VEGUETA, Número 3,1997-1998, (187-202) 187
El comportamiento territorial
de la función residencial
en las áreas metropolitanas:
el caso de Las Palmas
de Gran Canaria
*Sección de Geografía
Uepartaiiieiito de Arte, Ciudad y Ierritorio
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Introducción
Este artículo es una aproximación al estudio
de la metropolitanización de la función
residencial en el área de Las Palmas de
Gran Canaria, línea de estudio que tuve la
oportunidad de desarrollar con la claboración
de mi tesina Producción del espacio residencial
y consumo de suelo agrario en Visvique,
Los IJortales y Los Castdlos (Arucas).
El propósito dc esta aportación es la
caracterización del comportamiento territorial
de la residencia en la áreas metropolitanas,
en un plano teórico, dentro de una
lógica de funcionalidad y articulación geográfica
específica. Por ello, se inicia el artículo
aproximándonos al concepto de área
metropolitana. Luego, tras introducirnos
brevemente en la problemática de la delimitación
del área de Las Palmas de Gran
Canaria, se intenta caracterizar los principales
procesos residenciales que se han detectado,
centrándonos, de modo paradigmático,
en Arucas, uno de los municipivs
afectados por esta nueva dinámica residencial.
El concepto de área metropolitana
El "área metropolitana" ha sido definida
como "un úrea geugrúfica continua, generalmente
perteneciente a circunscripciones administrativas
diferentes, en las que se forma una
gran aglomeración humana, que constituye un
importante mercado de trabajo suficientemente
diuersificado, con unas fuertes relaciones de
dependencia entre los distintos núcleos que la
integran, y que ejerce una clara posición preponderante
y de dominio dentro del sistema de
ciudnde" (VTNT_TFSA, J , 19751, de tal manera
que todos los núcleos generan una nueva
centralidad' territorial que actúa con características
difusas en el territorio envolvente
(ESTEBANEZ, J., 1993). Se trata de un concepto
aparcntcmcntc scncillo que, sin
embargo, es difícil dc prccisar gcogriifica
mente. .
Tradicionalmente, se ha solventado esta
cUes:ión a :ravp; la adopción de ii-l&cadores
simples, como la caracterización
basada en parámetros demográficos2. Sin
embargo, estos criterios son excesivamente
reduccionistas y, por tanto, insuficientes
para diferenciar un área metropolitana de
una aglomeración urbana.
Una adecuada definición territorial debe
reconocer, al menos, las siguientes características
morfológicas y funcionales:
a. El área debe estar conformada por
diversos núcleos urbanos, donde generalmente
el más poblado y dinámico ejerce la
función de núcleo central, subordinando al
resto del área en el desarrollo de las funciones
urbanas.
b. Las funciones urbanas deben organizarse
mediante esquemas descentralizados.
Es decir, las funciones se jerarquizan territorialmente
según diferentes grados de centralidad
en función de los niveles de especialización
existentes. Las actividades más
especializadas serán siempre las que ocupen
las zonas centrales. La descentralización
coincide con un proceso de concentración
de actividades en el área respecto a un
territorio más amplio. "Es decir, coexisten
confemporflneanzente una fuerza centrípeta que
atrae actividades, recursos y población hacia la
aglomeración y una fuerza centrífiga que distribuye
dichas actividades dentro del espacio del
área de la metrópoli" (BESCOS OLAIZOLA,
A,, 1982).
c. El mercado de trabajo. como ya se
apuntó, será grande y diversificado. No
sólo debe incluir una amplia gama de sectores
productivos, sino que además tiene que
existir una estructuración espacial de los
mismos, concentrándose el empleo terciario
y maternario en e! centro lirhann T' e!
empleo secundario y primario en la pcrifcria
del área metropolitana.
d. La especialización funcional debe
conllevar un alto grado de movilidad por
diferentes motivos (laborales, comerciales,
culturalcs, etc) puesto que la población
nunca consigue satisfacer todas sus necesidades
dentro del área geográfica más cercai-
Lal,n oi. ,=:lo, las de comui.Licaciji.,y
medios de transporte tienen que estar muy
El comportamiento territorial de la función residencial en las áreas metropolitanas ... 189
desarrollados. En la medida cn que sean
más eficientes, la configuración metropolitana
alcanzará un mayor grado dc integración.
e. La población debe residir mayoritariamente
en la periferia urbana" o al
menos es posible reconocer un mayor
dinamismo demográfico en estas zonas
respecto al centro urbano, que en muchas
ocasiones pierde población, llegando, en el
caso de áreas metropolitanas muy consolidadas
y estructuradas, a producirse un
vacío demográfico en el centro urbano que
caracteriza la existencia de procesos de
desurbanización.
Como resultado de estas pautas, el
modelo de estructura territorial en estas
áreas consiste en la existencia de una o unas
zonas centrales donde se desarrollan las
funciones terciarias y cuaternarias más
especializadas, que en ocasiones registra un
proceso de progresivo despoblamiento
debido al traslado de fiincinnw residenciales
a la periferia*; una auténtica conurbación
de núcleos donde se desarrollan las
actividades indiistriales, en torno a los que
suele desarrollarse las principales zonas
suburbanas del área, un espacio periurbano
de núcleos menores y lo que se ha venido a
llamar "tercera corona": espacios en progresiva
integración en el área metropolitana
En estas zQnac o! &more dn rcsidcntco
es todavía bajo, el dinamismo edificatorio
es escaso o nulo, los rasgos agrarios son
dominantes pero aparecen, sin embargo,
síntomas de metropolitanización evidentes
tales como movimientos migratorios, cambies
er. !a cempesició:: s~ciü!, ii-tcrcmentu
de la segunda residencia y descentralización
productiva.
No siempre resulta fácil reconocer en el
territorio las variables morfológicas, funcionales
y estructurales reseñadas, en muchas
ocasiones porque el proceso de metropolitanización
es incipiente o porque el tamaño
del área no permite la definición de estructuras
tan compiejas. De hecho, ei mocieio
estructural enunciado no aparece reflejado
territorialmente de manera clara en las
áreas metropolitanas de tamalio medio, es
decir, aquéllas que oscilan de modo genérico
entre el cuarto y el medio millón de
habitantes, como en Las Palmas de Gran
Canaria. En estos casos la estructura está
menos definida "porque en ellas casi todo el
espacio metropolitano se resuelve entre una ciudad
central potente y dinámica y una amplia
segunda cororza, que en ellas es casi la primera
dado el carácter incipiente del conurbano"
(GOZALEZ URRUELA, E. 1991). En esta
segunda corona conviven múltiples usos
porque la especialización aún no ha cristalizado,
aunque sí son evidentes los proceso<
de segregación espacial, así como otros
indicadores testigos del proceso: la inmigración
y transformación social del área, el
dinamismo edificatorio de los principales
núcleos de la conurbación, la acentuación
de las relaciones en el conjunto metropolitano
a través de movimientos pendulares,
la desagrarización y salarización de la actividad
econSmics, e! do carro!!^ de !a s c p x
da residencia, etc ...
Además de las dificultades reseñadas, el
concepto tiene dos inconvcnicntes esenciales.
Por un lado, está excesivamente fundamentado
en la dinámica industrial. De
hecho, cn los últimos años, urbanistas y
geógrafos cstán cxtrapolando estos criterios
de organización territorial a espacios urba-
"..n"pO "..- ---" -L-- : - J . . - L . . : . 3 - ~ - -- y u y~i ~ ~ C i i r c i iui i in i i iuuouin ue iiiriiui
peso.
Por otro lado, adolece de una visión
urbanística del territorio. E1 espacio rúslicu
es contemplado como elemento pasivo de
la urbanización, sin conferir ninguna entidad
a! espnciv meti-üpüliidiiu. Siri erribargo,
es posible reconocer que, en ciertas ocasiones,
en el espacio rústico se desencadenan
cierlvs ferirímenos propios de este tipo de
áreas, que pueden determinar en gran
medida las estructuras metropolitanas y
que desde luego no se habrían desarrollado
fuera de estos ámbitos5.
Efectivamente, el suelo rústico puede
comportarse como un espacio vacío apto en
todo momento para ser edificado, por lo
que algunos autores lo han calificado como
un espacio en "barbecho social o urbano"
(ORTEGA VALCARCEL, J.,1988), o, introducirse
en la dinámica de la parcelación
rústica con fines rcsideiiciales y supuesta
jlegalidad, p r o , m muchas ocasiones. se
pueden desarrollar actividades competiti-
"as que se oponen al proceso de urbanización,
y no sólo por el suelo, sino por e1 conjunto
de los factores que participan en el
proceso productivo agrario. En este último
caso, la actividad agrícola se caracteriza por
la reducción paulatina de la superficie agraria
a la par que disminuye el tamaño de la
ehF!otNci&, ;" L-LtL '-L J-""' L ";Lf' " " m ? A " m Y, Y , la
tación de los cultivos hacia productos de
mavor elasticidad en el mercado"
Tampoco podenios olvidar que, cn algunas
ocasiones, $e presentan estrategias
intermedias entre el baldío y la intensificación,
como en el área metropolitana de
Madrid donde se ha detectado el desarrollo
de la extensificación del latifundio metropoiitano
(ivíAiZTilu'EZ GARRIDO, C. y
MATA OLMO,R., 1987).
Por último, también existen actividades
de "hobby farm", huertos familiares de clases
medias (CAMARERO BULLON, C.,
1985) e incluso explotaciones marginales
de autoconsumo vinculadas a regímenes de
agricultura a tiempo parcial, que se encuentran
asociadas a la difusión del fenómeno
residenciai.
Todos estos posibles comportamientos
del espacio rústico revelan la influencia que
la metropolitanización ejerce sobre él, pero
también demuestran que la conformación
metropolitana está condicionada por la
dinámica socioecunómica del suelo rústico.
La organización metropolitana de la residencia
La función residencial se ha caracteri~ado
también por la adopción de un modelo de
localización territorial de carácter metropolitano,
lo que a su vez induce a la metropolitani~
aciónd el territorio, al tratarse de dos
procesos interactivos muy dependientes.
Podemos señalar cuatro factores esenciales
f i m Mnrrucl ParrcNo Castellano
que condicionan este proceso en el tejido
residencial: la influencia del cambio productivo
que se está implementandv en las
últimas décadas, el incremento de la renta
media y la adopción de nuevos patrones
residenciales de carácter suburbano por la
población, la incidencia del desarrollo de
Iñs cnmiinicaciones y medios de transporte
y las repercusiones del planeamiento y el
sistema de construcción del espacio urbano.
La crisis socioeconótiiica, en la que estamos
inmersos7, repercute de una manera
evidente sobre el comportamiento residencia!
do !-. poh!-.ciSn srbana.
Si tenemos presente la tradicional relación
entre sistema socioeconómico y organización
territorial (CELADA CRESPO, F. y
OTROS, 1984), evidente en interacciones
como las existentes entre el desarrollo de
los scctorcs secundarios y terciarios y crecimiento
urbano (asentamientos de fábricas y
de barrios obreros en la periferia urbana,
.u.1v-i:c- -a- :cci-v ii u2-= 3ci v i c i v a r~!acioixidas caz !S
producción secundaria y aquellos otros
desarrollados mediante economías de aglomeraciúnX..
. ), cabe preguntarse, de igual
modo, sobre la incidencia urbana de los
cambios productivos que se están produrieiidii.
El sector productivo está implementando
importantes readaptaciones productivas
Vdsncids txi id Ciextali~diizacitli tanto hüiizontal,
o de capacidad de produccióny,
como vertical, o desmembramiento del proceso
productivo en fases tbclii~dIIie1Ik aislables
y la ubicacicín de estas fases en distintos
centros productivos (CELADA
CRESPO, F Y ÜiIiCjC, 19841. Conjuntamente,
se está produciendo una transnacionalización
de la producción y un aumento de
los servicios relacionados con la misma
(BAILLY, A. Y COFFEY, X., 1991)'" servicios
que pueden ser adquiridos o producidos
dentro de la empresa, aunque en
muchas ocasiones se realiza una estrategia
mixta, es decir, algunos servicios específicos
se mantienen de plantilla, otros se contratan,
repercutiendo en la adopción de los
OUnversdad de a s Fanai d? Gran Canara i t o e c a Unuestsri Memm Dgta le Caniris 20815
El comportamiento territorial de la función residencial en las áreas metropolitanas ... 191
mismos esquemas de descentralización que
se realizan a nivel productivo por parte de
las empresas "no productivas".
Estos cambios socioeconómicos han
revalorizado factores como el menor coste
del suelo, la mayor salubridad ambiental, la
descongestión y acceso más rápido, en el
prorrso de deciqinnes qne cnnduce a la ubicación
de una empresa. Como consencuencia,
muchas actividades se están localizando
en zonas periféricas por lo que se está
generando un nuevo uso de los recursos
espaciales y humanos de las zonas agrícolas
TI de tciidvs periUrbafias.
Con ello, tiene lugar una radical reestructuración
espacial del sistema productivo
quc pasa, en síntesis, de un sistema
polarizado, de fuerte concentración y
estructura en árbol, a un sistema policéntrico,
difuso, con estructura reticular. Esto
conlleva una modificación del anterior sistema
de relaciones interterritoriales, dando
paso a :ü quc Cdsiciis iid111d "curicentración
descentralizada", que se basa en la concentración
de las funciones decisorias en el
centro urbano mientras se difunden por el
espacio las actividades subordinadas (CASTELLS,
M.,1985), al mismo tiempo que la
vivienda urbana se libera de la cercanía del
centro y se integra en un esquema organizativo
claramente policéntrico.
Conjuntamente, un segundo factor, el
incremento de la renta de la población
urbana que se ha producido en los últimos
tiempos, esta incidiendo en la solvencia de
nuevas actitudes residenciales demandantes
de mejores viviendas, menores densidades,
óptimas comunicaciones y adecuadas
dotaciones e infraestructuras.
En muchas ocasiones, las viviendas existentes
en el centro urbano no reúnen estas
cundiciones, por lo que se ha generado un
proceso inmobiliario de sustitución de las
mismas y de promoción de urbanizaciones
en la periferia que responden a los requisitos
del nuevo modelo de bienestar social,
modelo en el que se revalorizan conceptos
como el contacto con la naturaleza, ausencia
de "stress", tranquilidad, etc!'. Como
conseriirncia, rl espacio urbano se está
extendiendo de una manera difusa generando
este típico tejido urbano que algunos
especialistas han denominado con el término
de rururbanolz (BAUER ,G y ROUX, J.
M., 1976).
Además, la generalización del automóvil
como principal medio de transporte
individual y familiar, el desarrollo de los
medios públicos de transporte y las mejoras
efectuadas sobre las rcdcs de comunicación,
están permitiendo un acortamiento de
!os Uiatencios i; ün incremento de :a müviXdad
espacial de la población. Este hecho
repercute en que los nuevos paquetes de
viviendas residenciales de altu-medio
"standing", basados en el modelo de casajardín,
puedan ofrecerse cada vez más lejos
del ceiilro de la ciudad. En otras palabras,
"adenzás de las mayores exigencias de espacio,
respaldadas por la capacidad de re~zta necesa~ia
para aa'qilirir una mayor can tidati de espacio
urbnno, parece que los indi71iduos ron niveles de
renta r r l h altos tienen unu movilidad mayor,
que es tanto coino decir que hacen mis zlso del
espacio urbunv en razún de sus actividades, de
sus r~laciones sociales, o de SIL forma de vida"
(VINUESA AN G U LO, J. y VIDAL DOMINGUEZ,
M. J., 1991).
Por último, el mercado del suelo y la
intervención urbanística también inciden en
la configuración residencial de las áreas
metropolitanas.
El crecimiento demográfico de una ciudad
y las necesidades sociales de vivienda
presentan un comportamiento muy elástico.
Sin embargo, la presencia de suelo urbano
o urbanizable y por extensión, la existencia
de viviendas, no siempre se adapta a
las cambiantes necesidades. Este desajuste
repercute en un encarecimiento, por razones
de mercado, del suelo y de la vivienda;
espoleado, en muchas ocasiones, por algunas
prácticas especulativas realizadas por
parte de los propietarios del suelo y promotores
inmobiliarios (retenciones de
suelo).
OUnversdad de a s Fanas d? Gran Canara i t o e c a Unuestsri Memmi Dgta le Caniris 20815
192 1uun Munuel Purrefio Custellurio
Este habitual mecanismo de mercado ha
permitido a los municipios periféricos de
ciudades centrales calificar importantes
paquetes de suelo como urbanizables o
urbanos con la esperanza de captar a colectivos
suburbanos que no pueden acceder a
una vivienda en la ciudad central. Por
tanto, el carácter lnral d ~ plla neamimtn y
las coyunturas del mercado de la vivienda
colaboran, de manera consecuente, en la
difusión de la ciudad central.
Con el fin de evitar en lo posible este
tipo de procesos, ya en la Ley del Suelo del
13 de 136 -e estub!eci2 nl¿)!inzxtnrio- e------
dad de que los municipios de mayor entidad
y dinamismo constituyeran patrimonios,
incluso mcdiante procedimientos
expropiatorios, con objeto de poder encauzar
adecuadamente el crecimiento urbano.
En la práctica, la producción de suelo urbano
ha corrido a cargo del Estado, que se ha
encargado de producir y ofrecer suelo urba-
~iizdciui ne c i id~~idi ~~1 eaci61U1C püiígüi-LOS
residenciales.
De igual modo, la promoción privada
de viviendas puede favorecer la difusión
metropolitana de !a ciudad central mediante
prácticas especulativas conducentes a la
revalorización del suelo periferico.
Concretamente, es frecuente que un promotor
inmobiliario que posee una amplia
extensión ae sueio uruanizabie en ia zona
suburbana de la ciudad, edifique en las
zonas más alejadas con el fin de revalorizar
el suelo intersticial. En otras ocasiones, las
calificaciones de suelo como urbanizables
aparecen desmembradas, por lo que no es
extraño que el suelo rústico sufra variaciones
en su calificación ante la presencia de
urbanizaciones colonizadoras.
Por otro lado, el intento de satisfacer las
necesidades de otros colectivos menos
pudientes a través de viviendas más económicas,
en muchas ocasiones, conlleva la
urbanización de zonas más alejadas de la
ciudad, ya que generalmente el suelo urbano
es más barato cuanto más lejos se
encuentra del centro, a no ser que concurran
otra serie de factores. De esta manera,
surgen barrios separados espacialmente del
"continuum" urbano incidiendo en la
expansión territorial de la ciudad, además
de generar estructuras territoriales claramente
segregadas.
Por último, también hay que considerar
qiie el planeamiento está incidiendo positivamente
en la generación de modelos urbanos
metropolitanos en la medida en que se
han generalizado los esquemas de planificación
metropolitana. En el propio Plan
General de Arucas, uno de los municipios
c p c e&x-mae ! Are1 mptrnnr nlitan;' Lar
Palmas de Gran Canaria, se llega a afirmar
que este municipio se encuentra inserto en
la primera corona metropolitana de Las
Palmas de Gran Canaria, por lo que el objetivo
del plan se basa en consolidar "a
Arucas como ziiz pcqueño centro comarcal deiztro
del contexto territorial metropolitano, con
un doble fin; por un lado, vincularla a las redes
ííicfí.üFíü~i;i7ííMs g;í y í í ; í : i j , ¿iii;;y
pequeño, manifiesta algunas condiciones de centralidad,
y así adllerirse a directrices claras de
desurrollv, upruveckúr~dosed e ir~iciutivnst anto
privadas como publicas que generan diversas
actividades a escalas supramunicipales. Y por
ofro, muy rrlurií~r~uccloo n d ariferior, captar los
recursos, que corno ceutro coriiarcal origiria ser
rmfro" (AYUNTAMIENTO DE ARUCAS:
ivítirnoria, i99.i).
En definitiva, las nuevas variables territoriales
brevemente sinteti~adasf,o rman
parte de la compleja casuistica que está condicionando
la generación de estructuras
urbanas de carácter metropolitano en la
medida en que están favoreciendo ia difusión
residencial y la generación de estructuras
policéntricas.
Hacia una definición del espacio metropolitano
de Las Palmas de Gran Canaria
La concepción metropolitana empezó a scr
aplicada a la organización funcional de Las
Palmas de Gran Canaria desde finales de la
década de los setenta. Algunos autores han
reconocido la existencia de un polígono
El cornportamicnto territorial de la función residencial en las &reas metropolitanas ... 193
OUnversdad de a s Fanas d? (,ran Canara i t o e c a Unuestsri Memmi Dgta le Caniris 20815
metropolitano constituido por los municipios
de Las Palmas, Telde, Santa Brígida y
Arucas (HERRERA PIQUE, A., 1978). Otros
tienden a definir el área metropolitana de
Las Palmas de Gran Canaria mediante una
estructura bipolar basada en la existencia
de dos centros aglutinadores: Las Palmas-
Santa Brígida v la zona turística del sur
insular. Entre ambos se ubicarían los núcleos
secundarios (Telde, Ingenio, Agüimes,
Carrizal, Vecindario...), los mayores centros
industriales de la isla (El Goro, Salinetas,
Arinaga ... ) y las principales infraestructuras
de transporte -Aeropuerto Internacional,
Puerto de la Luz- (CASARIEGO RAMIREZ,
J., 1987). Esta identificación del área metropolitana
con la totalidad de la isla permite
incluso, desde el punto de vista teórico,
cuestionar la aplic&ón del concepto a la
realidad insiilar (RFSCOS OT.ATZOT.A, A.,
1982).
Aunque no pretendo valorar las delimitacimes
p!anteadas, es iridlid&!e qlie existe
una serie de factores que alejan a la realidad
insular de los modelos metropolitanos
tradicionales, y que por tanto, complican
aún más la demarcación territorial del área
metropolitana de Las Palmas de Gran
Canaria.
En primcr lugar, cl sector productivo
que impulsa el crecimiento urbano de la
":..A"A A- 1 ,.- D-l--" A,. P..-- P ---- :- -- ,.IUUUU U,. U',., I ',IIIL'IL> UL Ul',ll L C I I L C L I I C L IL"
es la industria. Aunque el área metropolitana
presenta una cierta industrialización,
medible a través de la población ocupada
en este sector, ésta, centrada en actividades
de almacenamiento de importaciones, no
L:--- 1- - - L : J - J - . . L : - : - - L - : ...-..
L K ~ K la rlliluau ~UIICI~ILLC CULLLU ynin jriniquizar
un espacio de carácter metropolitano.
En este caso cabría la posibilidad de
hablar de und urbe de actividades terciarias
casi desde su origen, donde el Puerto de la
Luz y la actividai turística han sido los verdaderos
motores socioeconómicos iniciales
de arrastre. Incluso en los municipios
donde existe un mayor desarrollo de las
actividades secundarias, como en 1 elde, la
población activa que se dedica al sector sólo
alcanza cl 26,5 %, frente al 61 % ocupada en
el sector terciario.
Además, la industria no parece que esté
experimentando una "descentralización
productiva", sino que el tejido industrial es
producto de los modelos de industrialización
tardía en "polos de desarrollo".
En segundo lugar, aunque los medios
de transporte alcanzan un alto nivel de
desarrolio y la movilidad espacial de la
población es bastante elevada, no se puede
considerar que exista una elevada articulación
territorial en el espacio insular. Salvo
el eje este de la isla. las comunicaciones son
bastante deficientes, y sobre todo la integraci6n
radial entre los diferentes centros
comarcales es deficitaria, aunque la futura
circunvalación tangencia1 de Las Palmas de
Gran Canaria puede venir a paliar este
aspecto. De hecho, entre los objetivos senalados
en el Plan Insular de Ordenación del
Territorio de Gran Canaria, se afirma que la
circi?nva!ación "dehe reso!wr !as ~e!nciomsd e
escala irzsular eritrr el Norte y el Sur, evitutuh
PI paso por [,as palma^ de 10s tráfiros de largo
recorrido, pero adernús debe atender a la nueva
aglomeración qur surge de los procesos dc
rnetropulitanizac~án de Las Palmas. Debe entenderse
por tanto, que SU fumión mas que la de
una circunvalaciórz, zla a ser la LIc uiz corredor
en el que deberán apoyarse mevas áreas de cen-
L . . ~ ~ : . L A.A -..;i~..A:- -1 -- n-l...-- . r :l.
l l M l l M M M YCI C]CI 'CM LIL L M J I M I I I I M J . I M I I I U I I I L L I I L ,
Los Tarahales, o los sucesiaos barrancos situados
cntrc Jinámar y cl Giiinipada, que se integran
en la nueva estructura de la aglorneración."
(CABILDO DE GRAN CANARIA,
1993).
Ti-c,u ñ:ci"iei- iras", S",l deieri&les digunos
rasgos que permiten indicar la existencia
de una estructura metropolitana en
torno a Las Palmas de Gran Canaria:
1. Las Palmas de Gran Canaria presenta
el rol de ciudad central dentro de la articulación
territorial insular. Es evidente la
importancia económica que presenta el
municipio, ya que por sí solo genera casi el
6070 del empleo existente en la isla (ver
fig.1) y atrae a más del 40% de los activos
194 Izian Manuel Parreño Castellano
DlSTRlBUClON MUNICIPAL
DEL EMPLEO EN GRAN CANARIA
LOCALIZACION LABORAL DE LOS OCUPADOS
QUE TRABAJAN FUERA DE SU MUNICIPIO DE RESIDENCIA
(Sobre el total insular)
1.5UU.OUU
Fuente: Censo de Población y Vivienda. 1991
El comportamiento territorial de la función residencial en las áreas metropolitanas ... 195
que se trasladan a otro municipio para trabajar
(ver fig. 2). De hecho, el norte y centro
insular presenta un alto grado de dependencia
económica de la capital si tenemos
en cuenta la proporción de población de
derecho censada en estos municipios que
trabaja en ella, alcanzándose valores superiores
al 50% para Santa Brígida, Arucas,
Firgas y Moya (ver fig. 3)''.
2. Se detectan otras variables laborales
propiamente metropolitanas como el incremento
progresivo de la terciarización del
ccntro capitalino dondc ya cl 78,970 de la
población está ocupada en este sector. la
tendencia a ubicar la actividad industrial en
la periferia y en otros municipios del eje
este (Telde), la notable concentracihn de
población dedicada al sector secundario en
los municipios limítrofes con la capital (en
la ciudad de Las Palmas solo el 18,5% se
emplea en este sector, mientras que en
algunos inunicipius metropolitanos se
Le1' -7~n'oLr '9u e! Wcl) u !a Yeszgr~rimción de!
espacio metropolitano (en especial en los
casos de Arucas, Firgas, Santa Brígida y en
el propio municipio de Las Palmas de Gran
Canaria).
3. La dinámica demográfica del centro
capitalino es menor que la existente en el
ámbito periurbano, incluso dentro del
mismo municipio de Las Palmas de Gran
Canaria (SOBRAL GARCIA, S.,1989).
4. La ciudad de Las Palmas de Gran
Canaria y su entorno periurbano está tendiendo
a estructurarse bajo criterios metropolitanos.
Esto conlleva que se esté generando,
por un lado, una cierta desccntraliración
espacial de servicios. al menos a
nivel de comercio al por menor, con la
implantación de grandes espacios comerciales
y la poteiiciacih de centros comarcales
(Arucas, Tafira, Santa Brígida y Telde) y
por otro, que la descentralización residencial
sea cada vez más evidente, tanto en el
caso de viviendas obreras (en tipologías de
polígonos o ligadas a espacios marginales"
de at!tucunstri:xiSn), cu~..:, m e! de viviex--
das residenciales de baja densidad
-
POBLACION DE DERECHO DE CADA MUNICIPIO
QUE TRABAJA EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
1:500.000
Fuente: Censo de Poblacón y Vivenda, 1991
para clases más pudientes. Esta descentralización
supone que la población independice
la ubicación dc su residencia de la localización
de su trabajo, lo que ha generado un
crecimiento importante de las ciudades
medias insulares, al entrar en juego la consideración
de otros factores en la localización
de la función residencial.
Por tanto, en el municipio capitalino y
sus limítrofes parece indicarse una cierta
organización mctropolitana que si bien no
responde de manera precisa al concepto
genérico enunciado, supone un modelo
territorial bastante próximo en mucha de
sus manifestaciones. Mucho más complejo
resulta la delimitación de este área, debido
a la miiltiplicidad de criterios que pueden
ser empleados, como atestigua las diferentes
demarcaciones que han sido realizadas.
El comportamiento territorial de la residencia
en el área metropolitana de La
,.uc*.... AP 3lm.le .r.L lo rur--..... . rLUmLLCaL-. ". 4-
La metropolitanización de la localización
territorial de la función residencial se
encuentra íntimamente ligada al proceso de
conformación urbana de Las Palmas de
Gran Canaria. Este proceso puede subdividirse
en dos períodos temporales diferenciados.
Podemos reconocer, en un primer
momento una supremacía del crecimiento
.--L--,. :---A:-A- -1 ---tu- :L-l:.--
UIVUILV ~l iau~auUu~ J U CCI CCILLIUC aylLaliilu,
que genera progresivas periferias, esencialmente
suburbanas. En una segunda etapa,
aunque el crecimiento sehalado anteriormente
sigue existiendo, la expansión urbana
se produce mediante la difusi6n espacial
ciei mismo y ia generación de procesos cic
dependencia de los núcleos rurales envolventes.
Durante la primera fase, se consigue la
potenciación del núcleo de Las Palmas de
Gran Canaria para que posteriormente ejerza
el rol de ciudad central del área metropolitana.
Este proceso se inició en el siglo XIX,
con la generación del moderno funcionamiento
socioeconómico de la ciudad, basaluan
Mariuel Parretio Cuslrllano
do esencialmente en el dinamismo portuario
y comercial, que aprovecha el recurso
de localización que el Puerto de La Luz
posee en los circuitos internacionales, y en
el desarrollo de exportaciones de productos
agrarios e importaciones de productos elaborados.
Tras el período regresivo que culmina
con cl final de la Segunda Guerra Mundial15
y en un contexto de crisis del sistema agrario
de subsistencia, Las Palmas de Gran
Canaria se convierte en un foco de atracción
de población procedente de las áreas
riirales de la prnvinriar a la par 11-le P! dinamismo
económico de la ciudad se incrementa
por el desarrollo turístico que se inicia
a finales de la década de los cincuenta.
Como consecuencia, los procesos de crecimiento
periférico se desarrollan de manera
exponencial mientras que el área envolvente
comienza gradualmente a sufrir una relación
de dependencia.
E1 ,,,J,l- .. ..Le-- A- -.,----:L.- -rl?.-LLII
IILVUCIV U I V ~ ~ L V uc C A ~ L ~ L V aLu~w y ~ a -
do en este momento se puede definir como
un crecimiento en "mancha de aceite", por
lo que la localización residencial se realiza
de manera contigua al casco urbano,
mediante fenómenos de "expulsión programada"
de aquellos colectivos que no pueden
acceder a una vivienda en la ciudad
central (CASARIEGO RAMIREZ, J., 1987).
n. . - t . ~-- - - . wc cara iiiaiicia ~ u i g eui ia piiilicid pciiíciid
suburbial de polígonos residenciales situada
en los barrios de Escaleritas y
Sclidrna~irit,o talrrwntr desarticulada con el
resto de la trama urbana de la ciudad, que
se prolongará en un segundo cinturón periférico
a partir ae ia década de ios sesenta,
con promociones inmobiliarias como La
Paterna, Feria del Atlántico, Hoya de la
Plata, Casablanca, etc ...
La insuficiencia del número de viviendas
edificadas para absorber el crecimiento
demográfico de Las Palmas de Gran
Canaria generaliza un mecanismo complementario
de crecimicnto periférico, basado
en la parcelación de propiedades y en la
autoconstrucción, que genera zonas urba198
I i ~ n nM anuel Parreño Cast~llano
Evolución de la población de derecho
ocupada segun rama de actividad (Arucas)
%
--+-S.- P rimario -m- S. - 4 - 5 . Terciario
Fuente: Censos y Padrones de Población. Varios años. Elaboración propia.
Fig. 5
Por consiguiente, a tenor de la situación
socioprofesional de la población aruquense,
el municipio depende económicamente de
Las Palmas de Gran Canaria, que funciona
como centro abastecedor de trabajo, aunque
la población mantiene su residencia en
Arucas. De hecho, si tenemos presente que
en 1991 sólo se censaban en Arucas 1.162
habitantes de derecho como ausentes, se
revelan los indicios de una clara pendularidad
diaria por motivos laborales entre
ambos municipios, ya que son 3.447 trabajadores
los que se trasladan a la capital
(51,55%).
En un principio, el análisis demográfico
puede inducirnos a contemplar este proceso
como una periferización del municipio
respecto a la capital insular. No obstante, el
carácter de subcentro de Arucas queda incipientemente
matizado si tenemos presente
que en este municipio el 26,872 de la población
trabajadora no está censada como
población de derecho del mismo. Es apreciable,
por tanto, la importancia de los contingentes
demográficos censados en Las
Palmas de Gran Canaria que trabajan en
Arucas. En cambio la centralidad de Arucas
con respecto a su entorno, y en relación al
área metropolitana norte, es reducido si
observamos este criterio ya que sólo para el
caso de Firgas consigue atraer a más del
10% de los censados en aquel municipio.
Por tanto, se evidencia un fenómeno de
movilidad de población por razones laborales
entre el municipio capitalino y el de
Arucas en ambos sentidos, reflejando una
200p - - - 1uun Manuel Parreñu Castellano
Conclusiones
A pesar de las dificultades conceptuales
que presenta el término área metropolitana,
sobre todo cuando se desea aplicar a ámbitos
urbanos concretos donde los factores
locales desempeñan un papel significativo,
se puede reconocer en torno a Las Palmas
de Gran Canaria un cierto comportamiento
territorial metropolitano que lia afectado
directamente a la función residencial.
La inetropolitanizaci6n de la residencia.
que se manifiesta en la difusión territorial
y en la ruptura del binomio residencia-trabajo
como causa esencial de su localización,
ha sido evidenciada, al menos teóricamente,
en el caso del municipio d e
Arucas.
En el futuro, sería deseable el desarrollo
de proyectos de investigación que analizasen
de una manera más precisa los principales
rasgos funcionales v el comportamiento
de la residencia del área de Las
Palmas d e Gran Canaria, para q u e s e
pudiera reconocer, d e una manera más
pragmática, la existencia de estas estructuras
territoriales en la isla.
NOTAS
1 La centralidad ha sido definida como "el
"..-,A,. A- ;*&lA-. .---:- ..- l..,.-* ",,,.+..-l e. ".. 6'L.U" U' ""'U'"L'U U" U.. IYhUl " 1 1 1 1 U L 'IR .,u
área tributaria" y cuantificada por numerosos
indicadores tales como el número de teléfonos,
número de cstablccimicntos, etc.
(PLYOAL NTOLI~RV. ,y otros, 1986).
2 El Ministerio de Vivienda en 1965 precisaba
el tamaño mínimo de un área metropolitana
para Españd, indicandu que el iiúcleu central
debe contar, al menos, con 50.000 habitantes
y todo el área con 100.000.
3 La periferia sólo hacc relación a su localización
extrema respecto a un núcleo central.
Este concepto no es sinónimo de área metropolitana,
ya que éste incluye otras connotaciones
en su definición, puesto que hace relación
a una organización territorial del
espacio urbano, basada en subcentros articuladores
y periferias o zonas de influencias.
4 La desirbanización de las zonas centrales
conlleva graves procesos como el envejecimiento
de las pirámides poblacionales, el
deterioro progresivo del espacio colectivo e
individual y la caída espectacular en la formación
bruta de capital inmobiliario.
5 Estos planteamientos han sido desarrollados
por muchos autores que han considerado los
espacios periurbanos como áreas rururbanas
producidas por la fusión de estos dos usos
complementarios y competitivos ( BERCER,
M., y otros, 1980; JAILLET, M. C., y otros, 1982;
Ruux.. ,1 . M... 1983).
6 Las explotaciones agrícolas periurbanas de
carácter intensivo han sido detectadas en
numerosas áreas metropolitanas españolas.
E- . . - . . - A : - - A & ; ~ ~ -1 .A,.o-,...,,ll- A-l ,.n....-;- ha y U ' U u ' ~ " L U L . C " LI U'.1UI."II" UC. LsyULI"
agrícola en el área metropolitana de Barcelona,
donde la producción hortícola y floral
supuso el 30% de la española en 1980. En
otras áreas como la de Valladolid, la especiali7ación
productiva se ha orientado hacia las
producciones ganaderas intensivas, para la
ubtericiún de leche, huevos, carnes de gran
consumo como aves o cerdo y vacuno de
abasto.
7 1. CARAV.~BCAAR ROClOa subdivide en un conjunto
de diferentes problemas socioeconómicos
que resume en una crisis de sobreproducción
y de subconsumo, una disminución
de la productividad derivada del incremento
de los costes salariales, una quiebra del
Estado del bienestar por el aumento de los
costes laborales indirectos (prestaciones
sociales), una crisis del sistema monetario
internacional y, finalmente, un grave problema
financiero que se deriva del aumento de
la deuda mundial.
8 La economía de aglomeración ha sido caracterizada
mediante ecnnomías internas y
externas de escala (economías de la localización
y de la urbanización) y economías de
transferencia. En líneas generales puede definirse
como los efectos inducidos por la acumulación
de las actividades y la urbanización
(MOSELEYM, . J., 1977).
Y La descentralización de la capacidad de producción
es una estrategia empresarial consistente
en la supresión de los grandes centros
El comportamiento territorial de la función residencial en las áreas metropolitanas. . - - - - - - -
201
productivos y su sustitución por unidades
menores para lograr un control más directo
sobre el proceso de produccion, asi como
estrategias de subcontratación y externalización
de algunas funciones productivas.
?fi F.! dosaric!!~ de! diseiic indii~tris!, di 12s
nuevas técnicas de marketing, el incremento
de los flujos comerciales int&nacionales, el
desarrollo de los mercados fiiiancieros o los
esquemas organizativos empresariales cada
vez más complejos precisan de la existencia
de informáticos, publicistas, especialistas en
mercado, asesores con-ierciaies, financieros,
gestores ... que se integran dentro del cuadro
laboral de la actividad industrial.
11 Estor critcris dc calidad de ida cctlf~rrr.alo
que el análisis sociológico realizado por
ario Gaviria denominaba como "ideología
clorofila", basada en la necesidad de una
vuelta a la naturaleza. Esta tendencia se
materializa, mediante los mecanismos de
mercado, en la obtención de una vivienda
unitamiliar con jardín en zonas "tan naturales"
como los ámbitos periurbanos.
12 La denominación del concepto "rururbano"
hace alusión a lo pcrsistencia de fenómenos
agrarios, con una fuerte impronta paisajística.
conviviendo con mocesos residenciales
difusos en la periferia urbana.
13 En 1974 una encuesta sobre desplazamiento
por motivos laborales realizada por el
Equipo de Análisis y Proyectos detectaba la
enorme magnitud de los desplazamientos
diarios a la capital (B~scoOs LAIZOLAA,, ,
1982). Indiidablemente, el crecimiento rconómico
que ha experimentado el este y sur
insular ha tenido que atenuar los valores
registrados entonces, cuando la isla se basaba
exclusivamente en un modelo económico
muy centralizado en la capital insular.
14 "Por crecimiento marginal hemos de entender
aquél que se produce expresamente al
margen de la legalidad urbanistica vigente y
basado en la autoconstrucción de viviendas
sin previsión de servicios ni infraestnicturas,
mediante el acto previo de parcelaciones y
ventas cianciestinas' ( L A C ~ RMEO~RA LEES.,,
1986). Este autor define este tipo de procesos
en cl municipio dc Las Palmas de Gran
Can~ri., ~ s t l h ] e ~ i ~ n d gn ~ r i f o r i a cp n r -- ----
torno a la ciudad central.
15 Entre 1914 y 1945 se produce una gran crisis
ecoiiómica en la ciudad que propicia el inicio
sistemático de las prácticas inmobiliarias,
basadas en el valor de cambio del suelo y no
tanto en su valor de uso. De esta manera, en
ei Pian de Miguei Martin cie iYZZ, casi toa0
el suelo municipal con escaso valor agrario
se considera como espacio urbanizable, resp3n&
endG -- los ictereres dr !=$ , ,;.,,.*,,;.,, r- -r--Lu-A-"
que depositan en la venta y urbanización del
mismo su única esperanza de paliar los efectos
negativos de la crisis económica.
16 A pesar de ello, la generación de empleo y
riqueza por parte de un modelo productivo
basado esencialmente en el cultivo del plátano
(el 52'7~ de la pobiacion activa se dedicaba
a actividades propias del sector primario) era
insuficiente para poder absorber un contingente
demogrfifico cada vcz m5s numeroso.
Es esta la razón por la que el saldo migratorio
siempre registra valores negativos (entre
1940 y 1960 emigran 4718 habitantes).
17 "Ciertamente, desde 1883 el c~rltivoi ntensivo del
plátano no había hecho más que desarrollarse
hasta nlcunzur uiz teclzo, difícilmente superable en
los arios 60. en carfihio la población aruquense
confintía manteniendo un crecimiento natural del
ordtvz dfl 2115 por mil ron lo que la densidad
demográfica del término adquiere caracteres de
sohresaturacióir 800 habitantes por kilórrielro
cuadrado". De hecho, "un saldo vegetativo de
ciertn impovtnncin unido n los "stocks" de decenios
precedentes, no pueden ser absorbidos en su
totalidad por la actioidad agraria local" (Dí~z,
R., 1979).
18 Hay un disparidad para el periodo 1981-86
entre los datos del Padrón y los del Censo.
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