VEGUETA, Número 2,1995-1996, (195-201)

El espectáculo, el gusto

y sus transformaciones

en Las Palmas de Gran

Canaria a principios

del siglo XX

U 3 c c n r i ~d c !r.ves:igación de: Eepai Laiiiriiiu de Arte,

Ciudad y Territorio.

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

"E I tratrn no sobveuioiuá más que coino

una csczwlri i l o n ~sfe~ e t ~ e ñ esu oficio a

los nctovt?~p;e vo rl tmtvo time yn sus díns contados.

No pliedc iucl~arc oiztvn ln creciente boga

dvl L i ~ w ".

Estas palabras pronunciadas por el dramaturgo

irlandés Bernard Shaw y recogidas

por la prensa local en lY3U ponen de

manifiesto uno de los cambios más rclcvantes

que ha experimentado el ocio a nivel

mundial.

Es indiscutible que Bernard Shaw al

pronunciar ese discurso no hacía referencia

directa a un espacio geográfico tan rediicido

como el de la capital grancanaria. A

pesar de todo, esta transformación a la qiie

hace alusión el autor de Pignzalion, obra teatral

llevada a la pantalla, la hemos podido

constatar en Las Palmas de Gran Canaria a

través del estudio y análisis de la prensa

local en la que los espectáculos siempre

ocupaban un iugar más o menos ciesiacado

poniéndose, por tanto, de relieve la importancia

que éstos tenían para determinados

sectores capitalinos.

A lo largo del siglo XIX la referida urbe

contaba con una crirtclcra de espectáculos

lo suficientemente amplia como para contentar

a los diversos sectores de población:

teatro, zarzuela, conciertos, variedades

(acrobacia, revista, ilusionismo...), peleas de

gallos, luchadas, e incluso, a partir de 1864,

espectáciilos visuales precedentes del cinematógrafo

("Panorama", "Siglorama")' que,

a pesar de su carácter esporádico, ya causaban

gran <~xí;i-ctaciS:: cnfrc !=S habitaritrs

de la ciudad ante la novedad que ello suponía.

A pesar de esa expectaci0n todaví'i rivs

encontramos muy lejos de la realidad planteada

por Shaw. En efecto, la supremacía

del tcatro como espectáculo en el siglo XIX

era algo fuera de toda duda, como lo ponen

de inaiiifiesto las numerosas compañías

teatrales que hacen escala en Gran Canaria

prolongando su estancia durante varios

meses, en algunas ocasiones, a petición de

un público ávido de actividades de ocio; o

los habituales conciertos vocales e instrumentales

organizados y protagonizadvs por

los profesores de la Sociedad Filarmónica

de Gran Cmaria.

Toda esta actividad se desarrollaba

desde 1845 en el Teatro Cairasco de Figueroa,

aunque las deficiencias del mismo,

quedan patentes desde fecha muy temprana,

como lo ponen de relieve las constantes

alusiones aparecidas en la prensa local:

"Deseosos de corregir todos los abusos

que observamos en la población, hace

algún tiempo que pensamos dirigir nuestras

indicaciones hacia los que tan de

bulto se advierten en nuestro teatro.

Prescindiendo de los defectos de construcción,

porque no tratamos ahora de

aconsejar que se reedifique, nos referiremos

sólo a los muebles y enseres propios

del mismo eciificiv, y quc cuii éi sc dyuilan

a las Sociedades que dan allí sus funciones

..." (...) "...Los asientos del patio,

incómc&x, desaseados y rotos por algunas

partes..."'.

Aunque a medida que pasa el tiempo

las críticas van siendo mucho más demoledoras:

"Inútil sería detenernos a enumerar las

faltas de que adolece; todos estamos convencidos

de ellas, y por desgracia las palpamos,

por así decirlo, todas las noches.

Allí riu ven la escena sino un deterininari&

merv de norcnnac e! reste r-A--A--r

pero no ve. Allí no hay comodidad para

estar sentado ni en pie; de cualquier

modo se estd I I ~ N. o d x ~ n o dse donde

copió el plano de su obra el arquitecto

que lo delineó..."'

Todo ello pondrá en evidencia la necesidad

de un nuevo teatro para la ciudad,

pero, al mismo tiempo, la importancia e

iiisistencia con que se trata el tema en la

El espectiículo, el gusto y sus transformncioncs en Las Palmas de Gran Canaria a,.. 197

prensa nos hace pensar que:

-Gran parte de la población de la ciudad

de Las Palmas de Gran Canaria tenía

profundamente arraigado el teatro como

actividad dp ocio y esparcimiento durante

la segunda mitad del siglo XIX.

-Del mismo modo, los aficionados

cntcndían lo suficicntc como para exigir

que las representaciones se llevaran a efecto

con la dignidad y el respeto que tal actividad

demandaba.

De cualquier forma, la necesidad de un

nuevo teatro era tan evidente que en torno

a 1867 comenzaron los trabajos preliininares

con la finalidad de iniciar la cimentación

de tan importante coliseo'.

Tras varios años de arduos trabajos y de

penurias económicas, que no son objeto de

estudio en esta ocasión, el Teatro, bajo la

denominación de Tirso de Molina, fue inaugurado

oficialmente en el año 1890, con una

oran. rnmA nañía T-~- PA- nmñ A -. i- t.ñ- .lAiñ-A.-n .ñ- .h , si bien ya

en 1888 el afamado tenor Stagno había ofrecido

en él un concierto a beneficio de las

víctimas del naufragio del Sud Aii~érica'.

La construcción del nucvo liceo, alabado

incluso por los extranjeros que visitaban la

ciudad: " ... es un edjcio elegantísimo y corvccto:

una verdadera joya r?rqz~itectóilicay dc decoración..."',

posibilitó que cl espectáculo teatral

(teatro, zarzuela, ópera ... ) arraigara en

un mayor número de isleños, continuando,

por este motivo, ostentando la supremacía

en cuanto a actividades de esparcimiento se

refiere. Aunque, hay que indicar, que el

mundo teatral tendrá que enfrentarse abiertamente

con los nuevos y modernos espectáculos

desde los primeros años del siglo

XX.

No obstante, como se ha señalado con

anterioridad, los precedentes o precursores

del cine en Las Palmas de G.C. hay que

buscarlos a partir dc mediados del siglo

XIX. En estos momentos no podemos

habiar de ia existencia de "cinematógrafos",

por lo que nos referiremos a estas manifestaciones

coino "espectáculos visuales"". La

importancia de los mismos no estriba solamente

en cuanto a que suponen la introducción

de un elemento novedoso y progresista

en la ciudad, sino en que poco a poco

irán cautivando al público, preparándolo

para la aceptación del cinematógrafo, transformando

paulatinamente el gusto de los

que habitualmente acuden a este tipo de

espectáculos, contribuyendo a que no sea

sólo úriicdrrirrite el tedtro la Ú n i m oler-la de

ocio y esparcimiento y, del mismo modo,

contribuyendo a la ampliación de los núcleos

donde se desarrollaba la vida social de la

urbe.

Los espectáculos de óptica o visuales

comenzarán su andadura en la capital grancanaria

en torno a 1864. Un breve anuncio

inserto en el periódico "La Patria" convocó

a la población a un "panorama universal de

vistas" instalado en la calle de La Pelota

númerp 13 ! &te 7 - I ~ Q de IQE rn r-i-m- - -p-r-n- cespacios

arquitectónicos dedicados a este

tipo de espectáculos, atrayendo a numeroso

público por su carácter novedoso.

Veinte años más tarde, en 1884, el

empresario Sr. Lacerda por medio de un

aparato de proyección ofrecerá durante

varios días a lo largo del mes de mayo un

espectáculo de vistas y "cuadros disolverites"".

kn esta ocasión el lugar donde se

desarrolló tal actividad fue el Teatro Cairasco

de Figueroa con lo que asistimos a la primera

relación que se establecerá en nuestra

ciudad entre el teatro y el cine, tanto a nivel

de actividad recreativa como en el plano

arquitectónico. Esta vinculación quedaba

constatada por el hecho de que el Sr. Lacerda

promovió tal evento Iúdicn como medio

de recaudación de fondos para la construcción

dcl Nuevo Gran Teatro de Las Palmas

de G.C. Concretamente se estableció que

"...la mitad dcl prodiícto dedicar6 á l ~ osbr as

de tan prait~iisosoe d~fici.o.. "".

Dei mismo modo, en aiguna ocasión

eran las propias compañías dramáticas,

como la dirigida por cl actor Maurice E.

Baudman, quienes contribuyeron a dar a

conocer lo que denominaban "...célebre

i n w n f o de Edison ... "13, pero siempre como

complemento a la actividad teatral propiamente

dicha. Este tipo de hechos posibilitaron,

por otra parte, que los aficionados al

teatro tomaran contacto con el cine y lo

incluyeran entre sus posibilidades de ocio

de manera paulatina.

A pesar de que estas relaciones Teatro-

Cine serán habituales, desde el primer

momento se advierten los problemas que

tenia ei teatro para ceiebrar estas novedosas

actividades, como esos "...defPctos de luz que

se notaron en el estreno ... "; si bien no fueron

en ningún momento un problema para que

la concurrencia fuera claramente bastante

numero~a'~.

Los últimos años del siglo XIX coincidirán

con el establecimiento de diferentes

ni í r l~md e exhihirinn de los niwvos psr)pctáculos

ópticos. Entre éstos podemos señalar

fundamentalmente dos: el establecido

cn 1897 cn un salón situado cn la Plaza dc

Cairasco publicitado como "Kinetoscopio

de proyección"", y el instalado en uno de

los salones de la planla baja de la Sociedad

del Gabinete Literario o Casino, ubicado en

la misma área urbana que el anteriormente

citaao. En este uitimo caso sera ei barceionés

D. Francisco Carbonell quien solicite

"...dar a conocer ante el público de esta ciudad

un cinematógrafo ..."'h, para lo cual el Ayuntamiento

permitió el empleo de uno de los

arcos voltaicos de la cercana Alameda. El

cinematógrafo se inauguró el día 11 de

octubre de 1899 estableciendose sesiones de

media hora de duración al precio de 2.5 y

50 céntimos la entrada general y preferente

respectivamente. En esta ocasión, a pesar

de que las críticas fueron constantes, a

tenor de la prensa local, ya que "...los cuadros

son curiosos pero resultan algo deficientes

por io pocufios y borrosos ... "17, la afluencia ae

público siguió siendo importante, aspecto

que nos viene a dar a entender que el

espectáculo cinematográfico estaba integrándose

plenamente en la suciedad isleña.

En los últimos casos reseñados podemos

comprobar que las salas de proyección se

ubicaban en espacios relacionados con la

vida cultural de la ciudad (Gabinete Literario,

Plaza de Cairasco, Alameda de Colón ...)

tal como sucedía por estos mismos años en

Santa Cruz de Tenerife'". Al estar instalados

en este tipo de entornas, donde el movimiento

de población era amplio, facilitaron

indiscutiblemente la difusión del nuevo

es p ec táculo.

Durante los primeros días del año 1900

los habitantes de Las Palmas de G.C. tuvieron

la oportunidad de asistir a las sesiones

del "Chronophotógrafo" instalado en la

calle mayor de Triana número 91. En el

mismo, se proyectaban obras tales como El

regador regado, Danza del fuego, Un episodio de

In gipevrn Fvnnro-_Pr~&innne, n t r ~ot ras ' Sin

restar importancia al referido evento es

indudable que el citado año marcó un hito

cn la historia de la exhibición cinematográfica

en Las Palmas de Gran Canaria, ya que

fue el momento en que se produjo el surgiiiiieritci

de la prirriera bdld de ~ ~ r o y e ~ ~ i O r i

estable al mantenerse de manera continuada

la actividad cinematográfica a lo largo

de varios meses.

Dicho cinematógrafo estaba instalado en

la calle del General Bravo número 11 siendo

inaugurado el día 3 de marzo de 1900

dando "...sesiones diarias desde las seis dp la

tarde hasta las nueve y media de la noche ..."2",

estableciéndose los precios de las localidades

de general y preferencia en 25 y 50 céntimos

respect ivam~ntl~n, qiie nos pi ede

dar una idea de la distribución espacial de

las mismas a imitación dc las cstablccidcts

cn los teatros, aunquc sicndo sicmprc scnsi

blemente más económico el nuevo espectáculo

que el de los tradicionales liceos, por lo

que iógicamenie atrajo a un puoiico más

numeroso, a la par que heterogéneo.

200 Fernando Betancor Pérez

de variedades tenía la posibilidad de tomar

contacto con el cine, contribuyendo a que

se convirtiera en parte integrante habitual

de las carteleras de variedades, siendo poco

frecuente la programación de sesiones de

cine con carácter excluyente.

Paradógicamente, el cinematógrafo que

había dado tanta celebridad al Circo Cuyás

acabaría con él en 1908. Un incendio2', iniciado

en la cabina de proyección tras la

sesión de noche acabaría con la primera

etapa de la historia del primigenio edificio

de la prolongación de la calle Cano (Viera y

Clavijn). Ahora hien, PSP mismn fi.wgo ser5

el principio dc un nuevo período en el

Circo Cuyás, con mayor protagonismo para

el séptimo arte.

Si el papel jugado por el Circo Cuyás en

la primera década del siglo XX fue fundarnenlal

para Id exyarisióri del cine en la ciudad

y yara el progresivo cambio de gusto

en la población, es indiscutible que otro de

ios hechos significativos fue el que a partir

de 1909 serán aprovechados lugares de

esparcimiento urbano como espacios de

proyección cinematográfico. Los parques

más importantes de la urbe se convertirán

en el marco donde se celebrarán las exhibi-

1 "Diario de Las Palmas": 19-VIII-1930.

2 VEGAD E LA RCJSA,C AKM~L"OLo: s espect8culos

visuales en Canarias en el siglo XIX: de

los gabinetes ópticos al cinematógrafo"; en

VI11 Cn!nq!rio !!e H!ctnv!n Coznrin-Amokxn

j1988), Las Palmas de Gran Canaria, 1991,

yp. 695.706.

3 "El Omnibus": 18-1X-1857.

4 "El Omnibus": 1-X-1859.

5 Archivo Histórico Provincial de Las Palmas

(AHPLP), Secc. Obras P~íblicasl,e g. 4, exp. 77,

IRh7. El analisis y observaciones previas del

terreno elegido fueron realizadas por el

maestro de obras U. Francisco de la Torre

'.:,>..:,.-A- 1-" --..L..-

d16ulLLLLLV lcsa de !a Jün:a Directiva

yara la CoiislrucciUri del Nuebo Teatro.

ciones, creándose verdaderas áreas de

recreo como había sucedido en el siglo

anterior con la Plaza de Cairasco. En los

jardines de San Telmo y en el Parque de

Santa Catalinaz8 se instalarán sendos pabellones

recreativos donde el cine se combinará

con actuaciones de variedades, continuando

con una tónica ya habitual en la

ciudad.

Habrá que esperar a las décadas

siguientes de la presente centuria para que

podamos contar con salas de proyección

exlcusivas. En esos momentos, lo que

comenzb sien& fina me r i c l ~ r i ~ s i dtedrminará

formando parte de la vida cotididana

de los ciudadanos de Las Palmas de

Gran Canaria y, por lo tanto, el comentario

del dramaturgo irlandés al que hacíamos

referencia inicialmente se convertirá en una

realidad, de tal manera, que las blancas

pantallas de proyección se alzarán por toda

la ciudad, convirtiéndose la oscuridad de la

noche o la oscuridad artificial de las salas

de proyección en un verdadero intermediario

entre los aficionados y esa -tal como la

denominó Manuel Villegas- "isla soñada"",

ese mundo mítico hacia el que el cine nos

traslada.

Vide asimismo, al respecto: HERNANDEZ

S o ( . o ~ ~Mo ,A RIAD E T-OS REYESM: anuel Ponce

de León y la arquitectura de Las Palrrzas en el

siglo X l X , Cabildo Insular de Gran Canaria,

Madril, 15392.

6 AHPLP; Secc. Festejos, leg. 7, exp. 128,1890.

7 "El Liberal": 19-IX-1888. Inicialmente el tenor

Stagno había prometido dar un concierto a

beneficio de los pobres de Las Palmas de

Gran Canaria. A raíz del naufragio del Sud

América la recaudación del concierto fue

dedicada a los náutragos italianos del citado

buque.

8 "El Liberal": 6-XI-1888. El viajero argentino

gviv Calvu "E: p:aiioi,a:" de guenos

Aires un artículo sobre la ciudad de Las

El espectáculo, el gusto y sus transforrndciones en Las Palmas de Gran Canaria a. .. 20 1

Palmas, siendo publicado pur "El Liberal" en

noviembre de 1888.

9 VEGAD E LA ROSAC, ARMELOOp: . Cit., p. 697.

10 Idem., p. 699.

11 "El Siglo XIX": 21-V-1884.

12 "El Siglo XIX": 1-XII-1883.

13 "El Telégrafo": 15-VI-1896.

14 "El Liberal": 25-V-1884.

15 VEGAD E LA ROSAC, ARMELOOp: . Cit. p. 762

16 AHPLP, Secc. Alumhrudu, le& 1, exp. 27,1899.

17 "Las Efemérides": 18-1-1900,

18 Ruiz, Alvaro: El Templo osct~roL. a arqi~itectura

del cine. Tenevife 1897/1992, Santa Cruz de

Tenerife, 1993. pp. 40-41.

19 "Las Efemérides": 18-1-1900,

20 "Las Efemérides": 3-111-1Y00.

21 "Las Efemérides": 10-111-1900.

22 "Las Efemérides": 23-V-1900.

23 "E1 Telégrafo": 14-VII-1900.

24 "Diario de Las Palmas": 28-IX-1900.

25 "El Telégrafo": 3-VII-1896. El Circo Cuyas fue

construído completamente de madera por

iniciativa de D. Salvador Cuyás y Prat en los

terrenos de su propiedad del ensanche de la

ciudad, sirviendo de marco a los más variados

espectáculos.

26 "E1 Telégrafo": 2-VIII-1899.

27 "Diario de Las Palmas": 17-VI-1908. El incendio

que dcstruyó el Circo Cuyas se desató la

noche del 16 de junio de 1908. A pesar de

que se habían llevado a efecto las reformas

exigidas por la ley (construcción con ladrillo

refractario, hierro y zinc del gabinete de proyección)

el incendio se situó en la cabina de

proyección aparentemrntr drbido al contacto

entre dos hilos del alumbrado eléctrico o a

la inflamación de la película. En cualquier

caso, las razones del siniestro no quedaron

del todo claras y no se descartaron las pertinentes

reclamaciones ante la autoridad judicial.

28 "Diario de Las Palmas": 16/17-11-1910.

29 Villcgas Lópcz, Manuel: El cine en la sociedad

de masas, Madrid, 1992, pp. 22-25.