Anuario de la Facultad de Geografía e Historia

ISSN: 1133-598X

8

Las Palmas de Gran Canaria

2004

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ANUARIO DE LA FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA

Número 8

Las Palmas de Gran Canaria 2004

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GEOGRAFÍA MÉDICA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

(1909)

FRANCISCO FEO PARRONDO

Universidad Autónoma de Madrid

Departamento de Geografía

francisco.feo@uam.es

VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X 151

BIBLID 1133-598X (2004) p. 151-168

Resumen: En este artículo damos

a conocer la anónima e inédita “Geografía

médica de Santa Cruz de Tenerife”

(1909) en la que se analiza esta localidad

a partir de indicadores como suelos,

abastecimiento de agua, arbolado, clima,

carácter físico y moral de sus habitantes,

ocupaciones, alimentación, vestido, vivienda,

vías de comunicación y medios

de transporte, higiene, enfermedades,

etc., que nos permiten conocer su situación

hace un siglo.

Palabras clave: Geografía médica,

Santa Cruz de Tenerife, 1909, higiene,

enfermedades.

Abstract: This article gives to know

the anonymous and unpublished “Medical

Geography from Santa Cruz de

Tenerife” (1909). It analyse this locality

starting from indicators like soils,

wather supply, tree-covered, climate,

physical and moral character from its inhabitants,

occupation, feeding, clothing,

housing, communication routes and

means of transport, hygiene, illness, etc.,

all these permit ourselves to know its

situation from one century age.

Key words: Medical Geography,

Santa Cruz de Tenerife, 1909, hygiene,

illness.

1. INTRODUCCIÓN

A lo largo del siglo XIX y primera mitad

del XX proliferaron los estudios de

geografías o topografías médicas en las

que se analizaban las relaciones existentes

entre el medio físico y social y el estado

de salud de la población a escala generalmente

municipal. Luis Urteaga cifra en

doscientas las publicadas entre 1800 y

1940 y añade que las inéditas pueden ser

otras cien (URTEAGA, 1980), cifra que

creemos que debería ampliarse por la

proliferación de manuscritos anónimos

existentes en las bibliotecas de las Reales

Academias de Medicina que patrocinaban

los premios a los que este tipo de estudios

concursaban (FEO, 1996).

Como ha señalado Ana Olivera, el

contenido de estas geografías-topografías

médicas era muy similar a los estudios

geográficos regionales clásicos, con un

enfoque medioambiental físico básico

aunque no falte tampoco preocupación

por las enfermedades debidas a los procesos

de industrialización, limpieza de las

calles, problemas de abastecimiento de

agua, alcantarillado, alcoholismo de los

obreros, etc. (OLIVERA, 1993), situación

que se daba en núcleos rurales y, sobre

todo, en los urbanos (UTANDA y FEO,

1995).

En esta línea se encuentra la anónima

“Geografía médica de Santa Cruz de Tenerife”,

presentada al Premio Iglesias y

González de la Real Academia de Medicina

de Madrid en 1909 bajo el lema “La

uniformidad del suelo, la de la temperatura

y la de los caracteres humanos suelen

marchar de acuerdo (Hipócrates)”1.

Este manuscrito sirve de base al presente

artículo al reproducirlo textualmente por

considerar que es una buena fuente para

el conocimiento de la ciudad de Santa

Cruz de Tenerife y de su entorno hace casi

un siglo. La obra se divide en trece

apartados en los que analiza los distintos

aspectos que suelen incluirse en este tipo

de estudios. Previamente, realiza una justificación,

también habitual, sobre las

ventajas de estos trabajos para la mejora

sanitaria de España: “Infantil es hablar de

la importancia suma que tiene la Geografía

Médica; en la mente de todos están las

ventajas que reporta el conocimiento de

los datos geográfico-médicos de un territorio

determinado, pues por ellos se llega

a saber a priori sus condiciones de habitabilidad

y se pueden escoger los medios y

recursos de saneamiento que han de disminuir

el coeficiente de mortalidad, así

como su grado de morbilidad, si esta es

excesiva y dependiente de las múltiples

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Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

causas procedentes del medio en que el

ser humano se agita.

Los gobiernos necesitan de los datos

que esta ciencia acopia para fomentar el

bienestar de los pueblos, tan intensamente

ligado con la salud pública. Pero por

desgracia en España no hay todavía un

trabajo completo de Geografía Médica,

como lo tienen en casi todas las naciones

cultas, por lo cual digno de todo elogio es

el acuerdo de la Real Academia de Medicina

de Madrid al proponer como uno de

los temas de sus concursos la “Geografía

Médica de una provincia, de una comarca

o de una población importante de España”,

puesto que por este medio y al cabo

de algunos años, se encontrará formado

un estudio geográfico-médico completo

de nuestra nación.

Yo también quiero contribuir a medida

de mis pobres fuerzas, a esta obra

magna; haciendo la descripción geográfico-

médica de una población que por sus

condiciones climatológicas puede figurar

bajo el punto de vista higiénico a la cabeza

de todas las del mundo, con un poco

de protección por parte de las autoridades;

me refiero a Santa Cruz de Tenerife.

No quiero hablar del trabajo que me

ha costado reunir los datos que figuran

en la presente memoria; mil veces el desaliento

se apoderó de mi ser, y otras tantas

volví a continuar mi obra animado, no

por la recompensa que pudiera darme

esa Academia, sino por el bien que puedo

reportar a mis semejantes. Esto, tan solo

esto último, es lo que me ha decidido a

presentar estas mal hilvanadas cuartillas.

Miradlas con benevolencia y tendréis el

agradecimiento eterno de su autor” 2.

2. DESCRIPCIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO

DE LAS CANARIAS Y EN ESPECIAL

DE LA ISLA DE TENERIFE

“Al noroeste del continente africano,

en el océano Atlántico, entre los cabos Bojadoz

y Guez en la Mauritania tinginata;

entre los 27º38’ y 29º25’ de latitud Norte y

entre los 7º8’ y 11º58’ de longitud O. del

meridiano del observatorio de San Fernando,

se halla un grupo de islas distante

108 kilómetros de la costa africana y 900

del continente europeo. Estas islas son las

Canarias, las Afortunadas, el lugar donde

los antiguos suponían se hallaban colocados

los Campos Elíseos, paraje de delicias

y placeres, al cual iban a residir las almas

de los héroes que durante esta vida habían

cumplido con todos sus deberes.

Conocidas en la antigüedad desde el

tiempo del rey Juba II o antes, fueron olvidadas

después hasta mediados del siglo

XIV, en el cual el Papa Clemente VI

por bula expedida en 19 de noviembre de

1344 las erigió reino feudatario de la silla

apostólica y nombró a don Luis de la Cerda

soberano y príncipe de ellas; reino

imaginario puesto que las islas no habían

sido conquistadas y soberanía la de este

príncipe que sólo tuvo efectividad en la

lucida cabalgata a cuyo frente ostentó corona

y cetro en Aviñón.

Más tarde Jean de Bethencourt obtiene

de Enrique III la investidura del reino de

las Canarias, aún cuando sólo había sido

conquistada una isla, tardándose aún 79

años en conseguirse la conquista total del

archipiélago, siendo la de Tenerife la última

que se sometió. Comprendió y llevó a

cabo la toma de esta isla, después de varias

e infructuosas tentativas, el soldado

aventurero español Alonso Fernández de

Lugo, quien en nombre de los Reyes Católicos

D. Fernando y Dª Isabel, tomó posesión

de aquella, el día 29 de septiembre

de 1496, según refieren los historiadores.

Los guanches, que así se llamaban los antiguos

habitantes de Tenerife, defendieron

en general su país con denuedo y le-

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Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

altad, poniendo no pocas veces, a la más

dura prueba el valor de sus adversarios;

pero la falta de táctica, la desidencia de

uno de sus reyezuelos, que tomó el partido

de los españoles y una mortífera peste

que en ellos se desarrolló, fueron motivos

que obligaron al intrépido y desgraciado

Bencomo, caudillo principal, a hacer su

rendición.

El archipiélago de las Canarias está

formado por 13 islas de las cuales siete están

habitadas y las seis restantes desiertas.

Las habitadas son Tenerife, Gran Canaria,

Palma, Lanzarote, Fuerteventura,

Gomera y Hierro y las desiertas Alegranza,

Graciosa, Montaña Clara, Roque del

Este, Roque del Oeste e Isla de Lobos.

Forman las Canarias una provincia de

España que se la considera, en categoría,

de tercera clase; con una extensión territorial,

según el censo oficial, de 7.272’60

kilómetros cuadrados y una población

definitiva de hecho de 358.564 habitantes,

siendo por tanto su densidad de población

de 49’30 habitantes por kilómetro

cuadrado.

La provincia de Canarias se compone

de 7 partidos judiciales que se forman de

los 90 ayuntamientos que comprende este

archipiélago, contando con 3.516 poblaciones

distribuidas en el orden siguiente:

8 ciudades, 16 villas y 3.492 lugares,

aldeas y caseríos; hay además 2.975

edificios diseminados.

El suelo de estas islas aunque generalmente

montañoso y quebrado, es muy feraz;

no cuenta con ningún río, pero sí muchos

manantiales y le surcan multitud de

barrancos, algunos de ellos de extraordinaria

profundidad.

Las circunstancias del suelo canario y

la suavidad de su clima hacen que las

producciones sean muy variadas. La cochinilla,

tabaco, barrilla, cereales, vinos, orchilla,

musgo, tomates, plátanos, patatas,

batatas, cebollas, ajos, simiente de ricino,

seda, exquisitas frutas y toda especie de

legumbres se producen con abundancia,

como también muchísimas plantas olorosas.

Actualmente se están cultivando en

gran escala los tomates, patatas, caña de

azúcar y plátanos3. Sus bosques contienen

maderas de construcción, entre las

que figuran el Barbusano, Viñátigo, Pino,

Laurel, Palo Blanco, Haya, Almácigo,

Aderno y Olmo.

En los campos se cría ganado vacuno,

mular, caballar, asnal, cabrío, lanar, de

cerda, camellos (dromedarios) y aves domésticas.

Hay muchas canteras de las cuales se

extraen piedras de construcción, para filtros

y losetas; se hallan asimismo bancos

de granito, jaspe y mármol que no están

en explotación.

En sus mares se cogen multitud de

mariscos y peces de varias delicadas especies,

como son salmonetes, congrios,

besugos, samas, chermes, langostas, etc.

Como industrias más o menos extensas

pueden citarse la elaboración de azúcar,

vinos, tabacos, aguardiente, la salazón

de atún y otros peces, conservas de

frutas, tejidos de hilo y de seda, guano artificial

y otras.

Isla de Tenerife. Esta isla que antiguamente

se llamó Nivaria y también Isla del

Infierno, se halla situada entre los 28º y

28º 36’ de latitud Norte y los 9º 54’ y 10º

43’ de longitud Oeste del meridiano de

San Fernando, entre Gran Canaria y Gomera;

es la mayor, la más rica y poblada

del archipiélago canario.

La longitud de la isla de Tenerife desde

la Punta de Anaga hasta la llamada de

la Rasca, excede de 85 kilómetros y su anchura

entre las de Teno y Abona, es de

unos 55 kilómetros. En toda la longitud

de la isla se extiende una cadena de altas

montañas que contiene muchos y hondos

barrancos, entre las que indicaremos como

más notables las llamadas de Her-

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Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

ques, del Infierno, de Badajoz, del Río, de

Ruiz, de las Arenas, de Acentejo y del

Drago, y feracísimos valles. Casi en el

centro de la isla, descansando sobre una

base de 17 leguas cuadradas aproximadamente

descuella el gigantesco Teide o Pico

de Tenerife que, en forma de cono, se

eleva a 3.760 metros sobre el nivel del

mar y desde cuyo cráter, hoy apagado, se

contempla todo el archipiélago.

Entre las alturas de segundo orden citaremos

como principales: Los Azulejos

con 2.865 metros sobre el nivel del mar;

Guajara 2.500; Volcán de Cachorra 2.475;

Izaña 2.247; El Portillo del Teide 2.010;

Las Cañadas 2.000 y Pérez Gil 1.383.

La extensión superficial de esta isla es

de 1.946 kilómetros cuadrados y su población

de hecho es de 138.008 habitantes

correspondiendo por tanto 70’90 habitantes

por kilómetro cuadrado.

El suelo de esta isla es en extremo fértil.

En sus quebraderas laderas y eminencias,

abundan los pinos, brezos, sauces,

etc., que forman los hermosos bosques de

Tapanana, Aguirre, Mercedes, Agua-García,

Monteverde, la Esperanza, Güimar,

Icod, Garachico, Guía y otros varios, todos

ellos bastante extensos.

Su clima presenta la misma variedad

que su suelo, pues en las costas es templado

y muchas veces caluroso en todas las

estaciones, y en los altos húmedo y bastante

frío, durante el invierno, de modo

que con variar de residencia se puede tener

todo el año una temperatura media

constantemente igual: Santa Cruz de Tenerife

estación de invierno, La Laguna

propia para el verano, y en la primavera

y otoño el delicioso valle de la Orotava,

son los puntos escogidos para encontrar

la temperatura constante y deliciosa de

esta isla.

Y finalmente, Tenerife posee algunas

fuentes medicinales señalándose como

principales: La Fuente Agria de Vilaflor y

la de la garganta de Ucanca en Chasna,

cuyas aguas son también agrias y se emplean

con éxito favorable para ciertas

afecciones del estómago y las aguas minerales

de San Telmo en el Puerto de la

Cruz, clorurado sódico-potásico magnésicas

excelentes para la curación de las

afecciones cutáneas.

3. SANTA CRUZ DE TENERIFE. SITUACIÓN,

EXTENSIÓN, INCLINACIÓN

Y NATURALEZA DE SU SUELO,

CANTIDAD DE SUS AGUAS, CONDICIONES

DE LAS MISMAS

La ciudad de Santa Cruz de Santiago o

de Tenerife, capital de la provincia de Canarias,

está situada a orillas del mar, en

una rada de cinco kilómetros de largo,

comprendida desde Valleseco al Norte y

el barranco de Hierro al Sur y al N. 59º E

del Pico del Teide; hallándose la farola

del muelle a los 28º 27’ 57’’ de latitud boreal

y a los 10º 2’ 29’’ de longitud occidental

del meridiano del observatorio de San

Fernando. Síguese de aquí que Santa

Cruz está en la zona templada septentrional,

distante pues más de 4º del Trópico

de Cáncer, término de la zona tórrida por

esta parte.

Su día máximo es de 13 h. 48 m. y 48 s.

y el mínimo dura 10 h. 11m. 12 s.

Su extensión en el litoral contada de

Norte a Sur, entre el castillo de Paso Alto

y el de San Juan, es de 3.023 metros y no

comprendiendo sino la parte de la población

aglomerada es de 1.088 metros. De

Oriente a Occidente, desde el muelle hasta

el punto en que el camino llamado de los

Coches se une a la carretera general de la

Orotava, límite de la población, hay una

distancia de 1560 metros4.

En la población urbana se distinguen

dos barrios, además de la parte céntrica.

El barrio del Cabo, situado al sur, está separado

de la población por el barranco de

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Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

Santos, sobre el cual hay tres puentes para

la comunicación del centro con el barrio.

Uno de ellos de magnífica construcción,

situado al extremo de la población y

por el cual atraviesa la carretera de la

Orotava, llámase el puente de Zurita y

fue construido en el reinado de Fernando

VI. El barrio llamado del Toscal, está al

Norte de la población y un poco más allá

se encuentran sucesivamente el barranco

de Almeida, antes de llegar al castillo de

Paso Alto, el de Tahodio y algunos otros5.

Por la parte Sur y más allá del castillo de

San Juan están el barranco de Hierro y el

barranco Hondo.

Desde el muelle y en dirección al poniente

va subiendo con más o menos inclinación,

el suelo hasta alcanzar en el límite

de la población un desnivel de 39’65

metros. De Sur a Norte también asciende

el terreno y el desnivel es de 16’77 metros.

Por todas partes, menos por la de

Oriente, el pueblo está rodeado de montañas,

entre las cuales descuella la de Paso

Alto, cuya base principia a orillas del

mar, en el castillo del mismo nombre y

continúa sin interrupción, casi vertical

hasta llegar a una altura de 199 metros sobre

el nivel del mar; esta montaña está situada

en una posición Norte con relación

a Santa Cruz de Tenerife. A Occidente se

halla el castillo de la Cuesta a distancia de

2 kilómetros y con una elevación de

286’50 metros. Las otras montañas como

Pino de Oro, Las Mesas, El Tablerillo, etc.,

confunden su elevación con las dos indicadas,

todas las cuales están desprovistas

de arbolado.

El suelo en que descansa la población

es de naturaleza volcánica y pertenece exclusivamente

a la roca conocida con el

nombre de basalto, del cual una no interrumpida

capa ocupa toda la extensión

que la población abraza, con más o menos

espesor, desde 22’57 metros hasta 4 metros,

según la mayor o menor abundancia

de elementos que dieron motivo al volcán

submarino que la produjo y el impulso

que en el momento de la erupción recibieron.

Semejante producción basáltica fue

depuesta en el fondo del océano sobre un

lecho de pómez y otras sustancias que en

tiempos remotos constituyeron tobas de

erupciones anteriores y en esta posición

se hallaban cuando recibiendo el impulso

de la explosión salieron del seno de las

aguas para colocarse en la posición que

ocupan en el día.

Esta interminable capa basáltica se halla

siempre recubierta de otra de toba pumítica

llamada Tosca en el país (puzolana

de Nápoles) que es un verdadero conglomerado

de pómez o peperino propiamente

dicho; es una toba pardo-obscura formada

por un silicato aluminoso en el cual

la pómez en granos de varias formas,

ocupa el primer lugar, además contiene

algunos cristales de seugita, mica, lencita

y magnetita. No tiene esta toba el mismo

espesor en todos sus puntos, pues según

las circunstancias que concurrieron en su

formación, suele tener desde 0’56 metros

hasta 3’34 metros de fondo. Los insulares

utilizan esta toba en la construcción de

sus viviendas.

De la naturaleza del suelo sobre que

descansa la población y de la inclinación

del mismo, se deduce que no puede haber

aguas estancadas, no hay por otra

parte río, arroyo ni manantial de ninguna

especie en la demarcación urbana ni se

ven correr más aguas que las que en invierno

arrastran los barrancos a la mar, o

las que, en todo tiempo y en mayor o menor

cantidad llevan las atarjeas para el

abasto público. Proceden estas de varios

manantiales que existen en el monte de

Aguirre y en Los Catalanes, a cosa de seis

kilómetros de la capital, a la cual son conducidas,

recorriendo una línea curva de

unos diez kilómetros, por una cañería de

mampostería cerrada que va a desembo-

156 VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

car en dos aljibes desde donde se distribuye

a la población. Para la bebida de los

hombres y animales, para el lavado de las

ropas y para los demás usos en que no

puede reemplazarse por el agua salobre

de los pozos o la del mar, no hay otra

agua en Santa Cruz de Tenerife.

El análisis químico y bacteriológico

practicado en las fuentes de origen, es lo

más satisfactorio posible, pudiendo conceptuarse

como agua muy pura según la

Clasificación del Comité Consultivo de

Higiene Pública de Francia.

He aquí el resultado de su análisis químico

y bacteriológico:

Residuo a 180º . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .0’72

Grado hidrométrico total . . . . . . . . . . . . . . . .1’9

Materia orgánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .0’00015

Amoniaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .no tiene

Nitratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .no tiene

Nitratas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .indicios

Fosfatos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .indicios

Cloruros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .0’021

Cal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .0’010

Sulfatos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .0’009

Magnesio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .0’002

Sílice, alúmina, etc. . . . . . . . . . . . . . . . . .indicios

Número de bacterias por cm cúbico . . . . . . .70

Pero por desgracia no sucede lo mismo

con el agua recogida en las fuentes públicas

y menos en los aljibes domésticos, en

donde y debido a las causas que mencionaré

más adelante, tiene condiciones pésimas.

En cuanto a la cantidad que llega a la

población, es por término medio, de 1.500

metros cúbicos diarios, y siendo la población

de 44.000 almas, según el último censo,

corresponden a cada individuo 34 litros

diarios; luego si son 50 litros lo que

por día y habitante debe haber en cada

población para hacer frente a los usos privados,

a los industriales y a los públicos,

según preceptúa el artículo 164 de la Ley

de Aguas del 13 de junio de 1879, claro

está que sería menester que llegasen a

Santa Cruz 700 metros cúbicos más para

cubrir sus necesidades con arreglo a la

Ley. Pero como por circunstancias especiales

de localidad referentes a su suelo, a

su temperatura, al género de industrial

que ejerce, principalmente el abastecimiento

de agua a los buques que fondean

en su puerto, está más necesitada de agua

esta población y no puede por lo tanto

equipararse en este sentido a cualquiera

otra, resulta de aquí, que aún cuando tuviera

los 100 litros diarios por habitante,

que se tienen calculados por los higienistas,

esta cantidad sería insuficiente para

dejar satisfechas sus exigencias6.

Llegada al pueblo el agua, se distribuye

entre las fuentes públicas, que son cinco,

los paseos y lavaderos, que también

son públicos, y los estanques y aljibes de

los particulares; esta distribución se hace

por atarjeas de mampostería cuyos trozos

están unidos por argamasa no todo lo impermeable

que fuera de desear y que permite

las infiltraciones de líquidos al interior;

además, para la distribución de esta

agua se emplean unos pozos que cortan

la atarjea; estos pozos, verdaderos canchiles

de Granada y Jaén, tienen comunicación

con el exterior en las aceras y las portezuelas

que las tapan, que suelen ser de

piedra, no impiden que el polvo que cubre

el suelo caiga al agua. La distribución

del agua la hace un empleado del municipio,

que también es el encargado de cobrar

el canon correspondiente, no con tapones

apropiados, sino con trozos de arpillera,

cuyos empleos anteriores sería cosa

digna de averiguar, y en la siguiente

forma: destapa el pozo correspondiente e

introduce el brazo desnudo en su interior,

sacando el trozo de arpillera que obtura

la boca de la cañería de la casa que desea

agua, dejando abandonada la arpillera

sobre la acera hasta que se llena el aljibe,

VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X 157

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

una vez lleno este la recoge y mete de

nuevo en el interior del pozo (sin preocuparse

de que la hayan pisado los transeúntes)

obturando la boca de la cañería

que antes había destapado.

Y por último los aljibes de los particulares

reúnen las condiciones más antihigiénicas

que pueden darse. Colocados en

los patios interiores de las casas, reciben

por su compuerta todos los líquidos de

desperdicio que se arrojen en ellos, sus

paredes, permeables, permiten las infiltraciones

de los pozos negros que están

en sus proximidades, y por ellas atraviesan

los roedores, alguno de los cuales cae

en el interior y allí se descompone hasta

que se limpia el aljibe, operación que se

verifica cada seis meses. Como ejemplo

interesante citaré un aljibe de la calle del

“25 de julio” cuya limpieza presencié, encontrando

en su interior los esqueletos de

dos ratas, una de ellas con trozos de músculos

en plena descomposición.

Después de lo anteriormente dicho,

excusado es hablar de las condiciones pésimas

que reúne el agua que emplean los

habitantes de Santa Cruz de Tenerife. En

efecto, la cantidad de materias orgánicas

que contiene, alcanza una proporción

enorme, y los cultivos hechos en las cajas

de Petri, nos muestran una verdadera flora

microbiana, en la cual están representadas

todas las especies no patógenas para

el hombre, pudiendo contar hasta 4210

colonias distintas entre ellas el bacillus

cobi.

Los habitantes de esta población, convencidos

de las malas condiciones del

agua, usan para su purificación unos filtros

hechos con piedra del país, que dada

su excesiva porosidad no sirven más que

para detener las sustancias en suspensión

y nunca para privarla de los gérmenes

que contiene.

4. BOSQUES, ARBOLADO Y PASEOS

DE LA POBLACIÓN

En dos palabras está hecha la descripción

de los bosques de Santa Cruz de Tenerife:

todo se reduce a decir que no hay

ninguno. ¿Habíalos en otro tiempo cuando

los españoles desembarcaron en la isla?.

Los historiadores refieren que entonces

el arbolado era más extenso que ahora

y que en algunos puntos llegaba al

mar. Pero como al expresarse en estos términos

no se refieren a Santa Cruz, y ésta,

por otra parte, y especialmente por el lado

Norte, es un terreno escabroso, constituido

únicamente por enormes masas de

rocas basálticas, en cuyos intersticios o

anfractuosidades, no se ve tierra ni crecen

más vegetales que Cuforbiaceas, dudas

mucho de que por esta parte haya habido

arbolado en otros tiempos; por el occidente

y por el sur, el terreno es menos declive

pero apenas hay tierra y en los puntos

en que aparece no se observa fondo

suficiente donde puedan extenderse las

raíces de los árboles. Así pues la falta o

escasez del terreno por otra, son obstáculo,

a mi entender, contra los cuales siempre

se estrellará el intento de formar bosques

artificiales en la costa de esta capital.

Pero en las casas de la población no

dejan de verse árboles con más o menos

lozanía, según la cantidad de agua que

reciben, en terrenos que en muchas partes

se han formado artificialmente. El mayor

número de aquellos existe en los puntos

Norte, Noroeste y Oeste del pueblo; las

especies son: naranjos, higueras y algunas

otras. Por la parte sur también hay árboles,

si bien en menor número, higueras

casi todas, que sólo alcanzan riego en el

invierno con el agua sobrante del barranco

o bien en verano, con la más o menos

salobre de las norias.

Los árboles de utilidad pertenecen todos

al dominio privado; al público perte-

158 VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

necen los de recreo y estos crecen en los

paseos.

Cinco paseos se cuentan en Santa

Cruz de Tenerife y todos ellos pudieran

darse muy bien por uno que fuese regular.

El primero por su antigüedad y por

ser el más ameno es el conocido con el

nombre de “Paseo del Muelle”, tiene 148

metros de largo y unos 70 de ancho; los

árboles que contiene son: plátanos del Líbano

y Tamarindos. Este paseo aunque

lindo, es reducidísimo para la población

actual.

El “Camino de los Coches” de 444 metros

de largo presenta un arbolado frondoso

y de buen aspecto, lo cual demuestra

que no le falta riego y es jugoso el terreno

en que radica; los árboles son: plátanos

del Líbano, adelfas, chopos y otras

especies. Este paseo cuyo ancho medio es

de 16 metros es poco frecuentado.

El del “Príncipe” se halla en un punto

céntrico de la población, en la huerta que

fue del exconvento de San Francisco, y el

de “Weyler”, también en el casco de la

población, tienen aproximadamente el

mismo tamaño (80 por 65 metros) y aunque

frondosos y en buenas condiciones

son de reducidísima capacidad.

Y finalmente existe otro en el barrio

del Cabo de tan escasa importancia que

no haré más que mencionarlo.

5. CLIMATOLOGÍA

La temperatura media en los meses de

junio, julio y agosto es respectivamente

de 24’04º, 26’61º y 26’44º del termómetro

del Cabo, lo que da una temperatura media

en este sitio de 25’50º. En los meses de

diciembre, enero y febrero la temperatura

media es de 19’80º, 18’05º y 17’52º centígrados

que dan por temperatura media

del invierno 18’46º. Las temperaturas extremas

que hasta la actualidad ha alcanzado

el termómetro son: máxima absoluta

30º; mínima absoluta 9º y esto solo en

rarísimas ocasiones.

Tenemos pues por temperaturas medias

del verano y del invierno 25’50º y

18’46º respectivamente, entre las cuales

no hay sino 7’04º de diferencia y una oscilación

extrema de 21º. De aquí que Santa

Cruz de Tenerife pertenece a los climas

marinos, climas constantes donde las

temperaturas medias de verano e invierno

difieren muy poco.

Presión.- La altura barométrica máxima

es de 744’5 milímetros, la mínima de

729’5 que dan una oscilación extrema de

15 milímetros siendo la presión media del

año de 736’36.

Generalmente existe humedad en la

atmósfera, dándonos el psicrómetro las

cifras siguientes en un promedio de los

cuatro últimos años: humedad relativa

media 69’45, tensión media 13’73. La mayor

evaporación de agua al aire es en el

mes de julio de donde alcanza la cifra media

de 164 mm.; la menor es en abril y diciembre

llegando tan solo a 93 y 57 mm.

respectivamente.

Los vientos del primer cuadrante es

decir del Norte al Este, conocidos con el

nombre de brisas, puede decirse que son

las que con más frecuencia reinan en Santa

Cruz. En efecto, desde el mes de marzo

en que por lo regular se establecen, siguen

soplando casi constantemente, con

cortas interrupciones del sur y del oeste,

hasta el mes de agosto o septiembre, en

que estos predominan con alternativas de

las primeras, y desde octubre en adelante

mientras dura el invierno soplan sin regla

fija los del norte, los del noroeste y los del

sudoeste.

Los vientos que comúnmente traen

consigo las lluvias son los del sur y noroeste

notándose la siguiente diferencia

entre ellos: con el viento sur que es caliente

y más bien húmedo que seco, las aguas

son abundantes y seguidas casi sin inte-

VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X 159

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

rrupción durante muchos días en los cuales

la atmósfera está opaca, sin apenas

descubrirse el sol. Con las del noroeste secas

y notablemente más frescas que las

del sur, las lluvias son chubascos más o

menos fuertes, de corta duración e interrumpidos

por intervalos despejados en

que aparece el sol con toda su brillantez,

para nublarse al poco rato y tener lugar

otro chubasco.

La atmósfera de Santa Cruz es pura y

diáfana, brillante hasta el más alto grado

con toda clase de vientos menos con los

del sur y sudoeste que se vuelve más o

menos calurosa. Diremos asimismo que

cuando sopla la brisa se observa una bruma

o nube blanca que en forma de faja se

presenta en el horizonte y se extiende

hasta la cima de los montes, en el país se

le llama barra.

Los meteoros que por lo común se observan

no son más que lluvias, tronadas,

granizo y huracanes. Las lluvias son

abundantes, es decir, descargan a la vez

gran cantidad de agua pero poco frecuentes

por lo regular, mediando a veces intervalos

de un mes o más de una temporada

de aguaceros a otra. En cuanto a la

cantidad de agua que en forma de lluvia

cae al año es por término medio de 298

milímetros.

Santa Cruz pertenece a las regiones de

tormentas en invierno, al revés de lo que

pasa en la parte norte de España y toda

Francia, donde aquellas tienen lugar en el

verano. Su número total no pasará de dos

o tres cada año; y en cuanto al granizo

que es de poca consideración se pasan

años sin verlo.

Los huracanes no son demasiado raros

llegando su intensidad, en ciertas pero

pocas ocasiones, a arrancar de cuajo

corpulentos árboles.

Y finalmente, existe un meteoro apenas

conocido cuya presencia constituye

un verdadero fenómeno en Canarias; es

la lluvia de arena como le llaman en el país.

El primer fenómeno de esta naturaleza

de que se tiene noticia, se notó el 16 de

agosto de 1746. Después pasa más de una

centuria sin observarse esta abrasadora

atmósfera de polvo hasta que vuelve a

formarse el 21 de febrero de 1883 que fue

tan abundante que quedó todo cubierto

de una capa de polvo color bermejo pálido,

dándole a las campiñas y poblaciones

el aspecto de falta de vida.

El 19 de febrero de 1898 reaparece este

meteoro, ocasionando el horroroso

naufragio del “Flachat”, vapor francés

que se estrelló en Punta Anaga, pereciendo

ahogadas 77 de las 101 personas que

traía a su bordo.

Por último, hemos sufrido el mismo

terrible azote el 19 de febrero de 1903 con

menos intensidad, pero también haciendo

sentir en tierra y sobre todo en la mar

su paso devastador; peligraron los pailebotes

“Estrella”, “Rosario” y “Santo Domingo”,

se fue a pique un pequeño barco

que se dirigía a San Sebastián de la Gomera,

salvándose difícilmente su tripulación

y encalló perdiéndose en las costas

de Maspalomas el vapor inglés “Springfield”.

El Observatorio de Tenerife hizo las siguientes

observaciones: “Desde las primeras

horas de la noche del 19 de febrero,

se notó aparente y poco densa neblina sin

que la fuerza del viento (Este bonancible)

sin fenómeno alguno, fuera indicio de

que los supuestos vapores condensados,

pudieran ser tierra africana (del continente)

por el aire esperada. Avanzando la noche

arreciaba el viento, llegando a “duro”

y como a las 5 de la mañana, cayeron

grandes gotas durante muy poco tiempo,

cediendo el viento poco a poco hasta “bonancible”

durante el día y fijo del Este. La

aparente neblina más y más densa, infundía

tristeza, apenaba el ánimo y causaba

malestar su secante contacto; el sol con-

160 VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X

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Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

fundíase por su diámetro aparente, blanco

y triste luz sin matices, con el disco lunar

(menos brillante aún) y recordaba un

arco voltaico a través de un vidrio deslustrado;

como dato curioso se anotó que la

llama de las cerillas aparecía con tinte

marcadamente violáceo, sin irisaciones y

que las aguas potables durante estos días

perdieron su carácter insípido, resultando

salobres. El finísimo polvo que al aire

quitaba su transparencia, todo lo invadía

y se depositaba en todo, coloreando de

herrumbre el agua de modo tal que por,

si acaso, hubiera llovido en poca cantidad,

es seguro que las pretendidas lluvias

de sangre de otras épocas la hubiéramos

observado en esta. Envueltos en polvo tupido

estuvimos hasta que el 19 apareció

limpio y puro el aire, merced a que desde

el día anterior había soplado viento Norte

y Noroeste quitando tan molesta y rara

envoltura”.

El polvo que forma este meteoro viene

del Sahara: 1º) por su composición puramente

mineral puesto que el que pudiera

venir del valle del Bajo Orinoco contiene

mucha sustancia orgánica; 2º) por la poca

distancia de estas islas al Sahara, 108 kilómetros

y 3º) por la dirección del viento

que la trae.

6. CARACTERES FÍSICOS Y MORALES

DE LOS HABITANTES DE SANTA

CRUZ

El número de habitantes de Santa

Cruz de Tenerife, según los datos recogidos

en la Oficina de Estadística de la Provincia,

es de 44.524, cifra a mi parecer un

poco exagerada7.

Su raza es la blanca de color más o menos

moreno; su talla es más aventajada

que la de los españoles de las provincias

del mediodía; su constitución física es por

lo regular fuerte y vigorosa y su temperamento

linfático-nervioso.

Sea por efecto del clima, sea por la clase

de alimentación o por otras circunstancias,

lo cierto es que se observa en los actos

físicos de estos naturales, una lentitud

que trasciende hasta en el lenguaje articulado,

asimilándose, en esta parte, a los

americanos meridionales; esta articulación

pausada y musical, que se extiende a

todos los naturales de las islas Canarias,

es una de las cosas que más pronto echan

de ver, los españoles europeos en los primeros

días de llegada al país, pero con la

cual se familiarizan después hasta el punto

que ellos sin notarlo hablan como los isleños.

Son generalmente, los habitantes de

esta capital, de imaginación viva y entendimiento

despejado pero en esta parte,

hay que decirlo con dolor, son diamantes

sin pulir. Son dóciles, atentos, corteses

hasta las últimas clases de la población,

agasajan y obsequian a todo forastero y

su compasión y caridad son proverbiales.

Las mujeres de talle esbelto y elevada

estatura, en correspondencia con la de los

hombres, sin tener una hermosura deslumbrante,

son por lo común agraciadas,

cualquiera que sea la clase de la sociedad

a que correspondan. Por lo general gustan

poco de salir de casa cuando no hay

motivo ostensible para ello, pero la más

ligera ocasión, la más pequeña causa basta

para que se las vea en todas partes, en

la iglesia, en el paseo, en el teatro, etc.

7. OCUPACIONES PRINCIPALES, ALIMENTACIÓN

Santa Cruz es población esencialmente

mercantil; residencia de las autoridades

superiores, militar y civil y pueblo de

poca industria; por consiguiente las clases

que la componen son comerciantes,

mercaderes, gente de mar, militares, empleados,

propietarios8, artesanos y jornaleros.

Fácil será, pues, inferir cuales po-

VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X 161

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

drán ser las ocupaciones de los habitantes

de esta población.

Para hacernos cargo de los alimentos

que usan, distinguiremos cuatro clases de

individuos. En la primera, la más alta, a la

cual pertenecen las autoridades superiores,

los cónsules, los propietarios, los comerciantes,

etc., no se nota diferencia alguna

de lo que sucede en las capitales de

España; los alimentos son los mismos y

preparados de la misma manera. En la 2ª

que comprende los artesanos, tales como

maestros de carpinteros, de zapateros,

etc., hay algunos que, cuando sus facultades

se lo permiten, se dan el mismo trato

que los de la clase alta; los demás se alimentan

de pescado fresco o salado, patatas,

cereales tostados y reducidos a harina

( a lo cual llaman gofio en el país), queso,

leche y fruta. Los de la 3ª clase, constituida

por oficiales de carpinteros, herreros,

etc., peones de albañil, marineros, pescadores9,

etc., se alimentan de potajes, patatas,

pescado de inferior calidad asado,

pescado salado muy cocido y pan ordinario

o gofio. En fin, la última clase, que es

la de los pobres de solemnidad, a la cual

pertenecen los aguadores, los traperos,

etc., no encienden nunca fuego en sus viviendas;

los individuos de esta clase comen

en los figones asadura asada, pescado

seco del más ordinario y pan casero o

gofio.

8. VESTIDOS Y VIVIENDAS

La clase alta de la sociedad de Tenerife

usa los mismos vestidos y sigue las

mismas modas que las de las primeras

poblaciones de España peninsular. En la

clase media se observan usos semejantes

a los del litoral de Andalucía, con la sola

diferencia que aquí no se lleva el sombrero

calañés y que las mujeres cubren su cabeza

con un pañuelo de seda doblado en

toquilla cuyas puntas anudan debajo de

la barba. En la clase inferior se observan

más diferencias: los hombres generalmente

usan pantalón de lienzo con ceñidor,

zapatos de cuero sin medias, y sombrero

ordinario de fieltro o de paja; hay

quien no lleva ni medias ni zapatos, pero

todos usan como abrigo, en lugar de capa

o capote, una manta blanca sujeta al cuello

por medio de una jareta. Las mujeres

llevan enaguas de percal, mantilla de bayeta

o muselina blanca, sombrero de la

misma forma y materia que el del hombre

y zapatos sin medias; lo mismo que los

hombres, algunas no usan zapatos ni medias.

Las casas están fabricadas de mampostería,

con pisos de madera; las hay de

planta baja solo o de un piso; suelen tener

aljibe para recibir el agua del abasto público

(de cuyas condiciones ya hablé más

arriba) y un filtro de una piedra a propósito

que hay en el país.

Los retretes de ellas varían: en unos

son depósitos fijos que hay que variar

cuando están llenos, en otras tienen comunicación

con la cloaca y por su intermedio

con el mar y, por último, hay casas

reducidas y habitadas por gente pobre

que no lo tienen; así es que todas las materias

excrementicias son arrojadas a la

vía pública y recogidas por los encargados

de la limpieza pública.

También existen numerosas cuevas

donde viven, hacinadas y sin ventilación

alguna, varias personas. Por suerte muchas

de estas están clausuradas por orden

del municipio.

Y por último, no quiero terminar este

capítulo sin hablar de las ciudadelas,

nombre con que se conocen en esta población

a las casas de vecindad, en donde viven

reunidas y sin condiciones higiénicas

numerosas familias, llegando en algunas

al número de 300 habitantes10.

Las calles de la población son rectas y

las principales bastante anchas con rela-

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Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

ción a la altura de las casas que no suelen

pasar de 11 metros; las plazas son por lo

general hermosas, siendo la mayor la de

‹La Constitución› que tiene 109 metros de

largo por 22 de ancho. Esta plaza que es

casi el único paseo del vecindario, tiene

un inconveniente: su piso es de cemento,

con cierto declive y muy resbaladizo y,

por tanto, expuesto a caídas y los traumatismos

consiguientes; además y por la poca

policía que en él se ejerce está sembrada

de esputos, quizás muchos de tuberculosos

dado el número de enfermos de esta

clase que acuden a esta población en

busca de alivio para sus dolencias, esputos

que se desecan y luego por el roce de

las faldas pasan a la atmósfera, de donde

son aspirados por las personas que creyendo

que van a expansionarse, se exponen

a adquirir esa terrible enfermedad.

9. ARTES Y OFICIOS QUE ESTÁN

MÁS EN BOGA EN SANTA CRUZ. INDUSTRIAS

QUE SE EJERCEN

No se conocen generalmente en Santa

Cruz de Tenerife otros oficios, ni otras artes,

que aquellos de que no puede prescindir

una mediana población; los de sastre,

barbero, albañil, carpintero, etc., cuyo

aprendizaje se hace por lo regular de un

modo rudimentario, sin previos estudios,

sin emplear ninguno de los medios modernos

que, economizando tiempo, simplifican

el trabajo y pulimentan la obra; de aquí

resulta poca perfección de esta, la carestía

de los jornales y por consiguiente la imposibilidad

de sostener la competencia

con los objetos venidos de fuera.

En cuanto a industrias, la predominante

es la mercantil, a la que sigue la

agrícola, la de pesca y un corto número

de fábricas. Estas últimas son de abonos

químicos, cal, yeso, jabón, fósforos, guantes,

pastas, licores, chocolates, etc.

10. VÍAS DE COMUNICACIÓN Y MEDIOS

DE TRANSPORTE

Prescindiendo de la comunicación que

por mar tiene esta capital, existen: una carretera

de 2º orden hasta la Orotava, pasando

por La Laguna, Tacoronte, Sauzal,

Matanza y Santa Ursula; otra de tercer orden

hacia el Sur y que llega hasta Güimar

y finalmente la que arrancando de Santa

Cruz debe terminar en Taganana y que

está ya construida hasta el valle de San

Andrés o sea una longitud de nueve kilómetros.

Existen además numerosos caminos

vecinales que facilitan la comunicación

entre la capital y los pueblos que la

rodean11.

Los únicos medios de transporte que

existen son: un tranvía eléctrico12 hasta

Tacoronte pasando por La Laguna, que

no sólo transporta las personas, sino también

mercancías; coches de alquiler y carros

tirados por mulas.

11. POLICÍA URBANA13

En cuatro palabras se puede decir todo

lo relacionado con la policía urbana en

Santa Cruz de Tenerife; está abandonada

por completo. Sin embargo, dada la importancia

del asunto lo trataré con alguna

más extensión.

Empezaré diciendo que esta ciudad

no tiene más que dos columnas mingitorias

en el muelle y que los transeúntes

aprovechan todos los lugares un poco

apartados para sustituirlas, hasta el punto

que a las primeras horas de la noche se

perciben en las calles más céntricas, olores

amoniacales que parten de las bocacalles

inmediatas.

El barrido de las calles se hace en pleno

día y generalmente sin regar previamente

el suelo y se permite a los vecinos

arrojar a la vía pública toda clase de despojos.

VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X 163

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

Las alcantarillas, en las calles en que

existen, son por lo general buenas, pero

adolecen de un defecto capital y es la falta

de agua.

El aseo de los mercados está muy descuidado,

la inspección de los alimentos

no se verifica, los establecimientos públicos

no reúnen las condiciones exigidas

por la ley, etc., pues no quiero continuar

porque llenaría muchas cuartillas; tan sólo

diré que la policía urbana de esta ciudad

es el fiel reflejo del carácter de los naturales

en cuestión de policía individual,

porque como dijo muy bien un eminente

higienista de la actualidad, traído aquí

por circunstancias anormales ‹tienen tanto

miedo al agua que hasta se afeitan con

saliva›. Y como prueba del horror que tienen

a la limpieza basta citar la costumbre

que tienen de destinar un cuarto de la casa

a depósito de basura, en donde van

acumulando la que recogen cada día, hasta

que no cabe más o cambian de domicilio

que entonces llaman a los empleados

del municipio para que se las lleven. He

visto casa que tenía en estos depósitos tal

cantidad de basura que se necesitaron

cuatro carros del municipio para poderla

vaciar. Con esto creo que está dicho todo.

12. ENFERMEDADES ENDÉMICAS,

ESPORÁDICAS Y EPIDÉMICAS

Pasa generalmente Santa Cruz por gozar

de un clima saludable. Si la salubridad

consiste en no padecer enfermedades

endémicas, la expresión no puede ser

más exacta pues en esta localidad no se

conoce ni se ha conocido ninguna suerte

de epidemia. Pero aparte de esto en esta

capital se vive poco y se padece gran número

de enfermedades de naturaleza no

bien definida y de éxito dudoso y en ocasiones

fatal.

Respecto a las enfermedades esporádicas

las principales son: la tuberculosis,

que alcanza una cifra enorme, pero que a

mi juicio es debido al número grande de

tuberculosos que vienen a esta ciudad

buscando, en lo benigno de su clima, el

alivio de sus dolencias; la bronquitis, la

pneumonía, el reumatismo y las oftalmias.

Por lo que se refiere a las enfermedades

epidémicas, dado ser puerto de mar

frecuentadísimo por barcos de todas procedencias,

muchas de ellas sucias, está

muy expuesto a sufrirlas. La historia consigna

las siguientes:

• En 1601 se padeció una epidemia que

se cree que fue de peste bubónica.

• En 1701 una de fiebre amarilla.

• En 1810 una de fiebre amarilla.

• En 1828 una de viruela.

• En 1846 una de fiebre amarilla.

• En 1862 una de fiebre amarilla.

• En 1897 una de cólera14.

• En 1906 una de naturaleza no bien definida

oficialmente aunque casi todos

los médicos opinaban que era peste

bubónica y a pesar de lo cual no llegó a

declararse, por las autoridades, la epidemia,

logrando, a los tres meses, dominarla

tras grandes medidas higiénicas.

13. GEOGRAFÍA MÉDICA DE SANTA

CRUZ DE TENERIFE

En este capítulo trataré de interpretar,

bajo el punto de vista médico, todos los

datos que he podido recoger.

Terreno. Por varias propiedades puede

el terreno de una localidad influir sobre la

salud que disfrutan los habitantes de ella;

por su estructura, por el estado de su superficie

y por la configuración de esta.

El terreno volcánico, compacto y no

pulverulento tiene la ventaja de no esparcir

partículas de ninguna especie al aire

atmosférico, evitando así la diferencia notable

de temperatura que presentan las

capas más próximas al terreno con la del

164 VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

aire más alto. Además este terreno tiene

los inconvenientes de su poca absorción

de los rayos solares y absoluta impermeabilidad

para las aguas, sin embargo estos

inconvenientes están modificados en

Santa Cruz de Tenerife por el calor de la

primera y por el declive de la segunda.

El calor del suelo, como es sabido, modifica

la irradiación y la reflexión de los

rayos caloríferos y luminosos; el color

pardo oscuro de este terreno lo hace más

absorbente y en parte evita los efectos

sensibles que producirían los rayos luminosos

y térmicos si reaccionaran sobre la

superficie del terreno con un color más

claro.

La inclinación del suelo hacia el mar

impide que el terreno impermeable detenga

las aguas, se contamine el suelo y se

desarrollen todas las enfermedades en un

terreno verdaderamente podrido.

Las montañas, dice el sabio Liroy,

obran sobre el clima de las llanuras próximas

por su elevación, por la inclinación

de sus planos expuestos desigualmente a

la irradiación solar, por la sombra con

que se cubren las unas a las otras en las

diversas horas del día y estaciones del

año, por las diferencias que acusan en la

radiación nocturna, por la defensa que

proporcionan contra los vientos reinantes

y por otras circunstancias menos importantes.

Santa Cruz rodeada de montañas

por todas partes menos por la del mar está

protegida de todos los vientos de tierra,

cargados siempre de gérmenes o de

polvos, calientes en exceso o demasiado

fríos, según las regiones por las que han

pasado y abierta tan sólo a los vientos de

mar, cargados de partículas salinas, puros

de todo germen vivo y de una temperatura

constante.

Aire. El aire atmosférico de esta localidad

es de los más puros que se conocen,

y no podía dejar de ser así, no habiendo

aquí foco alguno que esparza partículas

orgánicas ni inorgánicas y menos gérmenes

infecciosos, que alteren la limpidez

de su dulce atmósfera. A su pureza contribuyen

también la naturaleza de su suelo

volcánico, el no haber aquí ningún

pantano ni estancamiento de aguas y el

estar toda su superficie abierta a las débiles

brisas que en ella constantemente reinan,

poniendo la atmósfera en blando

movimiento. Este aire contiene en cantidad

insignificante y variable partículas

de cloruro sódico.

Temperatura. Sabida es la importancia

que en un clima tiene la temperatura de la

atmósfera, pues todos los demás elementos

climatéricos están subordinados a ella.

En Santa Cruz de Tenerife la oscilación

extrema del año no pasa de 21º. Entre

el mes más frío del año y el más cálido

sólo hallamos la pequeña diferencia de

9’09º; de la media de un mes a la del otro,

se mueve la columna termométrica cuando

más 2’5º; entre un día y otro día 0’67º;

no separándose sino 5º la máxima y la mínima

del día.

Las causas a que se puede atribuir este

privilegio de temperatura son: 1ª falta

de irradiación, bien demostrada por los

escasos 5º que recorre el termómetro en el

día; 2ª la temperatura relativamente elevada

de los mares que rodean a Tenerife,

la cual es de 23’2º y depende seguramente

del Gulf Stream, gran río caliente de 24º

a 32º, que recorre con una velocidad de 5

a 6 kilómetros por hora el océano Atlántico,

partiendo del golfo de Méjico y llegando

hasta las regiones septentrionales;

y 3ª una admirable combinación de vientos

reinantes y el movimiento de las nubes,

con las horas del día.

Luz. La cantidad de luz que baña una

región ejerce una acción muy importante

sobre todos los individuos pero más principalmente

sobre los enfermos, aumentando

su nutrición y su resistencia para

los microbios.

VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X 165

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

Esta población, que si bien está rodeada

de montañas, éstas son de escasa altura

y algo distantes por el Sur y el Oeste,

recibe de lleno la luz solar desde que el

sol nace por el horizonte marino hasta

que se pone por la cumbre del Castillo de

la Cuesta. Además, durante el año hay

muy pocos días nublados y de estos son

lluvia 41.

Aguas. Dejando a un lado los beneficiosos

efectos que produce en Santa Cruz

su proximidad al mar y de las cuales ya

traté en el transcurso de este trabajo; volveré

a insistir sobre las condiciones pésimas

de las aguas potables y sobre su escasez.

Mentira parece que una población de

la importancia que tiene la de que me estoy

ocupando, no haya tenido aún una

autoridad que resolviera una cuestión tan

gravísima y que exige inmediato remedio.

14. CONCLUSIONES

1ª. Santa Cruz de Tenerife pertenece a

los climas marinos húmedos de temperaturas

elevadas (media de invierno de 17º).

2ª. La característica de su clima es ser

templado, uniforme y constantemente

igual.

3ª. Por sus condiciones climatéricas y

topográficas, es una de las mejores poblaciones

para establecer un sanatorio climatoterápico.

4ª. Antes de establecer dicho sanatorio

hay que dotar a la ciudad de agua en mayor

cantidad y en mejores condiciones y

establecer la red de alcantarillado.

5ª. Está indicado el tratamiento climatoterápico

en esta localidad en la escrofulatuberculosis

osteoarticular de los niños,

en la tuberculosis en el segundo y tercer

grado no febril; en las nefritis crónicas, en

las anemias y en los amigculamientos.

6ª. Está contraindicado dicho tratamiento

en la tuberculosis febril, arterioesclerosis,

cardiopatías, neuropatías, dermatosis

con prurito y artritismo”.

NOTAS

1 Se conserva en la Real Academia de Medicina

de Madrid, signatura 2-3ª Pasillo 38-5,

constando de 50 cuartillas a mano. Al no haber

sido premiada, permaneció inédita y se

desconoce el autor de la misma.

2 En numerosos fragmentos de textos y datos

estadísticos, especialmente en la descripción

general de las islas, parece copiar casi literalmente,

sin mencionarla, la obra de Juan

de la Puerta Canseco (1897), manual de las

escuelas insulares desde 1863 en que se publicó

la primera edición, siendo posteriormente

ampliada. En otros casos, el anónimo

médico ofrece cifras distintas.

3 A principios del siglo XX, Canarias exportaba

entre 50.000 y 70.000 toneladas de plátanos,

con destino exclusivo al mercado británico

(MARTÍN et al., 1991: 19). A finales del

XIX y comienzos del XX, el cultivo de plátano

se expande a costa de caña de azúcar, cochinilla,

papas, tabaco y viñas, especialmente

en zonas próximas al litoral, llanas y con

agua disponible para regadío como el valle

de la Orotava, Valle Guerra y Los Silos en el

norte de Tenerife (PÉREZ, 2000: 26).

4 En la segunda mitad del XIX se produjo una

expansión urbana por la reactivación económica

y por la presencia de numerosos consignatarios,

navieros y comerciantes extranjeros

(MURCIA, 1975: 43) y, a comienzos del

XX, “orientado por el incremento de las relaciones

con el resto de la isla, que había sido

impulsado por la apertura de la carretera

del norte y la puesta en servicio del tranvía

a La Laguna —1901—, el caserío de la

capital comenzó a estirarse hacia el oeste”

(MURCIA, 1975: 48).

5 Además de cabeza de puente para la navegación

con América, Santa Cruz “tuvo también

un papel importante en la lucha contra

la piratería. Para defender su entrada, la

franja costera fue provista a lo largo de los

166 VEGUETA 8 (2004), ISSN: 1133-598X

Francisco Feo Parrondo

Geografía Médica de Santa Cruz de Tenerife (1909)

siglos con un sistema complejo de murallas

y trincheras, castillos, baterías costeras y

plataformas, que los piratas y los marinos

ingleses tenían por imposibles de vencer”

(AA.VV., 1994: 262). En 1724, Tenerife contaba

con 19 de los 40 castillos existentes en

Canarias (CAPEL, 2001: 32).

6 En 1906, el Ayuntamiento había aprobado la

creación de seis fuentes públicas nuevas y la

mejora de las seis existentes con el fin de garantizar

un abastecimiento adecuado a los

aproximadamente diez mil habitantes que

se surtían en fuentes públicas ya que “sólo

se aseguraba a cada persona 30 litros diarios,

en lugar de los 100 que se recomendaba;

sin embargo, deducidos los caudales

destinados a jardines, obras, aguada de buques,

etc., resultaba que en verano las disponibilidades

se reducían a 15 litros por habitante

y día, cifra que explica por sí sola el incremento

de algunas enfermedades que hacen

de año en año alarmantes progresos”

(SANTOS y SOLORZANO, 1982: 83-84). La

situación mejoraría con el sistema de distribución

de agua por tuberías desde 1911

(SANTOS y SOLORZANO, 1982: 89 y ss)

hasta que casi un siglo después el problema

se acentúa con el alto consumo de los turistas:

430 litros por habitación en Tenerife

(PÉREZ, 2003: 28).

7 Juan de la Puerta citaba 19.722 almas señalando

que en el padrón que se estaba elaborando

“figurará seguramente un número

bastante mayor de habitantes que los que

contiene el actual, pues la ciudad ha tomado

en estos últimos años un incremento extraordinario”

(PUERTA, 1897: 39). El municipio

pasó de 38.419 habitantes en 1900 a

63.004 en 1910.

8 En 1933, ningún propietario de fincas rústicas

de Santa Cruz de Tenerife aparece inscrito

en el Registro de la Propiedad Expropiable

(RPE), incluyéndose más de 2313 ha

en toda la isla, muy por debajo de las 46.016

de Fuerteventura (FEO, 1998: 160). De los 99

propietarios inscritos en el RPE en toda Canarias,

tres superaban las 2.500 ha, cinco tenían

entre 1000 y 2500 y otros dos entre 500

y 1000 ha (FEO, 1998: 163). Los mayores

propietarios de las islas eran los herederos

de Enrique Queralt, conde de Santa Coloma,

fallecido el 13 de enero de 1933, con

35.843’47 hectáreas repartidas entre once

municipios, cifra que le convertía en el cuarto

mayor propietario rústico de España

(FEO, 1998: 163).

9 La pesca estaba en claro retroceso: “En 1880

había en Santa Cruz de Tenerife 68 barquillos

dedicados a la pesca, con 300 hombres

para servirlos. En 1908 sólo quedaban 40

embarcaciones” (CIORANESCU, 1993: 310).

10 A mediados del XIX, Madoz era más optimista

al describir las casas, “muchas de ellas

hermosas, de construcción moderna y de

uno y de dos altos; pero la mayor parte son

terreras o de un solo piso bajo, aunque por

lo blancas y pintadas hacen una vista agradable,

y demuestran el aseo y limpieza de

sus moradores” (MADOZ, 1986: 198).

11 Tenerife era la isla con una mayor red planificada

de carreteras y la más diversificada al

incluir enlaces entre núcleos no capitalinos:

Tacoronte-Taganana y La Laguna-Valle

Guerra (por Tegueste) (HERNÁNDEZ,

1993: 374).

12 Fue ideado por Julio Cervera y Baviera, realizador

también del proyecto y obras de

alumbrado de Santa Cruz y de un proyecto

de ferrocarril de la capital a La Orotava que

no llegó a realizarse por el elevado presupuesto:

2.300.000 pesetas para una vía férrea

de 49 km (GARCIA, 2001: 126).

13 En la mayoría de las geografías médicas se

presta “una persistente atención sobre aquellos

lugares concretos que son considerados

como focos de peste: pantanos, mataderos,

ciudades, estercoleros, etc., que deben ser

objeto de vigilancia y ordenación. Se desarrolla

así, desde el campo higienista, una

reflexión propia sobre el espacio urbano”

(URTEAGA, 1980, 12).

14 Juan de la Puerta ubica la epidemia de cólera

en 1893 y señala que, por el comportamiento

caritativo de sus vecinos, la villa pasó

a ser considerada como “Muy Benéfica”

(PUERTA, 1897, 40).

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