VECUETA, Número 3,1997-1998, (101-116)
El préstamo a interés
y la hipoteca
de bienes urbanos
en Gran Canaria
en el siglo XVII
* Departamento de Ciencias Históricas.
Universidad de Las Palmas dc Gran Canaria.
E 1 censo coiisignativu en Gran Canaria
durante cl siglo XVIl cs uno dc los elementos
básico de fiiiariciacióri del sistema
económico y una de las principales vías de
captación de propiedades por parte del
grupo privilegiado.
El conocimiento del prciceso de evolución
y transformación de los censos consignativos
en el período estudiado y su peso
específico dentro de una economía mediatirada
como la insular, ayudar5 a comprender
el desarrollo y consolidación de un sistema
socioeconómico que gira en torno a la
cspcculación y a la acumulación de bienes
inmuebles.
Los créditos a interés serán para los sec-
, . Le..-" ----.---a-n ,l.. U - 1 :- -.- 1-
LUICJ CLUIIVIIIILVJ uc uiay u1 i ricvaiiua cii ia
isla un proceso más en su penetración dentro
de las estructuras agrarias, en su deseo
de concentracióii de bienes, en un sisirinn
socioeconóinico que cada vez se asienta
más en la especiilación p ostentación de la
riqueza que en la inversivii produriiva.
El crecimiento econOmico generado en
Gran Canaria durante el siglo XVII va a ser
el principal elemriito para el drsarrollo de
los préstamos a interés. La necesidad de
los artesanos, los medianos y pequeños
propietarios agrarios de encuiiirar. urld
finaiiciacióii para mejurar y acrecentar su
producción les llevó a una masiva dcmanda
de pi-6staii-tus que, si eii uii piincipiu
significaron un elemento positivo, a la
larga se trarisfurniarun en una rtmora pro-
Uuciivd, CI cdusd UC i'ts iuuies c a ~ p bac umuladas
sobre las propiedades hipotecadas
y al alto rédito abonado por algunos
cerisatarius, pues si bien e1 interés no lesionaba
la producción bruta sí lo hacía con la
líq~iida.
Ei censo se convertía ae este moao en
un mecanismo de extracción de los rendimientos,
descapitalizando lentamente al
censatario, reforzando la posicion de los
cerisualistas y el increinentu de un proceso
especulativo alejado por complcto de la
producción, que desembuca en un muvimiento
simple dcl dinero y no dc capitales.
El auge económico del siglo XVII llevó a la
introducción masiva del censo consignativo
que en el traiiscursu del tiempo, por las
sucesivas crisis del sistema, llevaron a su
autoagotamiento debido a su carácter meramente
especulativo, tal como sucede a
comienzos del siglo XVTII, aunque ya en ese
momento el organigrama social y productivo
estaba claramente definido en la isla.
El deterioro de las condiciones del campesinado
y los censatarios urbanos a partir
de las últimas décadas del siglo XVII determinó
una progresiva transmutación social,
pasando de propietarios a arrendadores,
jornaleros, etc., debido, entre otras causas,
al impago de los censos detentados, por las
.A: ..-- "m" a-....- L ---- r: -.-- -- 1^" -..- -- ULV C L J ~~Jv UyL I L U L ~ J iLc5auk a3 C L L iaa qur b r
ve envuelta la economía insular, lo que
repercutió sobre los niveles de demanda de
préstamos.
Si bien el crédito supuso, junto a las
adquisiciones, iina de las principales formas
de acumulación de propiedades a mitad del
siglo por los grandes prcipietarios y las instituciones,
a causa dc las grandes cargas que
se iban acuriiularidc~s obre los bienes hipotecados
imposibles de devolver por los censatarios,
no parece que este mecanismo d~
captación tuviera La1 validez a fines del siglo
XVII, cuando la rnayoría de los bienes más
rentables estaban amortizados, por lo quc
riiüchaj ii-istitucioiies desvidiuii pdi ie de iub
depósitos monetarios dedicados a préstamos
hacia otrds fuentes de posible financiaciuii'.
Así, ei pt5siciiiiv d illic~ébd uld~l ie11'
centuria estudiada significí, un control indirecto
por parte del grupo privilegiado de
uria l~uendp circión de las propiedades libres
que, en etapas de crisis, podían quedar en
manos de los censualistas con un costo inferior
a ciei mercado iibre. Este i-iecno supuso
un artificio válido para la extracción de
excedentes monetarios, por la alta reiitabilidad
de la inversión, pero también significo
una rémora en el desarrollo de las entradas
de capitales de los censatarios, determinando
un aumento de lds quiebras ecoricímicas
en los momentos de recesión.
El préstamo a interés y la hipoteca de bienes urbanos en Gran Canaria en el siglo XVII 103
Los capitales que al comienzo del siglo
habían sido dedicados a la inversión en el
comercio y la introducción de nuevos cultivos
de exportación fueron progresivamente
derivando hacia la propiedad rústica y, en
menor medida, la urbana en un intento de
concentración de tierras que conllevó el
incremento de su precio, a la vez, que la
utilización de vías directas o indirectas para
su captación. Esta situación determinó que
el censo consignativo tuviera un doble significado:
para los censatarios era una forma
de hacer momentáneamente líquido sus
patrimonios, en un intento de incrementarlos
o mejorarlos; y para los censualistas los
préstamos a interés se convirtieron en iin
medio de asegurarse una renta anual y una
forma de penetración cada vez más importante
dentro de los patrimonios de los
pequeños y medianos propietarios, precisamente
aquella masa de inmuebles que aún
est-\hi sin s m ~ ~ k i TzT s ~ , -y1"0--n- wYAw-nL-LnY-v~ -JL.- fi
expansión.
Así, las transformaciones generadas en
el prupiu sistema productivo y social van a
ser los factores de mayor trascendencia
para incrementar el número de préstamos a
interés. De tal manera, que la mencionada
intensificación y extensión de los cultivos se
hizo, en general, por la financiación de las
entidades p~e~idid~iiud~bd iebe i11suidrt.5y ,
en menor medida, por el capital ahorrado
de los medianos-pequefios propietarios.
T dmb i t ~u~tr u de los aspectos a tener en
cuenta fue el tipo de i1iterrí.s de los crcditos
y su evolución a lo largo del Seiscientos.
Iiasta iinaies ciei sigio nVí ei interés dc ios
censos no estaba regulado por una legislación
específica que afectara a la totalidad de
la Corona. La mayoría de los préstamos se
fundamentaban en las Reales Pragmáticas
de 1534 y 1536 donde se establecían como
límites para el interés el 7,14%, aunque la
variabilidad de los mismos sigue siendo
muy amplia en muchas zonas dc la
Península2. En época de Felipe 11 se mantendrá
las disposiciones lcgales mencionadas,
aunque se establecerán pragmáticas reguladoras
de intereses a título personal a favor
de grandes señores buscando la recuperación
de sus haciendas.
Pero será en los primeros años del siglo
XVII cuando aparezca una normativa legal
que armonice los intereses de los préstamos
a interés a favor del Estado o de particulares.
Estas medidas reguladoras afectarán a
toda la Corona castellana, que se encontraba
en ese momento agobiada por juros y
rentas con réditos anuales muy altos, sucediéndole
lo mismo a gran parte de la nobleza
debido a los ~stipendinsy le hahían de
realizar en su vida cortesana3.
A partir de la pragmática de 1608 otorgada
por Felipe 111 el intcrés de los censos
se rebajó del 14.000 el millar a 20.000 el
millar, es decir, al 5% dc interés anual, aunque
no con carácter retroactivo a los pr6stamos
anteriores a su publicación ni a los perpetuos.
Se extenderá definitivamente a
e A,,- *,, ..,.. -..-.-- Guva ~ u i ui i ici i i u c v a yi atjiiizaL:u--c a ü~üi~güdü
en 1621. Pese a esta nueva legislación en
algunos censos redimidos o aún rentando
en la isla, hasta la década de los afios sesenta
del siglo XVII se mencionan intereses que
van desde el 7,14% al 3,3%, sobre todo en
rentas impuestas a favor de conventos
femeninos y de capellanías.
Pero es el interés del 5% el utilizado de
forma generai durante ei sigio KWI significando
una alta rentabilidad monetaria, sólo
superada por algunas modalidades de
comercio marítimo a riesgo, pues la reintegración
del préstamo a largo plazo, la posibilidad
de captación de la propiedad en
caso de impago o la seguridad de la inversión
van a ser elementos vitales para su
proliferación" En las etapas de gran desarrollo
económico, debido a la reactivación
de los sectores productivos, y en las fases
de precrisis, para hacer líquido parte de los
patrimonios, el número de préstamos se
incrementaba, mientras en las coyunturas
recesivas las solicitudes de censos decaían
rápidamente. De este modo, durante la primera
etapa del siglo XVII el número de solicitudes
es muy limitado a causa de los tituEl
prtstamo a interés y la hipoteca de bienes urbanos en Gran Canaria en el siglo XVII 1 05
El número de censos solicitados se distribuyen
por las diversas localidades de la
isla en f~inciónd c todo una scric dc condicionantes
económicos, su posición en el
organigrama social o el asentamiento de
medianos y grandes propietarios en cada
término.
El incremento de la demanda agraria, la
consiguiente extensiúii de los rullivüs de
abastecimiento al mercado interno y la búsqueda
de su finaiiciaciíin fueron factvres de
gran iinporldiicia prlrd que 10s vr(,inos de
Teror, Arucas o Gáldar pdrticiparari como
solicitantes de préstamos que les permitiera
compra de pequeñas parccias, adquisición
de aperos de labranza o la mejora de las
parcelas dctcntadas. En Tcror, por ejemplo,
durante el siglo XVll se produce un fuerte
incrcmcnto en su aportación a la economía
insular, permitiendo el incremento de los
sectores de medianos propietarios que
demanda un elevado número de censos,
fundamentalmente de pequeña y mediana
cuantía, entre los 4.800-72.000 maravedis.
La cortedad de estos préstamos estaban en
función de las posibilidades de hipoteca de
los bienes de los solicitantes, pues las
viviendas y parcelas no podían, en general,
soportar gravámenes muy altos por los
valores medios que alcanzaban en el rnercado,
ciñéndose así los préstamos a sus cotas
inás baja, salvo que el solicitante tuviera
un elevado patrimonio.
En La Vega los censos consignativos
demandados tienden a subir de cuantía por
la calidad y precio alcanzando por las
viviendas y tierras, facilitando la concesión
de créditos de alta inversión a favor de sus
propietarios, ya que los censualistas podían
obtener una serie de ventajas a través de
ellos: percibir una alta rentabilidad, tener
su dinero a seguro sobre propiedades de
gran valor y, en caso de impago, poder
optar a una parcela de tierra de viña en
unas condiciones económicas muy ventajosas.
Paralelamente, las solicitiid~sd e crnsnq
consignativos cn la ciudad de Las Palmas
se centraron en los de pequeña y mediana
categoría y, en menor medida, en los de
gran inversión, estos últimos con préstamos
por encima de los 144.000 maravedís. El
valor de los inmuebles en la ciudad, la
movilidad de su economía, el aseiitaniieiik
de una elevada masa de propietarios, la
fliictiiación de capitales libres y la presencia
de lus yr iiicipd1t.s rentistas llevaron a que el
número de censos otorgados fueran alto, al
poder los solicitantes imponerlos sobre bienes
de valor medio muy elevado con respecto
al resto de la isla. Por tanto, en las
zonas con considerables movimientos de
capitaies se proauce ei asentamiento de un
nutrido grupo de medianos y grandes propietarios
que con su demanda provoca un
alza de los precios medios de los inmuebles,
influyendo, a su vez, en el incremento
de los préstamos a interés. Aunque estas
condiciones no fueron siempre decisivas
para la aparición de solicitudes, debido a
que existía otro tipo de relaciones dentro dc
la formación social regional que determinaban
toda su financiación5, el número dc
censos concedidos aumentan a lo largo del
siglo XVll gracias al asentamiento del
modelo productivo y a la superación de la
gravc depresión económica de comienzos
de la centuria. La introducción de nuevos
productos agrícolas, la jerarquización cocioeconómica
interna o la clarificación de las
funciones desempeñadas por cada grupo
dentro de la sociedad insular fueron elementos
decisivos para la cristalización de
unas nuevas vías de redistribución de las
rentas. Al principio estas mejoras significaron
un proceso positivo para amplios sectores
de la población pero a lo largo de la centuria
los procesos vinculativos, la
elitización de las capas superiores de la
sociedad y la cada vez mayor acaparación
de rentas llevaron a profundos desequilibr
io~q, ue empezarán a tener sus primeras
consecuencias a principios del siglo XVIII.
La evolución de la demanda de censos
PS h a ~ t a ncto~m pleja pnrq1.i~n o snlo id!-ye
factores productivos en los solicitantes y los
1 O8
En las áreas rurales el predominio de
los campesinos cn la solicitud dc censos es
bastante alta, 68,6%, dirigiéndose los capitales
hacia la adquisición de tierras dedicadas
a satisfacer la elevada demanda de productos
de primera necesidad de ciertas
áreas del Archipiélago y a causa del desarrollo
de un mercado interno con una
demanda alta y constante de productos. La
ampliación de los terrenos de cultivo significó
no sólo su adquisición o su adecuación
para su explotación, sino que además
implicó la compra de aperos de labranza, la
construcción de viviendas temporales, tanques
de agua, pozos, gaiianias, alquiler de
animales para el arado o la contratación de
jornaleros. Todo supone unos desembolsos
monetarios de los que no disponían la
mayuría de los censatarios, aunque sí de la
riqueza suficiente como para refrendar
mediante su hipoteca censos de pcqueíia y
mediana categoría.
Los que adjunta a su nombre el "dondoña"
tienen una importante participación
en las solicitudes de censos, tanto para la
adquisición de tierras7 como para la redención
de otros gravárnenes de gran peso
impuestos sobre sus bienes inmueblesx. La
mayoría de este tipo de solicitantes se localizaban
en los núcleos de mayor peso urbano
dentro del organigrama de la isla aunque,
por causa de la destrucción de parte
de la documentación, sobre todo de Telde y
Agüimes, se han perdido numerosos censos
donde debieron hipotecarse bienes de
naturaleza urbana.
En cambio, los artesanos apenas si tienen
relevancia en los solicitantes procedentes
de las zonas rurales de la isla. Lo limitado
de su número, la cornplementariedad de
su oficio con el de agricultor, sus oscilantes
cifras, lo limitado de sus recursos, el mercado
al cual se dirigía su producción, la
potencialidad de la demanda o el descenso
aparente de su número en algunos núcleos
(Guía, Agüimes) a fines del siglo XVII fuef-
ictnres de imnn-r - t-a.n..-r i a na-- r -a c- i-i -r ~-r -ii irida
presencia ante el escribano. Por contra,
en Las Palmas los artesanos y mareantes,
estos últimos cl 29,470 de los 136 que componen
el grupo, van a representar un yorcentaje
significativo en la totalidad de los
demandantes, cerca del 15%. Los artesanos
solicitarh~ip rtstarrios para la adcluisiciú~i
de inmuebles' -tenerías, tiendas, lonjas-,
material -cueros, ropas, alhajas-, pago de
deudas o ampliación de los negocios, mientras
que los mareantes los demandaban
para la compra de viviendas, bienes de consumo,
redención de censos, etc."' Su actividad
se verá favorecida por el incremento
del consumo interno, los acontecimientos
exteriores, caso de la guerra con I'ortugal, o
por la mejora de ciertas producciones.
El papel de los agricultores en Las
I'almas es muy reducido al limitarse a los
hortelanos de la ciudad o a los reducidos
grupos de campesinos asentados en los
pagos de Tamaraceite y San Lorenzo. En
conjunto, apenas si representan el Y,5% de
los demandantes, solicitando habitualmcnte
préstamos por debajo de los 48.000 maravedís
de principal. Este escaso portagonismo
está representado por los mercaderes,
l,l%, acostumbrados a otros sistemas de
financiación más rápido y lucrativos, por
los hombres de leyes, 4,2', o por los eclesiásticos,
5,5%, ya que los avecindados en
Las Palmas obtenían sustanciosas rentas
tanto de sus oficios como de sus múltiples
propiedades y transacciones. Los milicianos
y los que anteponen a su nombre el
"don-doña" tienen una participación dentro
del mercado importante, 28,356, inclinándose
hacia los préstamos medianosaltos
para el pago de deudas. redención de
tributos, compra de bienes inmuebles o de
oficios públicos, suponiendo, en general,
un considerable capital que sucesivamente
va pasando de manos de censatario a censualista
y viceversa. En este movimiento
hay un sucesivo incremento especiilativo y
ficticio del dinero que lleva al colapso del
sistema y a SU agotamiento, sobre todo a
pzrtir 1705 ciiafide se decida 12 r&aja
del interés de los préstamos al 3%. Su pre110
Pedro C. Quintana Andrés
maravedís. De estas pequeñas operaciones
financiera dan fe los tres préstamos a interés
otorgados en Guía por el convento de
San Antonio de Gáldar, situados entre los
14.400-38.400 maravedís, o los seis entregados
por el convento de San Juan de Ortega
de Firgas, entre los 1.440 maravedís hasta
los 15.360, mientras que los conventos asentados
en la ciudad conceden sus préstamos
a vecinos de las zonas rurales que demandan
censos por encima de los 24.000 maravedí~
s,o licitáiidolos miembros de grupo de
poder local o medianos propietarios agrícolas
destacados de la comunidad.
Las capellanías, vínculos y mandas pías
se ven en la obligación de participar en el
rnerradn para mantener iinns niíniinns
ingresos para el desarrollo de sus funciones,
observándose una sucesiva desviación
del dinwn a lo largn del rigln XV!! de Ins
bienes inmuebles urbanos liacia las propiedades
rurales y los ceiisus consignativos.
Dentrv de este grupo destacan múltiples
instituciones locales e insulares, entregando
las primeras -capellanías de María de
Alvarado y Juan LUpex en la Vega o de
Margarita Espino o Luis de Betancor en
Guía- cerisos de bajas cuantía, hasta unos
30.000 maravedís, mientras las radicadas en
Las Palmas -vínculo del doctor Matías
Andrts, del canónigo Gregorio Trujillo o
del doctor Manso Dávila- monopolizan casi
todos los préstamos a interés con cuantías
superiores a la reseñada. El resto de las instituciones
-ermitas, hospitales, bcncficiosdesempeíían
un papel poco significativo en
el conjunto del mercado de préstamos consigantivos,
tanto por su porcentaje como
por su cuantía.
En los inversores particulares destaca el
capitán Juan de Matos que con 351 censos
entregados, el 17,5% del total, representa a
uno de lus mayores prestamistas de la Edad
Moderna en la isla y a una de las principales
familias que se asientan en el poder económico
de Gran Canaria desde mediados
del siglo XVII hasla el final del Antiguo
Régimen. El capitán Matos es un ejemplo
de estudio para conocer los diversos mecanismos
y estrategias de apropiación a los
que daba lugar los censos consignativos,
pues a través de los registrados se observa
que sólo hace entrega de ellos a campesinos
que localizan sus propiedades en las áreas
donde va creciendo el patrimonio agrario y
urbano del censualista. De este modo, sus
preferencias se dirigen liacia las zonas de
medianías situadas al norte y centro de la
isla y hacia los vecinos localizados en las
áreas de mis amplio movimiento mercantil
y artesanal en Las Palmas (calles de la
Carnicería; Prlota; Triana); donde qe iibicaban
la mayoría de sus bienes inmuebles
urbanos. Teror, La Vega, Guía, Arucas y
1.3s Palmas fiirrnn 7nnas prrfrren~:ialrc.
donde entregaba censos consignativos de
pequeiía cuantía, entre 19.200-24.000 maravedí~,
v excepcinn;l!m~nf~p r e l~&n;ld e
los 48.Ó00, salvo en la ciudad donde a fines
del período estudiado dicho milicianos
llegó a entregar algún censo que alcanzó los
192.000 maravedís. Esta gran prodigalidad
en la concesión de préstamos a interés, fundamentalmente
desde mediados de los
años sesenta, le permitió no sólo captar
numerosas propiedades de morosos, vendidas
rápidamente a censo reservativo, sino
que además le llevó a incrementar vertiginosamente
el número de rentas vinculadas
a favor de su mayorazgo".
Entre el resto de los grupos destacan los
milicianos y eclesiásticos que, por las caractcrísticas
dc sus rcntas, principalmentc de
los segundos, dirigían hacia la especulación
y los rendimientos seguros sus capitales.
Ambos sectores entregan un elevado número
de censos consigantivos a vecinos de Las
Palmas, sobre todo a mareantes y artesanos,
mientras su participación en las zonas rurales
es escasa, siendo allí el mediano propietario
agrario y los milicianos sus principales
solicitantes. Los préstamos entregados
son medios-altos, por encima de los 30.000
maravedís, situándose las hipotecas otorgadas
por los cerisaiariüs sobre parcelas y tierras
de alto rendimiento.
El préstamo a interés y la hipoteca de bienes urbanos en Gran Canaria en el siglo XVII 111
Por contra, destacan negativamente por
su reducida presencia los mercaderes -localizados
en la ciudad, Telde y Guía fundamentalmente-,
artesanos y hombres de
leyes como censualistas debido a las características
de sus ing-r esos, las inversiones
que debían hacer en la mejora de sus negocios
o la existencia de otros medios de
financiaciúii d uvbibleb solicitantes tan rentables
como el analizado (préstamo simple,
entrega de dinero a plazo, etc.).
A la vez que los censualistas y censatarios
tienen u; gran abigarramiento interno
a la hora de su estudio, los bienes dados a
íianza cn ei momento de ia soiicitud del
préstamo por los censatarios poseen una
gran complejidad tipológica y de tasación
que se haintentado limitar para su estudio.
La cuantificación del volumen de bienes
entregados a fianza es determinante para
evaluar la categoría de los patrimonios, la
opcionalidad a algunos préstamos y los
mecanismos de hipoteca utilizados. En el
presente estudio, para su agilización, se ha
desestimado en las relacioncs adjuntas la
hipoteca de tributos y ganado, estos últimos
escasamente cuantificables dado que
muchas veces no se menciona el número de
cabezas, dándose cn hatos. Esto ha permitido
observar sensibles diferencias entre las
fianzas otorgadas entre los diferentes préstamos
solicitados en la isla, ya de por si con
gran disparidad interna, pues van desde los
1.440 maravedís hasta 1.560.000. Para su
análisis se han dividido los préstamos en
cinco categorías, utilizada a lo largo de este
estudio para distinguir entre los pequeños,
medianos y grandes censos: hasta los 24.000
maravedís; de 24.000 a 48.000; de 48.000 a
144.000; de 144.000 a 240.000 y de más de
240.000 en función de la tipnlogía media de
los solicitantes y de los tipos de hipotecas
realizados.
Las hipotecas otorgadas por los censatarios
localkados en Las ~-'al&ase caracterizan
por los elevados porcentajes de las
viviendas; en tndas las categorías &a se
sitúa por encima del 50% del total de los
bienes hipotecados. En los préstamos de
cuantía baja o media el predominio de las
casas terreras u de una planta está bastante
equilibrado con respecto a las de alto y
bajo-sobradadas o de dos plantas, mientras
que en las fianzas realizadas para préstamos
superiores a los 48.000 maravedís
serán las residencias de mayor valor las que
tengan un papel más notable, a medida que
aumenta la categoría social y económica de
los solicitantes. Los derechos sobre viviendas
dados en fianza son muy escasos, dcbido
a los posibles conflictos judiciales para
la incautación del bien por el resto de los
copropietarios en caso de dolo del censatario.
El valor medio alcanzado por estos bienes
dentro del mercado, si se compara con
los ubicados en el resto de la isla, fue de
vital importancia para un amplio sector de
la población que estaba al margen del proceso
de acumulación de propiedades rurales.
Artesanos, marineros, comerciantes,
eclesiásticos, hombres de leyes o milicianos
pudieron demandar un elevado número de
censos consignativos por las características
de sus bienes urbanos, su valor y el desarrollo
de una dinámica económica interna
básica para que muchas capas de la sociedad
que en las zonas rurales no tuvieron la
oportunidad de acceder a un préstamo, por
el valor de sus propiedades, sí lo hicieran
en la ciudad.
Además de las viviendas destacan las
huertas y cercados ubicados dentro del
perímetro de la ciudad que suponen unas
elevadas cifras absolutas y, en menor cuantía.
porcentuales. Este tipo de bienes qnn
hipotecados por hortelanos y labradores
asentados en Las Palmas, mientras que la
mayoría de los terra7gos que aportan sus
dimensiones en fanegas, las horas, días y
suertes de agua son dados a fianza por
vecinos de San Lorenzo, Tamaraceite,
Dragonal, etc., o de milicianos y eclesiásticos
que solicitan préstamos muy altos recurrienc!~
r propiedades s i t ~ a r l u ce n P! e,
torno de Las Palmas. Por contra, el número
de oficios hipotecados es muy bajo, pues el
alto valor de los mismos les hacía incapaces
para censos habitualmente de mediana o
baja cuantía. La mayoría de los oficios hipotecados
son dados a fianzas por escribanos
o procuradores, siendo este bien la base de
las hipotecas realizadas por el grupo de
censatarios relacionados con el mundo dc
la judicatura.
En el mundo rural las hipotecas poseen
unas peculiaridades bastante diferentes a
las mencionadas. Así, las viviendas van disminuyendo
su porcentaje en el total de las
fianzas a medida que el principal de los
censos aumenta, pasando así su porcentaje
del 37,4% para los comprendidos entre los
4.800-24.000 maravedís, a solo el 26,8% para
los que superan los 240.000. Las casas terreras
y las altas tienen una presencia muy
desigual en cada uno de las diferentes tipología
de los censos consigantivos, de este
modo, la primera es predominante en las
fianzas otorgadas para los establecidos
entre los 4.800-144.000 maravedís, 26,7%,
24,5% y 20,0% respectivamente, para caer
de forma espectacular desde los 144.000 a
los más de 240.000 maravedís, cuando sólo
llegan a suponer el 8,3% y 3,2%. La mayoría
de estas últimas viviendas debieron de ser
residencias secundarias de los solicitantes,
repartidas entre las diversas parcelas de las
tierras poseídas en las áreas de medianías.
Las de alto y bajo-sobradadas adquieren
un fuerte predominio en las hipotecas realizadas
a favor de los censos de gran cuantía,
suponiendo la mayoría residencias temporales
de los propietarios, si éstas estaban
fl~er2d e !Ec ascos caEereros de radñ término.
El menor porcentaje de viviendas dentro
del conjunto de bienes está en relación a
las características de los demandantes, casi
todos campesinos, que basaban su prosperidad
en la tenencia del mayor número de
terrazgos posibles siendo, a su vez, base de
sus hipotecas. La imposibilidad de conseguir
elevadas sumas en las zonas rurales les
!!eva?;a a acüdir a !os grandss ccr.~un!istns
urbanos que no dudaban en exigirles cuantiosas
fianzas de propiedades para salvaguardar
sus capitales, controlar mayor
número de bienes, etc.
En los principales cascos agrarios -Telde,
Guía o Agüimes- el peso de la vivienda
fue mucho mayor. En Telde para los censos
consignativos establecidos entre 48.000-
144.000 maravedís las viviendas suponen el
4'/,5% y en aquellos que alcanzan hasta los
240.000 llegan al 36,3%. En Guía para los
préstamos inferiores a los 24.000 maravedís
las viviendas representan el 41,7% del total
de los bienes hipotecados, mientras en
Agüimes los censos consignativos superiores
a los 240.000 maravedís tienen a la
vivienda como base de la fianza con el 40%
del total. Las casas en las zonas rurales
desempeñan un papel secundario en los
censos de mediana y alta cuantía, mientras
que porcentualmente mantienen su peso
específico dentro de los de bajo principal,
aunque cualitativamente tengan menor
incidencia. El valor de las viviendas terreras
era muy reducido en las zonas rurales,
más aún si estaba alejada de los cascos principales
o en núcleos marginales dentro del
sistema jerárquico urbano de la isla, siendo
la tierra la principal propiedad sobre la que
se basa tanto la fianza como las apetencias
de los censualistas.
Las hipotecas de huertas y cercados disminuyen
considerablemente, aunque mantienen
altos porcentajes dentro de los préstamos
de baja y media cuantía, siendo
reemplazados en los de alto valor por oficios,
haciendas que no determinan su
superficie, días y horas de aguas, experimentando
iin aiige ;i medida qiie alimentan
los principales entregados. Se produce así
una fuerte dicotomía entre los solicitantes
de censos dentro de! mundo agrario, donde
los campesinos y medianos propietarios
realizan fianzas a la hora de la solicitud de
los préstamos en las que hipotecan entre el
80-100% de sus bienes, de ahí el predominio
de las casas en la totalidad de las hipo-
&,",, .. ,. ,c., 1-A, 1-0 ,A, ,v,,;n+7-
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rios que a la hora de realizar sus fianzas
114 Pedro C. Quintana Andrés
OUrvcrsdal <le Las Panias do (,re, Canara i t o e c a Unuestsrs Memma D g a l e Caniris 2015
El préstamo a interés y la hipoteca de bienes urbanos en Gran Canaria en el siglo XVII -- 115
inciden sobre haciendas, aguas y casas altas
situadas dentro de sus parcelas o en los cascos
de los pueblos donde se establece cl
grueso de sus propiedades.
Las diferencias entre las características de
los bienes hipotecados por los censatarios
avecindados en Las Palmas y en las zonas
rurales son bastante significativas, no sólo en
la importancia porcenhial de la vivienda sino
en el resto de los bienes dados a fianza. Las
otorgadas en la ciudad tienen un carácter
marcadamente urbano no sólo por la tipología
de los bienes de los solicitantes sino que
la situación se refuerza por las propias prioridades
de los censualistas, al desear la captación
de bienes de gran calidad y rentabilidad,
como eran las huertas y parcelas productivas
tan cercanas al mercado de demanda, a la
vez que residencias bien situadas dentro de
la urbe que facilitaran su arrendamiento a
mercaderes y miembros del grupo de poder
económico local. El Cabildo Catedral, los
conventos y algunos partirlilares tenderán a
concentrar sus préstamos a vecinos de Las
Palmas, intentando un proceso especulativo
de mayor envergadura, superior al que
pudieran realizar en las zonas rurales, donde
los riesgos de deterioro de los bienes, su escaso
valor, los rendimientos decrecientes, etc.,
Iiacían menos atractiva la inversión.
En cambio, otra serie de censualistas,
caso del convento de San Bernardo o el
capitán Juan de Matos, entregaron censos
consignativos tanto a vecinos de Las
Palmas como del resto de la isla. Esta era
una clara estrategia de intento de acumulación
de propiedades en zonas de interés
económico preferenciar, donde primaba la
posibilidad de unos importantes bcneficios
derivados de la demora en la redención
de los principales por unos campesinos
que, debido a las crisis coyunturales
agrarias, sc verían abocados en un
momento u otro a entregar la propiedad al
censualista o a traspasarla a un menor precio,
así como a alargar las rendeciones de
los préstamos durante un tiempo muy
prolongado. De este modo, aunque los
préstamos a interés solicitados cn las
7onas rurales tenían, en general, un principal
menor a los demandados en Las
Palmas, dicha situación se compensaba
pir2 e1 cencua!icta curi !a psibi!idnd dr
acumular en los momentos de recesión
mayor número de propiedades por la fragilidad
de! propio sistema productivo,
convirtiéndose los censos consignativos
más en un modo de especulación que en
una ayuda a la multiplicación de los rapitalcs.
NOTAS
1 QUINTAANNAV I&,P .: "La venta a censo de
inmuebles y e préstamo monetario a interés:
2CCTC UíriiCiitO & las -L -C-iL--C L ~U2C~ -L 1 L, L-L~UiIL UU
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1500-1730, en XI Coloquio de Historia Canario-
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1996.
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Una ciudad de Castilla y su entorna a<yrario en cl
siglo XVI. Valladolid. 1989. YUN CASALILLA,
B.: Sobre la trarisición al capitalismo en Cactilla.
Economía y Sociedad en Tierra de Cnmpos 11500-
i83Yj. Níadrici. I Y W .
3 DOM~NGUOEZR TIZA,, : Las clases privilegiadas
en el Antiguo Régimen. Madrid. 1985.
4 BEUNASSBA.:R ",D e nuevo sobre los censos e
inversiones en la España de los siglos XVI y
Xi'ii", en tsrado, ~ a c i c n ü ay Sociedad en la
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cn Canarias", en Obras Corrlpletas, págs.
223-247. Tomo 11. Santa Cruz de Tenerife.
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Antig~lo Régimen: obligaciones-préstamos,
ventas de rentas y ventas de censos", en
Actas de las 1 jorriudas de Metodología Aplicada a
116 -
las Ciencias Históricas, págs. 763-780, Tomo
111. Vigo. 1975. FERNÁNDEDZE PIILEDOE, .:
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ante la usura y el crédito rural (siglos
XVI a XVIII)", en OTAZOA, . (Ed.): Dinero y
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Madrid. 1977. N ~ N EPZES TANOJ.:, "Censos y
tributos en las Islas Canarias a fines del
Antigi'io Régimen", en VI11 C H C A , Tnmn A A-.--
11, págs. 45-82. Madrid. 1991. YCN CXSALILLA,
B.: Sobre la trai~sicio'iz. .. op. cit. PEREIRJA.L, .: El
préstamo hipotecario en el Antipo Régimen. Los
censos al qiiitar. Cádiz. 1995. Ex~ósrro
LORFNZOM, . G. QUINTANAAN DRÉSP, .:
"Aproximación al censo consignativo en
Lanzarote (1700-1750)", en Anuario del
Archivo Histórico Inst~lar de Ftlertezlentirra
Tomo VII, págs. 43-66. Madrid. 1995.
QLINTANAAP IDRESP, .: "El préstamo a interés,
las crisis agrarias y el desarrollo económico
en Lanzarote entre 1600-1750", en VI11
]ovnaiins de Estudios de Fuertez~entlírn y
Laiiznrote. Arrecife. 1997 (en prensa). l'odos
ellos con una amplia bibliografía sobre el
tema.
5 P ~ R EGZA RC~JA. M, .: Un modelo de sociedad ...
O;). cit.
6 QUIRTANAAN DRÉSP,. : "La venta a ... op. cit.
Del mismo autor "El patrimoriiu del Cabildo
Catedral de la Diócesis de Canarias. Su composición
y gestión", en V Jorriadns de la Iglesia
en Cnnnrins Almognr~n nQ 16, págq. 73-84. ¡.as
l'almas de Gran Canaria. 1995.
7 Archivo Histórico Provincial de Las Palmas.
Protocolos Notariales. Escribano: LAZARO
F~GUERVO.4AK AS. Legajo: 1.434. Año: 1699.
El capitán ANTONIOD E RF THENCO~ IRTY
PRANQUsIoSl icita al convento femenino de
San iideíonso, sito en Las Faimas, ia cantidad
de 780.000 maravedís, impuestos sobre su
- Pedro C. Quintana Andrés
hacienda de Lairaga (Guía), cercado de "El
Peñón", con cuatro días de agua y unas casas
altas, demandando el prestamo para comprar
el cercado de "El Molinillo", de dos
fanegadas y media y su agua, situado al lado
de los anteriores.
8 A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano:
C'RIST~RSAULÁ RED~F MEDINAL.e gajo: 2.380.
Afin: 1691. ~ N FRAANC ISCDEA B ETHENCOURT,
vecina de Guía y moradora en Agaetc, da
poder a su marido, el capitán Cristóbal del
Castillo, para que solicite 420.000 maravedís
dedicados a redimir un tributo impuesto
sobre la Hacienda de Agaete a favor de DON
MARTI'RNA M~RDEEZ S AYASh,i potecando
todos los bienes de su propiedad.
9 A.H.P.L.P. Protocolos Notariales. Escribano:
JosF GARCI'LAe.g ajo: 1.345. Ano: 1678. MATI'AS
CABRERoAf,i cial de albañil y vecino de Las
palmas, sitúa a favor del capitán JUAN DE
MATOS48 0 maravedís anuales de censo sobre
una casa terrera uhicada por encima de la
acequia de "Las Negras", que las hubo de
Angela de Carvajal, liberta, al necesitarlos
para cubrir parte del valor de la adquisición.
10 A.H.P.L.P. I-'rotocolos Notariales. Escribano:
JUAN BAEZ GOLFOSL. egajo: 1.141. Ano:
1651. CREGORIHOE RNAKDEmZ,a reante,
impone a favor del capitán FRANCISCODE
PADILLrAe,g idor, 1.200 maravedís anuales
sobre una casa terrera nueva, que estaba
edificando en la calle de La Laguneta en el
barrio de Triana, demandando el dinero
para su terminación.
11 Para analizar el patrimono de esta familia y
el proceso de vinculación de la renta generada
por estos censos consignativos véase
SuÁiikz GKIM~NV.,: La propiedad pública, vin-
L L L ~ L ~y Ur& ,&í jcn eii U i ~Ciüi iiii.ir~i, i i !ii L^;%~s
del Antiguo R&imen Vadrid. 1987.