ANTONIO BALLESTEROS Y MERCEDES GAIBROIS:

AMÉRICA COMO TEMA

CARMEN MORALES GARCÍA

VEGUETA, Número 7, 2003 – ISSN: 1133-598X 179

Resumen: Desde 1961 la Casa Colón

posee el Fondo Ballesteros. Comprado

en un primer momento para proporcionar

un fondo bibliográfico a la naciente

Biblioteca Colombina. El Fondo Ballesteros

constituye hoy por hoy uno de los

fondos más interesante dentro del panorama

de los archivos y bibliotecas históricos

de esta isla. El interés que despierta

al investigador viene sin duda marcado

por la naturaleza de los mismos. No

viene generado por organismos ni diversas

instituciones o personas, ni siquiera

podemos denominarlos fondos

familiares sino que su origen parte de

una labor productiva, concretamente los

instrumentos materiales, manuscritos,

instituciones y personas que aportaron

directa e indirectamente en el desarrollo

de la vida social y profesional de dos

grandes historiadores: Antonio Ballesteros

y Mercedes Gaibrois. Conocer las líneas

de investigación de este fondo comprende

también, conocer el desarrollo

personal, intelectual y social de este

«matrimonio». Una simbiosis que se

plasma no sólo a nivel familiar sino a nivel

profesional. Donde no se puede entender

la obra medieval, moderna, universal

y americanista de Ballesteros sin

la sombra de Gaibrois. Sombra que se

alarga por razones familiares, sociales y

lo más interesante, ideológicas hasta Canarias.

Palabras clave: Regeneracionismo

Historiográfico, Americanismo, Cultura

y Maurismo, Casa de Colón, Historiografía

Atlántica.

Abstract: From 1961 the Columbus

´house possesses the Fund Ballesteros.

Bought in a first moment to provide

a bibliographical fund to the nascent library

of Christopher Columbus. The

Fund Ballesteros constitutes today per

today one of the funds but interesting inside

the panorama of the files and historical

libraries of this island. Their main

characteristic is the peculiar of its nature.

It is not a fund generated by institutions

or people but rather their origin is

the productive work of two historians:

Antonio Ballesteros and Mercedes Gaibrois.

To know the you line of investigation

of this Found you must understand

the personal development, intellectual

and social of this marriage. Because you

cannot understand the medieval, modern,

universal work and Americanist of

Ballesteros without Mercedes Gaibrois.

Influences that lengthen for family, social

and ideological reasons to the islands

Canaries.

Key-words: Historical Regeracionism,

Americanism, Culture and Maurism,

House of Columbus, Atlantic Historiography.

INTRODUCCIÓN

Desde 1961 la Casa Colon de Las Palmas

de G.C. posee el Fondo Ballesteros.

Comprado en un primer momento para

proporcionar un fondo bibliográfico a la

naciente Biblioteca Colombina. El Fondo

Ballesteros constituye hoy por hoy uno de

los fondos más interesante dentro del panorama

de los archivos y bibliotecas históricos

de esta isla. El interés que despierta

al investigador viene sin duda marcado

por la naturaleza de los mismos. No viene

generado por organismos ni diversas instituciones

o personas, ni siquiera podemos

denominarlos fondos familiares sino que

su origen parte de una labor productiva,

concretamente los instrumentos materiales,

manuscritos, instituciones y personas que

aportaron directa e indirectamente en el

desarrollo de la vida social y profesional de

dos grandes historiadores: Antonio Ballesteros

y Mercedes Gaibrois. Conocer las

líneas de investigación de este fondo comprende

también, conocer el desarrollo personal,

intelectual y social de este «matrimonio

». Una simbiosis que se plasma no

solo a nivel familiar sino a nivel profesional.

Donde no se puede entender la obra

medieval, moderna, universal y americanista

de Ballesteros sin la sombra de Gaibrois.

Sombra que se alarga por razones

familiares, sociales y lo más interesante,

ideológicas hasta nuestras islas1.

Hablar de ideologías es hablar de mentalidades.

En un momento donde la histo-

180 Carmen Morales García

ria se ha parcelado en numerosas especialidades,

investigar una línea historiográfica

cuyas características principales son estudios

universales donde predominan una

ideología basada en el sentido español y en

segundo momento un americanismo politizado,

puede resultar anacrónico. Pero la

historia es evolución, es un proceso de formación

y pese a circunstancias políticas,

económicas y sociales todos somos discípulos

de nuestros maestros y maestros de

nuestros discípulos. Es desde este punto de

vista donde hay que ver la obra de Ballesteros-

Gaibrois.

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois

por sus contactos pertenecen a la denominada

Generación del 14, eslabón entre

la del 98 y el 27. Su línea historiográfica

viene marcada por las influencias del historicismo

de Ranke, aprendido en sus viajes

a Friburgo. Sus contactos con el Instituts

d´Estudis Catalans a través de sus investigaciones

medievalistas le llevarán a conocer

a Finke y serán posteriormente amigos

(que aunarán con lazos familiares) de Ramón

Carande.

La labor docente de Ballesteros parte

desde 1906 cuando gana por oposición la

Cátedra de Historia Universal Moderna y

Contemporánea de Sevilla. Será Sevilla

una de las ciudades que más marcará la vida

personal y profesional. Ya que aquí conocerá

a su futura esposa Mercedes Gaibrois.

En 1912 pasa a la Universidad Central

de Madrid como Catedrático, explicando la

asignatura de Historia Universal Antigua y

Media. En 1914 consigue en la facultad de

Filosofia y Letras la Cátedra de Historia de

América vacante por renuncia de D. Eduardo

de Hinojosa. Finalmente en 1920 gana

por oposición la Cátedra de Historia de España.

Mercedes Gaibrois y Riaño nació en París

en 1891. Hija única de D. Jose T. Gaibrois

encargado de negocios de Colombia

en Madrid y fundador de la revista «Colombia

Ilustrada», va a realizar sus estudios

en la escuela Colombiana de Bellas

Artes. Su encuentro con Ballesteros se realiza

en Sevilla cuando ella y su madre, Soledad

Riaño, realizan un viaje de estudios

artísticos por España e Italia. Desde ese

momento, Mercedes Gaibrois cambiará los

pinceles por los legajos convirtiéndose en

investigadora medievalista que le hará entrar

como primera académica numeraria en

la Real Academia de la Historia en 1935.

Asimismo será correspondiente de la Academia

de Buenas letras de Barcelona y de

la Sociedad de Americanistas de París. Publicará

numerosos estudios sobre la época

medieval de España destacando su interés

por la historia de género en este período.

Con respecto a América su contribución

más destacada será su labor en «Raza Española.

Revista de España y América»,

donde junto a Blanca de los Ríos organizará

homenajes a relevantes figuras americanas

e investigará sobre personajes históricos

colombianos. Son pues dos historiadores

volcados hacia América desde una

formación en historia de España y en el caso

de Mercedes Gaibrois concretamente

medievalista. Formación que los llevarán

hacia el Americanismo visto desde la óptica

« Hispánica».

¿Qué entendemos por este Americanismo

que podríamos denominar «Hispanoamericanismo

»? Utilizado por ideologías

fascistas, el americanismo ya politizado se

convirtió en el «sentido del Imperio», en

exaltaciones como el «Día de la Hispanidad

», en instituciones de propaganda como

el Instituto de Cultura Hispánica o búsqueda

de héroes históricos que fundamentaran

el ideal de una España unida bajo un

caudillo y proyectada hacia Hispanoamérica:

Reyes Católicos, Carlos V, Hernán Cortés

o Pizarro será utilizados para este fin.

Pero antes de todo esto; antes, de una guerra

civil que radicaliza posturas y pensamientos,

existieron unos intelectuales, historiadores

y literatos preocupados por un

acercamiento hacia esa América perdida.

De ellos, y de la figuras de Antonio Balles-

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois: América como tema 181

teros y Mercedes Gaibrois, como precursores

del americanismo, es de lo que vamos

hablar.

1. BALLESTEROS, GAIBROIS Y SU

LÍNEA HISTORIOGRÁFICA2

A principios del sigo XX los estudios

cuyo tema principal era América no se hallaban

desligados de los estudios sobre la

historia de España. Parte de su imperio colonial,

América constituía una provincia

más que daba sentido al ser de España. La

terrible desazón que produce el desastre

del 98 fue entendida no sólo como una pérdida

de la influencia de España en el ámbito

internacional (desde cuya perspectiva

hay que explicar todo el desarrollo de la

historiografía sobre América), sino quizás

lo más importante para las mentalidades,

como una separación de un territorio que

configuraba la propia esencia de España3.

Dos hechos políticos serán decisivos a la

hora de fomentar la preocupación por

América como tema historiográfico: la pérdida

de las colonias del continente (1808-

1824) y finalmente, la pérdida de las Antillas

y Filipinas en 1898. Junto a ello, la

celebración del IV Centenario del Descubrimiento

de América (1892), servirá para

lanzar los estudios sobre esa América perdida4.

En todo este proceso, cabe destacar

la figura de Rafael de Altamira, que a partir

de su viaje a América en 1909-1910 recupera

la relaciones culturales entre España

y sus antiguas colonias. A partir de aquí

comenzará una serie de estudios que lo llevarán

a desarrollar el americanismo en España

y que culmina con la creación de la

Cátedra de Instituciones políticas y civiles

de América en la Universidad Central de

Madrid5.

Altamira es un ejemplo para ver como

el desarrollo de la investigación sobre

América estuvo estrechamente relacionado

con la evolución de la cultura y las necesidades

de la política exterior de España. Los

historiadores como pertenecientes al «estamento

» de los intelectuales, (que en esta

época se caracterizan por ser altamente

cualificados pero a la misma vez minoritarios),

están vinculados de manera estrecha

a literatos y filósofos y todos sustentan la

ideología de los políticos6.

La primera generación de historiadores

preocupados por América en el siglo XIX

centrarán sus trabajos en dichos acontecimientos:

las efemerides de 1892 y el desastre

de la política española que los condujo

a la pérdidas de las colonias. Aparece en

ellos la raíz de la búsqueda de la grandeza

española que posteriormente retomará de

una forma más politizada la historiografía

nacida a partir del final de la guerra civil.

Antonio Ballesteros y Beretta pertenece

al denominado grupo de americanistas de

la segunda mitad del siglo XIX: Rafael Torres,

Marcelino Menéndez y Pelayo (1856-

1912), Melchor Fernández Almagro (1893-

1966), Marqués de Lozoya (1893-1978),

Agustin Millares Carló (1893-1978), Ciriaco

Pérez Bustamante (1896-1978). Y pese a no

vivir de forma directa estos acontecimientos

serán los difusores del legado de la anterior

generación americanista marcada

por la pérdida del imperio colonial español

y el resurgir del americanismo en los años

40, marcado hasta ese momento por un

«hispanoamericanismo» fomentado desde

el sistema político ganador de la guerra civil.

Si los anteriores se preocuparon casi de

forma general por los descubrimientos y

conquistas, esta generación ampliará su temática:

Millares Carló sobre bibliografía y

paleografía, el Marqués de Lozoya sobre

arte, Fernández Almagro le interesará la

Emancipación y finalmente, Antonio Ballesteros,

los temas colombinos y el descubrimiento7.

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois

tomarán la bandera de la parte nacional,

pero es una decisión anterior, una

decisión nacida de su propia ideología

marcada por el sentido de España y el sentido

de América. Una y otra no se identifican

sin unos valores: historia, religión y

182 Carmen Morales García

lengua. No podemos entender estos valores

y esta mentalidad sin las circunstancias

políticas que marcaron las relaciones España

y América entre 1919 y 1945. Tanto una

como otra fecha significaron el término de

las dos guerra mundiales, donde Estados

Unidos sale vencedora, lo que es entendido

desde al americanismo como una pérdida

de la influencia de la cultura hispánica

en el Nuevo Continente8.

Los historiadores «hispanoamericanistas

» intentarán a través de sus investigaciones

reivindicar una americanismo donde

se vea patente la influencia de España

en esa América perdida culturalmente en

1919, bajo el expansionismo norteamericano

y en 1945, bajo las nuevas circunstancia

políticas y económicas resultado de la victoria

de los aliados en la segunda guerra

mundial: el comunismo y su igualdad social

y el imperio económico yanqui. Ambos

representaban los grandes males que habían

llevado a España a su pérdida de universalidad

y finalmente, a su cruenta guerra

civil, la falta de una identidad nacional

basada en jerarquía, (no igualdad), servicio

(no libertad) y hermandad (no fraternidad).

Los viejos valores del tradicionalismo

del antiguo régimen que aún en 1940 pujaban

contra las ideas liberales de la revolución

francesa y quedaban restituido bajo

una palabra «Hispanidad» y en un ideólogo:

Ramiro de Maeztu.

2. RAZA ESPAÑOLA. REVISTA DE

ESPAÑA Y AMÉRICA

Si bien Ramiro de Maeztu publica su

obra «Defensa de la Hispanidad» en 1933,

obra que sea el ideario ideológico de las relaciones

culturales con América en la época

franquista. El origen del mismo hay que

buscarlo mucho antes. «Raza Española» es

sin duda el más claro ejemplo de ese espíritu

regeneracionista conservador surgido

a raíz del Desastre de 98. La idea de buscar

en el pasado la identidad de la cultura

hispánica marcará la tendencia de los literatos

e historiadores surgidos a partir de

esta fecha. En las ciencias históricas el grupo

nacido bajo la figura de Menéndez y Pelayo,

donde destaca sus discípulos; Bonilla

y San Martín y Blanca de los Ríos. Recogen

la preocupación de su maestro (la búsqueda

de la identidad española) y la metodología

de la escuela historicista alemana a

través de la figura de Finke y la escuela de

Friburgo. El historicismo alemán de Ranke

(1795-1886) defiende la búsqueda exhaustiva

de los documentos originales depositados

en los archivos, su verificación, autentificación

y cotejo mutuo además de su

empleo como base fundamental y casi exclusiva

de la narración histórica. La Historia

«tal y como había sucedido», evitando

el subjetivismo del historiador y su posible

carga ideológica. Lo paradójico es que esta

metodología creó un culto al hecho histórico

convirtiéndolo en sustento de fuerzas

políticas e ideológicas.

Los hispanoamericanistas de la segunda

mitad del siglo XIX (literatos o historiadores)

se vieron fuertemente influenciados

por la teorías de Ranke y ante el hecho de

las pérdida de la colonias recurrieron a un

hecho histórico: el descubrimiento de América

como el comienzo de la cultura latina

en el continente americano. Este hecho implicaba

dos consecuencias: 1) La entrada de

España como primera potencia en la historia

universal y 2) El papel de España como

trasmisora de la cultura latina al configurar

un imperio basado en una misma lengua

(castellano), una misma religión (católica)

y una misma monarquía (Habsburgo).

No nos ha de extrañar que al igual que los

discípulos de Ranke (Niebhr y Mommsen)

plantearan una similitud entre Roma y

Prusia y se centraran en temas políticos y

diplomáticos, los hispanoamericanistas se

sientan atraídos por estas comparaciones,

estableciendo similitudes entre el imperio

romano y el español y estudien aquellas figuras

históricas que pudieran representar

la imagen de una España con una misión

universal y católica9.

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois: América como tema 183

«Raza española. Revista de España y

América» se funda bajo la dirección de

Blanca de los Ríos en 1919. Su consejo de

redacción estará formado por la propia directora,

Jose Mº Rivas Groot, el Conde de

las Navas, Vicente Lamperez y Antonio Ballesteros.

Sus colaboradores serán numerosos,

destacando la figura de Alfonso Reyes,

Concha Espina, Emilia Pardo Bazán, Ángel

Altolaguirre, Bonilla y San Martín, Ortega

Munilla, Fernando de los Ríos, Rubio y

Lluch... unidos por un concepto de la raza

que su directora expone de forma clara en

la presentación de la revista: «...raza española

son la gente que arrancan del mismo

milenario tronco hispano, las nacidas en la

península indivisible al entallarla como un

solo bloque entre el Pirineo y las olas de

dos mares; la gente que hablan una lengua

de raíz única cuyos monumentos literarios

se confunden en una misma cuna histórica.

Raza española son las gentes de todo el

vasto mundo que descubrió y sometió

nuestro genio peninsular, tanto uno en su

lengua y en su literatura galaico-portuguesa,

madres de la castellana, como en su sed

geográfica y en el anhelo expansivo que le

empujaba a sus descubrimientos y conquistas...

». De esta forma la revista abogaba

por la unión de toda la Península Ibérica

(Portugal y España) y toda Sudamérica

bajo una misma nacionalidad, la nacionalidad

de la raza, que quedaba constituida

bajo el tronco común de la lengua. Blanca

de los Ríos reivindicaba la figura de Menéndez

y Pelayo como fundador de este

concepto».Toda esa gran familia que alienta

de nuestro espíritu transfundido en el

habla, todo el vasto mundo geográfico que

abarca en sus grandes síntesis Menéndez y

Pelayo, primer español completo, hombre

que vivió, pensó y escribió para toda la estirpe,

como quien tan bien conocía la génesis

y la espiritualidad de toda ella, es

nuestra Raza»10.

La revista explicaba claramente quiénes

eran sus enemigos. La fecha de 1919, final

de la primera guerra mundial, suponía una

victoria más del expansionismo de EEUU

sobre América y una pérdida para España

ya no a nivel político o económico, sino

cultural. El grupo reivindicaba la historia

común pero sobre todo, la lengua «...porque

ciego estar quien no viere que en medio

de esta época de positivismo y de imperialismo,

de fuerza y de plutocracia, a la

geografía que trazó la espada sobre el haz

de la tierra, se impone otra geografía más

fuerte, con las enormes cohesivas del espíritu

y del amor; la geografía animada y dominadora

de las lenguas, que contiene infuso

el espíritu de las razas; así en la actualidad

son y lo serán más cada día dos

grandes lenguas, dos grandes razas representadas

y unidas cada cual por su lengua:

la raza española y la raza inglesa, las que

se disputan el dominio del mundo...»11.

Finalmente el ser de la raza, aquel dilema

abierto desde la pérdida de las colonias

quedaba configurado como una unión entre

el ser español y el ser americano, «...no

se puede ser íntegramente americano sin

ser íntegramente español y al revés no se

puede ser plenamente español sin sentirse

juntamente hispano-americano... España se

partió en dos...». La raza quedaba constituida

en defensa de unos objetivos: la lengua

castellana y portuguesa y la historia

común de España y Portugal con América.

En 1923, con la llegada al poder de Miguel

Primo de Rivera, la revista alcanzará su

mayor prestigio e influencia ya que su directora

fue afín al régimen dictatorial, llegando

incluso a ser una de las pocas mujeres

que accederían a la Asamblea Nacional12.

De este momento es la celebración de

la Fiesta de la Raza en Madrid donde apreciamos

que el concepto de «raza «se ha modificado.

La raza estaría ahora constituida

solamente por España y los pueblos hispanoamericanos

apareciendo la fe católica

como instrumento de unión y trasmisor de

la lengua castellana. Es por ello, que ya no

se reivindique el hecho del descubrimiento

sino la conquista y colonización, apareciendo

España como la gran madre («His-

184 Carmen Morales García

pania Mater») difusora del catolicismo y

con ella, la cultura. Evidentemente las palabras

ya escondían la influencia de la iglesia

en este momento, influencia bien patente

en las celebraciones de la Exposición

Universal de Sevilla en 1929 donde Blanca

de los Ríos manifestaría su adhesión a Acción

Católica13.

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois

son, sin duda, el ejemplo perfecto de

este compromiso aplicado a una línea historiográfica.

Desde sus colaboraciones con

«Raza Española», (1913-1929) hasta sus

conferencias en el Museo Canario en 1939

sobre: Augusto y el imperio, La Génesis del

Imperio Español o la Semblanza del Cardenal

Cisneros14. Una preocupación por

partes de él es la universalidad de este país

que lo llevará a realizar su magna obra

«Historia de España y su influencia en la

historia universal» y en el caso de ella, su

compromiso católico. No hay que decir que

no son los primeros pues ya Lafuente en su

«Historia General de España» se ensalzaba

en los valores nacionalistas derivados de

los ideales de mundo antiguo (su Viriato

encarnaba los ideales de valentía, honradez

y fortaleza).

Pero la preocupación de la universalidad

de España de Antonio Ballesteros parte

desde su propia formación como medievalista.

Su discurso de entrada en la Academia

en 1918 es sobre la figura de Alfonso

X, emperador (electo) de Alemania y en él,

el autor nos comunica su interés por «El

imperio alemán en la Edad Media y del

pensamiento imperial de un monarca español

»15. Adolfo Bonilla y San Martín, en

su contestación recoge la actualidad del tema

comparando el momento de Alfonso X

el Sabio con el imperio de Carlos V y como

a partir de 1558, con la renuncia del imperio,

la entrada de la decadencia en España

al estar aislada entre sus dos tradicionales

enemigos: Francia e Inglaterra. Volvemos

al espíritu regeneracionista, al porqué de

las causas de la derrota de España en la política

internacional y retomar el momento

de la casa de los Austrias como el de mayor

esplendor para el país.

«Con la España austriaca —escribió Canovas

del Castillo—..., pereció la verdades,

la antigua, la grande España de los Reyes

Católicos, no quedando más que el odio

que a causa de lo pasado nos han profesado

hasta ahora unánimante los extranjeros...

España puede ser todavía una gran

nación continental y marítima, uniéndose

pacífica y legalmente con Portugal su hermana,

comprando o conquistando a Gibraltar

tarde o temprano, y extendiéndose

por la vecina costa de Africa...»16. Como hemos

visto, la idea sería nuevamente repetida

nueva años más tarde por Blanca de los

Ríos en su introducción de Raza española.

El interés por la universalidad de España

queda bien patente en la que será su

obra magna. «Historia de España y su influencia

en la historia Universal». La obra

es reseñada en Raza Española por Cayetano

Alcázar como «una gran obra de cultura

y Patriotismo» destacando la época donde

se aprecia los mayores logros de España:

«Carlos V es el momento cumbre de la

hegemonía» o «ser español en aquel gran

siglo es representar la supremacía y el orgullo

de los máximos valores...». Sobre la

época de Felipe II, Alcázar reivindica la

obra de Ballesteros como «...una nueva historia

mucho más sagaz y exacta que la nacida

en prejuicios y sectas...». O «... vibra el

españolismo, la defensa de cuanto honra y

enaltece, sin excluir cuan cumple la veracidad

del historiador»17. No nos ha de extrañar

que a final de la Guerra Civil los Ballesteros

impulsarán una historiografía que

defendieran los valores tradicionalistas

triunfantes de la misma.

De igual manera Mercedes Gaibrois como

miembro de la Real Academia participará

en la Junta de Patronato de la Asociación

de Cultural Hispano-Americana, asociación

creada por el ministro Jose Ibañez

Martín en 1940 con la idea de fomentar las

relaciones culturales entre América y España

en contra de la expansión cultural

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois: América como tema 185

americana en el Viejo Continente. En las

conferencias retransmitidas desde Madrid,

la ideas son claras. La victoria del Caudillo

supondrá un resurgir del imperialismo espiritual

hispánico contra los avances de la

democracias judaicas y comunistas. Junto a

Pio Zavala, Rodolfo Reyes, el Marqués de

Lozoya, Vicente Castañeda, Luis Rosales,

Carlos Pereyra, Jose María Pemán, Blanca

de Los Ríos y el propio ministro nos aparece

una Mercedes Gaibrois que nos indica:

«La presencia de la mujer en la conquista

». Mujer que se caracteriza por ser

inteligente, devota y base fundamental del

hogar cristiano en España y América. Es el

feminismo cristiano18.

Pero detrás de todos estos compromisos

políticos e ideales regeneracionistas hay algo

más. En el prólogo que A. Ballesteros realiza

para su primer tomo de Historia de

España y su influencia en la historia Universal,

el autor expone sus intenciones:

«Intentamos... presenta una compilación

honrada y científica, declarando los

escritores que inspiran nuestros juicios y a

quienes seguimos en los distintos pasaje de

la exposición... las controversias, la polémica

y los encontrados argumentos procuramos

presentarlos con absoluta imparcialidad,

evitando prejuicios o simpatía...

anhelamos hacer una obra española en el

sentido de apreciar exactamente y sin viciosas

exageraciones la parte debida a España

en la evolución de la humanidad y en

las diversas fases del dinamismo históricos...

»19. En su introducción a la monografía

sobre Colón el autor nos señala: «...en la

obra que publicamos los textos hablarán su

lenguaje y los documentos aportarán sus

noticias. No he querido omitir la exhibición

de fuentes. Luego, la concordancia de los

textos y el comentario dan el resultado a la

vista del lector, sin escamoteos y juegos líricos,

en ocasiones engañosos. Lo comprobado

aparecerá como tal, y la conjetura

franca sin extremosidades, intentaré explicar

el fenómeno y la aclaración de lo turbio

con una solución provisional....»20.

Hablamos de labor de síntesis bibliográfica

en sus estudios universales, de recopilación

de documentos inéditos en sus

obras monográficas y de resaltar la importancia

de realizar una crítica objetiva en las

fuentes documentales. Algo tan esencial en

nuestras actuales investigaciones llama la

curiosidad a principios del siglo xx: la importancia

de las fuentes documentales21.

Esta labor es compartida y apreciada en

la obra de su mujer Mercedes Gaibrois.

Elías Tórmo y Monzó en su contestación

nos indica: «...cuento cuidadosamente los

Archivos visitados y ... alcanza el número

de 134 Archivos, ¡134!, 134 archivos en

no menos que 99 ciudades o villas distintas...

»22.

El matrimonio Ballesteros, pues, pertenecen

al grupo de historiadores afín a la revista

y por tanto, afín a la idea de raza. Pero

ante todo son investigadores preocupados

por la documentación. Por su

metodología y por su temática están estrechamente

relacionados con la escuela de

Barcelona nacida de la figura de Mila y

Fontanals. De ellos, a parte de Menéndez y

Pelayo y Bonilla y San Martín, ya reseñados

cabe destacar la figura de Antonio Rubio

y Lluch. La influencia sobre la obra de

los Ballesteros es reconocida por ambos en

sendos artículos publicados en Raza Española

con motivos de un homenaje que le

ofrece la revista al catedrático de Literatura

Española de la Universidad de Barcelona.

Discípulo de Mila y Fontanals y siguiendo

a su maestro en «arqueología histórica

y literaria», polígrafo reconocido

como el iniciador del Hispanoamericanismo

en Cataluña, activo propagador del españolismo

en América y de la literatura

hispanoamericana en España23. Rubio y

Lluc es reconocido como fervorosamente

catalanista, defensor de la lengua catalana,

no separatista, cual nexo que une a Cataluña

con la gran vida hispánica. Para Ballesteros,

Lluch es maestro y amigo, interesado

en la historia medievalista catalana y

mantenedor de la relaciones con Hispano-

186 Carmen Morales García

américa24. De igual manera Mercedes Gaibrois,

resalta la figura Rubio y Lluch como

polígrafo admirable, y como profundo conocedor

de la literatura hispanoamericana

destacando su obra Estudio Hispanoamericanos.

Mercedes G. define en la obra de

Rubio y Lluch, los problemas surgidos en

el mundo intelectual de Hispanoamérica a

raíz de la emancipación de las colonias:

«...en 1893 decía, literariamente, no nos conocemos

y, por desgracia...», y señala la autora,

«esta verdad es más amarga hoy día.

Entonces lamentaba no encontrar libros

americanos en España; Rubio comprendía

la importancia extraordinaria del intercambio

intelectual y proponía un acercamiento

de prensa. Esto sólo demuestra como

la clara visión del polígrafo catalán ha

señalado el nudo del gran problema intelectual

del habla española...»25.

El americanismo nace en los Ballesteros,

pues por una preocupación por la regeneración

de la comunicación intelectual con

el Nuevo Continente. En el caso de los dos,

será ella la precursora tanto por su colaboración

con Blanca de los Ríos en Raza Española

como por su procedencia y amistades.

En el caso de él, la preocupación será

más tardía y de forma historiográfica estudiando

personajes como Colón o Juan de la

Cosa, resaltando su contribución al desarrollo

del americanismo desde su Cátedra

de Historia de América en la Universidad

Central. A Antonio Ballesteros le debemos

la formación de instituciones como el Instituto

Hispano-Cubano o la gestación de

revistas americanistas como Tierra Firme

(1931), Revista de Indias (1940) o Anuario de

Estudios Americanos (1942). A Mercedes

Gaibrois su preocupación por la literatura

hispanoamericana y su colaboración en homenajes

a figuras hispanoamericanas con

personalidades como Rubio y Lluc o Gómez

Restrepo26.

En el caso de ella su americanismo la

llevará a conectar con Alice B. Gould. y

junto a ella retomarán la idea de que el intercambio

cultural de ideas es básico en el

desarrollo de la cultura y de la mujer.

Siempre desde una óptica de un feminismo

cristiano, Gaibrois estrechará lazos con Angélica

Palma, Concha Espina, Sofía Casanova...

En un intento de potenciar a la mujer

dentro de los círculos intelectuales, recogiendo

el testigo de su profesora Soledad

Acosta de Samper, otra ilustre dama colombiana

y su directora más directa: Blanca

de los Ríos. Su aportación más gratificante

será a finales de la guerra cuando

desde el espacio de la Real Academia funde

el Correo Erudito. Tertulia que recogerá

el devenir cultural de sus amigos dentro y

fuera del continente europeo27.

América como tema, América como reivindicación,

América como campo de luchas

de ideologías (antiguo régimen y liberalismo).

La llaga del 98 que divide a

una España que pierde su sentido histórico

y se pierde a sí misma. ¿De todo aquello

que quedó? Al igual que en la literatura

la crisis originará una generación preocupada

por la búsqueda de una entidad, en

la historiografía, el resultado fue pese a ser

utilizadas por ideologías fascistas, la apertura

a la comunicación. El impulso de revistas

y organismos americanistas que tiene

como legado en Canarias el nacimiento

en 1953 de la Casa de Colón. No es una casualidad

que el fondo Ballesteros se encuentre

en sus archivos. La compra realizada

a sus hijos Manuel y Mercedes Ballesteros

(esposa de Claudio de la Torre),

supone la búsqueda de un fondo bibliográfico

americanista afín a la ideología imperante

en aquellos momentos en la casa.

Como viene estudiando Marisol Cárdenes,

archivera de la Casa de Colón, la constitución

del Fondo Ballesteros actual está

conformado a partir de la propia base de la

biblioteca colombina formada por los volúmenes

donados por diversas instituciones

y personas privadas. Entre estos volúmenes

destacan los donados por el Instituto

de Cultura Hispánica, institución matriz

de la Casa de Colon, pues no hay que olvidar

que en materia historiográfica la ca-

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois: América como tema 187

sa nace bajo los auspicios de Rumeu de Armas,

catedrático de Madrid que tras el encargo

del entonces presidente del cabildo

de Gran Canaria, Matías Vega, forman un

plan de actuación cultural tendente a desarrollar

el americanismo en la isla. En el

mismo se establecían los premios Viera y

Clavijo, Pérez Galdós y Tomás Morales, a

parte de una revista Anuarios Estudios

Atlánticos, embrión del desarrollo de los estudios

canarios-americanos28. Así vemos

como en los primeros años, las celebraciones

y llegada de embajadores americanos

parten desde Madrid bajo los auspicios del

Instituto de Cultura Hispánica, creando

dentro del organigrama de la Casa de Colón,

el Instituto Colombino, dependiente

del anterior, cuya función sería ser un Centro

de Estudios e Investigación Hispanoamericana.

La idea de crear la Casa de Colón

por Matías Vega y Néstor Álamo para

potenciar el turismo en la isla quedaba

pues amparada en el régimen bajo una

pantalla de ser la difusora de un americanismo

hispánico donde nuevamente se

auspiciaba España como madre patria y se

concretaba en una fiesta «el día de la Hispanidad

», difundiendo las teorías de José

Ibánez y el grupo afín de los intelectuales

americanistas adeptos al régimen29.

Pero bajo estas pantalla que el estado

proyectaba, los estudios americanistas se

convirtieron en atlánticos30. Con la llegada

en la década de los 70 de los Coloquios de

Historia Canario-Americana por encargo

de Alfonso de Armas a Morales Padrón, el

americanismo y la Casa de Colón confluirán

hacia una nueva tendencia historiográfica:

abrirán un espacio a los estudios

sobre Canarias y América de forma ya no

de investigaciones sobre personajes relevantes

sino analizando todos los aspectos

económicos, sociales, políticos y mentales

desde una perspectiva que abarcase la

visión de los dos continentes. De igual

manera los hijos de los Ballesteros en la

Península: Revista de Indias, Anuario de Estudios

Hispanoamericanos, el Instituto Hispano-

Cubano... siguen siendo espacios

donde se fomenta las investigaciones americanistas

actuales y finalmente, sus inquietudes:

el indigenismo americanista, la

literatura americana como fuente para la

historia y el papel de la mujer en la historia

como medio para su reivindicación intelectual

son temas de la ultimas corrientes

historiográficas31.

América como tema, América como reivindicación

cultural, América como espacio

de intercambio de sangre e ideas. Decía

Elliot que los estudios actuales se habían

conformado con ver lo político y económico

de este intercambio32. La obra de Antonio

Ballesteros y Mercedes Gaibrois nos

presenta la interesante paradoja de como

una ideología politizada nació de unas inquietudes

de acercamiento hacia este continente

perdido y como finalmente, el tiempo

dejó lo realmente importante: las bases

para una igual comunicación entre hombres

y mujeres, entre el viejo y el nuevo

continente.

188 Carmen Morales García

1 La presente comunicación es uno de los resultados

del proyecto de investigación: «Archivo

Virtual Canarias-América: Fondo Ballesteros

» del equipo de investigación de la

Universidad de Las Palmas de G.C. «G9».

Proyecto que ha sido financiado por las

Ayudas a la investigación de las relaciones

Canarias-América del Excmo. Cabildo de

G.C. (Casa de Colón). Dentro de este mismo

proyecto estamos elaborando una base de

datos con la documentación americanista de

este Fondo.

2 Existen numerosas biografías acerca de Antonio

Ballesteros, no así de su mujer Mercedes

Gaibrois. Del primero cabe señalar: Ballesteros

Gaibrois, Manuel: Antonio Ballesteros

Beretta en el recuerdo familiar. Revista

de indias, 1981, vol. XLI, nº 163-164, pp. 297-

298.; Deleito y Piñuela, Jose: La aportación

de D.Antonio Ballesteros a la Historia General

de España, Revista de Indias, vol. XI,

nº 43-44, pp. 418-420; Marañón, Gregorio:

Homenaje a D. Antonio Ballesteros, Revista

de Indias, 1951, vol. XI, nº 43-44, pp. 417; Pérez

Bustamante, Ciriaco: D. Antonio Ballesteros,

Revista de Indias, 1949, vol. IX, nº 37-

38, pp. 471-479; S/A, Homenaje a D. Antonio

Ballesteros Beretta, Revista de Indias,

1949, vol. IX, nº 37-38; S/A: Bibliografía de

Antonio Ballesteros Beretta, Revista de Indias,

1949, vol. IX, nº 37-38, pp. 482-488; Recuerdo

a D. Antonio Ballesteros Beretta, Revista

de indias, 1950, vol. X, nº 39-40-41, pp.

251-256, pp. 463-468, pp. 704-710; Esquema

biográfico del Excmo. Sr. D. Antonio Ballesteros

Beretta, Revista de Indias, 1951, vol. XI,

nº 43-44, pp. 251-259; Vega, Ángel Custodio,

D. Antonio Ballesteros Beretta, Revista de

Indias, 1951, vol. XI, nº 43-44, pp. 420-424,

Ezquerra, Ramón, Los primeros tiempos de

la Revista de Indias, 1989, vol. IL, nº 187, pp.

555-561; Ezquerra, Ramón, En el Primer

Centenario de D. Antonio Ballesteros Beretta,

1981, vol. XLI, nº 163-164; Benitez, Simón,

Recuerdo de un gran historiador y su

obra. D. Antonio Ballesteros Beretta, revista

El Museo Canario, Julio-Diciembre 1949, nº

31-32, pp. 229-254. Sobre Mercedes Gaibrois

ver: Episodio de la vida de María de Molina,

Discurso leído en la Academia de la Historia,

24 de febrero de 1935 en la recepción

pública de Doña Mercedes Gaibrois y Riaño

de Ballesteros, Madrid, 1935; Enciclopedia,

pp. 294. Actualmente, Doña Mercedes es objeto

de nuestro estudio tanto por su relevancia

como historiadora, como por su labor

de precursora de la entrada de la mujer en

la esfera intelectual.

3 División del espíritu hispánico que será recogido

por Ramiro de Maeztu y base de su

posterior obra «Defensa de la Hispanidad»,

1933.

4 El americanismo es auspiciado tanto por el

regeneracionismo de finales del siglo XIX y

principios del siglo XX, como por la política

agresiva de E.E.U.U. en Hispanoamérica que

fomenta un cambio de actitud en los intelectuales

hispanoamericanos y un acercamiento

a España. Es el momento en que se

produce una coincidencia cultural: el americanismo

español y el hispanismo americano.

Entre ellos hay que destacar la figura de Rafael

María de Labra como precursor de las

actividades americanistas. Ver «Un capítulo

regeneracionista: el hispanoamericanismo

(1892-1923)», pp. 104-106 en La doma de la

Quimera (ensayos sobre nacionalismo y cultura

en España), Universitat Autonoma de

Barcelona, Bellaterra, 1988.

5 Rafael Altamira pertenece al grupo de catedraticos

de la Universidad de Oviedo que en

Octubre de 1900 elevaban un escrito de proposiciones

al Congreso Social Hispanoamericano

de Madrid pidiendo el establecimiento

de una enseñanza superior internacional,

constituyéndose en la adelantada del americanismo

universitario.Ver «Un capítulo regeneracionista:

el hispanoamericanismo

(1892-1923)», pp. 114 en La doma de la Quimera

(ensayos sobre nacionalismo y cultura

en España), op. cit.

6 En el caso de Antonio Ballesteros sus implicaciones

políticas será breves. Afín al movimiento

maurista, del que llegará a ser el director

de su revista cultural «Vida ciudadana

»; es presentado para las elecciones en

Madrid en 1914 y posteriormente saldrá elegido

como Gobernador Civil de Sevilla en

1919 con Maura. Junto a su primo Pío Ballesteros

será miembro del Centro Juventu-

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois: América como tema 189

NOTAS

des Mauristas. Ver Gutiérrez-Ravé José, «Yo

fui un joven maurista», pp. 188-193 y artículos

referenciados en nota 1.

7 Ver Morales Padrón, F., La imagen de America

en la España de los siglos XIX y XX, en

«America como tema», Madrid, 1997, pp.

115-121.

8 Habrá que esperar hasta la década de los 50

para que el gobierno de Franco realice una

apertura hacia Norteamérica, ganadora de la

II Guerra Mundial y benefactora de Europa

con su Plan Marshall. Será el comienzo de la

constitución de las Casa de Colón, entre

ellas, la inagurada en Las Palmas de G.C. en

1953, fomentada desde el Instituto de Cultura

Hispánica y a la que arrivará para festejar

el Día de la Hispanidad en 1956 el embajador

de E.E.U.U. A.E.A. nº 3, Crónicas,

pp. 647-663.

9 Ver «Un capítulo regeneracionista: el hispanoamericanismo

(1892-1923)», pp. 114-121

en La doma de la Quimera (ensayos sobre

nacionalismo y cultura en España), op. cit.

10 Ríos, Blanca de, «Nuestra Raza», en Raza española.

Revista de España y América. Año I,

Enero 1919, nº 1, pp. 10.

11 Item, pp. 8-9.

12 Sobre la figura de Blanca de los Ríos ver la

tesis de González López, M.ª Antonieta,

«Aproximación a la obra literaria y periodística

de Blanca de los Ríos», Fundación

Universitaria Española, Madrid, 2001.

13 «De la Fiesta de la Raza en Madrid». Raza

Española. Revista de América y España. Año

V, Septiembre-Octubre, 1923, nº 57-58; «Hispania

Mater», Raza Española. Revista de

América y España, año VII, Noviembre y Diciembre,

nº 83-84.

14 Ver la referencia periodística de Luis Doreste

Silva mencionando el compromiso político

del catedrático con la causa nacional: «Tuvo

esta conferencia un colofón preciso, cuando

en la exaltación formidable de la obra de

Augusto, hizo el ilustre profesor pasar la

imagen de nuestra España en cruzada, erecta

la conciencia en vocación santa de Imperio

», en «Tres lecciones magistrales abiertas

en arco de Hispanidad en fragancia de Imperio

», Diario Hoy, Domingo, 5-II-1939, p. 6.

15 Ballesteros, Antonio, Discursos leído ante la

Real Academia de la Historia en la recepción

pública del señor D. Antonio Ballesteros y

Beretta, Madrid, 1918.

16 Bonilla y San Martín, Adolfo, Contestación

al discurso de D. Antonio Ballesteros y Beretta,

Madrid, 1918.

17 Alcázar, Cayetano, Una gran obra de cultura

y patriotismo, Raza Española. Revista de

España y América, Año VIII, 1926, Mayo-Junio,

nº 89-90.

18 Gaibrois, Mercedes: «Presencia de la mujer

en la conquista de América», en «Voces de

Hispanidad», Ciclo de conferencias de la Asociación

Cultural Hispano-americana, Madrid,

1940, pp. 127-134.

19 Ballesteros Beretta, A. Historia de España y

su influencia en la Historia Universal, T. I,

Barcelona, 1919, p. VI.

20 Ballesteros Beretta, A. Cristóbal Colón y el

Descubrimiento de América, T. IV de Historia

de América, Barcelona, 1945.

21 Esta labor como recopilador y crítico de la

fuentes bibliográficas y documentales es recogida

en toda sus biografías y especialmente

señalada para su obra Sevilla en el siglo

XIII. En este sentido la influencia de Leopold

von Ranke (1795-1886) se vuelve a

manifestar en su obra. No olvidemos que

uno de los mayores logros de este historiador

fue «su exposición de las limitaciones de

las fuentes narrativas... y su insistencia en la

necesidad de basar la historia escrita en documentos

oficiales procedentes de los gobiernos

y conservados en archivos», Burke,

P., Formas de hacer Historia, Madrid, 1991,

p. 16.

22 Tormó y Monzó, E. Contestación al ..., op.

cit., p. 84.

23 Ríos, Blanca de El maestro Rubio y Lluch,

Raza Española. Revista de de España y

América, año VI, nº 65-66, 1924, mayo-Junio,

p. 68.

24 Ballesteros Beretta, A. Rúbio, Historiador,

Raza Española. Revista de España y América...,

p. 79.

25 Gaibrois, Mercedes; Rubio y Lluch, americanista,

Raza española..., año VI, p. 76. Su

unión con la escuela catalana y con figura

como Rubio y Lluch y Valls Tabener harán

que nos aparezca en «Manifiesto de la lengua

catalana» en 1929.

26 Ver Homenaje a Caldas, en Raza Española...,

año VII, nº 73-74, 1925, Enero-Febrero.

27 Pinto Molina, M., Vida de una publicación

científica: El «Correo Erudito», Granada,

1986.

28 Cárdenes González, M., Fondos documentales

de la Casa de Colón: Origen y Evolución,

190 Carmen Morales García

XV Coloquio de Historia Canario-Americana,

Las Palmas de G.C., 2002, (inédito).

Agradecemos a la autora su información.

29 Curiosamente el visto bueno desde Madrid

tanto para la creación de la Casa de Colón,

como para la compra del Fondo Ballesteros

será dado por el entonces Director de Bellas

Artes, el Marqués de Lozoya, amigo y discípulo

de Antonio Ballesteros. De igual forma

pasará con la creación de la Universidad Internacional

de Las Palmas en 1962, el proyecto

será auspiciado por el Cabildo, por el

entonces presidente Federico Díaz Bertana

como un intento de aunar turismo y cultura.

La universidad se inagurará el uno de

agosto con la conferencia «El Arte Canario»

por el Marqués de Lozoya donde se propone

a Canarias como «avanzada de Europa en

el Mar de las Tinieblas...» Es la vocación

atlántica de las islas. Pero ¿no es, también, si

se pudiera definir, un atlántico hispano? Lozoya,

M. El Arte Canario, Las Palmas de

G.C., 1962, p. 23.

30 Pietschmann, H. Atlantic History-History

between European History and Global History,

conferencia de inaguración del XV Coloquio

de Historia Canario-Americana, Las

Palmas de G.C., 2002. En las misma el autor

indica que a partir de los años 50 hay un

cambio en la metodología americanista que

se enfoca a lo atlántico. Un cambio del estudio

del individualismo a las estructuras.

31 Burke, P., Formas de hacer... Las nuevas corrientes

historiográficas quedan configuradas

en sus diferentes capítulos: Historia desde

abajo, Historia de las mujeres, Historia de

ultramar, Microhistoria, Historia oral, Historia

de la lectura, Historia de las imágenes,

Historia del pensamiento político, Historia

del cuerpo, Historia de los acontecimientos

y renacimiento de la narración.

32 Elliot, J. En búsqueda de la historia atlántica,

Conferencia de apertura del XIV Coloquio

de Historia Canario-Americana, Las

Palmas de G.C., 2000. «El comercio y la esclavitud

son sin duda temas que se prestan

particularmente bien a este modo de pensar

panatlántico, pero la historiografía angloamericana

en especial ha realizado un esfuerzo

impresionante para contemplar por

fin el Atlántico Norte como una sola comunidad

de gente, bienes, e ideas», pp. 24-25.

Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois: América como tema 19