VEGUETA Numero I octubre 1993 1179-1991

El ahovvo popular

en Cauarias.

Priinem etapa y crisis

del MOMte de Piedad y

la Caia de Ahorros de

Las Palmas ( 1 g i 4- i 939).

" Profesor de Historia Econ6mica

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

L a canalización del ahorro no tuvo una vía

propia y rcconocida cn Canarias hasta

que se crean las Cajas de Ahorro (191 1 en Tenerife

y 191 3 en Las Palmas). siendo estas entidades

las que mejor expresan esta tinalidad.

aunque también habría de añadirse otras como

las estafetas de Correo que admitían imposiciones

para la Caja Postal y las Cajas colaboradoras

del instituto Nacional de Previsión

!!N?!, re(:ppl-oras de 1-5 r:~iota~ blig;lt~ridys

vollintarias para sostener diversas modalidades

de Retiro Obrero. Parece que los canarios

nu desairüllarüii urna tiadición de alioiio y capitalización',

y no hubo históricamente una

banca propia con un mínimo de importancia

pues las iniciativas de finales del siglo XIX no

llegaron a consolidarse, si bien tuvieron cierto

auge en la modalidad de las acasas bancarias

», algunas de origen autóctono como la de

Nicolás de la Dehesa y la Casa dc Banca dc

Juan Rüdríguez González, y otras extranjeras

por ejemplo Blandv Brothers y Cía. o Miller y

Cía. ambas establecidas en Gran Canaria. Por

su parte, los escasos bancos que operaban

eran de ámbito nacional el propio of~cialB anco

de España, el semioficial Banco Hipotecario

y ci Hispano Americano, o internacional

como el Bank of British West África2.

Pero realrriente la entidad que surge como

impulsora del ahorro popular en Gran Canaria

es el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de

Las ? u ! x x , que concigluió un nethle aEge en

las décadas de los años veinte y treinta de !a

actual centuria Antes. en el siglo XIX, es cuando

ias Calas de Ahorro adquieren su connguración

como dnstituciones de Beneficiencia»

(benéfico-asistencial y ben6fico-moral) por la

Ley de 29 de julio de 1880 y terminan por asumir

el papel de Instituciones acuyo fin primordial

será realizar obras henéfico-socialey»

según el Estatuto de 1933. con ausencia de

lucro. lunto a Wds, otras dos leyes fundamentales

que regulan el funciünamiento

de las Cajas son el R. D. Ley de 6 de abril de

1926 «que establece el Registro e inspección

de las entidades de ahorro, capitalización y similarcsu,

Icy muy ainnovadorou pcro quc co

metía el inconveniente de <someter indiscriminadamente

a una misma regulación a las

entidades particulares de ahorro y capitaiización,

lunto con las Sociedades Anónimas estrictamente

ascguradoras y con las Cajas de

Ahorro genuinamente benéficas»; después, el

i? D. Ley de 21 de noviembre de 1929, por cl

qijp sp i lpr~i~hela r 6yirrieri de ahorro nnniilar

corrigió el lapsus anterior y establece un régimen

jurídico perfectamente diferenciado para

Cajas Generales, entidades particulares de

Ahorro, Capitalización y similares3.

El Monte de Piedad y Cala de Ahorros de Las

Palmas de Gran Canaria (MPCALP)v, ino a Ilenar

un pequeño hueco en este panorama, en

su vertiente benéfico-asistencial. Tuvo la Caja

un arranque vacilante desde su creación en

1914 hasta 1920, fecha en que su crecimiento

sufrió un parón. pero rápidamente lo superó y

luego logró cotas de indudable éxito durante

esta década, para decaer de forma estrepitosa

en los treinta.

Aunque su finalidad manifiesta era captar

ahorro de trabajadores y clase media, paradójicamente

el impulso inicial proviene de un

grupo de poderosos propietarios y acaiidaladc?

s cornercianter, según se apreci3i en !os

componentes de sus órganos rectores, aunque

fuera Francisco Rivas hiloreno, a la sazón

üeiegaao de Hacienda en Las Paimas, quicn

alentó su constitución, en labor realmente filantrópica.

Tras algunas reuniones preparatorias,

se aprobaron los estatutos por el Ministerio

de la Gobernación el 7 de octubre de 191 3,

y tras ser nombrado el primer consejo de Administración

el / de abril de 1913 y abrió sus

puertas el 5 de junio de 1914, dando comienzo

a sus operaciones el 1 de julio del mismo

ano en una modesta asesoría de la calle Perdomo

de la capital Gran Canaria, con un peEl

ahorro popular en Canarias, Primera etapa y crisis del Monte de Piedad y la Caja de Ahorros.. 181

-

queño capital efectivo de 10.000 ptas Este capital

inicial lo obtuvo para dicho fin el referido

Rivas Montero, gracias a donaciones de la extinta

Sociedad Arrendataria de Puertos Francos,

del Obispado y de particuldres (coirio la

suya propia), por lo que inicialmente dispuso

de un valor en cartera de 25.000 ptas. nominales

en acciones reintegrables de 25 ptas cada

una4.

En cuanto a las actividades la Caja de

Ahorros realizaba, dentro de las peculiaridades

bancarias propias, las siguierites opera-

. . -: ---- lnn :---".A". +- l;h"A+n,-

~ i v i l c ap l i i i i i p a i r ~ i i i ~ p u"-1 ~N L L L L 1 ~ LC, I L L < L , LUJ L

un interés del 4%; cuentas corrientes con interés,

del 3%; imposiciones a plazo fijo, con interés

del 4 'A% Por su parte el Monte de Piedad

tenía éstas préstamos sobre alhajas, ropas y

efectos, préstamos con garantía personal;

cuentas de crédito con garantía hipotecaria;

préstamos hipotecario; cuentas de crédito

cir! garantia de v d ~ r e sp;r @rtamosr on garantía

de imponentes a plazo fijo.. (La evolucióri

de los mismos se especifica en los cuadros

del Anexo 11). El dirieru era realniente barato.

sierido además que durante la Dictadura se

registró una inflación de la peseta; frente a los

tipo5 señalados, se sabía que los intereses cobrados

por prestamistas rondaban hasta el

608 (!), conforme a las fórmulas <a diez céntimos

por duro y mes> (25%)o «a un rcal por duro

y mes, (60%) con todas las variantes intermedias

que se quiera.

En los años iniciales, debido a la inexperiencia,

el desconocimiento de la población y,

sobre todo, por los efectos de la 1 Guerra Mundial

la entidad se desenvolvió con pérdidas,

remontando poco a poco para comenzar a

obtener beneficios cuando su Contador, trancisco

Peyró logró convencer al Consejo de

Adixinistración y firma; ün convmiv scgúi, c!

cual, él se haría cargo de todos los gastos a

cambio de un 758 de las ganancias que pudieran

obtenerse. Con esta fórmula su capital

aumentó rápidamente 14.1 23.68 ptas en 1917

y seguirá haciéndolo hasta 1920 en que alcanzó

un máximo de actividad, para acumular un

fondo de 80 700.40 ptasi

Esta etapa de optimismo impulsa la extensión

de otras actividades, como fueron la

creación de los anexos de la Caja Rural iacogiéndose

a los beneficios de la Ley de Sindicatos

Agrícolas de 19081, Sección dotal de

pensiones y la Mutualidad Escolar.

,4sirriisirio. se constata una conexión de la

prinxger,ia Caja de Ahcrros cvn los prqietarios

agrícolds insulares a trabes de la sección

de Cala Rural, la cual dejará de funcionar una

vez que se constituya la Cámara Agrícola pues

sus fines colisionan: el primer presidente de la

Cámara será precisamente el consejero y futuro

presidente del Consejo de Administración

Francisco Gourié, y a más abundancia, la Cámara

se inqtalara en trm hahitacinnw cedidas

gratuitamente por el <Monte>A. simismo esta

institución estaba en esas fechas en disposición

financiera de realizar diversas iniciativas

de ayuda en beneficio de la población, tales

como préstamos a los peqiieños agricultores

con garantía de cosechas de granos y gestiones

para importar abonos desde USA, segiin

acuerdo tomado en Conselo de Administración

en 1919; y también, cumpliendo con uno

de sus propósitos donó diversas cantidades

para beneficiencia alcanzando las 3 500 ptas

en 1919°.

En los anos posteriores, aunque continuo

1.- .: 1 - -1 L: -l--L: 1 - - - 1- 1 c:

I I~CICLIUU UUII~LLVU> UT>LIII~UU> a id uci iciiciencia

redujo la cuantía, siendo por ejemplo

de 1825 ptas. en 1929 cifra sensiblemente inferior

y aún más si consideramos la pérdida

de valor de la peseta en esa década; sin embargo,

otros fines atrajeron la atcnción dcl

«Monte» como fue el patrocinio de actos del

«día del ahorro)) celebrado en esa fecha por

primera vez en Gran Cumriu7.

Así pues, de la primera etapa se pasa a

otra con un aumcnto de forma considcrablc

Miguel Suúrrz Bmu

confederación, obteniendo al fin una legislación

propia, arranque de su peculiar definición

posterior. La situación de las Cajas se clarifica

con el R. D. Ley de 9 de abril de 1926, según

el cual las Calas de Ahorros pasabari a

depender del Ministerio de Trabajo, Industria

y Comercio y se configuraban como entidddes

de i~itilidads ocial a la vez que se establecía un

coeficiente de inversión obligatoria en valores

públicos del 40% de los ingresos por libretas

de ahorro P\siniisiiio, c o r i esta disposición iegal

se hace una diferenciación entre Calas de

Ahorros y los Montes dc Piedad: las Cajas tenían

como objetivo «recibir de los particulares

cantidades a interés para invertir» (art. 49. si

bien las utilidades obtenidas de estas transacciones

no podrídn dcliudicarse a persona alguna,

sino a la propia Caja, lo que le aleja de la

banca privada, alejamiento que queda confirmado

con el Estatuto General de Ahorro Popular

de 2 1 de noviembre de 1929. Según éste

se ies prohibía a las Cajas aigunas operaciones

-descuento de letras, arbitraje de moneda

extranjera, etc.-. los depósitos de valores

(25 000 ptas.), las transferencias entre libretas

1500 ptas.) y los préstamos personales 15.000

ptas.), es decir las operaciones calificadas como

de lucro mercantil por excelencia y les

obliga a imponer unas cifras tope en las libretas

no."?.ina!r(s2 5.00G ptüu ). Por su parte, los

Montes de Piedad se configuran como institiiciones

que hacían prestarnos sobre propiedades

particulares, es decir los hipotecarios,

personales o sobre valores y préstamos prendarios

como ropa o alhajas l .

Sin embargo, no gustó la nueva normativa

a los dirigentes de la institución grancanaria,

por lo que pidió la excepción para n o inscribirse

en el registro especial creado por el Ministerio

y, curiosamente, poco después se comunica

al mismo las dificultades para realizar

las liquidaciones correspondientes".

Por contra sí se suma la Caja de Ahorros y

Moiite de Piedad al movimiento de confederación

propiciado por la Ley de 19 de dicicmbre

de 1929, pareciendo que los directivos

comprendieron sus beneficios pues la política

de concentración empresarial, económica 11,

en consecuencia. financiera, practicada en estos

años «supuso para la Cajas y Monte de

Piedad la toma de conciencia acerca de la necesidad

de presentarse ante el Estado y la

opinión pública con una imagcn definitoria y

singular de sus objetivos, procurando la integración

de pequeñds Cajas en otras mayores

(...)». Comprendiendo la necesidad de seguir

esa linea, la entidad grancanaria y la Caja de

Ahorros de Santa Cruz de Tenerife, en reunión

celebrada en Las Palmas los consejos de Administración

de ambas entidades, aprobaron

unas bases por las que quedó constituida la

Federacion Canariat3

La década dc los años veinte es particularmcntc

propicia para el ahorro gracias a la

buena marcha de la economia y al estímulo

propagandístico fomentado por el gobierno

y constatado en los cambios de mentalidad

observados en la sociedad canaria. la cual

-en éste como en muchos otros aspectosexperimenta

importantes cambios, y el

MPCALP obtiene en estos años unos balances

muy ~stimabless,i endo significativo el

aumento de las operaciones de ahorro realizadas.

Así pues también llegó a Canarias el

deseo del Íürneí-ttü y esiíiiiuiu del diiurru

que cobró auge en todo el mundo, hasta el

punto de celebrarse congresos internacionales

dcl ahorro (el primero en Milán en

1924 y el segundo en Londres en 1928). esta

ola tierie su reflejo en la celebración de actos

propagandísticos como el cDia del Ahorro

», instaurddo en España en 1926 por la

Confederación de Cajas de Ahorro (dcbía

celebrarse el 31 de octubre de cada año) y

celebrado en Las Palmas por primera vez en

1928: o el loirieri~od e las mutualidades escolares,

con argunientos pedagógicos (discutibles)

como el siguiente:

«Es el eleuuiento (la mutualidad escolar) más irnport

a i ~ t ede q u e dispone la md e r n a Pedagogía.

El ahorro ~oisulare n Canarias Primera etaDa v crisis del Monte de Piedad v la Caia de Ahorro? 187

-

Sintomático de las buenas perspectivas

del ahorro y de la marcha del Monte de Piedad

y Caja de Ahorros de Las Paliiias es Id

apertura de dos sucursales una en el Puerto

de la Luz en 1928 (de la cual se conoce un previo

intento frustrado en 1916) con 66 libretas

abiertas en el primer año, 224 y 244 los dos siguientes

respectivamente; y otra en Arucas

( 1 9291, con 104 libretas nuevas en el primer

año y 209 el siguiente Conviene valorar la

existericia de estas sucursales, situadas una

en un barrio eminentemente obrero La Isleta-

y otra en un municipio de mayoritaria po-

9 1

L J i d ~ i f i i i i~dbdjdd~radg rfcoia -ArucaS-, por

cuanto supone de intento de captar el ahorro

de las clases populares

Sin embargo, la tónica de crecimiento variará

pronto, descubriéndose también en muchos

aspectos la falsedad de la visión optimista

y filantrópica dado por los cargos rectores.

Desde principios de la década de los

treinta so inicia una hvndu crisis de !u i~tit::

ción, con un abrupto descenso de las operaciones

como se aprccia cn el cuadro adjunto,

que culmina en la suspensión de pagos en

1933, la intervención del Estado desde 1934 y

su desaparición definitiva en 1939, para dar

paso a la actudl Caja Irisular de Ahorros de

Gran Canaria.

Efectivamente. Aunque sus dircctivos lo

ncgaran en público, desde finales de 1931 y

principios del siguiente a la Caja le era difícil

nacer eícctivos los reintegros solicitados por

sus clientes, sin que el prestarno de 300000

ptas. concedido por la Caja de Previsión Social

fuera suficiente para hacer frente a las solicitudes

de devolución Los órganos rectores

achacaron las dificultades a factores exógenos

la grave crisis económica que afectó a Canarias

en la década de los años treinla corno

,.-n-nP, , - m - , -

L,,kJLLuL,,L;, dc la caido de las cjcpoitacivnes.

las quiebras de bancos vinculados con

las islas (la del Banco de Cataluña, concretamente

que retiró una importante cantidad de

Ids drCd5 de la Caia ). la sequía extraordinaria

de 1932 (sic),t odo lo cual retrajo los ahorros; e

incluso, maniobras de usureros deseosos de

eliminar la conipetericia, los cuales llegaron a

lanzar octavillas aconsejando e instigando a

retirar fondos de la Caiaio.

Pero parece que la verdadera causa del

hundimiento de la entidad de ahorro estuvo

en la pésima politica de préstamos e inversio

ncs, coincidiendo los analistas de la propia

época en que el número excesivo de créditos

con garantía pcrsonai y créditos nipotecarios

-lo cual se puede corroborar en el Anexo-.

no era lo rriás adecuada en un momento de

crisis. porque. si bien «es verdad quc ofrecía

mayor garantía, es el que carecía (el hipotecario]

de mayor movilidad)) La gestión admiiiistrativa

ofrece también puntos de negligencia,

singularmente no se era riguroso en el iobro

dc los intc:c-,c-, Uc los crEd~tocp restodos en

el momento debido. o se hacían compras por

cantidades superiores al valor real, con el caso

emblematico de la compra de una casa en

la calle Remedios que se habia ofrecido en

400.000 ptas. y fue adquirida por i600.000!'7.

De esa opinión participa también el Interventor

nombrado por cl Ministerio de Trabajo,

Luis Bourgón. deiando exnlícito.

ayme exisle u n pvriui~ioc uya c ~ ~ a n l oí asc ila entre

dos millones, y dos millones y nzedio de ptas., motivado

por arriesgadas y inalas operaciones del Monte de Piedad,

en los pristaínos con garantía hipotecaria y préstamos

con garantía personal)^, por lo que se vio ob1igado a

«denunciar diversos heclios al Fiscal de la República, rrsultado

de lo rtral fue la apertura de un surnario I . . . ) » ' ~ .

Así las cosas, la preocupación y también la

indignación cntre los acrccdores y los pequeños

ahorradores e imponentes fue en aumento,

hasla el p i i r i t o tlr cliir tixían continuos

insultos y amenazas a los empleados 1.0s

afectados Lrataron de organizarse promoviéndose

un riiov.imiento defei-,i$ei-se:

caron una asamblea en el Círculo Arenales

188 Miguel S u i r a Boj11

/ : , I ....o u-

1915 1920 1925 1930 1932

Atios

o Imponentes

FUENTF El T ibuno n 7487 110 7) 14311

o Imposición media

FUEhTE EITribuno nC:487 1 1 0 7 1931)

El ahorro popular en Canarias Primera etapa y crisis del Monte de Piedad y la Cala de Ahorros 189

con gran asistencia, unas 700 personas, las

cuales marcharon en manifestación hasta el

Gobieriio Civil exigiendo soluciuries. EsLe rriuvimiento

propicia la interverición de las autoridades

públicas: el Instituto de Crédito de las

Cajas de Ahorro y el Consejo Ordenador de la

Economía Nacional envía en labores de información

a Carlos Baraibar, jefe de Inspección

que, efectivamente, se desplazó a Las Palmas

en febrero de 1934 atendiendo a la petición de

la asamblea de los imponentes; por su parte,

el .4yuntamiento de Las Palmas, gobernado

por republicanos y socialistas, trata el asunto

en un picno a perición ae un grupo ac conccjales

deseosos de que el Alcalde, dada su

condición de rniernbro del Corisejo de Administración,

explicara la situación para satisfacer

«la ansiedad del público y del ayuntamiento

porque el Monte de Piedad y Caja de Ahorros

de Las Palmas es factor importantísimo

en la vida económica de la ciudad y la isla, que

P,,fvn,- hn7, -,",,A? -,.:";" A- A,-+- ,n+,,..nI--n r:". d " 1 L L " 11-y UE>UUU L I L J i J UL L J L U I I U L U ' C I I L L C I , J l l l

duda alguna reflejo de la honda crisis general,

que no podía menos de sentirse en Las Palmas

y en Gran Canaria»'"

No obstante, no conviene ignorar que federales

y socialistas deseaban que el Ayuntamiento

actuara como caja de resonancia de

una situación propicia para cuestionar las maniobras

de la hiirgipsía local la ciial rwiiprrada

del golpe que le supuso la proclamación

del régimen republicano, volvía a demostrar

su poder, ganando por mayoría absoluta las

elecciones generales de noviembre de 1933 y

los escaños correspondientes a la provincia.

La izquierda estaba dispuesta a demostrar

que la Caja era un reducto de la tradicional

clase social dominante, encabezada por el

ascsor José Mesa y López, singularmente beligerante

se mostró el Alcalde de Las Palmas,

l iiis Fajardo Ferrer, quien insistía en el favoritismo

de la entidad pues no atendía «su función

primordial de satisfacer modestas cantidades

a pasuliaa iie<;esiiddds»s, iiiu quc pur

el contrario facilitaba «cuantiosas cantidades

a emprendedores de negocios o adquirentes

de fincas~'~.

Tras la crisis parecía evidente que la Caja

servía intereses ecoriórnicos, sociales e incluso

políticos más allá de su proclamado fin

asistericial Por la forrria de nacer, por las personas

que la impulsaron y que posteriormente

ocuparon sus puestos rectores, así como

por la práctica posterior, la Caja de Ahorros y

Monte de Piedad fue, en la etapa que analizamos,

una institución que se inscribía entre los

mecanismos dc poder de la burguesía local,

ello al margen de que efectivamente ejerciera

una importante activiaaa social y asistencia¡,

sin olvidar que la clase dominante necesitaha

legitirnarse con ese tipo de actividades y con

esas formas. La propia composición de los órganos

de Gobierno según los Estatutos facilitaba

este dominio: en el Consejo de Adrriiriistración

eran consejeros natos el Obispo de

Canarias (que lo presidía), el Delegado del Go-

C:,, ,, -1 r ,,,,, l r,c ,-,A,- - n ~ : l : + - - - 1 n-l-

~ 1 ~ IV1 , L1 I u L i i L i a i uvuci i iauvi i v i i i i m i ci vcicgado

de hacienda y el alcalde de Las Palmas;

mientras que los consejeros electivos fueron

casi siempre acaudalados propietarios o comerciantes,

con hondas vinculaciones con las

formacioncs políticas de derechas Muchos

procedían de las filas del Partido Liberal y

mantenían relaciones políticas con el que fue

nilcalcir r i L~as Palmas, P r ~ s i r i ~rnielt ~C ahildo

y posteriormente diputado en la Cortes por el

Partido Popular Agrario Autónomo, José Mesa

y López, a su vez y,/o precisamente por ello.

nombrado asesor de la Caja Diversos corriponentes

del Consejo de Administración fueron

Concejales del Ayuritaniierito de Las Palrrias o

Consejeros del Cabildo durante y antes de la

Dictadura de Miguel Primo de Rivera Ambrosio

Hurtado de Mendoza, Francisco Sánchez

Torres estaban profundamente vinculados al

Partido leonista y fueron alcaldes por esta formación

de la capital grancanaria; también Salvador

Manrique de Lara, ostentó la alcaldía

úc Lis i?diriids U U I ~ I I ~idC iiic~ddurdp riniorriverista.

a la vez que fiie destacado miem.

. . .

bro de la Unión Patriótica en Gran Canaria; el

médico Francisco Macías Apolinario, fue concejal

por el Partido Liberal y luego en la Dictadura:

y, en fin, el último presidente de la lunta

de Gobierno, Manuel del Toro González. participó

del régimen de la Dictadura como consejcro

dcl Cabildo y formó cn la Junta Directiva

de la Asociación de Cosecheros y Exportadores.

tstas características. y las vinculaciones

entre los componentes de los órganos rectores

con los partidos de derechas, no escdpari

a las formaciones políticas de izquierda y progresistas

y luerzas sociales de izquierda. El

peridico portavoz del Partido Republicana

Federal comentará certeramente la situación

creada en la entidad de ahorro:

cci..i Córviu ha podido unu entidud que rn veinle

mTos ~iuntentas u ~api luiln i~iuld e i 3.070 ptas. huitu

10.780.53 1 , llegar al extvenzo de suspender los reintegros

a sus irnporzentes'?

<La respuesta no seconcibe lógicamente. Institución

exenta de impuestos de toda índole, sin otros gastos que

los iinprescindihles de personal, material de oficina y

mobiliario, ;cómo puede llegar a esta situacióiz?

«Queda la vespuesta lógica. Dcsdeque la oligarquía

política presidida por el ex asesor (se refiere a José Mesa y

López) df la Caja de Ahorros se entronizóen ésta, la adminiirmtión

ae ia insrirución que lanm ~onjianzan abia

despertado se transfovmó en una orgía de favoritislno

(...i»".

Y desde los medios genuinamente obreros,

es decir la Federación Provincial de Sindicatos

Obreros. los ataques son virulentos,

aprovechando para desacreditar a la oligarquía

atrincherada en esta institución:

<La miáscara de sus dirigentes, administradores

prostitutos, como i h s b~u rguesa. que contiene todos

los derechos y privilegios en todo, en mengua y escclrnio

de la clase laboriosa de trabaladores, que no tienen

derechoa uiada y sía todas las obligaciones y humillacioizes

( ..r

«;Dóuide e x i s t ~la dignidad y la moralidad de estos

que se hacen llamar señores? En lo que en su misma

prátfica lim detnostrado, (para) desesperacióri de

los laboriosos inzponentes de esta Caja de Ahorro popular

«(..) sus guardianes y dirigentes admiizistradores,

soiz de los que tienen derecho privilegio a todo (la burguesíaj

menos la honorabilidad con que tratan de cubrirse~"

La nueva situación política no permitía el

margen de maniobra de etapas anteriores, a

veces fraudulenta, y el déficit extraordinario en

que cayó la institución no encontró avalistas.

Por el contrario, las autoridades políticas republicanas,

enfrentadas a este sector de la oligarquía,

no consintió oscuros manejos. todo

lo contrario, fueron procesados el presidente

de la Junta de Gobierno Manuel del Toro, El

Director Gerente Rafael Caballero y el contador

Manuel Farinós de la Rosd2?.

Ld ~ r i 5 i 5q ue deserriboca en la desapariciOn

tiene su punto de no retorno en 1933,

cuando la entidad, definitivamente, no pudo

hacer frente a los reintegros, una vez fracasadas

todas las gestiones de solicitud de creditos

para atender los reintegros solicitados. Se

dio la polémica circunstancia de que los poseedores

de libretas quisieron desprenderse

de ellas cambi5ndolas por hipotecas, incluso

a precios inferiores, siendo del dominio público

de que con estas combinaciones se hicieron

operaciones reprobablesH.

La situación fue tan dramática quc la inspección

ordenada, provocó un suicidio después

de las varias órdenes de prisión, suspensiones

y expedientes de crisis; la Caja presentaba

un déficit de 354.965.34 ptas. el 31 de

enero de 1934, después de absorber íntegramente

el capital. Por eso, tras los trabajos del

inspector de Luis Bourgón, cl Estado procede

a la intervención de la entidad, según orden

de 26 de marzo de 1934, firmada por José Estadella,

Director General de Previsión y Acción

S~cial'~.

Para encontrar una solución se proponen

una serie de alternativas que van desde el

cambio de los estatutos, promoviendo una

participación más democrática de entidades

198 Miguel Suárez Bosa

sociales y económicas (Cámara de Comercio,

Federación Obrera, Sindicatos Agrícolas, representantes

de los imponentes, etc.), designados

por los respectivos organismos directamente

abriendo la participación de entidades

sociales; parecía que había un consenso para

acabar con la anterior estructura de los órganos

gestores y técnicos úpues todo 10 anterior.

Estatiitos, Consejeros y empleados, gozan

de unánime desprestigio»2h.

La institución continúa regida por una Comisión

Gestora que presidía el Gobernador

Civil pero erivuelta eri una serie de problerrids

NOTAS

1 Las palabras del impulsor de la fundación de las Calas

de Ahorro en Canarias, Francisco Rivas Moreno

son clarificadoras <Los hdbitos de economíd y dhorros

no se habían fomentado en las das. y por eso el

alcoholismo y el luego se llevaban el dinero que debía

clestiriaise al tcndo de reserva de 105 asalariados

de LU&S ildses> EIIE l uhurru y ¡u Iuleríu lrr~p~rrkdde

la Caw Sccial Carólra \'alladolid. 1925 pp 221-246

2 Pmrz. Alfrcdo S y E ~ ~ í o i iPiAiD RONR.a fael Anuario

iomeroal de las Cancirias Orifnt~le~1,9 i 4 Tipografía

nDiaris~, Las Palmas, 1914. pp 318-321. y MACIAS

H E ~ ~ N Á P I D EAZ ntonio ((Algunas consideraciones soore

la econan-ía canaria entre 1900-19360, en Camr

iU5 5¡gk AA EÜiíiCH. Ld5 Pdi l~ldSp, p )U1 -2UL

3 MARRERO HERNÁIVDEZ Antonio et alii El ahorro en Canarias

y sir vii~tulotiríc~oni la? Cajar d@A Ciorm ir la d k d a a?

10s otkeírtin C l E de la Cala de Canarias. Las Palmas,

1992. pp 69-105

4 Las primeras reuniones para su constitución se celebraron

cn cl Palacio Episcopal dc Las Palmas, con

la par:icipación entre otros, del obispo I'érez Munoz

y el Delegado del Gobierno y otras personalidades

Debo éste y otros datos a luan A Martínez de Id Fe

que los ha tomado dc los libros dc Actas de la crti

dad Agradezco la generosidad mostrada para permitirme

la consulta de su trabalo. mecanografiado,

El Mofltc dc Piedad y Caia de Ahorros de Las Pa!mns

5 La evoluciCn dc los primcros a?,cs sc pucdc docurentar

en Monte de Piedad y Caja de Ahorros de

Las Palmas de Gran Canaria. Memoria y cuenta

aciit.ial Ucl añü i922 Tipogiafia sDiaiiü>,, Las idmas

pp 13-19 Ver tdinbién Ct.b~i.1.mT t i i t~iJ,. G L1-

legales, sin que se aclararan en la coyuntura

de la Guerra Civil Al final de ésta las nuevas

autoridades optaron por hacerla desaparecer

y crear de nueva planta la Caja de Ahorros

y Monte de Piedad de Gran Canaria. Antes

el Liquidador Letrado, designado por las

autoridades franquistas había procedido a

saldar las cartillas. scgún cl criterio dc d a r

prioridad a las de menor cuantía. en primer

lugar los de saldos inferiores a 100 ptas, pero

tomando como referencia los que resulten

del capital e intereses hasta el 31 de diciembre

de 1933".

brc del Ahorro Talleres Tipográficos de «El Financiero>

S AD, Madrid, 1929, pp 389-393 Asimisno, el que

fuerd irripulsor de Id Cdjd Frdllci5cu RIVM ~IORENO

cuenta su experiencia en El ahorra u ¡a lotería, o c pp

223-246

6 En dicho año los dorativos se distrib~yerord e la siguieiiLe

iiiaiiera

-A las Hermanitas de 'os pobres 500 ptas

A las .Adorcctriccs. 700 ptas

-Al Hospital de niños de San José 500 ptas

-A la junta Parroquia1 del Puerto de La Luz para el

Asilo en proyecto de niños pobres 500 ptas.

-Suscripción de const tución de Ln Sanatorio antiiu

¿ieriuiu~u 3OO p ~ d s

-A la Conferencia de Señoras de San Vicente Paúl

600 pta?

-A la Conferencia dc caballcros de Sün Vicente

Paul 400 ptzs

TOTAL 3 500 ptas

Fucntc Mocte de Picdad 11 Caja dc Ahorros de Las Palinus

de Grafl Catzaria Memoria y cuenta general del alto i 9 19

Ipografia del aUiarioo Las Palnas, 1920, p 18

7 El dato de la cuartya de 1920 er, El Libro 11 de Actas

dcl Concejo dc i\drniristración, pp 22 23

8 La ubicación de la Cámara .Agrícola en M4liliNt/ t)t

LA Ft. Iosé Antonio El Moíite de Piedad , o c sequnda

parte, p 2 Las posibil dades para el ahorro en Riv.~

MORENOFr,a ncisco, Elakorro . o c . p p 222-223

9 Lo del pánico ein Monte de Piedad y Caja de Ahorros

de Las Palmas. Memoria correspondiente

a: ailiü :Z:, Tip ~Eiainü~L,,a s Falíiias. 192: pp

15-16

-

d'stitas bisicas de EspaWm Confcdcración Espatiola dc

Cajas de Ahorro. Madrid. 1975. p 8 Para Canarias el

Cuadro rzYV

i 6 Parece cierto que un grupo poderoso de usureros se

beneficiaron de la alarma, pues el panico origir,ado

entre los pequeños ahorradores les permi:ió comprar

libretas con una depreciación del 50 y hasta del

70%

Véase Monte de Piedad ir Caia de Ahorros de Las Palmas

( G IC~an aria) Memoria y ctienua Genml correspondiei~2k1

UNO 19 4 1 Ti~~&!rdfid ffüidrioo Ld5 Pdlnlds, 1932 yl,

7-9 Y el Libro IV de Actus de ILI lunia de Gobierno del blonle

de Piedad y Caia de Ahorros dz Las Palnias, pp. I 15-1 16, recogido

en M417iNt¿ ~t LA Ft, Juan Antonio. El blonte

di Pic.rlud , II Pdrlr, pp 6-9

Ld credcióii de Id Delegdiióii de Id Cdld del INP eri

Clan Canaiia en Coiju d? P~r!hidnS o~iudl r Ius Idti, Cuviuviac

Colaboradora d d I[\ P M~rnoriuin rr~spondi~an lto~* cjfrcic!

os ~omprendidosd esde;ulio de 1927 hasta 3 I de dicienibre

de 1926 Librería y Tipografía Catolica, Santa Cruz de

Tenerife 1928 p 6 El acuerdo de la Junta de Gobierno

en MARTiNEZ DE LA Ft., luan Antonio. El Monte de

Piedad o c segunda parte, pp 41 -42, el escrito de la

C¿llldld de C ~ l l l ~ell1l Ild~ ~ ~ e i ~ Ki l~iiiti.1i cd~d y ~d e

trabajos Años 1927-1928~e. jemplar mecanografiado.

p 109

FORNIFSC ASALSlo. sé rrancisco <El ahorro popular

aurante la Dictadura u, o c p 284.

La peticióri de excepción eri Moiite de Piedad y Cajn dt

Ahorros de Las Pa!nzas (Gran Canaria) Fundada cn 1914

ivicnicria Generai correspondiente ai ano 1 926 L ~ PS a lmas

1927, pp 8-9 Y las dificultades para liquidar en MARTÍNEZ

DE LA FE, luan Antonio E! hlonte de Piedad , pp

18-20

Para e1 auge y eculucióii de las Calas de Ahorro durante

la Dictadura FOINIES CACALSF, rancisco <El

ahorro popular diirante la Dictadura las Cajaq de

Ai-crrc y los Montes de Piedad\>. en el número moncgrafico

dedicado a la aEconorría pclitica de la

Dictadura de Primo de Rivera., en Cuadernos tconówiicos&!

CE, e' in 1 !979!, pp 766-2Gl7

La fecha de constitución de la Federación de las en

tidddes canariasen El Montede Piedad y Caia deAhorros

La: Pdmas de Graii Caitaria Memoria y cuenta General Corocpondiunte

al año 1929. Las Pa mas, 1930 Tpografía

sDiar OD (Biblioteca del INSS, Madrid)

«La Mutualidad tscolar», dixurso pronunciado por

Fray Albino (Obispo de Tenerife! con ~ o t i v doe la celebración

de la fieíta de H0rnena.e a la Vejez y a las

hlutualidadcs Escolares, y publicado cn Previsióil Socia¡

Boletin de la Cap ae Prevision Social de las ldas Canarias

:oldoradora dd luisti:uto Nacional de Pr~visi6nn. o2 , marzoabril

de 1927, pp 4-5 (Biblioteca del INNSS Madrid)

Los promedios coriesporidiriiks d Espdild en cE5111-

Ld crisis de La Cdla d i Ahorros se puede seguir par-

~iculaiiiieiilep ui Lu Prcivin~iuy El Triúitno, los h s p eri6dicos

q;ie máq atenrión le dedican. hasta el punto

de recibir un reconocimiento por la Comisión de

Acreedores formada a raiz de la qdiebra

17 En la excesiva cartidad de nurnerario invevtido en

créditos hipotecarios o con garantía personal coinciden

varias fuentes Véase La Provintia, no 8658 (25-

4- 1934). p 1, Diariu de Lcis Palmas 11' 1 4 12 (1 9-2- 19341.

p I La regligencia en los cobros de intereses e inversiones

inaaecuadas en el misma número de La

Provincia y en la entrevista al Alcalde de Las Palmas.

el federal Luis talardo terrer publicada en este último

periódico en el correspondiente al nu 8 658 125-

4 1934). p. 1

LS. opinion dci inmventor sr Bourgon en ci Libro iv

de Actas de la lunta de Gobierno segun MARTINEDZE

LA FE, Juan Antonio El ivloniede Piedad . p 29

18 Libro II dc= Actas del Consejo de Adrniniwacihi pp

132-142, en M A R T D~e NI.A ~F~E, I ~ iA i ib ídeir, p 29

Luis Bourgón Aiz~garal Inspector de Seguros y

Ahorros, fue noinhrado del Monte de Piedad y Cala

de Ahorros de Las Palras el 26 de marzo de 1934

ídem. p 28.

¡Y EITribuno, no 7275 (4-1 1-19331 p 3

-7 n IJn r-l.z- .r n cí.. n. t. n rna de que q~ie!>ecg obernzbzn e! u . . .

Monte no dcscaban la prcscncia de alguien que pudiera

cuestionar decisiones o descubrir sus oscuros

manejos h e la no comunicación al Alcalde de su

cordición ae miembro del Conselo de Administración

Dato tomado de manitestacioiiei hechas en una entrevista

a este ú'timo y ?ublicad;l en La Proiintia,

n' 8656 (25-4-1934) p l . y crónica vbre la iesión

municipal en El Tribtciio n' 7 257 (4- 11-1934). p 3

«La situacion en la Cala de Ahorros Mirada retrospectiva~

E l Tribuno, no 7 487 120-7- 1934).p I

.La Caja de Ahorros y el Monte de Piedad de Las

Pdlrrids»,L u v ~Oib rera, t id 321 (7-2-1934). p. 2

LaVozObrera, n ' 335 121-4-1934) p 1

1.a Provintia. 24-2-1 974. n 3 y E/ Trihilno 25-4-1934

El ~o l umc nde l défcit en un informe firmado por los

contables norrbrados por la Comisióri de Acreedores,

hancisco iJi terrrr y Miguel Escobar y publicado

en La Provincia el 25-2- 1934. 13 19

El suicidio (que no he podido confirmari se mcncioiia

en LL(P IUVIWL~liUi' 8 378 (20-9- IY311, v 1 Ld orden

de intervención en ~IARDET LA~ FNt lE~ aZnA, El

Morite de Piedad, o c. p 26

Lu Prwi~xia1, 1'' 8 378 120-9- 19341 p 1

La fundación de la nueva entidad en MAR- IN~i L~ LtA

Ft, luan Anton~o Evolitción histórica del aliorro en la Provincia

de Las Palwiaj Boletín no 14 del ClES de la Csia

l i i s~l ddi e Aliorrus, Ld5 PellTld~,1 972, P 23