VEGUETA Número l . octubre 1993, (235-2501 235
La informática y la
a rch ivís t ica.
Los Cen tvos 1 nsulares
de Microfilms (CIM)
del Patrimonio Documental
Canario o archivos
de duplicados.
L a Informática y los Archivos
Muchas cosas han cambiado en nuestros
archivos, pero no nos referimos a comparaciones
con siglos pasados, sino a los últimos 20
años. ¿,Quién podía pensar en los dcrrotcros
por los que iban a discurrir el tratamiento de
la información y la contemplación de la imagen
documental? De seguir asi, dentro de muy
poco los invcctigadores no necesitarán manipular
los documentos originales, ni leer cantidad
de ellos a la espera de obtener los datos
pertinentes para fortalecer sus hipótesis. Bastará
saber manejar tina de esa< máqiiinx preñadas
de información para obtcner la prueba
testifical solicitada. El disco óptico y el rnicrofilm
le reproducirári la imagen, y las bases de
datos le conducirán al documento o documentos
de su interés. Si esto no es aún posible
en todo su extensión, no es debido a la
inoperancia de las máquinas. sino a que sus
memorias no contienen en cantidad suficiente
la información necesaria. Son memorias
que poco a poco van llenándose, memorias
que día a día van convirtiéndose en más inteligentes,
en más sabias La labor de introducir
los datos es ardua y lenta, pero llegará un día
en que esta etapa tocará a su fin, al menos en
cuanto a los fondos antiguos se refiere, y entonces
la historia de nuestro pasado estará en
la yema de los dedos capaces de ordeñar a la
máquina. Es cuestión de tiempo.
Al archivero le interesa el documento, al
historiador su contenido. El documento es insustituible,
su contenido y forma son repetib
l e ~ha rta la saciedad. Ya en e! X! Congreso
Internacional de Archivos (París, 19881, Pedro
Lópe7 Gómez apuntó la posibilidad de salas
de lectura ski papel, y, por el rriisrrio caso, ya
es concebible pensar en centros sin fondos,
pseudos archivos sin documentos y bibliotecas
sin libros. ¿Por que no podemos pensar ya
no en reproducciones de documentos, sino
en reproducciones de archivos enteros? Si un
archivo tiene reproducida toda su docurncntación
y confeccionadas bases de datos colmadas
de descriptores, ¿por qué no intercambiar
estos resultados con los de otros centros?
Es más, la Ley 3 j 1990. de 22 de febrero.
del Patrimonio Documental y Archivos de Canarias
(BOC n? 27, 2 de marzo de 1990, BOE
nP 92, de 17 de abril de 1990) contempla el deseo
de recuperar la documentación relativa a
nuestra Comunidad mediante alguna técnica
de reproducción.
Quizá en estas loables intenciones haya
que ver el germen de un archivo sin documentos,
sin depósitos ni estanterías, pcro no por
ello menos prodiictivo a la hora de cnnfeccionar
la historia de nuestro pretérito. Situados
en este nivel técnico, no queda ya muy lejos
que en cada una de las siete islas del A~chipiélago
Canario se instale un centro que atesore
reproducciones de los archivos canarios
al complcto y de aquellos documentos dc interés
para Canarias residentes en archivos de
otras comunidades, con lo que la dilusión y
estudio de nuestro legado documental alcanzarían
los niveles óptimos que marca la Ley de
Archivos de nuestra Comunidad. La informática,
el disco óptico. las bases de datos y el microfilm
lo pueden hacer posible. El problema
no está en los costos, ya que la ttt.ciiica irnlormática
se abarata día a día. El problema real
estriba no en la adquisición del equipo material
necesario. sino en lo que toda administración
pública sucumbe, es decir, en una plantilla
suficiente de personal cualificado.
No es éste el único beneficio que la técnica
moderna permite. No sólo hay que facilitar
al investigador [a ]oca!iz>ción y leCtllr2 de !os
documentos, sino que hay que evitar el uso indiscriminado
y el manejo frecuente del documento,
lo que conduce inexorablemente al
deterioro del mismo Ello nos lleva de nuevo a
la informática como medio de evitar el problema.
Las bases de datos documentales evitan
que el investigador tenga que acceder individualmente
al documento para localizar el que
Ic interesa. El microfilm y cl disco óptico, una
vez localizado éste, lo suple al ofrecer su rel
a intormatica y la archiviitica Los Centros Insulares de Microfilms del Patrimonio Uocurnental 237
-
produccion en pantalla facilitando de este
modo su lectura. Sólo en circunstancias determinadas,
sería necesario extraer el documen-
. - to dc su unidad dc coxcrVruc:cn. Es decir, una
vez convcrtido el original en «bytes», ya no es
necesario ni oportuno volver a manejar el docunieiito
para comprender su contenido. nora
ya puede y debe ser convenientemente instalado
para preservarlo de los agentes degradadores
del papel, como la acidez, humedad
relativa impropia, mohos, agresiones mecánicas
por un liso excesivo o despreocupado,
agresiones químicas ipoiución atmosférica,
blanqueadores ópticos, luz. tintas ácidas,
manchas diversas..), ataques de bibliófagos
(termitas carcomas, lepismas. anóbidos. .l..
Hace unos años los archivos más modernos
y operativos contaban con millares de tichas
elaboradas rnaiiualrnente y de forma individualizada,
quizá una fotocopiadora que
hacia las delicias de los usuarios del centro, y
muy pocos contaban con la posibilidad de
una microfilmadora En cualesquiera de los
casos cl ticmpo y la pacicncia eran clementos
asine qua non)] para poder acceder a la información.
En la actualiddd, un archivo iriforrridLi-
7ado es capaz de obtener en pocos minutos
un listado de los documentos que reunan una
condición determinada. ¿Llegará el día en el
que un investigador pueda obtcncr en minutos
un listado de aquellos documentos que
tratan del tema dc su investigación? La rcspuesta
es afirmativa El éxito de estas búsquedas,
p ~CrQ ntra y- rlo está en ma!!gq be 105
vestigadores, como hasta el momento, sino en
los archiveros. en cuya profesionalidad está
iodd id eidbordcióri de esLe sugesiivu piuyecto.
Las bases de datos
La información que guardan los archivos es
tan numerosa que crea a los archiveros ineliidibles
problemas a la hora de trabajar con
ella El primero de ellos viene dado por la propia
labor dc obtención sistcm5ticci de los datos
El segundo, es el qué se hace con estos
datos, cómo se ordenan, cómo se ofrecen al
investigador y cómo se conservan El empleo
de !a trrdicirina! fi,cha ven& resolviendo este
tema La labor era ardua, ya que era necesario
mecanografiar tantas veces una misma ficha
como enrrauas ae búsqueda se aciopraran en
la mecánica del archivo Así, por lo menos, había
que cuadruplicar por e ~ t per oceso la ficha
original para la formación de los ficheros onomástico.
temático, geográfico, tipológico ... Y
esto sin contar con los ficheros de seguridad.
Obtenidas las fichas, el segundo paso era su
ordenación manual. El tercero, habilitar un lugar
donde poder exponerlas para su uso. quc
no siempre era posible en la sala de trabajo
por la cantidad de espacio que ello requería
Es hecucntc ver archivos con sala de lectura y
sala de ficheros. Estos problemas físicos se
pueden evitar.
La búsqueda de datos por este sistema
conlleva el empleo de tiempo y lectura. l'iempo
porque no se puede acceder directamente
al dato o ficha de interés. hay que localizarla
Lectura porque es necesario leer las fichas,
cud~idw IIU lidierus eiiLerus, pdrd s d h bi el
dato a buscar está incluido o no en el mismo
Esta práctica. si bien hace lenta la obtención
de datos, bien es verdad que ilustra enseña
y abre nuevos campos de investigación.
Cuántas veces no se habrán obtenidos preciosísimos
datos intentando buscar otros. La
informática, por el contrario, es fría, concreta,
tajante: ofrece el dato que 5- busca e
interrumpe su proceso guardando para ella
el resto de la intormación Lógicamente es-
Le iieiiiietisiiiu es su'usaiia'uie iiiediaiite la
obtención de índices, como veremos posteriormente.
El empleo de las técnicas ofrecidas por la
informática convierten la lentitud de búsqueda,
en localización rápida. la repetición de una
misma acción, en posibilidad de procesamiento
dc los datos obtenidos en función a
trabajos sucesivos a realizar, y la necesidad de
La informática v la archivística Los Centros Insulares de hlicrofiims del Patrimonio Documental .. 239
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notariales. Dada que la pretensión puede ser
tachada de excesiva arnbicih. ya que procesar
unos cuantos miles de legajos hoy por hoy
no está en la mente de nadie, se ha reducido
. .
!a experiencia únicamcntc a los prirncr~s 69
años del s. XVI (69 legajos). Para no desaprovechar
trabajos anteriores bien cumplidos, la
programación se ha hecho ajustándose a dos
vías La primera es la de actualizar los ficheros
existentes de extractos de escrituras notariales
al nuevo sistema, es decir, pasarlas a la memoria
de almacenamiento del equipo informático,
y sus iiescriptiires coricretos a la base
de datos.
F,1 segundo es la de introducir los nuevos
extractos de las escritui-as notariales directamente
en la memoria del ordenador, y sus
descriptores puntuales quc ofrecen en la
nombrada base de datos.
Para poder ir ofreciendo a los investigadores
los frutos de estos trabajos, se trata a cada
escribana por separado. Es decir, se presenta
debidamente encuadernado el extracto de
sus escrituras y sus índices resultantes. Por el
momento se tiene una base de datos indcpendiente
por cada escribano Como la configuraciOn
de éstas se ajusta a un modelo úriico,
en un futuro estas bases independientes
se sumarán para formar otra general. Esta gran
base de datos final ofrecerá de forma alfabética
ascendente los datos onomásticos, gcogrjficos,
temáticos, tipológicos y topográficos
contenidos en los protocolos de Gran Canaria,
Lanzarote y Fuerteventura hasta el año de
! 560.
Para puntiializar lo expuesto, el diseno de
dicha base de datos recoge los siguientes
campos: iernárico, oriorriAsiico, geugrdíicu, iipología
documental, escribano, escribanía, fecha.
riúrriero de protocolo y folio. Una vez introducidos
los ddtos contenidos en los protocolos
de un determinado escribano. se
procede a su edición en forma de listado alfabético
Huelga invertir tiempo en describir cada
uno de estos índices. baste añadir que junto
a! dato procesado acompañan los obvios
para la localización del documento
No se nos escapa la dificultad que entraña
el proyecto, no desconocemos el número de
LA,,,- nmnm.,&,,- dc tv-.h?;n --.m ,-m Inm-n ',"'U-' "LLL"U"U-' L , U V U , " yu,u OU L V ~ L V ,
pero la ilusión es un buen acicate para que todo
esfuerzo no decaiga, a la espera de poder
otrecer a ia investigacion un inciice con todos
los nombres que aparezcan recogidos en los
protocolos procesados del S: XVI; un segundo
índice con los términos geográficos, tanto de
las islas como de fuera de ellas; un tercero
conteniendo la tipología doriimental de las
matrices; y un cuarto con los nombres comunes
caracteristicos de todo índice temático o
analítico. Con ello, se habrá facilitado en exceso
el trabajo que día a día vienen desarrollando
los historiadores, a veces obligados a leer
toda una serie documental para obtener los
datos de su interes, en muchos casos exiguos
para el tiempo invertido.
Ya se han comenzado los trabajos, y son
más de 10 los escribanos informatizados. Cada
uno de los volúmenes resultantes sc dividen
en cuatro partcs cxtrxto de cscrituras,
índice onornástico, índice geográfico, índice
de niaterids e índice ~ipulógico El irivesligddor
busca el dato en los índices, y si encuentra
lo que busca. el propio indice le remite al extracto
de la escritura que lo contiene. Llegado
a este punto, si lo considera oportuno, puede
acceder a la escritura original, cuya referencia
topográfica acompaña al extracto mcncionado.
La cat-l~ga-ión compartida, romo piur'de
ocurrir en el campo de las bibliotecas y de la
documentación, no es posible en el contexto
drciiivísiicu, ciebidu d que sus íulidus sur1 úriicos,
no repetidos. Incluso dentro de un mismo
archivo, sus diferentes secciones y series pueden
y deben ser tratadas de formas diferentes
dadas sus particularidades inherentes diferenciadoras
Ouizá se ha considerado inef~caz
la aplicación del rutinarismo sistemático del
programa informático al método archivístico.
240 tnrique Pérez Herrero
Posiblemente esta idea haya contribuido a
la tardanza de los archiveros en aceptar, en
su actividad profesional, las aplicaciones informática~
Mas. no podía suceder de otra
rrianera, tal idea ha sido desplazada poco a
poco, y su aceptación hoy es generalizada,
aunque su aplicación aún no haya alcanzado
unos nivclcs óptimos. De la falta de sistematización
documental y de la duplicidad terminológica,
inconveniente que los bibliotecarios
han superado triunfantementc, se ha
derivado un comienzo individualista en la
adopción de los sistemas automatizados, lo
que ha conducido a la imposibilidad de relaciones
a estos niveles y a la comprensión de
la necesidad de lograr una unidad, tanto a
nivel del sistema informático como a nivel
de la realización de los objetivos. El intento
de uniformidad ya ha dado sus prirrieros pasos,
pero el camino que va a encontrar no va
a ser fácil. Muchos archivos ya están aplicando
la informática y iestarán dispuestos a
abandonar la línea adoptada para comenzar
de nuevo en otra, aunque ésta sea más universal?
El Disco bptico
La idea principal y básica del disco óptico digital
no es otra que volcar la imagen e inforiiíaci61-
k docümelital de Íus íuiidus de u11 drchivo
en un soporte inforrnático, para su posterior
búsqueda y visualización por parte de
los investigadorcs, sin necesidad de recurrir a
manejar físicamente los documentos Dicho
de otrd forma, se trata de un sistema que lee
documentos empleando como elemento de
entrada un scanner y que los almacena en disco
óptico digital, junto con la correspondiente
información de gestión o descriptores. que se
introduce mediante un teclado Posteriormente.
la información acumulada se puede recupera
mediante los periféricos de salida del
sistema, e s decir, bien visualiz~indolae n monitor,
bien imprimiéndola en papel por impresora
láser.
Este tipo de almacenarnicnto de imágenes
ya no es tan novedoso. pues se ha introducido
con cierta fuerza en la olicemática de hoy Es
un sistema que cuando trabaja con documcntoq
de alto contraste entre soporte y tintas, de
buena conservación y medidas estandarizadas.
obtiene unos altos rendimientos en la digitalizació~
i de la iiiiageri. Lds oíicirias, Administraciones
y grandes empresas de hoy encuentran
un buen socorro en el disco óptico
para la gestión de sus actividades, que, indudablemente,
siguen aún supeditada al documento
tradicional. El documento escrito en
papel prepondera jurídicamente sobre el soporte
informático. por lo que el documento
una vez digitalizado no pierde ni ve reducido
su valor legal y administrativo en pro de la
imagen grabada en disco. Por ello, el documento
no pierde su primigenio valor, sino que
adquiere un hermano gemelo sobre el que se
va a realizar la gestión administrativa. empresarial
o la consulta. Gracias al carácter de duplicado
de la imagen captada por el disco óptico,
el documento en papel u original ha dc
ser conservado. custodiado y archivado como
prueba definitiva del procedimiento administrativo.
Es decir, el disco óptico no prcsupone
la destrucción del documento tradicional,
pues con ello desaparecería su valor legal y
íuerza probaroria, aunque peraurase ei valor
informativo no siempre suficiente ni descable.
Hoy por hoy, un archivo óptico no suplanta
al archivo que organiza, al llamado docunierito
diplomático, que no es otro que el escrito en
papel, signado y validado por la autoridad reglamentaria
con potestad para conferirle ese
valor legal y probatorio, y que marca una relación
cntrc Administración y administrados.
En aquellos centros en los que se manejan
y custodian documentos de otras épocas, más
o menos pretéritos, el sistema no resulta tan
excelente, pues no va a resolver muchos de los
problemas que ocasiona el escaso contraste
entre los soportes y las tintas, las transparencias
motivadas por tintas altamente ferruginoLa
informatica v la archivística Los Centros Insuíares de Microfilrris del Pdtrirnoriio Doiurrier:tal 241
-
sas, o, por el contrario, las tintas desvaídas y
claras, amén de otros problemas con los que
se puede encontrar: documentos de gran tamaño.
legajos de frágil consistencia y conservación.
etc Solamente los equipos sofisticados
y de elevadísimo costo pueden resolver o
paliar en parte dichos efectos.
En Canarias, discos ópticos están siendo
empleados ron evidente éxito en algunos departamentos
autonómicos y en ciertas empresas
dc potencial económ~co importante, no
obstante, su empleo en archibos con documentación
hislórica es poco frecuenle. El caso
que mejor conocemos es el del Archivo
Histórico Proviricial de Las Palrrias, hermano
de otro equipo semejante adquirido por e1
homónimo de Santa Cruz de Tenerite
€1 equipo que posee el Archivo Histórico
de Las Palmas, dejando a un lado las especificaciones
sobre marca y configuración interna,
se compone de tres periféricos de entrada (teclado,
ratón y scanner) una unidad de disco
óptico ampliable y dos periféricos de salida
[monitor de alta resnliición de ciiodos Iiiminiscentes
e impresora láser). La capacidad de
almaccnamicnto de cada unidad de disco óptico
de 5,25 pulgadas puede alcanzar las
17 000 páginas. ó 102.000 páginas si se reconvierte
dicho disco a 12 pulgadas La resoluciúii
del X ~ I I I I ~ I ,x g ú i ~v ulu~~iiipúu, ede alcanzar
los 400 DPI, siendo la velocidad de digitalización
entre los ? y 5 segundos por
página aproximadamente Los originales pueden
ser digitalizados individualmente iempleando
la mesa de lecturdi o, lo que es más
rápido y cómodo (de tratarse de documentos
modernos no cosidos o encuadernados), de
forma automática utilizando el alimentador de
documentos. La impresora puede imprimir de
8 a 12 páginas por minuto, dependiendo tal
diferencia según sea el contenido de éstds y
los ajustes de control del scaririer elegidos
El soporte de almacenamiento óptico es
del tipo conocido bajo las siglas LVORM iwrite
once read memory) que permite una escritura
o grabación única y muchas lecturas o recuperaciones
de la intormación. En otras palabras.
una vez grabados los datos, éstos no pueden
ser borrados ni modificados, pues la superficie
del disco es distorsionada por impulso de
un rayo láser que causa una especie de agujeros
o burbujas imborrables Esto no es una limitación,
ya quc conficrc seguridad a la grn
bación.
Las ventdjas del disco óptico digital son
muchas y muy merecedoras de la atencion e
ilusiones que ponen en él no sólo los archiveros,
sino también las modernas oficinas de
gestión v algunos bibliotecarios. La primera
de ellas es la capacidad de almacenamiento
qiie pii~de soportar iin disco relativamente
pequeño 11 2 ó 5,25 pulgadas) y la posibilidad
de su transporte. La segunda ventaja cs cl bajo
coste de la transmisión de enormes volúmenes
de información Otro punto que habla
en su favor es precisamente esa imborrabilidad
que confiere garantía de perduración para
la información digitalizada, cosa que no
ocurre con el registro magnético. Otra diferencid
que lo aleja, en su propio beneficio, del
disco magnético es que las partículas de polvo,
las huellas dactilares, el humo. etc, nn hacen
mella en su integridad física y, por tanto,
en su capacidad reproductora
Ci., i.esümen, sii-, i-lecesi&d de ti.nci. a
ción mayores defensas. los discos ópticos digitales
tienen un gran futuro dentro de la tecnología
del almacenamiento electrónico, en
concreto en aquellos sistemas de almacenamiento
y recuperación en los que intervienen
los microordenadores, y por consiguiente, en
aquellas áreas que, como en los archivos históricos.
requieren almacenar gran valumen de
información y recuperarla fácil y rápidamente.
Este proceso de almacenamiento compor-
Id dos Iugrob ru~~ddi~ie~~qlduele ibii.d uddblemente
deslumbran. Por un lado, como ya se
dijo anteriormente, es el acceso rápido y libre
del usuario del archivo a los fondos documentales.
Basta teclear el parámetro definidor del
documento que interesa para tenerlo expuesto
en pantalla. Así podremos pasar de un documento
a otro, de una sección (o serie) a otra
sin tener que depender de unos intermediarios,
corno lo son los funcionarios del centro.
que mediante las papeletas de petición acceden
a los depósitos en busca del documento
en cuestión, lo que conlleva un tiempo prccioso
y un movimiento del personal y de documentos.
El investigador tiene eii su mano la
potestad de sumergirse en la masa documental
digitalizada con sólo manejar unas teclas. o
lo que es mejor y más rápido, mediante el uso
del ratón y los iconos representados en pantalla,
que no son otra cosa que la indicación
de las funciones que pueden utilizar en un estado
concreto del proceso de digitalización y
de edición de la imagen
La posibilidad dc consulta que ofrece el
equipo es enormc Avancemos en el tiempo y
pensemos por un momento que todos los
fondos de un drchivo ya hdn sido digitalizados;
el investigador, entonces, frente a su monitor
de sólo lectura puede recorrer la masa
documental toda a su libre albedrío con sólo
pedir a la m~moria del sistema las claves de
los documentos (referencias topográficasl, de
conocerlas de antemano. o utilizando los elementos
de búsqueda que le ofrece la propia
buse de dates de! equipo (~csc:iptorcs),C ,c
supone que esta rapidez y esta flexibilidad de
consulta harán las delicias del más exigente
de !os usuarios Otra posibilidad a tener en
cuenta es la reproducción instantánea en papel,
de ser pertinente, de los documentos recuperados
por pantalla.
Desde el punto de vista del archivo. esta
forma de consulta evitaría el peregrinaje de
los documentos de los depósitos a la sala de
investigación, con lo que se anularía el posible
deterioro ocasionado por tal manejo, el
probable robo en sala, el extravío involuntario
de expedientes erróneamente archivados, los
daños causados por la obtención de fotocopias
(tan solicitadas en 13 actualidad), ctc.
Ebirique Pérez Herrer~
La imagen digitalizada puede ser procesada
para mejorar sus tonos, ampliarla total o
parcialmente (una palabra, una firma), reducirla.
copiarla. rotaría. invertirla, etc. Esta optimización
puede resolver algún problema concreto
de lectura. Dichas operaciones realizadas
desde los monitores de lectura por los
invcstigadorcs no conlleva la reforma de la
imagen grabada, que es invariable, por lo que
los usuarios pueden editar sus propias imágenes,
segun apetencias y necesidades personales,
sin que estos cambios se registren en la
memoria central del sistema.
Por otro lado, el manejo de la documentación,
su extracción de las unidades de conservación,
su lectura, sil reprodiicción por fntocopiadora,
y un largo etcétera, lo cual no aporta
sino percances y riesgos para el propio documento,
en no pocos casos en un estado físico
precario y débil, suponen un evidente riesgo
para la conservación de los mismos. Basta digitalizar
el documento una sola vez para que
luego pueda ser utilizado, a travf S del soporte
informático donde se ha grabado. tantas veces
como sea preciso, sin que por ello se exponga
al documento a los avatares que implica
la extracción de sil lugar d~ reposo Muchas
series documentales soportan un constante
uso por parte de los investigadores que, aunqüc
3ü x u x j o SCÜ c ü i d a d ~ ~suie,i mpis qüsdan
expuestos a riesgos innecesarios El disco
óptico, pues, permite la consulta de los documentos
memorizados sin ser preciso que éstos
se expongan a los imponderables mencionados
Esta técnica, además. permite duplicar los
discos ópticos tantas veces como sea rneriester,
permitiendo cnn ello e! intercambio, la
venta, la donación o el préstamo. Si partimos
de la idea de que no es necesario tener forzosamente
que acudir al centro que guarda tal o
cual información, muy extendida por el contrario,
bien pudiera ser que se hiciesen copias
de archivos enteros digitalizados, y consultarse
directamente a muchos kilómetros del lugar
de residencia de los documentos Se podría
perfectamente crear archivos de reproducciones,
desde donde los investigadores
pudieran acometer sus estudios sin necesidad
de despla7ai-se en peregrinación por los
centros que atesoran la documentación que
les intcrcsa consultar En algunos casos, es
imprescindible contemplar el documento original,
pero en la mayoría de las veces es suficiente
acceder a ellos mediante una reproducción
óptima que refleje sus rasgos generales
Bien es verdad, que a través de este
proceso no se pueden estudiar algunas de las
caraclerísticas externas del documento, como
son la filigran~d el papel, la materia del soporte
de la escritura, la calidad y tono de la tinta,
etc.; pero estos casos son contados y no crean
el movimiento fuerte de los documentos de
un archivo.
Por otra parte permite el montaje de series
facticias de documentos en los que se
cumpla una o unas condiciones determinadas
de antemano. documentos con elementos sigilográficos,
árboles genealógicos, firmas de
pcrsonajcs relevantes, abecedarios de los
protocolos notariales, dibujos, y un largo etcétcra
Indudablemente hay que ser cautos ante
e s ~risue vds iirr~dii~~eiididcs i ~ d h j uy IIU ~ d e i
en la creencia de que ante ellas ya no hay nada
que hacer Hay que trabajar pensando en la
aplicación de la informática de hoy a la informática
del mañana No es posible reformar trabajos
bien cumplidos en un momento dado
para su adecuación a nuevas tecnologías. Por
otro lado, no queda más solución que lograr la
normalización documental, tan en boga en los
recientes congresos, jornadas. coloquios y
otras cualesquiera reuniones de especialistas
Normaii7ación qiie no será posible sin driles
definir conceptos y terminologíds, en la actualidad
tan dispares, y sin contar con una adecuada
formación profesional uniforme, lejos de las
corrientes personales de escuelas, de regionalismo~
d, e creencias particulares ..
No hay que caer en el error, excesivamente
frecuente por desgracia, de que el disco óptico
es el todo en un proyecto de digitalización
óptica. No es sino un simple soporte de almacenamiento
de información, que por sí mismo
no alcanza rendiniiento pleno si no viene apoyado
por una base de datos que canalice el
acceso a la información almacenada en su seno.
Los instrumentos de descripción propios
de todo archivo han de acompañar a la digitalización
de los documentos para, a través de
ellos, poder recuperar aquellos que se deseen
consultar Es más, la docun~entación seleccionada
para ser introducida en almacenamiento
óptico requiere una preparación preliminar
que la posibilite para ello. Pretender digitalizar
una determinada masa documcntal sin antes
haber procedido a su organización (clasificación-
ordenación-instalación-descripción), es
un error de alcance ilimitado Por ello. hay que
erradicar de una vez por todas la creencia de
que un sistcma óptico evita a las instituciones
las para ellas engorrosas labores archivísticas
y íos archiveros. coiisiderddos poco rentables
en cualquier relación de puestos de trabajo. El
informático nunca suplantará al técnico en archivos,
ni viceversa, por lo que es no sólo inevitable,
sino deseable y necesario. una conjugLlcib,.,
U, amtDos cspeiia]istas pai.a a]canzai
el óptimo rendimiento
El máximo exponente de este sistema es,
sin lugar a dudas. el ambicioso proyecto de informatización
del Archivo General de Indias,
que hay que considerar como el esfuerzo más
importante y con unos logros alcanzados diíícilmente
emulables.
El Microfilm
El microfilm es una reproducción fotográfica a
escala reducida sobre película de acetato de
celulosa, que presenta en una de sus caras
una capa de emulsión del tipo de sales de
plata sensible a la luz y que debe ser ampliada
en un aparato reproductor para poder leerse.
Es necesario contar con varias copias en
244 Enrique Pérez Herrero
evitación de que casos fortuitos pucdan destruir
el trabajo realizado. La primera de ellas
es la llamada película maestra (master), de la
cual se obtendrán las copias de seguridad y
de trabalo oportunas; esta primera película
presenta invertidos los valores del tono dcl
documento microfilmado (negativo). De este
ricgativo iiiac5Lru se obkridrári al rrienos dos
copias en positivo, de las cuales sólo una se
destinará para el uso, quedando la otra como
copia de seguridad y para obtener cuantas copias
posteriores se requieran. Prudente es
guardar la película maestra en diferente lugar
que la copia de seguridad positiva, y nunca
junto con la copia de trabalo, por si aconteciese
algún tipo de hecho luctuoso no desapa
rezcan al unísono todos los testigos y sea, por
ello, imposible subsanar las películas perdidas
Los lectores de microfilm pueden tener
una fotocopiadora incorporada que permita
reproducir en papcl la imagen visualizada en
pantalla con sólo accionar un dispositivo Los
lectores nioderrios de microfilm son capaces
de invertir la polaridad de las impresiones por
lo que en caso necesario se puede elegir el
modo de reproducción en función al tipo de
película (negativo positivo) quc sc cmplca.
Se ha dicho en alguna ocasión que el microfilm
tiene sus días contados debido a la
aparición iuigurance aei disco optico. No hay
que exagerar esta aseveración, ya que el tradicional
microfilm resuelve importantes problemas
que el disco óptico, mientras no se perfeccione
en cuanto a su diseño se refiere, no
es capaz de solventar En definitiva el micrafilm
ha quedado relegado a los casos en los
que el disco óptico es inoperativo, como. por
ejemplo, en los casos de trabajar con documentos
encuadernados, documentos en precario
estado de conservación, documentos
que superan la medida standar del DIN A-?,
documentos de escaso contraste, etc. Estos
son tan frecuentes que caracterizan fondos y
archivos enteros, máxime cuando hablamos
de documentos históricos.
Si bien el último punto está resuelto con la
aparición del scanner Din A-O, su elevado precio
no justifica su adquisición para digitalizar
documentos superiores al tamaño Din A-3,
que si bien sí hacen presencia en nuestros archivos,
su númcro poco elevado no justifica
una fuerte inversión Solución intermedia sería
la adquisici6n de un scanner Uin A-O, no
para uso exclusivo de un centro único, sino
para digitalizar, de manera rotativa los documentos
de gran forrriato de un sinnúmero de
archivos. Hoy por hoy, la solución más operativa
es proceder a la microfilmación de las series
de documentos de grandes tamaños, como
los planos, mapas, etc.
Otro punto dondc cl scanner del disco 6ptic0
ve reducida su operatividdd en favor del
microfilm es en aquellos casos en que la masa
documental, como en los protocolos notariales,
se encuentra encuadernada o cosida. lo
que motiva la aparición de zonas oscuras en
el margen derecho (recto) e izquierdo (vuelto)
de la caja de escritura. La imagen, en estos casoq,
dehe ser procesada individi-~alrnentep ara
anular dichas zonas. lo que aumenta el tiempo
de trabajo y baja la rentabilidad del mismo.
Solución sería desencuadernar la unidad de
instalación o legajo para proceder a su digitalización
hoja a hola, lo que no es aconsejable
de no simuitanearse esta labor con la restauración
de toda la unidad, de ser necesaria.
Si bien estos dos problemas mencionados
tienen solución, el uno por la ampliación del
presupuesto, el otro por el aumento de horas
de trabajo, e1 prnhlpma qiie presentan los documentos
en mal cstado de conservación no
es solucionable por ningún medio Recordemos
que el scanner funciona de cara al operddor
como una fotocopiadora tradicional, por
lo que es preciso colocar el documento vuelto
hacia abajo sobre la ventana dc cristal. Si en
10s casos de libros y documentos en buen estado
no e5 motivo de preocupacióri, sí lo es en
los protocolos notariales antiguos, que son
los que presentan un estado de conservación
La informática y la archivística. Los Centros Insulares de Microfiims del Patrimonio Documental . 245
inquietante Al tenerlos que volcar forzosamente
sobre la ventana del scanner, el propio
peso del volumen y los folios reticulados por
el bibliófago de otras épocas hacen que parte
de los documentos se desprendan y caigan,
con el consiguicnte perjuicio para la integridad
del mismo. Por otro lado, estos casos no
pueden ser fotocopiddvs i i i escdiieadüs, ello
no es impedimento para que no sean reproducidos
por algún otro medio: el microfilm. En
verdad, en estas situaciones la microfilmadora
tradicional viene a suplir las deficiencias de la
avanzada tecnología Esto es posible gracias a
que la cámara fotográfica (el microfilm no es
otra cosa) se encuentra en un plano elevado al
del documento a microfilmar, lo quc permite
un manejo más fácil del protocolo, ya que éste
se apoya y abre sobre una mesa y basta ir pasando
(sin mover el volumen una vez colocadoi
cuidadosamente las hojas al tiempo que
se acciona el disparador del obturador de la
cámara No obstante, en numerosos casos
tampoco será posible este procedimiento de
reproducción sin antes pasar por el taller de
restauración.
Pero como microfilmar y digitalizar alternativamente
una misma serie documental no
aporta ningún beneficio a la hora de manejar
dichas reprodiicciones, ya que para ello hace
íaita equipos y conocimientos Liiiereriies, Úifíciles
de imbricar en una misma acción investigadora,
la solución hay que buscarla en la digitalización
de los microfilms, que no consiste
más que en un sistema que vuelca las imágenes
contenidas en el microfilm a un almacenamiento
digital en disco óptico en ~1 caso
de optar por el empleo del almacenamiento
óptico.
Otro aspecto positivo que presenta el empleo
del microfilm (al igual de lo que ocurre
con el disco optico) es la salvaguarda de la información
ante pérdidas fortuitas. Un incendio
u otro accidente pueden ocasionar la pérdida
de todo un legado documental, lo que
supondría, a su vez, la pérdida del único testimonio
que posccmos de un momento determinado
de nuestro pasado. Triste sería este
lieiho al que nos referimos, pero más triste y
vergonzoso sería que no tuviésemos reprodiicciones
satisfactorias y convenientes con
que llenar el vacío que la tal pérdida supnndría
para la comprensión de nuestra Historia.
El microfilm nunca, eso es vcrdad, llcnorj cl
espacio ocasionado por la pérdida de su original,
pero dejaría constancia de los hechos
narrados, quc perduraría, al menos, para el
historiador, aunque no para el Tesoso Documental
La repetición de los contenidos de un archivo
sería fácil por este medio, y la institucionalización
de centros con r~produccionesd e
sus imágenes sería posible, con lo que el estudio
simultáneo de un mismo fondo podría
realizarse desde latitudes diferentes. En el caso
de una comunidad caracterizada por una
dispersión territorial sin vínculo físico (nos referimos
a Canarias), se podrían suplir los vacíos
histórico-documentales con esta solución
que la tecnica nos permite En otras palabras,
el legado docurnentdl canario podría
cstar presente en cada una de las islas, y los
historiadores participarían del mismo con
iguales posibilidades, sin tener que cambiar
de residencia para disfrutar de los beneficios
yur u~tei-~taie-iIi, este i-ango de cosas. las dcnominadas
islas mayores
No obstante, el microfilm también tiene
sus pcqucños inconvenientes. Por tratarse de
película es necesario proceder a su revelado
(procesador de películas) en laboratorio antes
de poder ser utilizada; amén de sacar copias
de seguridad (duplicddor de películasl ya que
es material fácilmente deteriorahie todo lo
cual redunda en mayores costos presupuestarios
Su visualización en los lectores de microfilm
es lentd y erigorrosd pues hay que proceder
en cddd cdso dl rrioritdle de la película en
los soportes de dichos reproductores maniobras
que conllevan riesgos ineludibles para el
rnaterial filmico Y lo que es peor su almacenamiento
ha de reunir determinadas circunstancias
ambientales, ordenación física, inventario
y numeración, etc. Todas estas labores, si
bien sencillas pero engorrosas. no tienen cabida
en el disco óptico, debido a que su propio
sistema se encarga de ello
En resumen, la aplicación de la informática
y de los modernos sistcmas dc rcproducción,
en sus varios niveles y posibilidades. no es
que sean converiierites en los archivos históricos,
sino que su presencia se ha hecho necesaria
y obligada, por lo que los archiveros han
de pensar en tales aplicaciones a la hora de
definir programas de trabajo y por supuesto,
al tiempo de llevar a buen fin las labores encomendadas.
que se pueden concretizar en laq
siguientes: custodia, conservación, organización
(clasificación-ordenación-descripción) y
difusión (publicaciones de los instrumentos
de descripción, ediciones de textos, investigación).
Aportaciones de la Informática a los archivos
Varias ventajas obtenemos del empleo de la
informática y de las nuevas tecnologias en reproducción.
Por un lado favorecen a los instrumentos
de descripción al convertir su elaboración múltiple,
!aUuricsu y artcuunn!, dc huccrsc cn fichas
mecanografiadas, en una mecánica instantánea
y exenta de ordenación nianual, tarea
penosa que no pocas horas de trabalo ha reclamado
al personal de los archivos; evita la
ocupación de espacio por los hasta ahora numerosos
ficheros tradicionales, que se sustituyen
por los listados informáticos o por la consulta
directa de la memoria informática. anula
la necesidad de repetir una ficha de catálogo o
resumen analítico tantas veces como entradas
a la información hayan sido adoptadas en la
indización o en una clasificación temática. En
resumen, las ventajas que ofrece el ordenador
de c m a los instrumentos de descripción se
pueden compendiar en los siguicntes puntos
Enriaue 13t;rez Herrero
1) Almacenamiento dc información en escaso
espacio físico.
2) Rapidez en la localización del dato concreto
3) Fácil actirali7aci6n de los ficheros de
datos
4) Rápida copia de ficheros de uso o de
seguridad
5) Conexión entre centros a través de
uhardware~.
6) Posibilidad de duplicar los llamados
instrumentos de descripción y sii intercambio
entre centros de homogénea naturaleza
para acercar la información a las otras islas
de costosd comunicación, en el caso de Canarias
7) Edición de los datos procesados en
función a su difusión.
8) Evita la mecanugralíd revetitiva de las
fichas de contenido o extractos para lorrnar
los diferentes ficheros
Por otro lado. los sistemas actuales aplicables
cn la reproducción del legado documental
ofrecen, en resumen, varias ventaias irrefutables:
11 La consulta de los documentos a través
de monitores instalados en red local (disco
óptico) o en lectores de rnicroformas (microfilm)
y su inmediata reproducción en papel (de
sci deseable) sin 1-ieccsidad dt i e i u i i i i d ius
documentos originales
2) La correcta~salvaguarda de los originales,
ya que una vez reproducidos por cualesquiera
de estos sistemas, huelga sii manejo
para la oportuna consulta.
3i El intercambio de copias de los fondos
docunieritales digitalizados o microfilmados,
por lo que un archivo podría contar,
además de con los fondos propios. con los
de otras instituciories similares; o la credción
de archivos de irriágenes pero sin documento
físico alguno.
4) La conservación de la información ante
la perdida accidental y luctuosa de un fondo
documental
La ~nforrnáticav la archivística Los Centro? Irwlare~d ? Microfilms del Patrimonio Documental 247
- ~p
Plan de creación de Centros Insulares de
Microfilm
Llegados a cste punto, podemos afirmar que
el legado documental cs único e insustituible,
y la i,-lvcs~igriclih~islt-ó, i.ica interesa
preocupa por la información en él contenido y
no por su unicidad, que es el área de preocupación
concreta de la Archivistica y de los
profesionales que la hacen posible
Siempre hay que tener presente en cualquier
proyecto de trabajo o en todo discño dc
actividades culturales, en los que entra ineludiblemente
la investigación de nuestro pasado,
que no es otro que la memoria de nuestro
presente, un hecho real como lo es la dispersión
geográfica de Id Cuiiiuriidad Aiitónnnia
de Canarias. caracterizada por la discontinuidad
de su territorio. Siete islas configuran su
mdrco físico y siete obstáculos naturales las
separan. Dadas nuestras condiciones irisulares.
el investigador está obligado a un desplazamiento
forzoso para llevar a cabo cualquier
gestión, sea ésta importante o no. Estos desplazamientos
no sólo reclaman tiempo, tan
escaso en los días que corren, sino que, adcm&,
requiere11 un disperidio económico. lo
suficientemente gravoso como para anular
cualquier int~ntod e consulta de los fondos
custodiados en los archivos de las islas La investigación,
por lo tanto, queda abortada o
supeditada a simples consultas a distancia
o constreñida a la investigación del patrimonio
documental propio de la isla de rcsidcncia
del estudioso, lo cual no permite una visión
g!rba!izadera de u n r ~a!Jcjadhj cthri-c!
El acceso y la difusión del I-'atrimonio Documental
Canario es una necesidad constatada,
y así se recoge en ia Ley p'i9.30, de 22 de
febrero, de Patrimonio Documental y Archivos
de Canarias (actualmente en revisiúri) Su Tílulo
IV, arts. 23 a 27, refleja una preocupación
fuerte por esta necesidad, al menos en lo que
se refiere a los archivos de la Comunidad. ya
que soslaya a los de titularidad estatal, como
son los Archivos Históricos Provinciales de
Las Palmas de Gran Canaria y de Santa Cruz
C]P '@n~r~fe
El art. 23.2. al hablar de una política archivística,
expresa que se debe facilitar una «in-
+-----..-,nnn.S.n n , t I + , 3 w - l +-Afi cp, la L C L L V L L I U I I I L C I L , " ~ , L U I L U I U I , i'"",L L V U "
aplicación de las nuevas tecnologías E: al mismo
tiempo, proleger y diluindir el Patrimonio
Cultural Cdriario». t r i esta dilusiori, por supuesto,
esta el proyecto de la publicación de
los instrumentos de trabajo. Pero esto no es
todo. El art. 26 1 nos dice: <Todos los ciudadanos
tienen derecho a la consulta libre y gratuila
de los archivos y tinriimmtos c»nstitutivos
del SisLema Canario de Archivos y a la información
en ellos contenida, siempre que éstos
I-eíinan las condiciones d e consulta pública
que se establezca en la presente Ley .», de lo
que se trata en el art 27. Claro está que esta
aseveración no sería alcanzable sin antes romper
la barrera de la insularidad anteriormente
mencionada Por ello, no podía faltar el interito
de desmantelar los perjuicios que ocasiorid
un territorio discontinuo para el logro último
dc la difusión y ¿rcccso pretendidos. Así, aunque
refiriéndose sólo a los Archivos Generales
Insulares, y que hay que hacer extensible al
resto de los cerims, el drt. 26.2 dice <tLus Aichivos
Generales Insulares colaborarán en el
intercambio de información entre ellos, con el
objeto de favorecer que todo ciudadano canario,
sin necesidad de desplazarse a otra isla,
pueda acceder a la documentación contenida
cn los archivos públicos de Canarias>.
En todo ello se detecta claramente un dese-
de facilitar e1 ;ICCPSO a la informaciím, la
igualdad de posibilidades de todos los ciudadanos
canarios a la consulta documental, y el
curiuiiiriie~iiod e ldb i i~i~i i a~i üq~u e~ Iedi g, eügrafía
canaria supone para estos logros. Por
olrv lado, se tiabla de la aplicación de nuevas
tecnologías como herramienta para la consecución
de una intercomunicación cultural
¿Todo ello no nos está indicando un dpspo de
reproducción documental y su depósito en
cada una de las siete islas? Esta pregunta
248 Enrique Pérez Herrero
puede ser desvelada por la lectura del art 18.2
que propone la solución de reproducir los documentos
relativos a cada una de las islas
para reintegrar la información, al menos. de
los documentos extraídos del ámhito geográfico
propio de sus génesis documentales, pero
entendido éste sin sobrepasar el marco comunitario.
No podía faltar (art. 19) el ii1tert.s
por la recuperación del Patrimonio Documental
Canario que se encuentra «fuera de la Comunidad
Autónoma para su traslado a los archivos
correspondientes del Archipiélago Canario
o, en último caso, para su recuperación
por el sistema adecuado).
El campo está ahora abonado para pensar
en una reprodiiccián del Patrimonio Documental
Canario y su depósito en cada una de
las islas del Archipiélago, como solución úriica
posible para favorecer el acceso y difusión
pretendidos. Lo que no sería justificable. en
este estado de la cuestión, sería el duplicar y
depositar en cada isla los documentos a ella
referidos exclusivamente. Llegados a este
punto, una política archivística y cultural no
debería quedarse a medio camino por no cubrir
las necesidades de los estudiosos c investigadores
insulares. El esfuerzo sería improductivo
a las puertas mismas del éxito. Esta
posibilidad de septuplicar el legado documental
no es. por el coi-iiiaiiu, uiid ided [iuevd,
pues, como se dijo más arriba. esta intención
queda recogida en la ley canaria cuando se dice
que el nonato Archivo General de Canarias
«recopilará, en el soporte adecuado, la documentación
histórica obrante en los demás archivos
de Canarias> (art 14 2) ¿Por qué no ampliar
estd necesidad al resto de las islas? Recordemos
que obtener copias de memorias
informáticas. de microfilrns y de imágenes digitalizadas
es una acción fácil, rápida y, lo que
es mejor, de bdjo costo económico
Creadd la necesidad, iustificada la acción y
legislada la competencia en materia dc archivos
y Patrimonio Documental Canario no sólo
por la ley mencionada, sirio también por el art.
29, puntos 8 y 9, Titulo 11. de la Ley Orgánica
1 O/' 1982. de 10 de agosto, de Estatuto de Autonomía
de Canarias, sólo queda el desarrollo
y cumplimiento dc lo propuesto.
La mecánica de acción requiere una programación
meticulosa que señale un procedimiento
a seguir con arreglo a unas pautas de
Lldbdio que marquen y definan unas fases de
realización, supeditadas éstas a unas prioridades
elementales. El esquema que se propone
para la realización de este proyecto podría ser
el siguiente
1 ) Confección del censo de los archivos canarios.
Esta necesidad ect5 perfectamente legislada
tanto por la Ley 16,/1985, de 25 de junio, del
Patrimonio Histórico Español, art. 5 1, como
por la Ley 3/ 1990, de 22 de febrero de Patrimonio
Documental y Archivos de Canarias,
art. 20. La confección del censo se considera
como una de las funciones concurrentes de
los Cabildos Insulares y de la Administración
de la Comunidad Autónoma dc Canarias, según
el art. 4.3.b del Decreto 60/' 1988, de 12 de
abril, cobre traspaso de funciones y servicios
de la Administración Pública de la Comunidad
Autónoma de Canarias a los Cabildos Insulares
en materia de cultura. deportes y patrimonio
histórico artisrico insuiar IBUC, n? 'i 1, de 6
de junio de 1988).
Centralizador de los datos obtenidos por
los censos de las diferentes comunidades es
el Centro de Inforn~ación Documental de Archivos
ICIDA) del Ministerio de Ciiltiira, qiie h .
creado una base de datos con los ccnsos rca-
Iizados. y consultable a través de los Puntos
dc Información Cultural (PlC). La provincia de
Las Palmas de Gran Canaria cuenta con un
consultorio PIC ubicado en la Biblioteca Provincial
del Estado desde donde se pueden
consultar las tuentes documentales incluidas.
Los únicos archivos canarios incluidos en esta
base de datos son los Archivos Históricos
Provinciales de Las Palmas de Gran Canaria y
de Santa Cruz de Tenerife, por ser los únicos
censados, quedando por lo tanto, el resto de
los archivos en el anonimato perdiendose
mucha información en ciianto a las fuentes
canarias se refiere. Es una laguna a cubrir, rio
sólo para ofrecer esta información a los investigadores
sino también para conocer y evaluar
cl Patrimonio Documental Canario y para
planificar un programa de política archivística
coherente.
2) Confección del censo de fondos documentales
de interés para Canarias residentes
en la Península Ibérica y en el extranjero.
Este censo se ha de realizar a través de la consiilta
de las guías y descriptores publicados y
por contactos directos con los diferentes archivos
3) Clasificación, ordenación y descripción
de los fondos censados.
La localización de los documentos requiere la
existencia dc los llamados «instrumentos de
descripción, que vienen a ser unos apuntadores
hacia los docurrientos que reunen la condición
de interés para el investigador Un archivo
sin estos instrumentos es un fondo cerrado,
ciego, sin posibilidades de acceso a la
información Por lo tanto, las tareas de clasifi-
1 - - - - : A - . A :--:A- L-- A- "-" iaiivii, uiuci i a i i v i i y uc>u i p u w i i i i a i i UL JLL
prioritarias a toda mirrofilmación, pues en caso
contrario tampoco se podría recuperar de
forma selectiva la imagen de los documentos
microfilmados.
4) Proceso de microfilmación (rollo master)
y copias (rollos copias).
Se ha optadn por la microfilmación ?obre la
digitalización óptica por varias razones: técnica
experimentada y conocida, sencillez en el
riidrieju de los equipos de lectura; los cambios
del uhardwarez no suponen el cambio del
soporte fílmico, que siempre perdura inalterable,
menor costo a la hora de montar una sala
de lectura, y más fácil mantenimiento del sis-
La inlorrnát~~d la achivística. Los Centros Insulares de Microfiims del Patrimonio Documental 249
OUrvcrsdal <le Las Panias do (m? Canara i t o e c a Unuestsrs a e m m D g a l e Caniris 2035
tema La mecánica de microfilmación no presenta
problema alguno, ya que está perfectamente
definida y avanzada técnicamente. No
sería deseable. no obstante, un procedimiento
micrográhco múltiple e independiente por
cada centro. Más productivo es una microfilrriacióii
dirigida por un equipo de reconocida
solvencia para el logro de la uniformidad del
proceso, de las imágenes, calidad, cartelas,
etc La adquisición de microfilmadoras por
parte de cada uno de los centros, niáxirrie
cuando muchos de éstos son pequeños, no es
rentable económicamente. y el traslado dc la
documentación a un centro de microfilmación
también presenta grandes inconvcnicntes,
pues el traslado de dociimentos es delicado v
problemático Medida alternativa y aprovechable
en un futuro. además de más económica,
cs la solución de un laboratorio de
microfilmación móvil, que se desplazase por
la geografía canaria microfilmando nuestro
IJatr~moriioU ocunieritai.
5) Constitución de Centros Insulares de
Microfilms (CIM).
Para archivar, custodiar y hacer posible la consiilta
de los microfilms obtenidos se ha de establecer
en cada una de las islas menores un
centro insular de reproducciones con una inc
---- +",.,-G,."n p. ,c;.-:n-+n n. :m.-+nl-,,-;-,%n" 1-F
I I C I L J L I U L L U I U U U I I L L L I I L L L I I I I I J L U I U L I V L I L d , 1 L L
tores de microformas, sala de lectura, armarios
de conservacióri de niicrofilms, etc En las
islas mayores, estos centros se deberán instalar
en los respectivos Archivos Históricos Pro-
\linciales por contar ya con instalaciones
apropiadas, y por ser los archivos de máxima
consulta y difusión
6) Acceso a la información histórica contenida
en los CIM.
Alcanzadas las metas de los apartados anteriores,
sólo queda proceder a la apertura al
público de los Centros Insulares de lLlicrofilm
y ofrecer un servicio de consulta y de reproducción
convenientcs.
Enriuuc Pira Herrero
7) Control del estado de conservación de
los archivos de rnicrofilm.
Por ser material delicado por su composición,
es necesario mantener un control para evitar
deterioros o para realizar nuevas copias que
sustituvan a las dañadas.
Este plan de Centros Irisulares de Microfilrns
lograría los tres principios básicos que
vertebran las presentes líneas la conservación
del Patrimonio Documental Canario al
quedar resguardado de un uso indiscriminado
que, por muy cuidadoso y delicado que
sea, siempre deja su huella irreversible, la consulta
e investigación de los documentos en
toda su extensión desde cualesquiera de las
siete islas; y la permanencia de la información
y de la imagen visual del documento en el caso
hipotético de su destrucción por razones
ambientales no controlables o por atentados
humanos no iustilicables.
1. Censo de los archivos canarios
3 Clasificación, ordenación y descripción de los archivos cananos
4 M;civB!macibii de !o5 fondos
5 Constitución de los centros insulares de rnicrofilms
6 Acceso y serviao
7 Control de los archrvos en imágenes