EL PATRIMONIO RUPESTRE DE GRAN CANARIA. LOS

r n ~ n a n n nc r ! T A ~ K ~ A T T A ~nTvA T A C T T A P A C

t J l \ A U t l Y U J UC LA l V l V l \ I 1filUfi UL LA3 V A L A 3

(ALDEA DE SAN NICOLÁS)

Resumen: Se presentan varias estaciones

rupestres inéditas para la investigación,

Ii>calizaclase ii el cursu de lus trdbajos

arqueológicos llevados a cabo en la

hloritdña de Hogarzales (Aldea de San

Nicolás, Gran Canaria) en torno a la euplotación

de la obsidiana por las comiinidades

prehistóricas de la isla.

IJalabras clave: I'rehistoria, Grabados,

Gran Canaria, Islas Canarias.

Abstract: One presents rock art unpublished

stations for the investigation,

located in the course of tlie arcliaeological

works ied to end in Hogarzales's

mGcntair. IIíill=rro Vf Saint Nichu!aS,

\ ' -"-a-

Great Canary) concerning the exploitation

of the obsidian for tlie prehistoric

communities of the island.

Key-words: Prehistory, Engravings,

Great Canary, Canary Islands.

En un trabajo anterior (MARTIN, E.

1998:127-142) hacíamos un repaso de las P"i.- LC.i pa!es c2ii-aCteiiStica5q ue yie>eli~Lili

las manifestaciones rupestres de Gran Canaria,

comentábamos las dificultades que

erifrerita la investigación y adelantábamos

un modclo para sistematizar aquellas. Entre

otras cuestiones apuntábamos una que

c«risidt.ramos crucial para el desarrollo de

los estudios como es la correcta identificación

cultural de estas manifestaciones, especialmente

en aqueilos casos en que se

trata de motivos muy elementales, de ejecución

superficial o sobre soportes fácilmente

degradables por la erosión. Este

hecho se aprecia en los distintos modelos

propuestos para categorizar las manifestaciones

rupestres de La isla, en los que se detecta

una cierta confusión de ideas a la hora

de establecer la cronología o la filiación

cultural de las mismas, a excepción claro

está de los grabados de Falos (Agüimes) o

las pinturas de la Cueva Pintada (Gáldar),

considerados ailibos yñcirnientos como

elementos arquetípicos en el estudio de

las niaiiiiestacioiies rupestres de Gran

Canaria.

El conjunto rupestre que presentamos

en estas páginas es una de esas estaciones

a las que hacíamos referencia al comienzo,

donde el nivel de ccrtcza acerca de la cronología

de los motivos representados viene

dado exclusivamente por la tipología de

los mismos. Sin embargo, esta no tiene por

que coincidir con una adscripción cultural

determinada, pues, por ejemplo, las cruces

en sus distintas variantes son un elemento

cultural introducido por los europeos, no

obstante un grabado de estas características

ha podido ser ejecutado tanto por los

aborígenes como por los nuevos colonos

qlne 2-rrihan a la isla di'?ra~itne d e s p ~ ~d5es!

proceso de conquista, en un marco cronológico

que abarca como mínimo desde el

siglo XIII hasta prácticamente nucstros dí

as. No existe por tanto ningún elemento,

llámese Léciiica de ejecución, patind, superposiciones,

etc., que permita delimitar

con mayor precisión estos aspectos, especialmente

en aquellos casos en que se utilizan

soportes iáciimente erosionabies como

son por ejemplo las tobas volcánicas.

En estos casos 5e hace necesdrio utilizar

cualquier fuente disponible, desde las arqueológicas

hasta las etnogrdficas o documentales,

de manera que podamos precisar

cn alguna mcdida los principales parámetros

que explican la existencia de estas manifestaciones.

El objeto de nuestro trabajo se localiza

en la Montaria de las vacas1 (917 m.), elevación

que fornia parte de la accidentada

geografia que presenta el sector suroeste

del municipio de San Nicolás dr Tolentino.

El interés arquevlógico de esta u n a se

mueve entre la leyenda y la realidzid, formando

parte de la primera los acontecimientos

bélicos acaecidos en la fortaleza de

Axodar o Ajodai; mientras que la realidad

es arqiieológica y está testimoniada por las

minas de obsidiana y las construcciones de

superficie que se localizan en la vecina

Montaña de Hogarzales (1059 m). La releEl

paisaje vegetal que presenta en la actualidad

la Montaña de Hogarzales así como

las demás cimas de las inmediaciones

(Cedro, Pajaritos, Vacas, Amurgar ...) es dc

carácter xérico, dominado por especies arbustivas

pertenecientes a las rorrriaciurirs

de Cardonal-Tabaibal y Term6filo. Las variedades

dominantes en cuanto a densidad

v visibilidad son el hogarzo (Cistus rnons-

;IPIPIISIqSu) e da nombre a la montaña, y las

tabaibas (Euphorbia obtusifoiia), además de

otras como el tajinaste (Echitm decaisnei) o

plantas de ciclo anual como la caiialeja (Feruin

linkii) y la gamona (Asphodelus aestivus).

En ia vertiente de solana es frecuente

una especie un tanto rara ya en Gran Canaria

como es el cardoncillo (Ceroyegia fztsca),

cuya presencia acompaña al caminante

hasta la cima de Hogarzales.

Junto a estas especies arbustivas dominantes

en la zona, encontramos también

otras de porte arbóreo como las cabinas

(Junipcruc tiiubinata), acebuches (Olm eliropaea),

pinos (Pinus cannriensis) y escobones

(Clza~naccytistci prol$ws), aunque siempre

de forma aislada y protegidos en andenes

inaccesibles de la agresión de las cabras.

Sin embargo, la vertiente floristicamriite

más rica es la oeste. Es aquí donde ericontramos

la mayor variedad de especies

debido fundamentalmente a lo inaccesible

del terreno pero sobre todo a la mayor humedad

que favorece la presencia de especies

como el culantrillo (Adiantuni capilluszieneris)

o el berro (Ari7stilrtitnn oficinale).

En el inventario florístico realizado en

la vaguada que se localiza en la parte central

de la cima de la Montaña de Hogarzales,

destaca una gran variedad de especies

ruderales que en ciertos lugares componen

la vegetación dominante. Este tipo de plantas,

como el balango (Aum sp.), la cebadilla

(Hordeiirri i r i~~r imwy )l a altabaca (Dittrirhiu

i~iwxu)e, stán relacionadas con ambientes

muy nitrificados así como con áreas

de actividad humana, lo que permite plantear

que su llegada a la cima quizás tenga

que ver con el trasiego de personas y ganado

clurriéstico lo que permitió prosperar

a estas especies foráneas. Es probable que

este dato unido a la presencia de material

arqueológico de molturación en esta zona

indique la existencia de prácticas agrícolas

ligadas probablemente al trabajo en las minas

y de marcada estacionalidad pues serían

realizadas a comienzos de la primavera.

La vegetación actual es básicamente termófila,

de transición entre cardonal-tabaibal

y pinar, muy habitual en las áreas de

sotavento de las islas de mayor relieve. El

carácter arbustivo que presenta se debe a la

deforestación histórica que ha sufrido la

zona, pues en época prehistórica el paisaje

era un tanto diferente al actual. Esto lo sabemos

a través del análisis de los carbones

hallados en el sondeo arqueológico realizado

en la boca de la mina 38' de la Montaña

de Hogarzales cuyos resultados identifican

especies de las que hoy sólo quedan

relictos en las partes más escarpadas (sabinns)

y otras que han desaparecido. Entre

estos taxones destacan el brezo (Erica arEoi-

ru), el madroño (Arbiitus cnnnriemis) y el

acebiño (Ilcx cannriensis), que presentan

además los niveles más elevados en la

muestra analizada. Además de estas especies,

en cl recuento antracológico se identificaron

otras como una angiosperma indeterminada,

escobón (Clzanraecytisrts pral$-

rus), una gimnosperma, sabina (Iiuziperus

tzirbinnfa), una leguminosa, una planta de

la familia de las Oleaceae -quizás acebiiche

(Olea twopaca)- y pino (Pirius carinrir7nsis).

Estm datos e sh~z anu n paiszje distinto

al actual en el que dominaban las formaciones

arbóreas más o menos densas en

función de las vertientes que comienza a

ser transformado en época prehistórica

hasta desaparecer casi completamente tras

la conquista a consecucncin dcl aprovechamiento

que hacen los vecinos de estos

recursos.

permitiendo integrar esta zona en el Ambito

en el que tenían lugar las actividades de

prospección y extracción, 110 sVlo de vidrios

volcánicos sino también de rocas de

naturaleza silícea. Asociadas a estas áreas

extractivas se localizan las estaciones dc

grabados que nos ocupan, que hemos denominado

Montana de las Vacas 1 y 11, Lomo

de la Sandcirita y, cn las estribaciones

que descienden a 'Tasartico, Lomo de los

Pascuales. Como se ha señalado, esta montaña

está constituida por el apilamiento de

coladas ignin-ibríticas de grosor variable separadas

por otras de tobas de tonos amai.

i!lwL:os, en la Vase de las plirrierds se iocalizan

las pastas vítreas buscadas por la

población aborigen, mientras que las segundas

-a excepcióri del Lomo de los Pascuales-

se utilizan como soporte para ejccutar

los grabados.

Montaña de las Vacas 1

, Se localiza en el sector SSE de Las Vacas

(fig. 1:1), sobre un manto dc tobas quc

hemos identificado como T7 que se interpone

entre las coladas de ignimbritas 6/7,

en el tracto superior de la montaiia (835 m).

En este punto encontramos un área de explotación

de obsidiana a cielo abierto y en

sus p ~ ~ x i ~ i k l r le~nlceobn tramos un grabado

(0,63 x 0,66 m) dispuesto en un plano horizontal

de la roca. En las inmediaciones encontramos

diversos artefactos liticos elaborados

sobre traquita que evidencian sin

ningún genero de dudas la explotación de

estos recursos por los antiguos canarios.

Es prácticamente imposible reconocer la

técnica empleada debido a la intensa erosión

que afecta al motivo grabado. Este

presenta surcos profundos (anchura inedia

0,03 m), de sección en U, que conforman

un motivo antropomorfo que, aparentemente,

parece alejado de la iconografía habitual

que presentan las manifestaciones

dborígenes de Gran Canaria. El problema

fundamental consiste en determinar cual es

la posición de lectura adecuada,. pues e1

motivo al estar ejecutado en un plano horizontal,

sobre una repisa resultado de los

trabajos de extracci<ín, plantea algunos

problemas en relación a su correcta orientaci6n.

Esto es debido a que entre el grabado

y el plano vertical definido por las ignimbritas,

hay espacio suficiente para moverse

con sultura, pero también es posible

si t i iarw de ispaldas a! V ~ y QeIin-----1 -+- - e!

grdbadu. En el primer caso adoptaríamos

una postura incomoda -en cuclillas sobre

el soporte- mientras en el segundo mantendríamos

una posiciíin natural erguida.

Hemos optado por la lectura que se

dccprcnde de esta fi!tinia púsiiió~i, sobre

todo por que es posible que el espacio que

hoy encontramos tras el grabado no existiese

en el iriorrierito en que fue ejecutado,

debido tanto a las actividades rnincras como

a la misma transformación posterior

que sufre el sitio como consecuencia de la

actunci6ri de los procesos erosivos. Por

otra parte, el motivo resultante de esta lectura

es también más coherente en sus características

y en la misma distribución dc

las cargas, situándose ahora el centro de

gravedad del motivo cn la basc. La identificación

con un motivo antropomorfo es en

este caso perfectamente plausible, pudiendo

haber desaparecido algunos trazos co-

1110 consecuencia de la actividad erosiva,

como es el caso de las perdidas de materia

que se ~ e g i s h ae~ni la cabeza y en la parte

inferior de uno de los brazos. Se trataría

pues de un antropomorfo en posición sedente,

con los hraxos extendidos y los dedos

indicados. Este tipo de rnoiivos no es

extraño en el repertorio rupestre de Gran

Canaria, pudiendo encontrar moríoiogías

más o menos cercanas en distintas estaciones

de grabados rupestres como Balos

(Agüimes, barranco de la Sierra (Ingenio) o

Morro del Cuervo (Agüimes), pero tamb

i h presenta afinidades con motivos pintados

como los de la Cueva del Moro

(Agaete).

Aunque la propuesta anterior es coherente

en su planteamiento, debemos reconocer

que este motivo puede tcncr otras interpretaciones

verosímiles, como podría ser

la de identificar esta figuración con un cruciforme

con peana, planteamiento que por

otro lado estaría más en consonancia con

los motivos de la estación 11 y del Lomo de

la Sandarita. En cualquier caso lo que si parece

cierto es que habían más grabados de

los que sólo quedan algunas huellas horrosas

en forma de trazos sueltos o pequeñas

cúpulas dispersas por las inmediaciones

del motivo principal.

Montaña de las Vacas 11

El manto de tohas sobre el que se diipone

la estación precedente cambia de dirección

y se dirige liacia el riorir, descendiendo

progresivamente hasta alcanzar

una cota ligeramente superior a la que se

sitúa la Degollada de las Vacas (813 m). A

unos cincuenta rnetrus de este punto se localiza

la estación que hemos denominado

Montaña de las Vacas 11 ( f~gl.: Lj , integrada

por cuatro paneles con representaciones

de cruciformes, cazoletas y motivos irifor-

Figrrvn 3 IZepresentacioiies dr la estacih dr Moiitaria

dc las Vacas 11. Paneles 1 a 4.

mes. En este caso los motivos identificables

sor1 claramente cruciforines, probablemente

ejecut.?dos In',r'. lr! %p scterec q ~ trean cit-iban

esta zona, algurio de los cuales utilizaba

de forma más o menos habitual la espaciosa

cucva situada en la Degollada de

Las Vacas.

Se trata de cruces latinas sencillas, un

motivo muy frecuente cn Canarias, cuyo

significado ha sido puesto en relación tanto

con prácticas mágicas de protección persona!

comü con r i t o ~d c v~cru!iz;ciór, Mc

antiguos lugares dc brujería, cuando no

son marcas de propiedad (HERNANDEZ,

M.S. 1977:53; MARTIN, E. 1992:59; MARTIN,

E. ct al. 1996:2YY-359). Algunos autores

plantean la posibilidad de que hayan sido

i-t--o!izndosp or ,.,.---" ,.-..--" -" 1,111 I h""" U""""""

que advptan los nuevos s í d ~ o l o sc omo

continuidad de prácticas anteriores o como

forma de rediadr el carácter sdgrddo de determinados

espacios como se propone

(NAVARRO MEDEROS, J.F. et al.: 1993) pdra

Id estdiióri de Lurrio Boyeru (Brefia Alta,

La Palma), situada en las inmediaciones de

la necrópolis del barranco del Cuervo. Con

todo, parece que ei mayor porcentaje de estos

grabados, sobre todo aquellos situados

en lugares de difícil acceso o aislados pero

El patrimonio rupestre de Gran Canaria. Los grabados de la Montaña de Las \Jacas ... 17

racterísticas, muy desdibujados por la erosión

que podrían tener el significado propuesto.

Lomo de la Sandarita

El lomo de la Sandarita prolonga el eje

m a p r de la Montana de las Vacas hacia

NO (fig.1:3), lo que nos indica que se localiza

en el extremo opuesto a la estación anterior.

La superficie del mismo esta formada

por tobas volcánicas que parecen haber

sido puestas al descubierto y transformadas

en buena medida por las actividades

mineras realizadas en este entorno, como

deinuestrd la presencia de vetas fisurales

de materias silíceas que afloran en numerosos

puntos de la superficie.

Los grabados se ejecutaron en un plano

horizontal en la parte superior del lomo y

en sus inmediaciones se localizan numerosos

trazos informes que podrían pertenecer

a grabados borrados por la erosión o a

marcas dejadas en la roca por las actividades

económicas desarrolladas por el hombre

cn esta zona. Como consecuencia de esta

confusa inforniación, optamos por reproducir

solo aquellos motivos que

presentaban una buena definición en todos

LOMO DE L4SANDARITA

Fanclcr l y 2

t i , v i ~ r ,4i : Liepresetitaciones de la estacic~nd e 1,omo de

la Sandarita. l'a~ieles 1 v 2.

sus detalles, lo que firialinentt. se tradujo

en el calco de dos paneles.

Panel 1: Integrado por un cruciforme

sencillo y varios trazos rectilíneos de grandes

diineiisiones, algunos de los cuales alcanzan

los dos metros de longitud. Tanto el

motivo cruciforme (1,46 x 0,62 m) como el

resto de los trazos están ejecutados mediante

incisionc.s profundas y anchas, de

sección en V. Lo curioso de este panel es

que todos los trazos longitudinales convergen

o parten dc un mismo punto, a partir

del cual tienen un desarrollo divergente

entre sí.

D,,,l 2: r L.,*..-A,. -^- -....- iL L u , , , 8 i i i l r ~ i < i U c it ' C " L"L LICLCILI > I I l l c

sencillo (0,41 x 0,84 m), trazos rectilíneos y

una pequeña camleta. Están ejecutados

riiediarite t r a ~ o isn cisos profundos que prespntan

sección en V marcada.

Lomo de los rascuales

1.a íIltima estacicín detectada se localiza

e11 el Loriio de los Pdscuales (fig.l:4), accidente

por el que discurre el camino que

conduce a la Montaiía de las Vacas o la cinla

de Hogarmles, a 610 m. de altura sobre

el nivel del rridr. El grabado ocupa un plano

vertical con exposición SE en un afloramiento

basálticu, ligeramente vacuolar. de

composición olivínico-piroxénica y de fractura

irregular, correspondiente a la serie

basáltica 1.

hl patrimonio rupestre de Gran Canaria. Los grabados de la Montaña de Las Vacas ... 1 Y

torio circundante, aunque los índices de visibilidad/

visualidad se ven reducidos co

mo consecuencia cit. 11' a c ~ ~ d e n l a d~dr u g r a -

fía que presenta csta zona En cl caso del

Lomo de la Sandarita se divisa un amplio

srctoi de los barrancm q u r drliiiiiiaii La5

Va ~ a ba uiio y viro Iadu, riiieritras que desde

las estaciones Vacas T y 11 se domina el

cduce r r ied~od el bdrraricu d e Tdbdrtico

-

NOTAS

1 Mi agradecimiento a D. José Mangas, D. Javier

Velasco, D. Julian Melian y Dña. Amelia

Rodríguez que me acompañaron en los trabajos

de campo, facilitándome el trabajo y regnlindomc

con sus opiniones sobrc cl tcma.

Por todo lo dicho parece lógico poner

en relación estos grabados con los compvr

ldrii~erituse coriúiri~cust rddiciuridies d e

la5 gentes que viven en esta zona de Gran

Canaria, como también aparentemente lo

r y rl Iieclio de q u e si1 iiitrr~~rrtriciógrlir e eri

torio d ~ i t o bm cíg~cuhd e proteccih, tdnto en

relación con los individuos como con sus

bienes (gdndd~).

2 El análisis ai-itracnlógico fue realizad» por la

Dra. Carmen Machado YClncz y cl inventario

florístico por D. Jacob Morales Mateos

MARTÍN RODR~GUEZ, E. Las representaciones

rupestres de Gran Canaria: los grabados. El

Museo Canario LIII, pp. 127-142

VARTIN R < ) D R ~ ( ; U E ~E., Rrtlrxionr5 en torno

a las manifestaciones rupestres históricas de

la isla de La Palma (Canarias). El Museo Canario

LI11, pp. 111-125

MAI~TINR ODR~GL'EZE,. Las manifestaciones

rupestres de La Palma. En Mniizf~stncio~cs

R~rprstrc's de 10s l d i s C~i i~i i r iosD, irecci611

General de Patrimonio Histórico, 1996, pp.

299-359

HEIINÁNUEZ I~ÉKEZ, M.S. 1977 La Palma

prehispánica. El Museo Canario, Las Palmas

MARTÍN RODRÍGUEZ, E. 1992 La Palma y los

auaritas. Santa Cruz de Tenerite