VEGUETA, Número 4, 1999 (9-25)

Primeros resultados

para la reconstrucción

denduoclimática

de Canarias

Aplicación al estudio de la

relación entre cambio

medioambiental y sistemas

culturales: El ejemplo de

La Palma (siglos X al XV d. C.

"Licenciado en Geografía e Historia.

1 O Carlos L. Santana Jubélls

Resumen: La aplicación de la Dendrocronología

a poblaciones canarias de

Pinus ranarlensis Smith, taxón que hasta

el momento no había sido objetivo de esta

ciencia, y la obtención de los primeros

resultados positivos en la comparación

cruzada de series de crecimiento, abren

las puertas a una reconstrucción de las

variables rlimáticas precipitarih y trmperatura

del pasado en el Archipiélago.

Entre las muchas aplicaciones que es posible

derivar de dicha reconstrucción,

centra el interés de la Prehistoria el conocimiento,

desde una perspectiva diacrónica,

de una parte fundamental del

entorno ecoiogico en ei que se ciesarrollan

de las poblaciones pehispánicas de

Canarias, como vía válida para enriqueccr

la intcrprctaci611 dc cicrtas transformaciones

culturales. Los cambios que se

operan en la isla de La Palma en el tránsito

entre las fases cerámica 111 y IV, pueden

ser interpretados como claro exponente

de la intima relación que existe entre

el desarrollo de los sistemas

culturales y las alteraciones de su marco

medioambiental.

Palabras clave: Drndrocronologíu.

Dendroclimatologlá. Anillos de crecimiento.

Sistemas culturales.

Abstract: The application of Dendrochronology

to populations of IJinus

cunnriensis Smith from the Canary Islands

-species never studied by tliis

science before- and the first positive results

in cross-dating of tree-ring series,

are achievements that lead to the future

reconstruction of the yast climatic variables

precipitations and temperatures in

the Canaries. Among the many applicatinm

deri~red from fhis climatic recnnstruction,

the knowledge from a diachro-

~i i cpe rspective oi a lundamental piece of

the ecological environment in wich the

Canarian prehispanic peoples developed

will provide Prehistory with a powerful

tool to enrich the interpretation of certain

cultural phenomena. The changes

that took place in La Palma in the transition

between the ceramic phases 111

~ I I UIV , c a l Le i ~ ~ i e ~ p ~ aesi ead c :ea~

example of the close relationship existing

between development of cultural

systems and modifications in its environmental

frame.

Key-words: Llendrochronology. Uendroclirnutology.

Tree-rings. Cultural systeins.

Introducción

Desde 1995 y bajo la coordinación los

Dres. Ernesto Martin Rodriguez y M" del

Mar Génova Fuster, se viene aplicando el

método dendrocronológico y dendroclimáctico

a Pims cnnariensis Smith. En el

marco de esta nueva línea de investigación,

se inserta una Tesis Doctoral en curso cuyo

objetivo es la reconstrucción de los

grandes parámctros climáticos imperantes

en el Archipiélago Canario en etapas prestadísticas,

con una amplitud temporal que

partiendo del presente se prolongue al menos

hasta el siglo X de la era, a traves de la

extracción de la información de índole climática

registrada en los anillos de crecimienfn

de determinadas pnh!acinnes de esta

especie. Se quiere contribuir por esta vía

a la formulación del marco medioambiental

en el que se desarrollaron las poblaciones

pasadas de Canarias, tanto históricas

como prehispánicas', y poner a disposición

de los investigadores una fuente de

conocimiento primaria para la interpretación

de determinados fenómenos culturaies.

Tras una breve síntesis de los rudimentos

teóricos y metodológicos de esta disciplina,

se presentarán los primeros resultados

en la sincronización de series de crecimiento

individuales de pino canario, que

avalan el éxito potencial de dicha recunstrucción

de variables climáticas. Finalmente,

se expondrá lo que consideramos un

claro exponente de respuestas culturales

adaptativas a un medioambiente cambiante

en la Prehistoria de Canarias: las transformaciones

que parecen operarse en la Isla

de La Palma en el tránsito entre las fases

cerámicas 111 y TV. como ejemplo ilustrativo

de lo que el establecimiento de la variabilidad

climática del Archipiélago puede

Primeros resultados para la reconstrucción dendroclimática de Canarias 11

aportar al conocimiento de sus realidades

pasadas.

Principios y métodos.

La Dcndrocronología (dendron = árbol,

cronos = tiempo, logos = e1 estudio de) puede

definirse como la ciencia que, a través

del análisis de series individuales de anillos

de crecimiento de ciertas especies vegetales

leiíosas, obtiene como resultado

una cronología o serie media rcprescntativa

de la historia vital de una población forestal

en la que el dendrocronólogo ha adjudicado

a cada uno de los anillos que la integran

ei año de su formación cie manera

inequívoca.

La actividad fisiológica del curnb~urn

z~ascular -tejido responsable del crecimiento

secundario o crecimiento en grosor de

los vegetales- se caracteriza en determinadas

especies por ser temporalmente discontinua

y estructurarse en un período de

f i ~ b r d1 : Sección transversal de una anillo d e creciiiiienlo

de Pirius cairnrirrisis. Se parecia claramente

la diferencia entre las estruturas celu-

1x8s del xilema temprano (banda de células

superior, más clara) y del xilema tardío. (Foto:

CEBALLOS, L. y ORTUNO, F. (1951) : 17epfncibii

yf[ornfiresfd Ins Cnnnrios Orcirfivituies.

Dir. Grai. ae Montes, Zazd y Fcscd Fiuvial

del Ministerio de Agriculturd.

latencia o dormancia, al que sigue otro de

actividad en el que se crean nuevas células

que se incorporan al fuste de la planta. Este

período presenta a su vez dos momentos

bien diferenciados: uno de plena actividad

que da lugar al xilema temprano (células

anchas, de paredes poco lignificadas

y tonalidad clara) y otro de progresiva ralentización

hasta la detención que da origen

al xilema tardío (células estrechas, más

liginificadas y de tonalidad más oscura).

Ambas bandas de c4liilas xilemáticas conforman

un anillo de crecimiento (Figura 1).

El momento del año en el que el cum-

Y k n ! ontr, en activid-id, e! !aprn de tiemp

durante el que está activo y el momento de

su detención estacional, son fenómenos fisiológicos

producto de una harto compleja

combinación de variables endógenas y exógenas

que, en su conjunto, determinan ciertas

características estructurales (anchura y

densidades de los Icños temprano y tardío)

únicas del anillo formado en un determinado

ciciv dc u e ~ i ~ n i ~ niii-ü,a,: 1:ailiaUo i i

priori "año".

Dentro de las variables dc influencia

exógenas, en determinados entor~ios dimáticos

en los que la variabilidad interestacional

en los valores de precipitación y

temperatura es cíclica y lo suficientemente

intensa, los períodos de actividad e inactividad

dcl canzbium pueden llegar en gran

medida a depender de dicha variabilidad.

Consccuentemcnte, no sólo las características

estructurales de cada anillo estarán en

estrecha relación con los valores dc prccipitación

y temperatura alcanzados a lo largo

del ario, sino que los integrantes de

aquella población forestal sometida a tales

condicioncs de vida presentarán crecimientos

en grosor sincrónicos, con lo que

la variabilidad intcranuril en las características

estructurales de los anillos de cada individuo

será en gran medida similar.

Este último extremo es, en sí mismo, la

base fundamental de la Dendrocronología,

piirsto que la consecución de esa serie media

pcrfcctamente datada requiere previa20

Vistos los resultados finales de la sincronización

con T y W, los valores del segmento

1950-1999 son susceptibles de variar

muy significativamente con una interdatación

completa a 1995, de manera que han

de tomarse con las pertinentes reservas. ?'ales

precauciones en la apreciación desaparecen

en todos los segmentos anteriores a

1950, en los que el análisis gráfico no encontró

importantes problemas de crecimiento,

tal y como era de esperar tras la interpretación

de los índices de correlación

por segmentos. A pesar de ello, el establecimiento

de la dendrocronología local de

La Tabona no será posible hasta que se obtenga

en otras localidades del Archipiélago

iin conjiinto de series qiie mii~strrn iin

buen comportamiento en los patrones de

crecimiento secundario y puedan ser interdatadas

con total seguridad en el ano de

extraccih. A partir de ellas será posible la

comparación, filtrado y subsccuentc corrección

de las anomalías presentes en La

Tabona desde 1950 cn adelante.

En el estado en el que se encuentra la

irivestigación al día dc hoy, es posiblc

aventurar que los problemas de sincronización

detectados en los tramos finales de

las scrics de 1,a Tabona pueden ser filtrados

con éxito mediante series de crccimiento

procedentes del norte de La Palma,

-..- ,A-,-, .,,,,,,c,, ..,, l,,,:t..A yuc " L L L " L U L 7 ~ I ~ i ; > C I L L U IUI l lU '\"'h"uLa U,..".' , I

considerable, lo que con toda probabilidad

lleve en corto plazo a la construcción de

1-..:- A- A-L-l-" -..- ..-"..- Ul i a L L u i i v i v ~ i au r 'Llvvica ",""a yuc L i v r L L -

montará a los arios iniciales del siglo XVI.

Tal amplitud cronológica hace albergar

fundadds esperanzas de obtener, medidnte

el solapamiento con maderas muertas, una

cronología que sobrepase con creces el

urnbrcii de ici cunquibid

A modo de síntesis final se puede afirmar

que el hecho más relevante obtenido a

partir de estos análisis es la locali7aci6n de

una población de pino canario que permite

la comparación cruzada, lo que implica,

como se indicó al principio, la casi segura

existencia de una información climática en

Carlos L. Santana ]ubéllc

las anchuras de sus anillos de crecimiento.

Por lo tanto, se confirma que con esta especie

es posible el establecimiento de dendrocronologías

y, muy probablemente, reconstrucciones

dendroclimáticas.

Por otra parte, la datación adjudicada a

las 15 series en las que se ha basado el estudio

es correcta hasta 1949 según todos

los indicadores estadísticos. Pero el punto

más relevante a este respecto es la cronología

a partir de la cual se han datado las

seríes canarias ; en efecto, ha resultado gratamente

sorprendente encontrar señal común

entre los patrones de crecimiento de

P. caiiarieizsis y los de P. izigra del Sistema

Central peninsular, lo que no hace más que

apoyar la pxistpn~ia de informacirín climática

en la especie canaria.

La aplicación de la Dendroclimatología

al estudio del comportamiento humano.

El tránsito entre las fases cerámicas 111 y

IV de la prehistoria auarita.

Como sc ha apuntado, la Uendroclimatologia

es la ciencia que emplea como fuente

cl resultado final de la aplicación del método

dendrocronológico (la cronología) para

extracr la información climática

contenida en los anillos de crecimiento que

la conforman y reconstruir las variables

precipitacián y temperatura con carácter

-'.*e.,ol - * . . = l T,/G o"&3,-;nm31 n9v3 9",,"-

' . L b , ivuui, uiiuui J 1 L"L-LL-AL-- r--- -Y--

llos años de los que no se dispune de ningún

registro.

Rcsu!ta casi ~ h v i aY C I A ~ e!!~ f~z nd?-

mental interés que tiene el análisis de la variabilidad

medioambiental para estimar el

grado de relación que guardan con ella dcterminadas

conductas registradas en las sociedades

humanas (BANNISTER y ROBiNSGN,

;'-iOjj. Ee la aciüa:i&d

una de las líneas de trabajo de mayor pujanza

y expansión en Dendrocronología y

sus aplicaciones drrivadah e:, ld c a ~ t ~ d d d

en su adecuación como fuente primaria dc

conocimiento para las nuevas aproximaciones

teóricas al estudio del comportamiento

adaptativo humano ante cambios

~ - ~~ - ~~L - - ~ ~ ~ - - -

medioambientales a pequeña y gran escala

por parte de la Historia, la Antropología, la

Sociología y la Arqueología (DEAN, 1996;

RAAB y LARSON, 1997).

En el caso de la Prehistoria, este interés

es mayor si cabe, puesto que, como ciencia

con base en el análisis e interpretación de

culturas cuyo devenir está en la mayoría de

las ocasiones altamente influido por los caracteres

de su medioambiente, precisa conocer

en lo posible y desde una persyediva

diacrónica el entorno ecológico en el

que aquellas se insertan. Con ello, se completan

y enriquecen las lecturas quc es posible

hacer de múltiples fenómenos cultiirales.

n:-- "-L:A,. -..- -0 -1 A- lA"

viril E JUV~UU yuc CIL EL L L ~ U L C U uc I ~ J

distintas realidades culturales de la Prehistoria

en Canarias, destacan las especiales

caraclerísticas que para la investigación

tiene la isla de La Palma toda vez que es la

única para la que se dispone, por ahora, de

una visión didcrónica clara y bien ascrit~ida

de su poblamiento prehispánico, gracias

a las investigaciones que, encabezadas por

Ernesto Martin Rodriguez y Juan Francisco

Navarro Mederos, ahondan en la línea

de trabajo abierta por investigadores como

L. Diego Cuscoy (CUSCOY, 1970) o M. S.

Hernández Pérer (HERNÁNDEZ, 1977).

A principios de los afios 80, E. Martín

-K ociriguez y j. E Navarro iviecieros (iviHíi-

TÍN, 1984; NAVARRO, 1984; MARTIN y

NAVARRO, 1984 ; NAVARRO y MARTÍN,

IY83, iY8H; iUAVA¡¿RÜ, MARTÍN y RODR~

GUEZ, 1990) comienzan un complejo

programa de investigación centrado, por

una parte, en el estudio integral del asentamiento

aborigen de Cuevas de San Juan

(San Andrés y Sauces) y, por otro, la contección

del corpus de grabados rupestres

dc La Palma. Como resultado de las excavacinnes

realiíadas en las cuevas de habitación

del Barranco de San Juan, y en especial

en la Cueva de El Tendal, se matizó

la primera secuencia cerámica auariia propuesta

por M. S. Hernandez Pérez para dar

origen a las cuatro fases hoy en día esta-

Primeros resultados nara la reconstrucción dend+imática de Canarias 2 1

blecidas. Por otra parte, este proyecto permitió

la apertura de nuevas líneas de investigación

atestiguadas por las tesis doctorales

realizadas por F. J. Pais Pais, que incorpora

el análisis zooarqueológico al

estudio de las estrategas productivas palmeras,

y por A. Rodrígutz Rodríguez, que

sienta las bases tipológicas y funcionales

dc la industria lítica aurita

Además de estas investigaciones, el registro

arq~ieológico de la Cueva de El Tendal,

que abarca desde el primer poblamiento

de la isla hasta el final de la fase cerámica

111 (subfasc IIId) y la prescncia cn

cuevas cercanas de fase cerámica IV -lo m e

completa el registro en la unidad arqueolA",:^^

A-1 R^,,^-^- A,. C^, T...., -,:,:A

LugLc'i uci "'iLl'iiicv ui; ouii , u u i i - y r l i i i i r i u

plantear un conjunto de hipótesis de trabajo

relacionadas con la adaptación y la

adaptabilidad de la población auarita al

medio físico de La Palma y, por ende, a sus

potenciales alteraciones.

Lldnió 1d atención desde un pri~icipiue l

abandono por parte de las gentes que realizan

la cerámica de la subfase IIId de una

cueva con inmejorables condiciones de habitabilidad

como era la de El Tendal, de

grandes dimensiones y situada en vertiente

de solana. Por contra, la fase cerámica IV

está identificada en el Barranco de San

Juan en pequeíías cuevas de umbría de incomoda

habitabiiiciaa.

Un comportamiento muy similar parece

deducirse de los resultados de las prospecciories

y excavaciunes reaiizadas por E.

Martín en el Caboco de La Zarza (Garafía)

(MARTÍN, 1995 ; VELASCO y MARTÍN,

1996). Este yacimiento se sitúa en la vertiente

nurte de la Isla, a unvs 1.000 m. de

altitud en pleno cauce del barranco dcl

mismo nombre. La excavación se realizrí en

un pequeño abrigo pastoril situado en la

margen derecha del cauce, dando como resultado

únicamente material de la fase cerámica

1V. No obstante, las prospecciones

ieal i~adase n los interfluvios que rodean a1

yacimiento dieron como resultado la localizac~

ón en superficie de restos cer;liiiicvs

22 Carlos L. Santana 1ubélls

de la fase 111, lo que sin duda atestigua una

temprana presencia humana en el lugar,

poblaciones que sin embargo no aprovechan

los espacios de habitación del cauce

que sí ocupan las gentes de la fase 1V.

Por otra parte, existe en el mismo cauce

del barranco una pequeña cueva que

presenta incluso en verano una intensa humedad

provocada por continuas filtraciones

de agua, posiblemente más intensas y

ahiindantes antes de la conquista en virtud

de la segura existencia de una cubierta vegetal

más densa que la actual y, por ende,

de unos mayores niveles de humedad edáfica

a lo largo de todo el año. Por tal razonamiento,

en la primera campaña de cxcaiuri~

Ees ''..l;n 1994) ,e &ucstimó

\I"""

espacio para sondeo, pues era difícil concebir

una ocupación siquiera estaciona1 del

mismo. No obstante, en la segunda campaña

(diciembre de 1994) se documentó en

torno a la boca de la cueva y a una profundidad

de unos 50 cm. un estrato arqueol6gicamentr

fertil con cerámicas de la fase

N.

Estds discrepd~iciase n los criterios a la

hora de elegir la ubicación de las cuevas de

habitación entre las poblaciones de la fase

111 y las de la Case IV, perinilen ayuntai- que

a lo largo de esta última etapa del publamiento

prehispánico de la Isla, espacios inhdbiidbiI3

ü al ii-ir~~iü~s l ~ t ~ i i üpddidü ~lm -

bitar por su humedad permitieron su ocupacih.

En suma, se plantea claramente la

poshiiidad de id exisic~~cdiae u11 período

de desecación climática a partir de los momentos

finales de la fase cerámica 111, en

torno al siglo X de la era.

Otro datos en apoyo de la existencia de

cambios en las estrategias de ocupación del

territorio debidos a Lai circunslancia emanan

de los inventarios arqueológicos realizados

en Id Isla por J. Pais Pdib, en ebpecial

el relativo al lJarque Nacional de la Caldera

de Taburiente (PATS, 1988, 1993, 1995,

1996a, 1996b ; PAIS y ACOSTA, 1987). Se

pone de manifiesto la presencia de numerosos

paraderos pastoriles en las cumbres

más elevadas, la inmensa mayoría de los

cuales presentan exclusivamente materiales

cerámicos de la fase IV. Similar fenómeno

es detectable en la ocupación humana

prehispánica de la comarca del Valle de

Aridane. La hipótesis que aquí se propone

para explicar este fenómeno es la necesidad

de ampliación de las áreas de captación

de recursos pastoriles -especialmente

en altura- ante la escasez y rápido agostamiento

de los pastos de costa que implicaría

una pluviometría más rigurosa que la

de etapas anteriores.

Pero no sólo lo que parece ser la modificación

de ciertos patrones de ocupación

del territorio y explotación de sus recursos

i f id~c c f iU p!i?ntcar !U c~i.currcxciud c. U-,?

modificación climática hacia condiciones

de mayor aridez en la franja cronológica

propuesta. Algunos resultados de la reciente

investigación arqueológica en La

Palma dejan constancia de otros cambios

interyretables como resy uestas aday lativas

a una nuevds reglas del rnedici físico.

En primer lugar, las ya citadas cxcavaciones

en la Cuevd de El Teriddl peririitieron

matizar los datos que refieren las fuentes

etnohistóricas en relación a la inexistencia

de prácticas agrícolas en la isla en el

momento de la conquista, en plena fase cerámica

1V. El hallazgo de semillas carboni-

~ d d d sd e i~i g uy rebdda, ei i i~ru i ~ d scs pecies

vegetales cultivadas, en estratos correspondientes

a la fase 111, sirvió para

dciriusirdr de rriarierd iriequívuca ir1 existencia

de dichas prácticas, pero también introdujo

una nueva incógnita en torno a las

posibles causas que provocaron el ahandono

de la agricultura en la etapa siguiente.

En segundo lugar, el registro arqueológico

tanto del yacimiento de Ei Tendal como

el de El Rincón (El IJaso) (KODK~GUEZ

y PAIS, 1990) señalan en la fase 111, por un

lado, la presencia de prjcticas alimenticias

que en etapas anteriores se habrían mantenido

como marginales y, por otro, una

fuerte presencia de hábitos económicos

predadores. Así lo atestiguan, respectivaPrimeros

resultados para la reconstrucción dendroclimjtica dc Canarias 23

mente, los hallazgos de huesos de perro y

g ü : ~j ü i ~ :a~ " :rus desperdicios c!aranieiite

derivados del consumo humano y la abundancia

y, lo que cs más significativo, reducida

talla de caparazones de moluscos marinos

como derivación de una posible sobrexplotación

de tal recurso.

riiiühciiic, es pusi'uk iosclidi csie

marco interpretativo las analogías temáticas

existentes entre los motivos decorativos

que presentan las cerámicas de la subfase

IIId y los grabados rupestres de La Palma.

Resulta difícil de aceptar que la indiscutibie

yresericia de taies anaiogías esté señalando

el comienzo de la práctica de grabar,

tal y como apunta M. S. Hernández Pérez

(HERNÁNDEZ, 1977), en un período de la

cultura auarita comparativamente tan tardío.

No obstante, es posible planiear al finai

ae ia tase 111 un refuerzo de lo slmbólico

a través de los objetos de uso cotidia- -

NOTAS

1 Complementando la información a aportar al

respecto por otras vías de investigación ya

planteadas como la palinología, la antracología

o la paleocarpología, esta última recientrmente

malograda por el triste tallecimiento

de Vicente Lópcz Morillas.

no, como vía de conculcar la tan necesaria

reiiuYac.&-l y coi-Ltií-Lui&~ de cic:os ,-laturales

que aseguran la supervivencia en

un momento en el que ésta se encuentra en

crisis.

En definitiva, la visión diacrónica que

se tiene de la prehistoria de la Isla de La

lndl ~ i l ~11l'1 permiiidu detectar, entre ius siglos

X 37 XV d. C., el conjunto de cambios

de comportamiento hasta ahora expuestos

por parte de la población prehispdnica, que

bien podrían responder a una degradación

de las condicioncs climáticas hacia una

mayor ariae7. Por tanto, ia via de ia reconstrucción

dendroclimática se perfila como

la más adecuada para establecer cuáles

fueron las condiciones climáticas en el período

propuesto y contrastar tanto esta como

cualquier otra hiphtesis de trabajo relacionada

con la evolución de los sistemas

culturales yreliispár-iicos de Canarias.

2. El lector interesado encontrará cn la obra de

referencia clásica en esta disciplina una perfecta

síntesis metodológica. Se trata de

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24 Carlos L. Santatia It~bélls

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