se puede llevar a cabo de la noche
a la mañana y precisa de un periodo de
aproximación, divulgación y educación para
poder llegar a ese momento que, en t&-
minos de la vigente ley, se define como
"contemplación y disfrute".
Los mecanismos a poner en marcha
pueden ser muchos y muy variados, pero
todos ellos han de tener como punto de
partida la formación educativa, al ser posible,
dcsdc cdadcs muy tempranas y / o desarrollando
toda una amplia gama de actividades
en este sentido.
Una de las iniciativas más recientes llcvadas
a cabo por la Administración del Estado
es el P1,AN NACIONAL DE PARQUES
ARQUEOL~GICOSd,i sefiado por el
Departamento de Arqueología del Instituto
de Conservación y Restauración de Bienes
Culturales. Las dificultades surgidas
para su puesta en marcha debido, en buena
parte, al proceso de transferencia de
compelencias a las Comunidacies Autónomas,
hicieron que durante 1988 se modificase
parcialmente la normativa y pasase a
denominarse Plan Experimental de l'arques
Arqueológicos.
Las controversias suscitadas en torno a
la puesta en práctica de dichos planes posibilitaron
la celebración de varias jornadas
y seminarios de gran interés como los Ilcvados
a cabo en Madrid y Zaragoza.
Según el espíritu del Plan, un Parque
Arqueológico está constituido por una zona
arqueológica de gran interés e importancia
científica, sobre la que se llevan a cabo
una serie de actuaciones en aras de poner
al alcance de la sociedad los resultados
de las excavaciones arqueológicas bajo un
prisma didáctico y recreativo (QUEROL,
1989).
Este último aspecto, el uso didáctico,
plantea no pocos problemas para adccuar
la información científica a un público variopinto,
por lo que habrá de presentarse a
distintos nive!es de c~mprenrifm En pstp
sentido, aunque a Parques Culturales con
Arte Rupestre se refiera, resultan interesantes
las propuestas de A. Beltrán como 13
creación de Centros de Información al visitante,
guías que acompañen y expliquen el
recorrido, publicaciones divulgativas y ascquibles,
ctc.; estos ccntros servirían a la vez
de información y de control sobre la zona
en cuestión. Kesuitaría cic gran iriierEs que
en las dependencias de estos centros se puLa
iiormativa riacioiial e iriterriacional en materia de aprovechamiento social ... 77
diesen proyectar diapositivas o vídeos explicativos
al visitante para una mejor comprensi5n
y un mayor acercamiento al tema
(RET~TRÁ1N9,9 0: 18-19).
Sin embargo, uno de los graves problemas
que conlleva la crcación dc Parques
Arqueológicos es el alto coste económico,
hecho que ha supuesto el fracaso de algunos
anteproyectos de parques, paralizaciones
o demoras en su realización. Q~iiyásl,a
solución esté en una estrecha colaboración
entre la Adrriiriistración Central y Autónomas,
Diputaciones / Cabildos y Ayuntamientos
implicados, así como una coordinación
cntre aaministraciones: Cultura, iurismo,
Obras Públicas, etc. De gran interés
resultan algunas propuestas realizadas por
M". T. Costales, como recurrir a la financiación
privada mejorando las ventajas fiscales,
contempladas en la vigente Ley de
Patrimonio Histórico Español, conseguir
parte del 1% cultural destinado a conservación
y cnriquecimiento del Patrimonio o
la venta de algunos productos en el mismo
Parque: libros, guías didácticas, postales,
diapositivas, reproducciones de piezas, etc.
(COSTALES, 1995: 23).
Otra de las bazas importantes en este
proceso de rentabilización social del Patrimonio
Arqueológico la constituyen los Museos,
en todas sus derivacioncs. El papel
que el Museo debe cumplir ha variado ostensiblemcntc
en las últimas décadas y se
van apreciando, poco a poco, resultados
positivos.
La concepción del Museo como el lugar
donde simplemente se guardan o exhiben
los hallazgos arq~eológicnsta~n cercana pn
el tiempo, va dejando paso a una nueva visión
y forma de entenderlos en el contexto
de los diversos momentos culturales que
configuran la historia.
La composición de paneles explicativos,
acompañando a las vitrinas donde se
muestran los objetos, elaborados con un
texto sencillo y fácilmente comprensible y
acoiiipafiadüs de diselbs iccuiisiru~iivus
pueden ser de gran efectividad. lgualmente
eficaces resultan las maquetas ilustrativas
acerca de las actividades llevadas a cabo
cn un yacimiento por sus antiguos pobladores.
Cada día es más frecuente que los museos
cuenten con una sala de proyección de
videos y diapositivas para ofrecer, desde
una óptica diferente a la simple contempld~
iúnd e las piezas, una visión sintetica y
organizada estructuralmente de los diversos
periodos culturales a los que se refieren
los hallazgos materiales expuestos en las
distintas dependencias. Los objetos, por bellos
que sean, si no se muestran comprcnsiblemente
y de manera sencilla, no causan
ningún impacto en e1 visitante o producen
una reacción de rechazo.
Una de las iniciativas más interesantes
en este proceso de acercamiento de los fondos
de los museos a todos los públicos y,
especialmente, a los centros escolares fue la
emprendida, por ejemplo, por el Museo
Numantino de Soria con la creación de un
gabinete pedagógico en 1989. A su malogrado
director D. J. L. Argente, queremos
dedicar este análisis por la gran labor desarrollada
en este ámbito. El proyecto supuso
la elaboración de una serie de fichas
didácticas para la configuración de un trabajo
de curso por parte de los alumnos, fichas
elaboradas con un vocabulario comprensible
y que. a la ve7,. s i r v i ~ s ~a1n p rnfesorado
de los centros escolares de
preparación para la visita al museo o para
la programación de las actividades del centro
escolar (ARGENTE y COLÍN, 1994:
148).
Otra de !as ~fe&s &d&ti~as n - 3 0 -+e 1"' '"'
mismo museo planteó en 1993 es la conocida
bajo el lema "LA URNA DE AREKO",
con la que se intenta cstiiblecer una interrelación
entre los hallazgos arqueológicos
depositados en el museo y el proceso de
excavación arqueológica mediante el que
han sido recuperados, consiguiendo hacer
comprender a los escolares que el museo es
una eniiciad viva y dinámica. Eiio coniieva
la reconstrucción de todo el proceso de ex-
OUnversdad de a s Fanas d? Gran Canara i t o e c a Unuestsri Memmi Dgta le Caniris 20815
78 1ost Alberfu Bu~hiller Gil
cavación arqueológica de una tumba de incineración
de una necrópolis celtibérica, su
investigación, trabajos de conservación,
restauración, etc. que permiten al alumno
seguir todo el proceso de investigación arqueológica
participando directamente en
61. Es ésta, sin duda alguna, una de las iniciativas
más importantes, por ahora, puestas
en práctica de cara a la formación de los
más jóvenes y constituye una apuesta de
futuro para llegar a la verdadera comprensión
de lo que significan y representan los
objetos que se hallan expuestos en las diversas
vitrinas del citado museo. (ARGENTE
y COLÍN, 1994: 134).
Otro de los aspectos que pueden contribuir
a una mayor comprensión y acercamiento
social al IJatrimonio Arqueológico
es el que, genéricamente, puede denominarse
como "Museo de sitio", entendido de
una forma muy global y con muy diversas
nlanifestaciones, como es el caso de Amhronn
(Soria) con lns restos de "elefantes"
conservados en su lugar original de aparición,
acompañados de la monumental reproducción
de un ejemplar de esta cspecic
que domina todo el valle, o las reconstrucciones
de viviendas en el propio yacimiento
(Santa Tecla o Briteiros), que suponen
una visión e interpretación instantáneas de
los restos constructivos. Otro ejemplo, re-
-l---+- ;,.e .,. &, != ce,7itit".7e & pe- U . , i L . , L i . L i i i r L r L u u i i r L ,
queño centro existente en el poblado de La
Hoya (Laguardia, Álava), donde junto a la
'- -.-:-A - L - - - Z - - , L ..-- 1 A -..-,.,; L C C V ~ L J L LU CCLVL ~ , L n l l h c u ~L L~L L L L ~ L C L L , CLC L L I I C L Y I
vienda del poblado, se expone una maqueta
recreativa del mismo mientras se
proyecta uri vicieu expiicdCivc~.
Ko menos intcrcsantcs son las tareas
emprendidas en Numancia con A. Jimcno
al frente del rian Director, con ia reconstrucción
de una casa romana, otra celtíberd
y una parte de la muralla y, muy recientemente,
agosto de 1999, con la apcrtura
del Aula Interactiva sobre el "Cerco dc
Numancia" y la representación, en cl propio
yacimiento, de una serie de escenas
querememoran pasajes de la época, con
una gran participación ciudadana tanto en
las tareas de reproducción de vestimentas
como en los actos organizados.
Aunque de mayor envergadura, mayor
coste económico, y ya puesto en práctica en
otras ciudades, merece ia pena resaitar ia
apertura al público de las ruinas romanas
existentes en el subsuelo de la ciudad de
Zaragoza (Plaza de La Seo y edificios colindantes),
gracias al esfuerzo de muchos
años de los profesionales del Servicio de
Arqueología del Ayuntamiento de Zaragoza
y, además, muestra de la posibilidad de
compaginar los intereses económicos con
los culturales. Resulta sumamente ilustrativo
para el visitante, a la vez que Ilamativo,
recorrer en superficie la actual ciudad
en la zona de La Seo, penetrar en el
subsuelo por el edificio anexo y contemplar
subterráneamente la antigua ciudad
romana que yace por debajo de los actuales
edificios, en un ejercicio que ilustra la
superposición de ciudades a lo largo de las
diversas épocas. En Astorga, la solución ha
sido dejar parte de las ruinas en una calle
peatonal, colocando techumbres de protección,
de tal manera que el paseante puede
contemplar los mosaicos romanos a través
de las protecciones transparentes, al mismo
tiempo que puede ilustrarse con los paneles
explicativos. En Braccara Augusta (Bra-
-3 Pnrti lp!), a! marge!? de ~ ~ n ~ o r l~ec , r ~ r c ~ a-' A "'--
diversos restos en algunos solares de la
ciudad, se ha optado por preservar algunas
.,,c ,..A t ..,,, h,:, 1,",1", *,,----;,l..- ., dp L. ,LLL,LLL.L<>L7 L r c ,J" L L r ~ u n < d < \ , L . L L L < , c . a \ , . Y
ocio de propiedad particular, de tal manera
que el cliente de los mismos puede obsel
val :os rrsiüs iumaiios ü iiav-6s de las
cristaleras del suelo de los locales.
Otro ejemplo más lo constituye el Museo
de liermes, ubicado cn ias inmcciiaciones
del propio yacimiento celtíbero-romano.
En su sala de exposiciones se muestran
al público los hallazgos del yacimiento,
maquetas reconstrucctivas de diversos edificios
que, a la vez, se pueden observar cn
su actual estado de conservación, reconstrucciones
de las tumbas de incineración
La normativa nacional e internacional en materia de aprovechamiento social ... 79
de la vecina necrópolis, etc., tanto en exposiciones
temporales como permanentes
(ARGENTE ET ALII, 1990).
En el caso de yacimientos dc cspccial
importancia se debería fomentar la creación
de esle lik~ud e dept.riclt.rici~su , eri su
caso, un pequeño centro que controle el acceso
e informe con folletos explicativos, paneles,
maquetas, etc., como es el caso de
Uxama, donde se ofrece una somera pero
eficaz visión histórica del yacimiento, a la
par que, para contribuir a aliviar el coste
de mantenimiento del yacimiento y del
guía, sc ofcrtan toda una gama dc productos
como reproducciones de monedas, espadas,
puñales, etc. La señalización de un
trazado o recorrido en un yacimiento es de
vital iniportancia, al mismo tiempo que se
deben situar paneles explicativos "de fjcil
lectura" en determinados puntos dcl mismo.
Por último, hacer referencia a la consecución
de una cierta rentabilidad económica
que acompañe a la propuesta educativa
y de formación. Algunas de las propuestas
ya formuladas a~iteriorn-ie~ileen relaciúri
con los Parques Arqueológicos tienen validez,
especialmente las relativas a la cofiriariciaciún
de los proyectos más costosos.
Sin embargo, pueden ser muchas y muy
variadas las ofertas que se pueden hacer al
visitante que, previamente, ha tributado
una módica cantidad por la entrada. No
son pocos los lugares que han puesto a la
vcnta guías dc los yacimientos o museos,
libros de pequeño formato, colecciones de
diapositivas, videos, postales, etc., ofertas
que se pueden ver ampliadas con reproducciones
de objetos arqueológicos y recuerdos
dc todo tipo, muy del gusto del visitante-
turista que, cn el peor dc los casos,
suponen un alivio y un importante apoyo
económico extra del que tan necesitado está
el Patrimonio Arqueológico. No obstante,
la mejor rentabilidad que se pueda extraer
siempre será la cultural.
80 /os@A lt~trloB achiller Gil
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