VEGUETA. Número O. mavo 1992. 1111-1191 111
Las elecciones a Cortes
Co~stituyerztesd e 1869 eH
las Canarias O rientales
* Profesor Titular de Historia Contemporánea.
Facultad de Geografía e Historia.
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
112 losé Miguel Pérez Gur~íu
L a Constitución de 1869 abre un paréntesis
cntre las directrices que dominan Id
historia política española del siglo XIX Se inserta
en una fase que va a convulsionar el carácter
moderado que mantienen las estructuras
del liberalismo decimonónico y supone un
intento de armonización, al menos teóricamente.
de monarquía y democracia.
Eslos dos concepIos se encontraron renidos
a lo largo de los dos últimos siglos y su
encuentro apenas tuvo lugar en cortas fases
Tal circunstancia puede explicarse al relacionarla
con las estructuras políticas surgidas
del ~eculiarp roceso de revolución hiirgiiera
De esta forma, la escasa vigencia del texto
constitucional del sesenta y nueve sólo puede
entenderse a partir de la sigriificación que posee
el Sexenio dentro de tal proceso. Durante
esos años se eliminarán algunos lastres generados
por la incorporación al régimen liberal
de muchos elementos tradicionales. También
se ampliará la base del régimen. Sin embargo,
no va a producirse una sustancial alteración
en las bases que soportan los intereses del
bloque social hcgemhnico y por ello, cuando
la mayor apertura democrática las amenace,
se restaurarán las coordenadas del orden tradicional
bajo nuevas fórmulas. Dónezar ha explicado
claramente tal fracaso al afirmar:
aysi la burguesía denzocrática creyáen la soberanía
popuiar y en ei sufraglo universal, lo hizo pensando que
COM ello MO peligraba SU concreta e individual propiedad.
De ahí que cuando las nuevas tondiciones políticas la
pusieron en peligro dejó camino abierto a la Restauración,
que se impuso por símisma. En cierto modo, reclatnada
»'
Para analizar estos acontecimientos debe
atenderse especialmente al tema del control
del poder y, más concretamerite, d 1ds clases o
fracciones sociales que dominaron las instituciones
públicas tras la Gloriosa. Tuñón de Lara,
siguiendo la clasificación de Heller, abría
las líneas de tal indagación cuando proponía
el estudio del «poder subjetivo sobre la organización~
c~u,y o contenido explicaba señalando
que uel poder sobre el Estado (que muchos
pensamos es el determinante en plano
superior a los demás) es e1 de aquellas clases
sociales o fracciones de las mismas, grupos,
etc.., cuyos intereses esenciales se expresan a
través de las decisiones del poder Así iios encontramos
con uno de los grandes problemas,
el de si la clase de los grandes propietarios
agrarios participa o no en el poder durante
los períodos del gobierno provisional o del
reinado de Amadeo 1; o, en el plano de las influencias,
cual puede ser la de los negociantes
de Cuba, etc ... D. El presente trabajo se enniarca
en ta! propQesta y trata de desvelar, para e!
caso insular. quiénes acceden a las instancias
de poder y en qué forma lo hacen al obtener
los e s~a n opsa ra las constituyentes.
A lo largo de los meses que van de la «Gloriosa))
hasta que se aprueba la Constitución de
1869 se desarrolla una fase de transición cuyos
resultados servirán para moderar el rumbo político
que se atisbaba tras los primero momentos
de la revolución de septiembre. E1 control
del gobierno provisional, la disolución de
las Juntas, el nombramiento dc nucvas autoridades
marcarán el contenido de los cambios.
El proceso electoral para Cortes Constituyentes
se convierte así en tema básico porque de
su resultado dependerá la nueva estructura
del Estado. Las variaciones producidas en la
normativa electoral y la difusión amplia que la
prensa dará a los debates distinguen relativamente
a estas elecciones de la mayor parte de
los comicios del siglo XIX. Sin embargo tanto
desde las instancias gubernamentales como
desde peder !Gca! 2 r',ccplegaise una tarea
laboriosa para garantizar unos resultados
favorables a los sectores más moderados.
La convocatoria recogia novedades importantes
con respecto a ¡a iegisiación electoral
de la etapa isabelina Al sufragio universal
masculino, se unían algunas prevenciones encaminadas
a impedir la manipulación dc los
censo? F n t r ~el las, e! papel que en su ehboración
deberían desempeñar los Ay untamienLas
elecciones d Corles Coristituyentes de 1869 en las Canarias Orientales 113
tos, las posibilidades amplias para revisar las
listas por parte de los ciudadanos o la gratuidad
de los documentos que se exigían para
acreditar el derecho al sufragio3 No obstante,
el gobierno provisional va a intervenir activamente
en el prucesu. El Pieámhulo del decreto
de Convocatoria de Cortes si bien anuncia
una estricta neutralidad gubernamental, no
deja de manifestar la opción por la solución
monárquica frente a la republicana: «El Gobierno
será neutral, pero no escéptico; harán
que sean profundamente respetadas y libremente
expresddas todas las opiniones, pero
ni p ü ~ c 'n,i ~ GCU!taqr ue 61 tiene y
el derecho a prolesar la suya (...J. Prefiere la
forma monárquica con sus atributos esenciales
y celebrara por consiguiente que salgan
victoriosos de las urnas los mantenedores de
este principio...». En ocasiones posteriores
volverán a repetirse pronunciamientos similares
sobre todo cuando la campaña adquiera
mayor int~ns idady el debate monarquía-república
se convierta en uno de los tcrnas
centrales4. Esta intervención no se limitará a la
pi-opaganda doctrinal y si analizáramos con
cuidado la relación de los políticos a los que se
les encarga la coordinación del proceso electoral
en los diferentes tcrritorios, podriamos detectar
el selectivo cuidado que se puso en su
nominación. La composición de la Cámara y
los resultados de la tarea constituyente, reflejarán
claramente la importancia de estas elecciones
en la primera fase del Sexcnio.
El bloque de poder local tras la Gloriosa
F l ---L:- --1:*:-- ---"m - P?n.,,-;.,e o,? n,+,,-
Ci CdlllUIV P V I I L I L L i ! ! C 6 C i A ri LUiiUiiULI b L x U L L U
bre de 1868 pese a que gran parle de su trama
se gestó en el propio Archipiélago. Como hemos
señalado ya en otro trabalo, este giro no
alterará de forma significaLiva al bloque de
podcr local y por ello, nos parece que el alcance
de esta etapa se sitúa en cuestiories tales
como la propia adaptación de dicho bloq
~2o 13 niieva sit~aciansi n tener qii? pfer t~la r
concesiones apreciatks al resto de los grupos
sociales, la mejor organización de las plataformas
de actuación política, la preemineririr7
del pleito insular sobre el conjunto de la
política canaria o la continuidad en la persorialización
de la vida pública5.
Los grupos dc podcr tradicionales van a
sortear con escasas excepciones la crisis política.
Para explicar su pervivencia conviene no
perder de vista las razones de fondo que
acompañan al curso de los acontccimientos.
Entre aquéllas, sobresalen la inexistencia de
fuerzas cuyas apoyaturas sociales fuesen capaces
de hacer frente a la hegemonía de las
clases dominantes y el nuevo impiilso que adquiere
en estos momcntos el pleito jnsular,
con las expectativas de división de la provincid
(re~orde~mqouse ésta fue una de las reivindicacioncs
centrales de la Junta de Gobierno
de Gran Canaria).
A pesar dc tales garantías los cambios
abiertos tras la caída de Isabel 11 van a exigir
un esfuerzo importante porque se abre una
ctapa que puede tener diversas salidas y porque
la desaparición del sufragio restringido
obliga a desenvolverse con medios diferentes.
Tras la desaparición de la Junta de Gobierno,
la oligarquía insular afronta el giro político
mediante una estrategia encamiriadd d dgl~ltinar
a los principales dirigentes de la anterior
situación y a los sectorcc del progresismo que
no se habían decantado por la opción republicana
Esta platalornid se encargará de garantizar
la adaptación de las élites grancanarias
así como de lograr el triunfo de la opción
monárquica.
Cm la estr~tegi-r.n encimada re blusraba
también crear la apariencia de que el juego
político estaba abierto y que el cambio era
real. En la convocatoria previa pard reriuvar
los Ayuntamientos los dirigentcs tradicionales
optarán por no presentarse y dar posibilidades
a otros grupos. Con esta postura se
pretendía conseguir la confianza de un núcleo
imnortante de progresistas. marginados en
los años anteriores, y con los quc ahora era
114 José Miguel Pérez García
esencial aliarse para obtener carta de naturaleza
en la nueva situación. De forma más sutil,
a medio plazo tarnhi6n se perseguía demostrar
que cualquier opción que no contase con
la inclusión de la élite tradicional estaba destinada
al fracaso a la hora de abordar los problemas
de la burguesía local. A las divisiones
en el interior del progresismo se unían las diticultades
para convertirse en interlocutores
ante el gobierno sin el visto bueno de la oligarquía
insular. El antiguo republicano Cirilo
Moreno lo percibe así en sus escritos cuando
comenta:
«Estas dilvergen~iase ln qe12ti !iherfi!,o "! poco ti;^
conque se trataban !os negocios, el afán a la populachería
que dejaba indemne las barrabasadas de las masas
-y yrucias que fueron muy pocas, y las que fueron sin
gran trascendencia- el predominio que sin saber cómo
tomaron ciertos hombres oscuros, desconocidos antes, y
otro conjunto de cosas análogas, crearon una atmósfera
de mal~stary desbarajuste que asemejaba a un estado
de anarauíaí ... l. Heaauíoues la situación q u ~ d i h n r i g ~ ~
a !a formación del partido bombero, porque los hombres
que tenían diez duros cayeron en su cuenta y aun
v ~ ~ t c hdoasp ro~cdo~cliiab eral se uitierorz con los de la situación
caída...^^.
Más tarde, cuando desde las filas republicanas
se cuestione el pasado politico de
López Botas, diputado electo para las Constituyentes
y se le critique por su vinculación a
los gobiernos isabelinos, el nuevo partido que
ahora representa a la élite grancanaria -el
monárquico-democrático o bombero- recordará
su <generosidad> en los meses anteriores
desvelando cómo su aparente inhibición
cn r r , n , r i r t i í \ riri >,m.. Ccrm- eficaz de acyGar en uL L V L I v I I ~ ~ ~C I I U C K I 1 1 1 1 1 1 a
la dirección de los acontecimientos políticos.
En el periódico del partido pucde leerse.
formós se para unir elementos dispersos, para conciliar
voluntades separadas por pequeñas diferencias y
al poco tiempo era ya un partido respetable por el número
y las circunsiancias de las personas que locomponían.
Proclamó la unión y la concordia de todos los hijos del
paíc ~ I I Pqi iisi~rauh h a j a r por !B prnspo,dad y engrandecimiento
de su palriu, sin exigirles el sacrificio de
susopinionespolíticas; y para demostrarque no en vano
pronunciaba aquellas hermosas palabras, llevó a los
Colegios electorules lodas sus fuerzas e hizo triunfar una
candidatura municipal de conciliación, formada sin su
concurso, y donde te~zíanre presentantes todos los partidos
menos el nuestro que, por confesión de amigos y adversarios,
tenía elementos sobrados para iinponer su vol
u n t a d ~ ~ .
Con la creación del partido Monárquico-
Democrático la élite insular dispondrá de una
pieza inestimable para sii adaptación organizativa
y doctrinal a los nuevos aires políticos
que vienen de la Península. Aparte de integrar
S más granado del núcleo gu'ueriidriie Uurante
la etapa isabelina -antiguos moderados,
unionistas..- contará en sus filas con representantes
del progresismo. Asimismo entre
sus militantes aparece un grupo vinculado
a los sectores populares que en realidad se
trata de artesanos vinculados al condado de
la Vega Grande y antiguos empleados municipal
t ' r E! pzpe! de e c t ~ cú! timr?r servir5 p3r3
iniciar el proceso de organización al incluirse
a algunos de estos miembros entre los primeros
dirigentes8.
A fines de 1868 la necesidad de pasar a la
primera línea de actuación irá forzando las tarcas
organizativas y desvelando quiénes realmente
ce encuentran detrás de la operación.
En una carta enviada por Rafael de Castro,
miembro del «partido bombero,, a López Botas,
líder auténtico y probablemente uno de
los principales artífices del mismo, se ponen
de manifiesto algunos de los pasos dados para
que Botas apareciese ya como cabeza del
partido y ei curiiexio general que lo aconselaba:
<El día de ayer recibí la orden de V. incluyéndome
por si parece conveniente para la publicación la comunicación
dirigida a V porel partido. Yo ya había creído como
V. que mejor era no se publicara u con tal motivo PI
día lunes por la mañana recogíde casa del compañero
Navarro lascartasdev. a la reunión y unidasa la quev.
+">ió djriynjy;::: ;7ta;t+:t;t~;idoiiie e/ eiicü~ezüd" y '"la
quedebiera llevar la publicación de aquélla lo dirigítodo
Las elecciones a Cortes Constituyentes de 1869 en las Canarias Orientales 115
en ese día a Don Ventura Ramírez de la Vega para que
se imprimiese con toda prontitud porque como V. siempre
he opinado que no sólo era conveniente sino absolutamente
necesario dar colorido y carácter político al
partido. Hoy he hablado con Vega y me ha dicho que ya
están en la imprenta.
TambiénesteSr. me ha leído la carta en quev. le indica
la conveniencia de que vaya mañana a verse con V
la conzision provisional organizadora del partido y en
eso hemos quedado convenidos lo mismoque de hablara
los demás individuos para ponernos todos de acuerdo
so6re la hora.
Ya sabe V. que en Cádiz según se dice hoy publicammte
Como noticia venida PM ( 1 vapor Cddiz, ha habido
derramamiento de sangre entre el ejército y republicanos
habiendo sido vencido el primero. Ahora síque creo opori
¿iiL"lü &~,.ef,.aje de Zl16zi¿cñyü uDioj jL*/"t a la
Dios salve al paísu suprimiendo como es natural el primer
Dios salve porque si la noticia es cierta en todas sus
partes no hay exageración en ella y si como es natural los
republicanos de Sevilla, Barcelona y Madrid han hecho
lo mismo, la situación para el Gobiernoes bastantecomprometida
y para la Nación bastante triste^^.
En el plano doctrinal, el partido se identificn*<
l n " n n P t , . l n A n " A-1 nvn"..qmQ -,,m Q l.,
C U L U C V . 1 'V., pVJ'U'UUVJ U L L ylV.+UI1IU yUL U ,U
postre saldrá vencedor de los comicios constituyentes.
Los principios que se adoptan serán
los representados por el progresismo vinculado
a Prim, figura que cuenta con las simpatías
tanto de López Botas como con las del
líder progresista Antonio Matos. Los subtítulos
del partido <Unión, Patria y Libertad,, recogen
las ideas de los que ahora defienden
una nueva monarquía. No obstante, las expresiones
de Unión y Patria tendrán una connotación
más próxima a las pcculiaridadcs de la
política canaria al referirse a la unidad de las
familias políticas de Gran Canaria (la Patria),
frente a quiénes desde Tenerife se oponían a
sus aspiraciones de autonomía administrativa.
La libertad se presentará siempre vinculada
al orden, garantía del mantenimiento de la
propiedad. Así. la participación popular habrá
de llevarse a cabo conservando la jerarquía
de aquéllos que <verdaderamente están Ilamados
a decidir). La defensa de la monarquía
suscitará un debate intenso en la prensa local.
Para sus partidarios las razones se fundamentan
en su carácter histórico y en la prudencia
necesaria que debe aplicarse al cambio político:
ala Monarquía democrática y popular ...
Monarquía que tenga todas las garantías necesarias
y que sea conforme a nuestras costumbres,
nuestros antecedentes, y al estado
actual de nuestra sociedad). Los detractores
partidarios de la República al contestar los
principios del nuevo partido les acusarán sin
embargo de mantener las ideas tradicionales.
El periódoco republicano El Eco de Gran Canaria.
al criticar el manifiesto fundacional de
alos Bomberos) y su opción por la monarquía,
1 - - -1- - 1- t " ---u-.. :- L : - L z - : - - ica aLuaa uc v u i v c i a xia iviuiiaiyuia iiiawiica,
la Monarquía de derecho divino, la Monarquía
que hemos sufrido, regida por la infausta Isabel
de Borbón. (...). ¿Y no sabéis también que
con la Monarquía vienen las quintas y matrículas
de mar, que arrancan a los hilos de los
brazos de sus madres, roban la flor de la juventud,
dejando yermos los campos, paralizadas
!as industrias. ag~nizmtee! coxrrcie. pa
ra convertir esas víctimas en las herramientas
de la humanidad y servir al odioso dcspotismo?
¿No sabeis que con la Monarquía viene
también la intolerancia religiosa, el despreciable
favoritismo, el enorme peso de las contribuciones,
para sustentar el fausto insultante
del Soberano y el roedor cáncer de la empleomanía.
que hace abandonar todos los trabajos
útiles a la prod~cción?~'~.
A pesar de la necesaria definición ideológica,
las scñas dc idcntidad del partido sc
orientan principalmente hacia la creación de
una fuerza capaz de aglutinar a la mayor cantidad
de elementos posible, con la finalidad ya
senalada de preservar los intereses de determinados
grupos sociales así como la de combatir
la capitalidad administrativa de Santa
Cruz de Tenerife. Tales prioridades marcarán
cuantos mecanismos se desplegaron a lo largo
del proceso electoral.
116 losé Miguel Pérez García
Las elecciones a cortes constituyentes de
1869
Estas elecciones y sus resultados constituyen
un ejemplo de la verdadera dimensión quc el
Sexenio tuvo en Canarias. Por otra parte, las
rriovilizaciones que se producen en otros
puntos de la geografía peninsular, carecen de
parangón en las islas y el uclamor revolucionario~
re sponde más a la necesidad de guardar
unas apariencias de sintonía con los sucesos
del país.
La estrategia que hemos mencionado en
las líneas anteriores basada en la incertidumhVA
o,h..,. * - - + : - : - - - : S - -1- 1 - - 1--3
kJLL .,\,ui~ !a paiucipauuii uc JUJ 11ueleb lllds
destacados de la élite local, dio los resultados
perseguidos. Con tal dilación se permitió ganar
el imprescindible tiempo para que la red
caciquil tradicional pudiese desenvolverse en
medio de una situación diferente. También, se
consiguió aprovechar las divisiones en las filas
progresistas y rcpublicanas para evidenciar
q'ie era irnpocihle e! g~hierncd?e !as is!zs
orientales sin el concurso de aquélla. La inhibición
era sólo aparente y con motivo de la renovación
de los Ayur itdrriientos iniciaron una
movilización que buscaba garantizar el control
de los pueblos de Gran Canaria. Así lo denunciaba
la oposición cuando desde sus periódicos
les acusaba:
<Ya se agita ka intriga en el reac~ionarioc ampo de
los enemigos de la libertad. Al anuncio de las próximas
elecciones por sufragio universal, han principiado las
evoluc io~~y sla < awihoscadas, y se envían misioneros y
se despachan emisarios a los pueblos del interior, para
sorprendera sendlos paisanos que. ajenos a toda malicia,
jr ~üinpiurvicicn~ ieyurnenieu irabajar por ios apoíogistas
del neísmo~.
«Los neos, los apologistas de Bertran de Lis y de
Bravo Murillo se inueven, se agitan y se preparan para
las luchas electorales. Corridos, avergonzados han plegado
la fatídica bandera de la reacción u Gajo el antifuz
de neoliberales, preteizder uncir al carro del servilismo a
los que sumidos en las tinieblas de la ignorancia, no tienoi.
ccxoáx&ntu d~ sus dc~:cho: I...). Lo; f i p ó ~ t ~ ldeej
esas doctrinas, los váiidos de la situación anterior, recorren
nuestros pueblos haciéndonos recordar antiguos
compromisos; se constituyen en la casa del colono, en la
cabaña del labrador y le5 anzenazan con la pérdida desu
real gracia, con el temor de su poderoso enojo si no ceden
a su capricho, si no son ejecutores ciegos de su voiuntad.
Recorred nuestros campos y nuestros pueblos y ved lo
que pasa en todos elios. Preguntad que es lo que acaece
en Teror y Valleseco; buscad. inguirid u admirariis loc
trabajos de zapa de nuestros enemigos í...). Las amos, [os
señores de los predios erigidos en caballeros del feudalisnzo
despojaran nzanana a sus colonos y aparcero5 del terreno
que riegan con SU sudor para hacer brotar el pall
de su familia, si bajo el niás solemne compronziso no se
obiigan a vender su idea, a hacerse traición a símismos
deponiendo el voto sagrado de su voluntad ante la voluntad
del s e f i o ~ ~ l .
El éxito de esta empresa se concretó en el
pacto que permitió la coalición electoral entre
los bomberos y el sector del progresismo partidario
de la monarquía. Las candidaturas de
López Botas por los primeros y de Antonio
tiv,,~uL.v,J+ - - --- Pul los segündüs ~ u p u i i í d r i id unión
entre la élite tradicional -aunque despojada
del sector más moderado- y el grupo que
mejores relaciones tenía con el entorno de
Prim. Ello se hizo a costa de marginar a uno de
los dirigentes progresistas históricos, Antonio
Quintana y de las reticencias de parte de sus
bases que seguirán sosteniendo la candidatura
de este último. En la onmiriñn, los rep~uhlicanos
presentarán al doctor Miguel de Rosa y
a Roque Barcia
E! clientelismo y las acciones caciquiles
estuvicron presentes en la campaña. Hay
abundantes ejemplos del primero en la correspondencia
que se cursa a los diputados
electos para recordarles los compromisos adquiridos.
Asi puede verse en algunas de las
misivas lo siguiente.
<Antigua, I 2 Febrero de 1869.
Miry estimado Sr mío. Tengo el gustodehaber rccibidnsu
muy a t ~ n t ade l 7 delactual ydaraV. la máscordial
enhorabuena por su nombramiento de diputado. L.)
P. ....- f . - < *
U yruwuw~y ue'v'. reciba dei Ayunlamiento para gestionar,
en cuanto le sea dable por loc intereses del pueblo.
Las elecciones a Cortes Constituyentes de 1869 eri las Canarias Orientales 1 19
NOTAS
1 DON~LADIILRL ~t ULLUKKUNI M.. La Consiilución de
1869 g la revolución burgrtcsa Madrid, 1985 p 52
2 T~IÑODNF [.ARA. M Estudio5 tohnel sigloXIXrspaiiol Vadrid,
I Y lb, p. 64
3 Puede verse ARTOLAhl, Purtid~)y proqratnas polili~o,
1808-19y5. Madrid, 1973. Tomo l.
d La defensa de 1- C ~ L I Sin~o vSrquica or~.inar$ hi i~na
parle de la obra de los Coristituyenleb Para seguir
sus fundamentos puede verse. CALERAO. ,M Monarquía
y democracia en las corte: de I 861) Madrid. 1987
5 Puede verse PEREZI ;Rl. M. aLCa lievolu[cióAn de
1868 eri Lds Pdliiiaso VI1 co!uqu!o de Hbioria ~uriurioam uricuna
Madrid, 199 1 , pp. 776-789.
ú Ci~i iu:v :oíi~iu3;,. CiiúWiüi hiiíóikü.i de Iü iziü!i,i;dii di si?-
tiernbre en Las Palmas Las Panas de Lran Canaria 1899
7 El Botnbcro Uúm 1 15-11-1869 Hemeroteca Museo
Canario.
8 Para conocer la tormación del Partido Bombero pLede
verse. PEim GAKC~I AM, La situación política y sotial
erz las Canarias Orientaks durante la eiapa Isabelim Madrid,
IY8Y. m este libro incluiamos la resena de una carta
del conde de la Vega Grande a López Botas sobre la
conveniencia de mantener una tactica basada en la
aparente inl-ibición política 4 que perseguía crear las
condiciones adecuadas para facilitar el regreso al I i -
cuantos avances te han dado para bajar y entrar en el
hyiiniami~ntop, ero yo predico la nece~idadd e que te
delen descansar, aunque por fuera se ayude en Iodo
!o que convenga, pero siempre con la preocupación
de que se convenzan de que de algo senimos unos
rn4r y otrcs mpnni, y Q ~ I~P l l sni p~ita n inlni SP hi incieno
(Las Palmas de Gran Canaria 2-NI-1868).
9 Carta de Rafael de Castro a Antonio López Botas. 16-
diciembre-1868 &chivo López Rotas
10 El Eco de Gran Lauiana 25-nokiembre- 1868. Hemerotecd
del Museo Cdfldrlu.
1 1 El Pak 27-X- 1 S68 y WXI- 1868. Hcmcroteca dcl Mu-
>.-C.m" cci iai iu.
12 Carta de Marcial Cabrera. miembro de! Comite del
partido Bombero eri Fuerteventura a López Botas
rchivo de López Botas
13 Carta del Comité Electora! de Puerto Cabras a López
Botas Archivo López Botas
14 4ctas aei Comité Cer,tral del Partido Monárquico
Uernocratico besion, 24-12 1869 Archivo Lopez Botas
15 El País 5-febrero- 1869 Hemeroteca del Museo Canario
16 El ECJ de Gran Canaria Editorial 30-dicieinl?re-1868.
Hemeroteca del Museo Canario